miércoles, 23 de abril de 2025

Sobrevivir a la noche.

¡Hola, flor! De nuevo te hablo con mi voz, y no con la de Sabrae o Alec, en este año en el que abundan los mensajes, pero no así los capítulos. Quería pasarme una vez más para darte las gracias por tu apoyo y tu paciencia esperando por estos caps y, a pesar de lo que se hacen de rogar, permaneciendo aquí tanto tiempo. Hoy especialmente, y quizá más que nunca, ya que no sólo es el Día del Libro, el octavo cumpleaños de Scott y el octavo aniversario también de Sabrae, sino también el primer año en el que no dejo que mis miedos por la continuidad de la novela me dominen y me permito tomarme un tiempo de descanso que, la verdad, me hace mucha falta. Sé que lo hago en detrimento del lector, que preferiría que la historia continuara todas las semanas, pero créeme si te digo que si por algo estoy agradecida este año es, precisamente, por haber permitido que me diera cuenta de que Sabrae es mi casa y que, por mucho que me pase viajando por el mundo y reconciliándome con los sábados (y, a veces, también con los domingos), al final siempre me entran ganas de volver a casa y descansar de una manera distinta, pero igual de terapéutica. Lo mejor de este 2025 es, sin duda, que he vuelto a soñar despierta con Sabrae y Alec como lo hice en su momento con Scott y con Eleanor, con Louis y Eri antes que ellos, o incluso con ellos mismos al principio de esta novela. Puede que me suponga esfuerzo, que a veces tenga que “ponerme” y “forzar” la inspiración (la frase de “la inspiración tiene que encontrarte trabajando” no podría ser más bonita y, a la vez, acertada), pero se ve recompensado por la sensación de asombro y orgullo cuando releo algún capítulo antes de dormir. Han pasado 8 años desde que subí ese primer capítulo cuyo inicio no puede enorgullecerme más, y sin embargo todavía me sigo sorprendiendo con las cosas que releo; espero que no quede demasiado pretencioso decir que me encantan algunas de mis frases, porque así es.
Y si hay alguien a quien tengo que agradecerle que las siga escribiendo es a ti, que año tras año sigues ahí; puede que no desde siempre, o puede que te vayas en algún momento, pero que sepas que, si estos ocho años han sido especiales y todavía me acuesto sonriendo, es, en parte, gracias a ti. Porque una historia sin lector es como una noche nublada; técnicamente, no hay sol, y sin embargo la falta de la luna y las estrellas le quita parte de su esencia.
Así que muchísimas gracias, de corazón. Por tu apoyo, por tu paciencia, por tu comprensión, y por tus oídos. Gracias por ser tú también la voz con la que Sabrae y Alec hablan, por ser los ojos con los que ven, por ser los dedos con los que tocan. Gracias por acompañarme en la increíble oportunidad que es contar su historia. Y gracias por seguir ahí, día tras día, semana tras semana, mes tras mes, año tras año; sobre todo en éste, en el que no somos tantos y no podremos celebrar esta semana y media que se acerca como se merece (empiezo mi temporada de exámenes con uno el día 26, cumpleaños de Saab, y tampoco podré escribir nada para el día 1 de mayo, que es su cumpleadopción, así que la carestía suma y sigue). No obstante, quiero compensarte por esta paciencia que te estoy pidiendo con una pequeña sorpresa… ¡Luna!


Me he pasado de nuevo escribiendo, algo a lo que ya estarás acostumbrada precisamente por el tiempo que llevamos juntas, por lo que, después de varios meses pensándolo y de lo bien que me ha coincidido esta fecha, he decidido que finalmente Sol no sea la penúltima parte de Sabrae (aunque no me resisto a confesarte que llevo un tiempo con un as en la manga que tardaré en enseñarte, jijiji). En origen, Gugulethu iba a abarcar toda la parte del voluntariado de Alec, pero como se me quedó demasiado larga la parte antes de irse, pensé que lo mejor sería dividir la novela y tener una parte específica de Alec en África. Pues bien, como todavía tengo pensado que pasen muchas cosas (como habrás deducido del final del último cap), también me he dado cuenta de que queda más orgánica una nueva división de la historia que en origen iba a ser Sol, pues podría llegar un punto en el que pensara en saltarme cosas para no abusar de la longitud de la novela (aunque no lo parezca, a veces me fastidia un poco lo larga que me está quedando, aunque se me pasa cuando pienso que cuanto más larga sea, más tendré conmigo a Sabrae y Alec). Además, también siento que hemos llegado a un punto de inflexión; aunque la novela lleva el nombre de Sabrae, siento que Alec lleva bastante tiempo acaparando el foco de atención, y ahora Saab va a reclamar lo que le pertenece. Por eso, el corazón me dicta que le dé una gemela natural que la complemente, y esa gemela no es otra que… ¡Luna, el segundo libro sobre la separación de Sabrae y Alec durante el voluntariado de él, y el complemento perfecto para Sol! Espero que te encante; yo estoy muy ilusionada con todo lo que nos espera. Dicho lo cual, ¡no me enrollo más!
¡Feliz Día del Libro, feliz octavo aniversario de Sabrae, y feliz cumpleaños para Scott! Nos vemos, con suerte, el 23 de mayo. ᵔᵕᵔ
¡Disfruta del cap, y de la nueva temporada… Luna!