¡Hola,
delicia! Hace un montón de tiempo que no escribo sobre películas, así que hoy
he decidido traerte la reseña de una que vi esta semana. Se trata de:
The Giver. El la versión cinematográfica
de la novela con el mismo nombre, traducida al español como El dador. Ésta es la historia de Jonas,
un joven que llega a la edad en que se le asignará el trabajo que desempeñará
durante toda su vida, y, en la ceremonia de la selección, se la asigna un
misterioso y exclusivo trabajo, el más importante de su sociedad: será receptor
de recuerdos.
No quiero
contarte mucho más de la trama para no estropearte la película, pero sí que
recalcaré una cosa: a pesar de que se trata de una película de futuro distópico
(una de muchas, pensarás), no se
parece en nada a ninguna otra que
haya visto (y mira que estoy bastante versada en el tema). Tiene unos ciertos
aires a Divergente, debido a la
ceremonia en la que se asigna el destino a cada persona, pero, a la vez, es
todo lo contrario a ese mundo: lejos de dividirse en facciones, la sociedad en
la que vive Jonas trabaja codo con codo para la mejor unidad y supervivencia.
Puede que el destino esté escrito y sellado, pero no existe la separación que
hay en las películas protagonizadas por Shailene Woodley.
Por otro
lado, podría haber una cierta similitud con Delirium,
saga que aún no he leído pero que sé más o menos de qué va: también es un
mundo sin sentimientos, pero aquí, no son extirpados al llegar a cierta edad:
con una simple inyección matutina, las personas pierden sus sentimientos y se
vuelven seres prácticamente robóticos, guiados por la lógica y el bienestar de
su comunidad.
He de decir
que la noche en que vi la película no tenía planeado hacerlo: se me hizo un
poco tarde y no quería ver ninguna de más de una hora y media. Me metí en mi
lista de pendientes y elegí esta fundamentalmente porque en ella participa Dios
hecho mujer: Meryl Streep. Me apetecía verla trabajar, y, como ya había
decidido hacía tiempo verla, me animé a ello.
Y me
sorprendió muchísimo.
Partimos de
la base de que marqué la película como pendiente fundamentalmente por el
protagonista, Brenton Thwaites, una cara nueva que aparecerá en Piratas del Caribe 5. No tenía grandes
expectativas de ella por el poco bombo que se le dio: el mero hecho de que un
chico al que yo no conocía de nada trabajara con titantes del cine del calibre
de Meryl me hizo asumir automáticamente que a) su interpretación iba a ser
mala, tirando a pésima y b) la película en sí iba a ser mala, tirando a pésima.
Y no fue así
para nada.
La
interpretación de Brenton no es de Oscar ni mucho menos. Tampoco la de Meryl,
la he visto mucho mejor en otros lugares, evidentemente. Eso no quita, no
obstante, de que los dos estén más que correctos en su papel. Diría que incluso
se sienten cómodos y le aportan bastante al personaje: Breton es Jonas, el
protagonista, que se encuentra con la posibilidad inédita de poder hacer
preguntas y saltarse las normas en una sociedad absolutamente obsesionada con
ellas. Nunca ha sido un chico normal, siempre ha experimentado sensaciones que
sus amigos no habían vivido, y en esta película consigue transmitir ese momento
de liberación, tanto sentimental como vital, que experimenta cuando se la
asigna el papel de receptor de recuerdos. Meryl, por otro lado, interpreta a la
“mala” de la película, la Anciana Mayor, una suerte de alcaldesa de la ciudad
en la que vive que ha de velar por el buen funcionamiento y estabilidad del
sistema establecido. Meryl no lo borda (es un papel bastante plano, a mi modo
de ver), pero tampoco decepciona.
Luego
tenemos la trama de la historia: me ha parecido un soplo de aire fresco aunque
puede, a la vez, catalogarse como más de lo mismo. Chico joven descubre que es
especial, se rebela contra lo establecido, intenta cambiar su sociedad. Pero, a
la vez, los tintes reflexivos, la crítica que se hace al desconocimiento del
pasado en una sociedad que no dista tanto de la nuestra en el sentido del poco
interés que hay por lo sucedido anteriormente y las barbaridades que tenemos que
ver todos los días en el telediario, hace que tengas la impresión de que no has
visto nunca nada semejante. Y es que no es así.
Por otro
lado, la forma en que la película está hecha es preciosa. El guión es bastante
simple, tengo la sensación de que incluso se concibió la película para ser
parte de una saga que finalmente se quedó en una anécdota, pues se dejan muchas
cosas abiertas que, supongo, se cerrarán en los libros. Pero el juego con los
colores, lo visual que es la película, te encantará: los ancianos, dirigentes
de la sociedad, han creado la igualdad hasta
el punto de que han llegado a erradicar los colores. Todo esto se hace para
evitar envidias y demás malos pensamientos que se supone que vienen de las
diferencias, y para conseguir superar trastornos del pasado. A medida que
avanza la película, nuestro protagonista va descubriendo los colores, la música…
en fin, el mundo, las diferencias. Y
la forma que tiene el director demostrarlo, cambiando los colores dependiendo
de si vemos las cosas desde el punto de vista de Jonas o no, me ha parecido
genial.
Lo mejor: esta es una película de amor,
pero no es una película de amor romántica o a una determinada persona: es amor
por el mundo, la historia, lo que la humanidad es (o su ideal), y por las
segundas oportunidades.
Lo peor: los personajes, al margen de
Jonas, parecen bastante planos, con excepción del Dador. No hay mucho trasfondo
a sus acciones ni explicación: hacen lo que hacen porque sí, y punto.
La molécula efervescente: sonará raro,
pero es Brenton Thwaites. Me ha encantado descubrir a un actor así, que encima
le puede prestar perfectamente la cara a Alec, uno de los perosnajes de mi
novela. Cada vez que él sonreía o alzaba las cejas, no veía a Jonas: veía a Al.
Grado cósmico: Estrella galáctica.
{4.5/5}.
¿Y tú? ¿Has
visto la película? Si es así, no dudes en dejarme un comentario contándome qué
te pareció. ❤ Nos leemos pronto, espero.
A mi me gustó, la verdad. Encima la vi en clase y cuando salió Taylor pegué un grito intergalactico JAJAJAJA
ResponderEliminarYO ME QUEDÉ MUY IMPACTADA LA VERDAD, NO ME LA ESPERABA PARA NADA, encima como sale morena al principio no la reconocí y me quedé en plan "ay madre, cómo se parece esta muchacha a Taylor Swift" xd
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