miércoles, 16 de agosto de 2017

Hogar, dulce hogar.

La música se termina por fin en este agotador ensayo. Desde que echaron a Thr3some la semana pasada, hemos decidido que no podemos dejar nada al azar. Nos hemos puesto las pilas (más incluso que antes), porque el nivel de exigencia es altísimo a pesar de haber empezado hace nada el programa.
               Todos creíamos que aquel grupo llegaría lejos, especialmente después de ver su audición, impecable y de una calidad altísima, con una coreografía digna de los profesionales del breakdance. Pero, cuando se les pidió que prepararan otra canción, fueron incapaces de innovar lo suficiente sin perder toda su esencia. Al final, los meses de ensayo de Swalla no habían sido suficientes, o precisamente habían sido demasiados, y los tres chicos se habían ido a la calle por no poder seguir el ritmo de los demás. A los jueces no les bastaba con clavar una actuación; querían que todas fueran perfectas.
               Y, después del incidente de Jesy y Scott, nosotros tenemos que matarnos a trabajar para poder mantenernos dentro.
               Tommy se sienta a mi lado, con el rostro enrojecido por el esfuerzo y la camiseta pegada a su espalda, empapada en sudor. Cierra los ojos un momento, recuperando el tranquilo ritmo de su respiración. Traga saliva, y yo no puedo evitar fijarme en la sensualidad que hay en ver subir y bajar la nuez de Adán de su cuello. Siento el impulso de besársela. Incluso me inclino hacia él.
               La coreógrafa pone de nuevo la canción, y los animados acordes de On top of the world reverberan en la habitación llena de espejos. Scott se tira al suelo, agotado, mientras Diana hace una mueca y Chad bufa. No podemos hacer el baile otra vez.
               -¿Seguimos de tarde?-sugiere la chica, y yo asiento con la cabeza en representación de mis compañeros. Ella se muerde el labio, repite mi gesto y empieza a recoger sus cosas. Siento los ojos de Tommy posarse en mí.
               -Hola-me dice, de repente consciente de mi presencia. Yo sonrío, celebrando la intimidad de que me hable en el idioma de nuestras madres. Últimamente hemos cogido ese hábito, como intentando compensar las veces en que se tiene que alejar de mí para acercarse más a Diana. No hemos explicado nuestra relación aún.
               -Hola-ronroneo-. Has bailado genial.
               Tommy sonríe con satisfacción. Ya sabía que bailaba bien, pero no se imaginaba que le resultaría tan fácil coger el ritmo y recordar los movimientos. Sabe que todos confiamos en él para que nos guíe en las actuaciones. Es un papel de peso que lleva con orgullo, el de maestro de bailes. Incluso disfruta de la confianza depositada en él, de los halagos continuos de compañeros y profesores, que no se esperan que un chico que nunca ha ido a clases baile así.
               -Es que soy latino-explica siempre, y se echa a reír-. Gracias-es lo que dice esta vez. Le cojo la mano sin pensar, y rápidamente se la suelto. Miramos a la coreógrafa, que sigue recogiendo sus cosas, ajena a nosotros. Tommy traga saliva, me acaricia el dorso de la mano con discreción, aprovechando que la he dejado caer a un costado y que él posa la suya también en el suelo-. Siento que tenga que ser así-me dice en un susurro, asegurándose de que nadie nos oiga, nadie nos escuche. Le quito importancia con un gesto de la mano.
               Diana termina de recoger sus cosas, Scott se levanta del suelo después de sentir la mirada envenenada de ella sobre él. Chad bebe un poco más de agua, detecta la tensión que crece entre la americana y el inglés, y decide rebajarla inquiriendo:
               -¿Quién se ducha primero?
               Los ensayos son una verdadera odisea; nos duchamos varias veces al día, tan agotados y sudorosos que terminamos, y eso nos afecta a la piel. No es bueno meterse tantas veces debajo de agua muy caliente, no es bueno enjabonarse como nos enjabonamos, pero no nos queda otra. Bastante difícil es ya estar cinco personas en una habitación de tres, como para que descuidemos nuestra higiene.
               Diana está a la que salta precisamente por los efectos del agua en su piel y en su pelo. Ella, que tenía una melena tan suave, brillante y fuerte, está perdiendo toda su fuerza, porque lleva el pelo recogido durante demasiado tiempo; ella, que siempre desprendía un aroma afrutado que me encantaba oler cuando iba a su habitación, sumergiéndome en su esencia, ahora desprende un olor a jabón del más barato, de ése que sólo huele a una única fruta que, para colmo, está por descubrir.
               Intenta compensar sus cambios de humor esnifando cocaína cuando tenemos un descanso, y siempre que lo hace, es a escondidas. Luego viene con nosotros, se sienta donde estemos y trata de contener los efectos secundarios que la sustancia tiene en su organismo. No siempre lo consigue. Y Tommy siempre le nota que se ha metido algo; frunce el ceño, pone mala cara y finge que no la tiene delante cuando ella está colocada.
               Scott no lo está pasando mejor que ella. Después de que Eleanor pusiera distancia entre los dos, temiendo que su relación se resintiera por la sobre-exposición a la que les someterían, apenas puede pasar tiempo con ella y tiene que aguantar que todas las redes sociales se llenen de mensajes apoyando la pareja que hace con cualquier chica a la que se acerque a menos de un metro. Todos los días, durante algún período de descanso o comida, June aparece con su cámara y nos graba un vídeo para mantener el interés de la población. Scott tiene que cuidarse muy mucho de sentarse rodeado de chicos, e incluso cuando no hay ninguna chica en contacto con él, la gente se las apaña para cazar alguna mirada involuntaria cuando una fémina habla.
               Y emparejan a Scott.
               Y Eleanor finge que no le importa.
               Y Scott finge que no se da cuenta.
               Pero a ella sí le importa. Él sí se da cuenta.
               Y no pueden pasar mucho tiempo juntos, debido a lo apretado de nuestros horarios y a la pésima organización. Debido a que los tutores son limitados, se turnan para darnos clase, con lo que Eleanor puede tener una hora libre en que nosotros estamos ensayando una coreografía, o nosotros estar tirados por el suelo descansando mientras ella practica entonación.
               -Sólo quedamos para follar de pie en algún cuartucho de mierda-he oído a Scott quejarse a Tommy un par de veces, mientras mi chico le da golpecitos en la espalda a modo de consuelo.
               -Quién te iba a decir a ti hace un año que te ibas a quejar de quedar con una chica sólo para follar, ¿eh, S?-Tommy siempre intenta rebajar la tensión, conciliador. No soporta ver a Diana metiéndose cualquier mierda, así que tiene que compensar las malas vibraciones que amenazan con sacudir nuestra habitación haciendo que Scott sea más tolerante y esté menos irascible.
               -No es por el sexo; sabes que me encanta follar, pero quiero estar con tu hermana, los dos tranquilos, sin hacer nada de ese estilo, ¿me entiendes? Sé que ella no lo pretende, pero cuando me viene a buscar y me va desabrochando los pantalones antes de que lleguemos al sitio donde lo vamos a hacer, me hace sentir como un puto vibrador de manos libres, tío-Scott mira a Tommy, suplicando ayuda-. Eleanor. Eleanor, tu hermana, que lleva adorándome toda su vida, ahora me trata como me han tratado todas las mujeres con las que he estado. Como un putísimo objeto sexual que usar cuando están cachondas y tirar una vez se han corrido.
               -Sabes que ella te quiere.
               -Sí, y yo a ella, pero créeme, T: es muy difícil que el amor se manifieste cuando lo único que os decís estando a oscuras y solos es “dios, sí, por ahí” y “más fuerte”. Ya ni siquiera lo hacemos despacio-confesó Scott en una ocasión-. A veces, incluso tengo la sensación de que le hago daño, pero no dice nada para que acabemos antes y poder volver sin que nadie sospeche.
               Solemos pasárnoslo bien. Nos reímos mucho, nos quedamos hasta las tantas hablando, conociendo rincones que no sabíamos que teníamos… pero nos da el bajón. Echamos de menos a nuestras familias. Nuestra vida. La que perdimos y a la que estamos renunciando cada día que pasamos metidos en ese cubículo.
               Tommy es el primero en meterse en la ducha. No lo dice abiertamente, pero lo hace porque quiere vigilar a Diana. Ella se sienta estoicamente en el pasillo, las piernas encogidas, el móvil entre las manos, hablando con su mejor amiga mientras el chico que compartimos está metido dentro. Luego, voy yo. Mientras Tommy se seca, yo me meto en la ducha.
               Después, mientras yo estoy secándome, entra Chad. Diana va después, Scott es el último.
               Voy a llamar a nuestras vecinas, les digo que las esperamos en el comedor. La chica del pelo rubio y las puntas azules asiente con la cabeza, nos dice que ellas nos alcanzarán enseguida. Cuando llegamos, nos encontramos con que Jake y otros dos chicos ya están allí. Nos saludan con una inclinación de cabeza y siguen dando cuenta de sus ensaladas. Nos repartimos a su alrededor. Eleanor y las chicas llegan cuando hemos terminado de servirnos el primer plato y se las apañan para ponerse al lado de Scott. Eleanor se sienta frente a él, con una expresión de disculpa en la mirada. Él sólo la observa un momento y luego vuelve la atención a los trocitos de pollo rebozado que hay entre las hojas de lechuga.
               -Come, Diana-exige Tommy, perfectamente consciente de que la modelo está haciendo bailar su comida en el plato, sin intención de metérsela en la boca. Diana se vuelve hacia él.
               -No soy una niña-le espeta. Él la escanea de arriba abajo, pone los ojos en blanco.
               -Lo que sea-gruñe, pinchando un tomate cherry y metiéndoselo en la boca. Yo me obligo a pensar en otra cosa.
               Pero no puedo. Mi mente se desliza a lo bien que se lo han pasado bailando, acercándose y alejándose, robándose caricias en cada paso; ellos, que son los únicos que pueden quererse en público, sin temor a las consecuencias. Recuerdo la forma de mover las caderas de Tommy.
               Estos días están siendo los mejores de mi vida. Mis despertares no tienen nada que envidiar a los de ninguna reina. Abro los ojos, y me lo encuentro a mi lado, disfrutando de un apacible sueño. Espero pacientemente a que se despierte, bien sin necesidad del despertador, bien con su ayuda. Se pelea con el sueño y con sus pesados párpados, abre los ojos, me mira con amor, me deja acariciarle el mentón y me saluda.
               -Buenos días, princesa.
               Le doy un beso en los labios, suave, tímido pero prometedor. En nuestra habitación, en nuestra cama, podemos ser lo que queramos, podemos ser quienes queramos y hacernos lo que queramos.
               Luego, él se gira y saluda a Diana con un “buenos días, nena”. Y yo no tengo envidia.
               No tengo envidia porque la reservo para cuando tenemos un momento de descanso y los veo entrar en la habitación, y me quiero morir al verlos salir, mezclados el uno en el otro, sonrisas bobas en sus bocas y los ojos brillantes, como dos luceros en cada cara. Me muero de celos de Diana, de que se pueda entregar a él sin miedo, de que él se le entregue sin tener que detenerse.
               Sé que van a hacerlo esta noche. Es lo que hacen cuando no tienen ganas más que de discutir. Se pelean, se miran un momento, y luego no dicen nada, van a la habitación y lo hacen como locos.
               Me lo imagino encima de ella, embistiendo entre sus muslos, uniendo sus caderas.
               Y el calor que sentí viéndole bailar vuelve a mí. Dejo mi tenedor sobre el filete a medio comer, intentando reprimir los impulsos que me arrojan a sus brazos.
               Clavo los ojos en Tommy y es lo peor que puedo hacer. Le veo masticar, con esa mandíbula tan sensual que tienen los chicos. Mover unos labios que sé exactamente cómo se sienten cuando los tienes por todo el cuerpo. Quiero comérmelo, pero, sobre todo, quiero que me coma, quiero que me coma como se está comiendo sus patatas.
               No dejo de observarlo, incluso rechazo el postre. Él se da cuenta de mi renovado interés, se gira, me mira, alza un poco las cejas, consciente de sí mismo, y sonríe.
               -¿Qué pasa?
               -Nada.
               Cambia al idioma de nuestras madres.
               -¿Estás bien?
               -Sí.
               Siento los ojos de Diana en nosotros, preguntándose qué estamos haciendo. No le molesta nada que yo me acerque a él, incluso me ha animado a hacerlo en un par de ocasiones, cuando me pilla embobada mirándolo mientras él practica, ensaya, entrena, o se dedica a no hacer nada y a mí me parece cuanto menos, adorable.
               Pero ahora estamos en público, y lo peor de todo es que me da igual. Tommy aparta su postre, Scott le pregunta si se lo va a terminar, y él niega con la cabeza y se lo acerca. No puedo tener las manos quietas; se las paso por la mano y él sonríe, asintiendo con la cabeza como si estuviera prestando atención en exclusiva a lo que las compañeras de habitación de Eleanor le dicen. Paso a acariciarle la cintura, y Chad se ríe con disimulo y Diana se muerde el labio y Scott intenta por todos los medios no echarse a reír. Paso a una pierna de Tommy y él se yergue, centrado en mi contacto, se muerde un poco el labio y asiente con la cabeza. Las chicas se levantan para ir a por su segundo plato, y yo aprovecho esa oportunidad, aprovecho que él se gira hacia mí.
               -¿Podemos ir a la habitación?
               Sus ojos azules brillan con un mar embravecido en ellos, el deseo irrefutablemente presente y oscureciendo esas superficies salinas.
               -Podemos.
               Nos despedimos con un par de asentimientos de cabeza, nos inventamos una excusa tonta que nadie se va a creer, algo de que tenemos que perfeccionar un puente, y nos marchamos. Estiro la mano para coger la de Tommy, pero él niega sutilmente con la cabeza mientras nos cruzamos con personal del programa: es increíble la cantidad de trabajo que hay que hacer de una semana a otra. Esta gente nunca descansa.
               Giro el pomo de la puerta y me meto dentro; espero con impaciencia a que Tommy me siga y cierre la puerta para abalanzarme sobre él, que me recibe con un poco de sorpresa, no acostumbrado a que lleve la voz cantante con tanto ímpetu.
               Pero es que siento un fuego en mi interior tan fuerte que no sé cómo no estallo en una explosión de llamas, como la muerte de un fénix.
               -Princesa-me dice, y me regodeo en que lo haga en inglés. Me gusta, me encanta que alguien pueda escucharnos, que nos puedan entender, precisamente porque sé que nadie puede hacerlo, que él se siente lo bastante cómodo como para usar este idioma, y no el español, para comunicarse conmigo.
               -Te necesito-respondo, dejando que sus manos me recorran como un pergamino al que hay que estirar antes de empezar a escribir en él. Me pego a su cuerpo, gimo cuando siento su excitación entre mis muslos.
               -Yo también te necesito.
               -Me está volviendo loca…-gimo en su oreja cuando él me empuja con delicadeza, pero con firmeza, en dirección a la cama-, tenerte tan cerca, no poder tocarte… te echo de menos.
               -Estoy aquí.
               -Echo de menos tus besos.
               -Te los estoy dando-responde, poniéndose de puntillas para darme un piquito.
               -Ya sabes qué besos-respondo, mirándole a los ojos. En su boca baila una sonrisa traviesa, que me recuerda al niño que una vez fue, ese pequeño de ojos tan condenadamente azules que yo sentía la necesidad de cuidar de él, ceder a sus súplicas de juegos, todo con tal de que los ojos azules de Tommy compitieran y vencieran al cielo.
               -Yo echo de menos tenerte sólo para mí-ronronea, acariciándome la cintura-, y que estés desnuda, para que yo pueda mirarte y besarte, y darte todo lo que tú quieres.
               Me siento en el borde de la cama, le miro desde abajo, se mete entre mis piernas.
               -Quiero que hagamos el amor.
               Su mirada chispea, como una noche de fuegos artificiales, y no es necesario decir nada más. Me desnuda con rapidez, maña y cuidado; me tumba sobre la cama y se tumba encima de mí. La ropa vuela, las camisetas se arrugan en una esquina y los pantalones se dejan olvidados a los pies de la cama. Tommy me acaricia con esas manos expertas, las manos que están tan acostumbradas a perfilar la anatomía femenina que bien podrían empezar a tallarla en mármol. Me quita las bragas, unas bragas feas que no se merecen que las lleve puestas para nuestra primera vez juntos, se mete entre mis muslos.
               Se acelera, y al principio me gusta. Me gusta que me empuje con fuerza pero con cariño, me gusta que se aferre al timón, que me sujete y me bese y me haga ponerme en posición.
               Pero Tommy comete un error, y los dos vamos a pagarlo. Tommy se acelera demasiado; está tan acostumbrado a tener poco tiempo para estar con Diana, a hacer que cada segundo cuente, a no perder ni el más mínimo instante, que pierde el control, o más bien pierde la noción de con quién está.
               Yo no soy su americana atrevida y lanzada, la que está dispuesta a probar cosas nuevas y sonríe cuando le agarran del pelo, o le cogen las manos y se las colocan por encima de la cabeza para tenerla totalmente sometida y ella se muerde el labio, y abre los ojos para mirarle directamente mientras se la folla.
               Yo soy su inglesa, la del ala rota, el juguete estropeado, y necesito ternura, una ternura que él aparta a un lado en cuanto mis besos se hacen más insistentes y profundos. Me recorre con las manos, sube por mi costado, y en un principio me gusta…
               … hasta que llega a mis hombros… y entonces él baja… me agarra de una mano… me la empieza a subir…
               … me la pone encima de la cabeza…
               … y de repente es Chris.
               De repente es Chris, no haciéndome caso, con la polla dura entre mis muslos, sus labios sedientos de mi boca, su miembro, insistente, buscando un hueco entre mi sexo asustado y dolorido. Me pone las manos encima de la cabeza cuando me resisto demasiado, incluso me mira con fastidio, incluso me da un par de bofetadas cuando me resisto.
               Y yo me callo, humillada, dolida y traicionada, y me dejo violar, y lloro en silencio mientras él me embiste, se mete dentro de mí, me roba la poca dignidad que me falta. Sí, nena, sí, me encanta cuando te haces la dura, joder, nena, sí, quédate quietecita, nena, estás tan apretada, nena… esto es increíble, eres tan increíble, déjame que te folle así, nena, y me muerde los pechos y yo me quiero morir y cojo aire pero enseguida lo suelto…
               Tommy me acaricia los pechos, más bien me los soba, y yo me revuelvo con asco, incapaz de pedirle que pare, demasiado perdida en unas pesadillas que parecen muy reales.
               No va a parar.
               Lo sé. Lo sé. Se lo pediré y no podrá parar. No esta vez.
               Tommy me separa las rodillas con las suyas propias, me acaricia en el centro, midiendo la humedad de cuando lo que estamos haciendo me gustaba… me separa un poco más las piernas, noto cómo se acaricia para asegurar su dureza y su satisfacción...
               Se acerca a mi sexo. Me separa un poco más, inconscientemente, las piernas.
               Lo hace sin darse cuenta.
               Seguramente Chris también me violara sin darse cuenta. Se volvió algo tan mecánico para él, como para mí el subrayar las palabras que los profesores remarcan en clase.
               Tommy me besa el cuello, yo me quedo extremadamente quieta, creyendo que todo esto desaparecerá, que me gustará, que lo disfrutaré, igual que lo creía cuando estaba con Chris; puede que esta vez me toque en un rincón nuevo, puede que esta vez la fuerza me excite…
               Pero me vuelvo loca en cuanto noto la punta de su miembro presionar ligeramente mis labios menores.
               -¡NO!-chillo, empujándolo, a pesar de que sé que esto me costará una paliza, pero qué más da, hoy no puedo soportarlo, hoy no. Empujo con todas mis fuerzas a Chris, y éste pierde el equilibrio, lanzado hacia atrás, se cae de la cama y se golpea la cabeza contra la pared. Me abrazo a mí misma, intentando cubrir mi desnudez y la vulnerabilidad que se multiplica en mi interior como la más mortífera de las pandemias-. Para, por favor; por favor, para-suplico, y me echo a llorar, abrazada a mí, recomponiendo mis piezas, sujetándolas bien juntas para evitar que se desparramen.
               Soy un jarrón de porcelana china, no valgo absolutamente nada rota.
               Y estoy hecha añicos.
               -Au-los ecos de su queja me sacan de mi ensoñación, y le miro entre una cortina de lágrimas opaca como una pared de ladrillos. Su piel se clarea, su pelo se vuelve marrón, sus ojos pierden ese tono negro de lobo feroz.
               Me siento peor incluso cuando me doy cuenta de lo que he hecho.
               Así fue como le maté. Me revolví en un momento en que él no lo esperaba, y se dio un golpe en la cabeza, y de repente el charco de sangre que le rodeaba crecía sin que yo pudiera encontrar fuerzas para evitarlo.
               Por suerte, no le he matado esta vez.
               Por desgracia, me he revelado contra Tommy.
               Tommy se mira los dedos, comprobando si sangra, frunce el ceño, hace una mueca y se vuelve a tocar la parte trasera de la cabeza. Exhala una F larguísima mientras se palpa la zona en la que le va a salir el chichón.
               -Perdón-empiezo, y él niega con la cabeza-. Lo siento, lo siento muchísimo, Tommy, yo… perdóname-me echo a llorar a lo bestia, y él se levanta, y yo me aovillo aún más, limpiándome las lágrimas-. No quería hacerte eso, no quería hacerte daño; perdóname, perdóname…
               -Princesa-me pide, pero yo estoy perdida en mi interior-. Princesa-repite-. Layla-dice, y yo consigo encontrar la luz hacia la que volverme, un faro en la distancia que me indica dónde está la costa. Tommy me muestra las manos-. No voy a hacerte daño. No vamos a hacer nada. No vamos a hacer nunca nada que tú no quieras.
               -No debería haberte empujado-gimoteo.
               -No pasa nada; me lo merezco, por cavernícola.
               -No digas eso, Tommy-me lamento-, no digas eso, con lo bueno que tú eres…
               -No te martirices, princesa. Ha sido sin querer. Apenas me has hecho pupa-dice, y quiero echarme a reír ante su expresión-. Es decir, me gusta que me empotren contra la pared de vez en cuando, pero… suelo preferir que sea acompañado.
               Lanzo un gemido y mis lágrimas vuelven a acaparar toda la atención.
               -No, no llores; no debería haber dicho eso, soy un puto gilipollas.
               -No te mereces esto-le digo. Él se levanta y yo le miro-. No te mereces esto, no te mereces que yo me eche atrás cada vez que intentamos hacerlo, no te mereces tener a una novia loca y frígida que…
               -No estás loca. Y no eres frígida-me corta.
               Me lo quedo mirando, con la verdad en los ojos.
               -Vete con Diana-le digo, y él se queda paralizado un momento-. Vete con Diana, déjame a mí, yo te quiero, pero quiero que seas libre, quiero que seas feliz, conmigo no vas a poder serlo, yo no estoy bien, nunca voy a estar bien, no podré…
               -No quiero irme con Diana. La quiero a ella, pero también te quiero a ti.
               -Tommy-susurro, intentando que me escuche.
               -No, “Tommy” no. Vas a superarlo. Eres una mujer fuerte a la que han hecho mucho daño, pero por mi madre te juro que lo vas a superar. Sé que me quieres. Sabes que yo te quiero a ti. Mi corazón te pertenece, Layla. No puedo renunciar a ti sabiendo que soy correspondido.
               -No puedo darte lo que quieres…
               -Da igual lo que yo quiera, ¿no lo entiendes? Lo que importa es lo que quieres tú.
               Se sienta a mi lado, me acaricia la mejilla, pidiéndome permiso con la mirada.
               -No te mereces esto.
               -Es verdad; no sólo tengo a la novia más preciosa del mundo; tengo a las dos novias más preciosas y geniales de todo el universo-sonríe-. No me las merezco, pero ellas me quieren, y yo las quiero a ellas, y eso es lo único que importa.
               -Pero… el sexo…
               -No te voy a decir que no es importante. Lo es. Pero no tengo prisa-se inclina hacia mí y me dice en tono de confidencia-: estoy muy bien servido. No tengo queja.
               Me muerdo el labio, conteniendo una sonrisa.
               -Diana dice que eres un sol.
               -Diana es una exagerada; soy un sistema solar de cinco soles, como mínimo-se repantinga en la cama, tumbado boca arriba, con las manos tras la cabeza, y deja escapar un suspiro soñador. Mis dedos se posan en su mejilla, y él se gira, y los besa, y me mira.
               -¿Cuánto tiempo crees que aguantaremos hasta que te canses de mis numeritos?
               Se encoge de hombros.
               -Hasta… quizá el tercer bebé.
               Me echo a reír, y él me mira, ofendido.
               -Va en serio, Layla, ¿crees que mis amigos me dejarán vivir si tengo tres hijos contigo, y los tres son de fecundación in vitro? Buf, ya veo a Alec y Jordan descojonándose en mi puta cara. El Preña-A-Distancia, me llamarían-se echa a reír.
               -¿Y si yo no quiero tres?-bromeo. Se encoge de hombros.
               -Vosotras parís, vosotras decidís.
               -¿Y si quiero más?
               Tommy se tumba sobre su costado, divertido.
               -¿Cuántos?
               -Cuatro-respondo, sacándole la lengua.
               -¡Cuatro! ¡Madre mía!
               -¿Qué pasa?
               -Me han dicho que cuatro es una movida.
               -¿Quién?-sonrío.
               -Unos conocidos-se encoge de hombros, me echo a reír-. No deberías llorar tanto. Estás muchísimo más guapa cuando te ríes.
               -Contigo cerca, es difícil no hacerlo.
               -Es lo malo de salir con un gilipollas; de vez en cuando, las gilipolleces que hace son para llorar, en vez de para reír.
               -No hagas eso.
               -¿El qué?-frunce el ceño, y me entran ganas de besárselo.
               -Echarte la culpa. No la tienes.
               -Eh-chasquea la lengua-, sí que la tengo. Sé de sobra lo que hay contigo, y aun así me pongo en modo maco dominante, después de todo lo que has pasado. Lo siento-lo dice de corazón, clava sus ojos en mí-. No debería… me dejé llevar. Con Diana últimamente todo es una locura. Ahora hemos decidido que nos va lo duro-pone los ojos en blanco.
               -No os imagino teniendo esa conversación.
               -Es que no la hemos tenido-niega con la cabeza-. Simplemente lo hacemos más fuerte que antes, y punto. Creo que es por las paredes-me confía, bajando la voz y señalándolas.
               -¿Las paredes?
               -Sí. Debe de ser la pintura. Os pone muy cachondas-espeta, y yo me río hasta que me duele la tripa-. ¡Es verdad! A Scott le pasa lo mismo con Eleanor, y no hay más que ver cómo te has puesto tú.
               -Pobrecito Chad, tan lejos de Aiden…
               -Seguro que se lo pasa genial escuchando a la gente. Esto parece un concurso de a ver quién folla más. Tenemos que contárselo a Alec; seguro que quiere apuntarse el año que viene.
               Nos reímos un poco más, la tensión rebajada. Le acaricio el mentón y él hace lo mismo con mis hombros. Se inclina hacia mí, deposita un suave beso en mis labios, la promesa de que no volverá a excederse como piensa que lo ha hecho en ellos.
               -Lo siento-repite, y yo niego con la cabeza.
               -No es culpa tuya.
               -Diana y tú sois diferentes-responde-. No debería dejarme llevar así y confundiros como lo he hecho.
               -No pasa nada, Tommy-aseguro, cogiéndole las manos-. No es culpa tuya.
               Él asiente con la cabeza, vacía sus pulmones expulsando el aire por la nariz, mientras yo le miro a los ojos, y siento que me mareo, porque estoy en un barco de cáscara de nuez surcando las olas, dependiendo exclusivamente de la buena voluntad de Poseidón para mantenerme a flote.
               Me pone tensa la cercanía de nuestros cuerpos, y a la vez, me encanta. Es como comer un manjar exótico que sabes que te va a sentar mal, pero que no puedes evitar llevarte a la boca de tan suculento que está.
               Quiero expandir mis fronteras, que los reinos que nosotros dos somos se junten para poder formar un imperio. Así que me destapo, confiando en que él disfrute de mi desnudez igual que yo disfruto de la suya (pero no puedo mirar lo que le hace un hombre, aún no), me inclino hacia él y continúo besándole. Tommy no puede evitar acariciarme los senos, tan despacio que creo que me voy a volver loca. Me inclino un poco más hacia él, dejando que pellizque, si es lo que le apetece.
               -Princesa-gime en mis labios mientras sus dedos hacen maravillas. Me siento como esos dibujos de dos amantes perfilados en blanco sobre fondo negro en los que nacen arcoíris en el punto de contacto de sus cuerpos. Es como si toda yo fuera un cielo nuboso, y en mis pechos brillara la luz del sol.
               Mis manos siguen los ángulos de su cuerpo, palpan sus músculos, recorren las líneas de sus venas.
               -Princesa-repite-. No me hagas esto.
               -¿El qué?-inquiero, dejando escapar un suspiro cuando su boca baja por mi cuello, mis clavículas, y comienza a besarme los pechos.
               -Esto. No podemos. Ahora no-dice.
               -Pero… podemos intentarlo. Puede que ahora salga bien. Me controlaré. No te dejaré. Te lo prometo-le miro a los ojos.
               -No vamos a conseguirlo ahora. Y yo no puedo… no puedo… no sé si podré parar. Quizá llegue un día en el que no te escuche. O no me dé cuenta de que estás intentando apartarme. No quiero hacerte daño.
               -Tú no puedes hacerme daño.
               -No quiero arriesgarme-replica, acariciándome el cuello-. No quiero rechazarte, princesa, pero es lo que tengo que hacer. Si quiero que te pongas bien, tengo que pararte los pies. Por nosotros. No puedes perder la confianza que tienes en mí-se vuelve borroso-. No llores, princesa. No llores, por favor-me besa los pechos, primero uno, después el otro, con un contacto tímido y cálido que intenta infundirme valor.
               -No sé por qué no podemos hacerlo. Te deseo, Tommy.
               Él sonríe con tristeza.
               -Ya lo sé. Y yo también. Tu corazón me desea, y se fía de mí, lo noto-me acaricia el vientre, un poco a la izquierda, un poco más arriba, en el rinconcito en el que está el órgano más importante de mi cuerpo, aquel en el que se guardan todos los sentimientos y sin el cual no seríamos más que monstruos-. Pero tu cuerpo no. Tu cuerpo aún está magullado. Sigues teniendo moratones, la diferencia es que ahora no se ven. Va a tardar en fiarse de mí-sonríe, conciliador-, especialmente tu…
               Se queda callado, buscando las palabras.
               -¿Mi…?-le animo.
               -Mmm… tu rinconcito especial-dice por fin, y yo me echo a reír, las lágrimas rebosándome los ojos, pero ya no me siento triste. Se acerca a mi boca y me besa-. Tu cueva de las maravillas. Demasiados saqueos y trabajos de minería; ya no cree que nadie pueda entrar sin robar. Pero yo lo que quiero es sumar, princesa. Quiero plantar, no cosechar.
               Vuelve a estar tumbado encima de mí, su miembro endurecido entre mis muslos. Y noto que me molesta. Pero también noto que me gusta que estemos desnudos y que hablemos en susurros porque no queremos arriesgarnos a romper la magia del momento.
               -Eres un amor-le digo, apartándole un mechón de pelo de la cara, pensando en la suerte que tiene Eleanor, la de Astrid y la de Dan, que han crecido viéndolo; la suerte que tiene Scott, que no podría perderlo nunca; la suerte que tienen sus padres, por haber sabido moldearlo hasta convertirlo en quien es; la suerte de sus amigos, que le conocen en todo su esplendor.
               La suerte de Diana, que sabe lo que es estar con él y que te diga que te quiere mientras está en tu interior.
               Mi propia suerte, que sé lo que es que me diga que me quiere mientras me besa todo el cuerpo, curando mis heridas, barriendo mi dolor. Mi propia suerte, que lo tengo tumbado encima de mí, que puedo sentir el calor y la presión de su cuerpo sobre el mío, que noto el amor y el afán de protección que emana de sus poros como la luz y el calor manan del sol.
               Froto la nariz contra la suya, cierro los ojos un momento, y nos quedamos en silencio, los cuerpos enredados, juntos pero no revueltos, los latidos de corazón acompasados, las respiraciones implantando el aroma del otro en nuestras almas.
               Me encanta cómo huele Tommy. Me recuerda a Wolverhampton.
               Y echo mucho de menos Wolverhampton; arrastro una añoranza en mi interior difícil de digerir. No quiero pensar en mi hogar, en mis padres, en mi hermano.
               -Tienes que ser paciente-le digo, y él se incorpora un poco para mirarme, con el ceño fruncido.
               -¿Qué?
               -Con Diana. Sé que lo estáis pasando mal. Intentáis disimularlo, pero se os nota. Tienes que ser paciente con ella. Ha renunciado a muchas cosas por ti. No puedes pedirle más. Te quiere de verdad, Tommy. No estires la cuerda.
               -Ya lo sé.
               -¿Discutís?-le pregunto-. Cuando estáis solos. ¿Os peleáis?
               -No tenemos tiempo. Creo que ese es el problema. Que no sacamos lo que llevamos dentro por otro canal que no sea el sexo. No es que me queje…
               -Las cosas hay que hablarlas.
               -Ya, pero… no me veo con fuerzas. Además, ¿qué le diría? Siento que la estoy perdiendo, pero no puedo irle con el cuento; si está cambiando, es por culpa mía. Como tú has dicho, ha renunciado a muchas cosas por mí. Es sólo que… no me gusta…
               -No te gusta la manera que tiene de lidiar con la presión-respondo. Él asiente.
               -Dice que ella controla a la coca, y que la toma para sentirse mejor, pero yo creo que es otra cosa. Creo que está enganchada. Enganchada de verdad. Antes, cuando estábamos en casa, la tomaba los fines de semana. Ahora, prácticamente la toma todos los días. Le está cambiando el humor.
               -Todos estamos un poco irritables. Creo que es por el espacio-miro en derredor, examinando la habitación-. No deberían habernos metido en una habitación tan pequeñita. Y ella, acostumbrada a sitios mucho más grandes, seguro que se siente encerrada, abandonada y un poco desvalida.
               -La está tomando con Scott-se defiende, un poco molesto. Me incorporo, y él se queda sentado, las piernas semiocultas entre las sábanas.
               -Yo también la tomaría con Scott, si me hubieran quitado las alas, me hubieran arrastrado a un concurso del que yo no sabía nada hasta hace apenas dos semanas, y él se dedicara a darle malas contestaciones a una de las juezas, como si quisiera que nos echaran. Scott tampoco está siendo un concursante ejemplar, Tommy.
               -Es que echa de menos a sus hermanas-salta, a la defensiva, y yo sonrío.
               -¿Y no crees que Diana está así porque echa de menos su vida de antes? ¿O que tú le pasas menos, porque echas a la Diana que era antes de entrar aquí?
               Se abraza las rodillas, meditabundo. Le dejo pensar, y, cuando creo que no va a decir nada y estoy buscando algo con lo que cambiar de tema, susurra:
               -Creí que tendríamos más tiempo.
               -¿Antes de qué?
               -Antes de que se convirtiera otra vez en la zorra que se bajó del avión, el día que la conocí-responde. Le acaricié el hombro.
               -¿Por qué no se lo dices?
               -¿El qué? “¿Oye, Diana, los polvos de puta madre, pero quiero que dejes de ser la mierda egoísta que eras la primera vez que follamos?” No tengo derecho a decirle eso.
               -No deberías decirle eso. Pero eres su novio, y no hay nadie mejor que tú para decirle que la echas de menos.
               -Me paso las 24 horas del día pegado a ella.
               -Ya sabes a lo que me refiero, Tommy-respondo, paciente. Él bufa, se mira las manos.
               -Yo tendría que haber sido el que fue a pegarles la paliza a esos cabrones, no Scott. Nada de esto estaría pasando si no… si no hubiera sido un cobarde y hubiera dejado que fuera él quien hiciera las cosas que tenía que hacer yo.
               -Eso no cambia nada.
               -Yo creo que sí. A él no le habrían expulsado, así que ya no estaríamos aquí. Chad seguiría en Irlanda, Diana estaría preparándose para el desfile que ha perdido, Scott podría ir a una universidad buena, en la que sacarse una carrera que le interesara, y tú seguirías en Medicina.
               -Me gusta estar aquí-le digo, a modo de consolación, y él se reclina hasta dejar descansar su cabeza en la pared. Hace una mueca, dolorida la zona en la que se le ha formado un chichón-. Me gusta estar contigo, y con Diana, y con Chad, y con Scott y con Eleanor. No lo cambiaría por nada del mundo. Además, y siendo un poco egoísta, creo que esto nos vendrá bien a los tres. A Didi, a ti y a mí. Es una buena prueba. Podemos ver qué nos pasará en el futuro, si seguimos siendo tres cuando los demás son sólo dos.
               Tommy se queda callado, meditando, sus ojos fijos en mí.
               -Además… si tú hubieras ido a pegarles la paliza a esos chicos, te habrían echado a ti. ¿Qué pasaría contigo entonces?
               Tommy bufa.
               -Me las apañaría. De hecho, ni siquiera sé qué quiero estudiar. Puede que ni estudie, si esto sale bien.
               -Scott dice que sí que sabes lo que quieres.
               -Scott está más guapo cuando tiene el coño de mi hermana en la boca-espeta-, porque así no la tiene libre para soltar gilipolleces del calibre que las suelta.
               Me echo a reír, y él pone los ojos en blanco.
               -Joder, no me puedo creer que acabe de decir eso después del pollo que le monté cuando me dijo que estaba con ella-se frota la cara y mira las paredes-. Igual sí que es cierto que esta habitación te afecta al intelecto.
               -¿Vas a hablar con ella?
               -¿Con mi hermana?
               -¡No, Tommy, con Diana!
               Vuelve a poner los ojos en blanco. Es entonces cuando me doy cuenta de que sabe exactamente qué decir, pero tiene miedo porque ya no sabe qué es lo que puede contestarle ella. No es como cuando estaban en su casa, que lo arreglaban con un par de besos, abrazos, y haciendo el amor. Ahora la relación es demasiado… intermitente. Se utilizan el uno al otro. Se preocupan y se interesan, pero no como antes.
               -No sé qué decirle-miente. Me recuesto a su lado y le cojo la mano.
               -Háblame de ella.
               -¿Qué quieres que te cuente?
               -Lo que tú quieras. Yo sólo quiero ayudarte. Ayudaros, a que volváis a estar bien. Sois mis padres-le digo, sonriente, recordando la primera foto que se hicieron juntos. Tommy se echa a reír.
               -Esto es raro.
               -¿Por qué es raro?
               -Porque, según me he estado informando, vivimos en una especie de concubinato-suelta-. Técnicamente, te estoy poniendo los cuernos con Diana al mismo tiempo que yo se los pongo a ella contigo, lo cual os convierte a las dos en unas cornudas, y a mí en un cabrón.
               -Scott es musulmán-le digo.
               -Vale-asiente, sin saber por dónde voy-, ¿y?
               -¿Crees que Scott seguiría una religión que apoya que tú seas un cabrón?-ante su silencio, añado-: no hay cosa más fea que odiar a lo más bonito del mundo. No es raro que quiera que me hables de ella. Ante todo, somos amigos. Quiero que estéis bien. Diana me importa, tú me importas, los dos me importáis muchísimo, y sé que sois esenciales para la felicidad del otro. Encontraremos una solución.
               Se queda callado un momento, buscando cómo empezar, eligiendo las palabras. Tarda tanto que llego a pensar que no va a decir nada, que no he conseguido convencerle.
               Pero entonces, empieza a hablar. Me habla de la primera vez que estuvieron juntos, de cómo se sintió al descubrir que la quería y que ella le correspondía, de sus intentos por alejarse de ella, de cómo Scott le animó a acostarse con ella, luego intentaba disuadirlo de que se enamorara de Diana, para, cuando él le confesó que ya la quería, decirle que tenía que declararse…
               -Creo que es la segunda cosa por la que más agradecido le estoy a Scott, el haberme empujado a brazos de Diana-dice cuando termina esa parte de su relato.
               -¿Cuál es la primera?
               Tommy me mira como si estuviera loca.
               -Nacer. La cosa por la que más agradecido le estoy a Scott es que tuviera el detalle de nacer.
               Sigue hablando, creo que pasan horas conmigo escuchándole, seguramente nos estén buscando, puede que esto nos cueste caro, pero no me importa. El amor trasciende sus palabras de una forma tan clara y cristalina, que podría enamorarme de Diana sólo escuchando a Tommy describirla. Pienso en cómo habla de nosotras dos; de nuestro pelo dorado y cobrizo, de nuestros ojos de esmeralda y topacio, de unas bocas que están deliciosas y unas manos que no puede dejar de anhelar por su cuerpo…
               … y sé que lo que hemos dicho medio en broma, medio en serio, sobre tener hijos, no iba para nada en broma. Quiero tener hijos con él y quiero que Diana también los tenga con él, y quiero que los tres estemos juntos y que seamos una familia, y voy a luchar por esa familia que aún no tengo pero a la que yo ya quiero con locura.
               Le escucho reflexionar sobre qué haría Diana para que la mandaran a Inglaterra, incluso dice que está agradecido de que sus padres piensen que es malísima, porque de otra forma no la habría conocido. Me incorporo.
               -¿No lo sabes?-inquiero, y él niega con la cabeza.
               -¿Tú sí?
               -Me lo dijo la primera mañana-digo, y él se queda a cuadros-. Cree que es horrible, pero yo no lo veo tanto. Me parece necesario. Yo estuve en su posición-confieso, y debería callarme, pero no puedo evitar seguir hablando-, aún lo estoy. Todas lo estamos. Por haber nacido mujeres.
               Tommy se queda callado, rumiando lo que le acabo de decir. Le acaricio los brazos, intentando que vuelva conmigo, que no se pierda en las nebulosas de su subconsciente.
               -Que no te parezca mal, pero me encantan tus brazos. Son grandes, y fuertes, y cálidos.
               Mi maniobra de distracción funciona. El ceño que se formaba en su entrecejo desaparece, me mira y sonríe.
               -Son para abrazarte mejor, princesa.
               Estamos abrazándonos y besándonos cuando la puerta se abre y alguien entra en tromba. Tommy se pone tenso, da un brinco y le mira.
               Es Diana, que se ha parado en seco en la esquina de la cama que comparte con Scott. Se limpia las lágrimas y susurra, entre jadeos:
               -¿Estás bien, Didi?-pregunta Tommy, y ella se vuelve, niega despacio con la cabeza, él abre los brazos y deja que la americana se acerque a nosotros. Me aparto para darles espacio-. Tenemos que hablar, tú y yo.
               -Si estabais juntos, yo… puedo volver… ya hablaremos después…-dice, cobijada en esos brazos. Niego con la cabeza, me visto y me encamino hacia la puerta de la habitación.
               -Voy a buscar a los chicos. Luego os veo. Hablad tranquilos.
               Diana me mira con ojos de corderito degollado mientras Tommy espera a que cierre la puerta.
               Cuando vayan a nuestro encuentro, casi una hora después, lo harán cogidos de la mano, sonriendo y con los ojos brillantes, como sólo pueden tenerlos un chico y una chica justo después de hacer el amor.



Cuando te hablan de sacrificios por amor, siempre te hacen entender que en ningún momento vas a dudar de la decisión que has tomado, siempre te parecerá la más acertada, jamás desearás echarte atrás.
               Todo putas mentiras.
               Sabía que no debía hacerlo y que sólo me hacía daño, pero cada noche me metía en el Instagram de Victorias Secret para ver qué habían subido, cuáles eran las noticias. El desfile se grabaría a mediados de la semana siguiente, y ya habían empezado con los preparativos del escenario, las coreografías, los invitados, la distribución de los famosos que abarrotarían el lugar en el que se desfilaría… Y, para colmo, se suponía que una de esas invitadas iba a ser yo. Me había llegado un mensaje de la compañía apenas había entrado al concurso, con un PDF en el que aparecía una invitación rosa a nombre de Diana Styles +1; a falta de localizarme y hacerme llegar la invitación con su sobrecito, su caja de bombones y su llavero de alas de ángel minúsculo, me enviaban ese insulto digital.
               Y yo seguía metiéndome en la cuenta, yendo a los ensayos, fingiendo que no me importaba, dando me gusta, siendo activa, negando que hubiera mal rollo entre nosotros. Dándole malas contestaciones a Tommy para tener una razón por la que sentir que le detestaba, una razón que no fuera tan egoísta y estúpida como la renuncia de un sueño que nadie te ha pedido explícitamente que hagas.
               Estaba cogiendo peso, lo notaba en cómo me empezaban a apretar prendas que antes me habían sentado como un guante, o en cómo me aparecían michelines que nunca antes había tenido. Así que trataba de compensar mi cansancio, mi hastío con mi cuerpo, mi enfado con el mundo y la tirria que le estaba cogiendo a mi novio con dos cosas: drogas y sexo duro.
               Las drogas y el sexo duro me habían salvado en otra ocasión, ¿por qué ahora debería ser diferente?
               Los primeros días habían sido bastante fáciles, todavía antes de la invitación, antes de que Scott la cagara poniéndose chulo con Jesy. Dios mío, me apetecía estrangularle. Los chicos habían estado concentrados en levantarle el ánimo a Scott, que amanecía tramitando una depresión y se acostaba eufórico perdido (tenía la sensación de que Eleanor y su lengua tenían algo que ver, quizá indagara un poco en el asunto); Layla leía un archivador que nos habían entregado para informarnos de nuestros horarios, planes de trabajo, menús, y demás cosas que no me interesaba que me dieran por escrito, cuando llamaron a la puerta y Lauren la abrió sin esperar a que contestáramos que podía pasar.
               -June quiere veros.
               Nos levantamos y la seguimos en silencio, sin hacer preguntas; resultó que teníamos que hacernos las fotos para la web y los vídeos de presentación para el programa. Me había reído con ellos ante la efusividad de la encargada de las redes sociales, que se sentaba con nosotros en el sofá y hablaba de cosas insustanciales mientras preparaban el equipo para empezar con la sesión.
               -Muy bien, empezaremos con la foto para el programa…-dijo, sacando su móvil último modelo del bolsillo trasero de su pantalón (¿quién lo llevaba ahí?) y encendiendo la cámara frontal.
               -¿Fijo que es para el programa?-preguntó Scott, divertido, mordisqueándose el piercing, ya su propia miseria olvidada, por lo menos durante ese día.
               -Sí, claro, ¿por qué no iba a serlo?-inquirió June, toqueteándose el pelo y asegurándose de que salía con la mejor sonrisa posible. Su maquillaje era impecable esa mañana: un ojo experto tendría serias dudas en si se lo había hecho ella o si, por el contrario, había tenido ayuda de estilistas.
               -Entonces, ¿por qué es una selfie, y sales tú?-quiso saber Tommy, alzando una ceja. June se rió, con una risa nerviosa, acelerada, de “me han pillado”.
               -Es que ésta es para mi madre…-explicó, nerviosa, aferrándose al teléfono como si le fuera la vida en ello. Asentimos con la cabeza y sonreímos; se volvió con timidez hacia Tommy-. ¿Te importa si…?-inquirió, señalándole la cintura, pidiendo permiso para pasarle el brazo por detrás de la espalda.
               -Claro que no.
               -Toca, mujer, tú toca a gusto, que a él le van lanzadas-le picó Scott, y Tommy se volvió hacia él.
               -¿No tienes ninguna tía a la que ir a sobar?
               -Uf, espera-Scott se levantó, aprovechó para darle una colleja a Tommy disimuladamente, y se sentó en el suelo-, déjame cambiarme de sitio, que así sacas mi lado bueno.
               Layla, Chad, June y yo nos lo quedamos mirando.
               -El lado bueno es el del piercing-explicó ante la estupefacción de June, a quien no le entraba en la cabeza que Scott Malik pudiera tener inseguridades o problemas con las selfies. Tampoco es que el chaval fuera un modelo de los de pasarela, pero Scott, feo, precisamente, no era-; porque papá no lo tiene, y así, si alguien quiere hacerme pasar por él, tiene que quitármelo con Photoshop.
               -Tú no tienes lado bueno, Scott-Tommy puso los ojos en blanco.
               -Tienes razón, Thomas: los dos son cojonudos. Gracias por la aportación.
               June se echó a reír, se volvió hacia los que teníamos neuronas que funcionaban en el grupo e inquirió:
               -¿Cómo hacéis para no adorarlos?
               -Cuando lleves dos días aguantándolos, ya me cuentas-le respondí. Y fue dicho y hecho; a los dos días, ya estaba hasta el mismísimo coño de Scott Malik y de Tommy Tomlinson.
               Todavía nos quedaría pelearnos con Simon, que nos garantizó un puesto en la final si accedíamos a cantar una canción de nuestros padres en mitad del programa. Juntó las manos, enredó los dedos, apoyó los codos en la mesa de su despacho y dijo:
               -Os ofreceré todo tipo de privilegios y ventajas si, a cambio, vosotros me concedéis este caprichito.
               -Nada de canciones de One Direction-sentenció Tommy.
               -¿Qué sacarías tú, de todas formas?-pregunté yo.
               -Un pico de audiencia como no lo ha visto nunca este país. Nos beneficiaría a todos. Imaginaos la cantidad de ofertas de publicidad que podríais obtener estando aquí dentro con esa actuación. Seríais los primeros participantes de un concurso de talentos de la historia que ya tienen una pequeña fortuna antes de salir de él.
               -El problema es que yo no estoy interesado en una pequeña fortuna-soltó Scott, y todos nos reímos.
               -Decid qué canciones estáis dispuestos a cantar.
               -Ninguna.
               -¿Ni estribillos?
               -Ah, ah-Layla sacudió la cabeza, su coleta bailando en sus hombros.
               -¿Ni siquiera el na na na?-preguntó June, desanimada, aferrada a un iPad color gris espacial del que no la habíamos visto separarse.
               -Nooooooo-Chad dejó flotar la vocal en el aire. Y no se habló más del tema, a pesar de que una parte de mí no les habría perdonado renunciar tan rápido a aquello que nos ofrecían. Contratos, influencias, futuro, dinero, poder.
               Justo lo que yo había perdido por entrar en aquel programa. Y todo, ¿para qué? Para que Scott pudiera hacerse el machito interesante delante de toda Inglaterra frente a Jesy Nelson. No me parecía justo.
               Pero una cosa era que me arrepintiera en ocasiones de lo que había hecho, y otra que fuera a decir adiós a la única posibilidad que tenía de mantenerme relevante en la esfera internacional.
               Y aquellas canciones parecían el empujoncito exacto que necesitábamos (que yo necesitaba) para ganarnos un nombre, incluso cuando ya éramos alguien gracias a nuestro apellido.
               Eso empezó a acumulárseme, y el cansancio y la falta de sueño y de intimidad, además de estar metida en un zulo en el que me asfixiaba con cada aliento que inhalaba terminaron haciendo que implosionara y buscara una grieta por la que manifestar mis llamaradas.
               Así que apenas soportaba a nadie; a duras penas soportaba a Tommy, a duras penas conseguía seguir entrenando, corriendo sobre una cinta mientras pensaba en los ejercicios de tonificación que estarían haciendo las modelos, en los menús de restaurante de cinco estrellas, personalizados para ellas que estarían ingiriendo mientras yo me comía ensaladas que probablemente salieran de un envase de plástico del supermercado más cercano. En cómo se reirían y estarían con sus parejas, pasándoselo bien y deseando que pasaran los días, mientras yo me levantaba cada día, asqueada y con ganas de regresar pronto al catre que compartía con Scott y fingir que el mundo tal y como lo había conocido se acababa de desintegrar y no quedaba nada más que un paisaje desolado tras esas paredes en las que estaba enjaulada.
               Nadie me ayudaba. Bueno, Layla lo intentaba, pero la pobre no sabía qué hacer. Me acariciaba la mano y me susurraba palabras tranquilizadoras cuando íbamos a comer, o me sonreía con ánimo después de entrenar, pero las dos sabíamos que era cuestión de tiempo que yo terminara estallando.
               Y Scott no se estaba esforzando, precisamente, en hacerme la vida más fácil. Él no se daba cuenta, pero arrastraba también un humor de perros con el que mi propia irritabilidad parecía querer competir. Me revolvía el estómago a indiferencia con que trataba a Eleanor cuando volvía de sus escapaditas sexuales con ella, la cara de cachorrito abandonado que ponía cuando no se podía sentar a su lado en las comidas, el silencioso desafío de sus ojos cuando otro chico se ponía juguetón con la hermana pequeña de Tommy. Hacía que quisiera levantarme y tirarle algo a la cabeza, gritarle que él no podía estar de morros, que habíamos renunciado a demasiado por él como para que ahora no diera saltos de alegría, en agradecimiento por nuestros sacrificios.
               Todo mi mundo se desvanecía, todo por lo que yo había luchado se me escurría entre los dedos, y Scott se dedicaba a darnos malas contestaciones, a mí, a los demás, y sobre todo a los jueces, sólo porque Eleanor había decidido que no quería autoproclamarse como “señora de”.
               Casi agradecí la sombra silenciosa y discreta que vino a buscarme mientras me terminaba el postre, con retortijones incluidos, mientras presenciaba la patética batalla de miradas que los tortolitos se dedicaban. Chad hablaba con otros concursantes, así que no me preocupé en darle conversación, y creo que me lo agradeció. Al irlandés no le iba mucho el mal rollo que nos traíamos últimamente Tommy, Scott, y yo, y trataba en lo posible de evitarnos a toda costa cuando notaba nuestras malas vibraciones.
               -Diana-un mastodonte que no podía ser de otro departamento que no fuera de seguridad se acercó a mí. Levanté la mirada, nada amedrentada por su presencia y su sigiloso acercamiento; yo me merendaba a esos puñeteros seguratas cuando estaba en Nueva York-. Tienes visita.
               Me levanté sin más ceremonia que la de mi cucharilla lanzada sobre el yogur, me subí la cremallera de la sudadera y tiré de mi capucha hasta cubrirme el pelo con ella, en mi mejor imitación del rapero más chungo del Bronx.
               -¿Dónde vas?-inquirió Scott, que había decidido que nadie podía hacer nada interesante si no le incluía personalmente.
               -A las Fiji, ¿a ti qué te parece?-espeté, ignorando deliberadamente que nos dedicábamos las pullas para los momentos de entrenamiento o ensayo. No convenía que los demás supieran que había mal rollo entre nosotros.
               -Asegúrate de volver en 30 minutos. Tenemos ensayo.
               -No es que a ti te importe, de todas formas-me volví para mirarlo, caminando hacia atrás-, después de todas las gilipolleces que le vas soltando a Jesy.
               Eso era lo que más me molestaba de toda la movida con Scott: que estábamos allí por él, y él se reía en la cara de lo que estábamos haciendo. Cuando no controlaba la lengua, era como si nos escupiera a todos los demás.
               -Como si tu carrera tan prometedora se fuera a resentir por las cosas que yo le digo a Jesy-espetó, volviendo a su postre. Le hice un corte de manga mientras Eleanor le recriminaba con un sorprendido “¡Scott!”. Nos ignoró a ambas.
               Madre mía, te juro que lo terminaría asfixiando.
               Seguía al gorila por el entramado de pasillos al que estaba comenzando a acostumbrarme, hasta llegar a una puerta blanca de marco plateado. La amplitud de los pasillos y las escaleras que habíamos subido me hicieron sospechar que estábamos en la zona pública, la que se mostraba en los vídeos para que nadie supiera que se vulneraban varios convenios internacionales metiéndonos en celdas de condiciones infrahumanas.
               Según sus medidas, la habitación debería ser para dos personas.
               A poder ser, chicas. Por no sé qué mierda de mezcla de hormonas o algo así.
               Lo había mirado en Google.
               El tío se hizo a un lado para abrirme la puerta, la empujó con sencillez y esperó fuera, tal y como yo supuse que haría. Entré en la habitación, sólo para encontrarme con una mesa redonda, negra, con sillones tapizados en cuero marrón claro en los que había cuatro personas sentadas, esperando a mi llegada.
               Eri y Louis.
               Y mis padres.
               Me quedé paralizada al verlos, todo el rubor huyó de mi rostro en cuestión de segundos. Mamá clavó sus ojos castaños en mí; papá hizo lo propio, resultándome innegable el parecido que había en nuestros iris. Eri se mordisqueaba el puño con preocupación, y Louis miraba alternativamente a papá y a mamá, como si no estuviera del todo seguro de quién saltaría primero.
               -Mamá…-articulé, incapaz de decir nada más, tal era mi sorpresa. Mamá se masajeó las sienes, a la expectativa-. ¿Qué… qué hacéis aquí?
               Mamá exhaló una carcajada entre dientes.
               -¿Qué hacemos aquí?-replicó papá-. ¿Qué haces aquí, Diana?
               Me volví hacia él, incapaz de decir nada, incapaz de pensar, incapaz de respirar.
               -Estoy…-balbuceé, asfixiada en mis palabras.
               -Deberías sentarte, cariño-me invitó Eri, poniendo una mano en la mesa. Mamá se volvió hacia ella.
               -No vamos a jugar a eso ahora, Erika.
               Eri se irguió, cuadró los hombros, clavó una mirada llameante en los ojos de la mujer que me dio la vida, y la que me la había quitado cuando me expulsó de mi hogar.
               -¿A qué, Noemí?-escupió la madre de Tommy, venenosa. Me acerqué a ella, tomé asiento a su lado. No me gustaba la hostilidad que manaba de mis padres. Prefería mil veces que el fuego Tomlinson me calcinara, a que el hielo Styles me convirtiera en un carámbano.
               -A poli bueno, poli malo. Es mi hija-siseó mamá-. Tengo derecho a saber qué hace y cuándo lo hace. Y a prohibírselo si no me gusta.
               -Mamá…-empecé, pero ella clavó los ojos en mí.
               -Cállate, Diana.
               -Pero…
               -¡Que te calles, te digo!-dio un golpe en la mesa y Louis y yo dimos un brinco. Papá y Eri se mantuvieron estoicos: él, con los ojos fijos en mí, furioso; ella, con los ojos fijos en mi madre, dispuesta a presentar batalla, como la madre leona que en realidad era, la que luchaba por sus cachorros hasta el final-. ¿Para qué te crees que te mandamos a este país de mierda? ¿Para…?
               -Cuidado, Noemí: este país de mierda te ha dado a tu marido y ha hecho que tengas a tu hija-la cortó Eri. Mamá la ignoró.
               -¿… para que siguieras los pasos de tu padre y te aplaudiera todo el mundo por la voz que tienes? ¿Para glorificarte todavía más? ¿Es que no tienes vergüenza?-rugió-. ¿Te parece que es poco grave lo que hiciste, como para que ahora…?
               -Yo no tenía elección-dije, al borde de las lágrimas. Mamá bufó, abrió la boca para hablar, pero papá se inclinó hacia delante, ocupando más del triple de espacio que ella.
               -No te mandamos con los Tomlinson para que montaras una banda y te dedicaras a dar saltos por un escenario, eso tenlo por seguro. Tu madre y yo no hicimos nada cuando te pusiste a trabajar, porque dejaste que pasara tiempo y creíamos que te vendría bien para centrarte… pero esto, Diana, esto…
               -Yo no lo… no lo busqué…
               -¡Me da igual que lo buscaras, Diana, me da igual de quién fuera la idea!-tronó papá, y ahora, la que me sobresalté fui solamente yo-. ¡Venías aquí de retiro una temporada, no para ampliar tu currículum! ¡Que, por cierto, es el culpable de que estés metida en este lío!
               -Hemos venido a buscarte-anunció mamá, y mi corazón se saltó un latido.
               -¿Qué?
               -Te vienes a Nueva York. Vas a ir a recoger tus cosas y volverás aquí. Te llevaremos a casa de Louis y harás las maletas. Mañana te levantas en tu cama. Ya se nos ocurrirá en qué internado meterte, te vas a enterar tú de lo que vale un peine.
               Lo vi. Lo vi ante mis ojos. Vi el mundo en que vivía, los castillos construidos con mi esfuerzo, las obras de arte elaboradas con detalle gracias a años y años de trabajo. Las vi arder.
               Todo mi mundo se derrumbaba; había perdido mis alas y ahora perdería mi voz, había perdido mi carrera y ahora iba a perder todo por lo que yo había trabajado…
               Y, en lo más alto de lo más alta torre, estaba él.
               No, él no.
               Voy a perder a Tommy.
               Y ya no me va a quedar nada.
               El fuego se convirtió en agua, y esa agua se coló por mi garganta e inundó mis ojos.
               -Mamá… por favor…-estiré las manos, buscando su comprensión, pero ella las apartó-. Por favor, mamá. No me llevéis…
               -La decisión está tomada.
               -¿No te da vergüenza?-escupió Eri, venenosa-. Ella es feliz aquí, no tienes ningún derecho a llevártela ahora que ha encontrado su sitio.
               -¿Su sitio es el escenario de un programa idéntico al que nos explotaron a Louis y a mí, Eri? ¿En serio?-gruñó papá.
               -¡Tiene derecho a tener sueños!
               -¡Su sueño era Nueva York!
               -¡Ha cambiado de sueños!-ladró Eri, y se volvió hacia mí-. Cielo, no te preocupes. Se solucionará. Lo solucionaremos. No llores más-me besó la sien y dejó que me apoyara en ella a llorar. Me acunó contra su hombro, me susurró palabras de consuelo.
               -Te gusta esto, ¿verdad? Siempre te ha gustado hacerme parecer la mala.
               -Esto ya no va sobre ti, Noemí. Es tu hija, y si te importa una mierda que sufra porque te la quieres llevar, no sé en qué tipo de madre te convierte eso.
               -¡Me rogó que no la mandara contigo, ¿por qué ha cambiado de opinión tan rápido?!
               -¡Pregúntale quién la convenció para entrar en este programa, Noemí! ¡Quién hizo que volviera después de navidad! ¡Pregúntale quién la entendió y la hizo feliz cuando tú la tiraste como si fuera basura!
               Todos sus ojos se clavaron en mí. Dije su nombre, buscando que me diera fuerzas, que me hiciera valiente.
               -Tommy. Fue Tommy. No me separéis de él, por favor.
               -¿Tu hijo?-inquirió papá, incrédulo.
               Y Louis abrió la boca. Fue lo único que dijo en todo el rato en que estuvimos dentro de aquella infernal habitación.
               -Harry, me da igual los kilos y los centímetros que me saques: como vuelvas a usar ese tono para hablar de mi hijo, te pego una paliza.
               Los dos hombres se midieron con la mirada, mientras yo buscaba algo a lo que aferrarme para impedir el desastre.
               -Papá, por favor… estoy enamorada de él. Le necesito. No me separéis de él. No puedo estar lejos de Tommy.
               -¿Se lo has contado?-preguntó mamá, clavando sus ojos en mí. Me empequeñecí en brazos de Eri.
               -No he tenido…
               -¿Sabes por qué no se lo has contado? Porque sabes que él dejará de quererte en cuanto lo sepa. Nadie quiere a un monstruo, Diana.
               -Ya basta, Noemí.
               -Tú no eres así-me aseguró mamá mientras yo sollozaba en brazos de la madre de la única razón por la que mantenía la cordura-. Sé que, debajo de toda esa maldad, de ese alma tan negra, sigue estando mi niñita-me tendió la mano-. Ven conmigo. La encontraremos juntas. Nos libraremos del monstruo y encontraremos a la princesa.
               -¡Ya basta, Noemí!-rugió Eri cual dragona-. ¡Debería darte vergüenza, hablándole así a tu única hija!
               -¡Precisamente porque es la única que tengo no voy a dejar que me la echen a perder!
               -¡Es una persona, tiene sentimientos, es libre de elegir! ¿Crees que un error que cometió en el pasado ya la define a perpetuidad? ¿Que no tiene reparación?
               -¡Quiero que se cure!
               -¡Me la trajiste para que se curara conmigo, y ahora que la ves feliz, necesitas que vuelva a ponerse mal!
               -¡Se pondrá bien conmigo!
               -No te vas a llevar a Diana-sentenció Eri-. Por encima de mi cadáver conseguirás llevártela.
               Mamá y papá se miraron.
               -Mamá… por favor. Soy feliz aquí. Dejadme terminar-no podía salir y decepcionarle, Tommy jamás me perdonaría que le fallara en un momento así-. Luego, iré donde me digáis. Haré lo que sea. Pero dejadme estar con él. Son dos meses y medio. Por favor.
               -Una vida se destroza en segundos, Diana-sentenció mamá. Asentí con la cabeza.
               -A mí me destrozaréis si me separáis ahora de él.
               Mamá se volvió hacia papá, que apretaba la mandíbula. Le tocó el brazo.
               -¿Harry?
               Papá me estudió, leyó la sinceridad de mi promesa, mi resolución a hacerme mejor. Miró a mamá un angustioso segundo. Asintió con la cabeza y ella también asintió.
               -Está bien. Hasta el final del programa. Pero luego, vuelves a Nueva York.
               -Sí, sí. Gracias-me incorporé, temblorosa. Mamá y papá miraron a Eri y Louis, que se mantuvieron en sus posiciones, no queriendo resultar hostiles ni tampoco intimidados. Papá y mamá se levantaron por fin, se fueron hacia la puerta, sin esperar a que nosotros nos despidiéramos de ellos. Papá le abrió la puerta a mamá, que tenía los ojos enrojecidos, y se volvió hacia mí para finalizar:
               -Espero que ese chico realmente merezca la pena, para darnos la espalda a tu madre y a mí de esta forma.
               Cerró la puerta, dejándome con sus palabras, el eco del llanto de mi madre y del “nunca debí dejar que la trajeras aquí, hemos perdido a nuestra niña” todavía resonando en la habitación. Mecánicamente, sin saber dónde iba, me levanté y caminé hacia la puerta.
               -Diana…-susurró Eri, pero Louis le tocó la mano.
               -Déjala marchar, mi amor. Ahora necesita estar sola.
               No. No, lo último que necesitaba era estar sola. Necesitaba estar con alguien, necesitaba estar con Tommy. Pero no tenía fuerzas para lidiar ahora con todo el mundo; quería meterme en la cama y dormir durante una semana, sin parar, sin despertar. No podía lidiar con Scott, ni con Chad, ni con la coreógrafa, ni con los ojos de Tommy que me acababan de hacer lanzar mi vida por la borda…
               Le quería a él y me aterrorizaba él.
               Corrí hacia mi habitación, con las lágrimas desbordándoseme y haciendo que el mundo pareciera un borrador desdibujado de un estudiante de arte que nunca lograría entrar en ninguna universidad.
               Y, cuando abrí la puerta y me los encontré desnudos en la cama, pensé que me moría. Ya estaba. Layla lo había hecho con él, y él se daría cuenta de que Layla era mil veces mejor que yo, y ya no me necesitaría…
               Dios mío, ¿cómo se podía ser tan desgraciada?
               -Perdón-me escuché balbucear-, pensé que estaríais en el gimnasio-dije, y al segundo me di cuenta de que aquello no tenía sentido, porque deberíamos estar ensayando; y a los dos segundos caí en que estaban desnudos y probablemente disfrutando de las endorfinas post-sexo que tanto me gustaban-. Yo…-me giré sobre mis talones-. Mejor os dejo solos. Perdón.
               Su voz flotó hasta mí, sacándome de aquel pozo, haciéndome resurgir tímidamente de mis cenizas.
               -¿Estás bien, Didi?-inquirió con voz suave, dulce, y que, para mi gran alivio, no estaba ronca. No habían hecho nada. O, si así había sido, los efectos ya habían pasado. Me volví despacio, negué con la cabeza, luchando contra mis lágrimas. Tommy abrió los brazos, invitándome a meterme entre ellos y a dejar que me protegiera, y yo me acerqué temblando como una hoja en un vendaval otoñal.
               Layla se hizo a un lado para darnos más espacio, que Dios la bendijera.
               -Tenemos que hablar-susurró Tommy cuando me acurruqué en su abrazo. Me dio un beso en la sien.
               -Si estabais juntos, yo… puedo volver. Ya hablaremos después-respondí, lastimera, escuchado el patetismo hecho voz salir de mis cuerdas vocales. Layla negó con la cabeza, empezó a vestirse con rapidez, disimulando las partes de su cuerpo que más controversia podrían causar, y se dirigió a la puerta de la habitación. Salió tras decirnos que nos tomáramos todo el tiempo del mundo y, cuando escuché el clic de la puerta al cerrarse, me atreví a levantar los ojos hacia Tommy.
               -¿Qué ocurre, mi amor?-preguntó, y yo me mordí el labio, me aferré a su hombro, cerré los ojos para contener las lágrimas e informé:
               -Mis padres han venido a buscarme.
               Todo su cuerpo se puso tenso, listo para salir corriendo a defenderme si era preciso. Le adoraba. Más que a mi vida. Más que a todo lo que había tenido.
               Era un guerrero listo para morir en nombre de su reina, un caballero que haría lo que fuera con tal de que la mujer a la que amaba fuera feliz.
               -¿Y…?-me animó.
               -Querían llevarme con ellos.
               -¿Y van a hacerlo?
               -No-le miré a los ojos, me acarició la espalda. Notaba el calor que manaba de su torso completamente desnudo, a pesar de estar precisamente así. Seguía siendo el sol más cálido y hermoso que pudieras encontrarte jamás, a pesar de que hacía frío y él no tenía nada que le hiciera producir calor. Pero lo hacía, porque él era mi hogar, y los hogares están siempre calentitos: de hecho, los hogares son el propio fuego que enciendes en invierno, la fogata en medio del bosque que te impide morirte congelado en plena noche-. No, no podía dejarte. No quería dejarte. Eres mi vida, Tommy. Eres lo único que me queda.
               -No digas eso, Diana-me pidió, besándome las cejas, estrechándome contra él-. No digas eso, no…
               -Ellos no me quieren.
               -Claro que te quieren, Diana, son tus padres. Los padres son gente rara, a veces no entendemos las venadas que les dan, pero todo lo que hacen, lo hacen por nuestro bien…
               -Mi madre piensa que soy un monstruo.
               Tommy se quedó helado, noté la sorpresa contaminar su cuerpo como si de un veneno mortífero se tratara.
               -Estoy seguro de que…
               -Me lo dijo. Los dos me lo dijeron. Ya no me quieren, Tommy, me tienen miedo, les doy asco, soy una decepción para ellos…
               Me separó un poco de él para mirarme a los ojos. Me limpió las lágrimas con los pulgares mientras sostenía mi rostro entre sus manos, examinándolo, siguiendo cada rincón, contemplando cada poro como si fuera buscara en mi cara la cura contra el cáncer.
               -Pues entonces, estás siendo tonta llorando por ellos. Está claro que no te merecen. Si tus padres son gilipollas, Diana, lo mejor es que les dejes atrás. Ahora tienes una familia-me besó una mano, los dedos, los nudillos, mientras sus ojos seguían fijos en los míos-. Yo puedo ser tu familia.
               -Pero…
               -Te voy a querer tanto que ni te vas a dar cuenta de que estás en un país diferente del que te criaste. Tendré más paciencia a partir de ahora. Seré más comprensivo-frotó su nariz contra mi cara-. Las cosas volverán a ser como antes. Como eran cuando éramos felices en las sábanas de tu cama redonda, encima de mi habitación. Podemos volver ahí siempre que queramos. Ya estamos ahí ahora-me besó en los labios, dejó que me hiciera un ovillo y me acurrucara contra él. Nos quedamos en silencio un rato, yo llorando, él acariciándome la espalda, murmurando en mi oído “shh, shh, estoy aquí, nadie va a hacerte daño”.
               Sentí la misma sensación de tranquilidad que cuando me vio llorando por primera vez, hacía vidas, en su casa. La misma sensación de tener un hermano mayor que me comprendiera y me quisiera y me hiciera reír cuando mis padres se pasaban con un castigo: todo lo que yo no había tenido en la vida mientras crecía, lo era Tommy.
               Todo lo que había tenido y había perdido, ahora estaba en Tommy.
               Le noté negar con la cabeza y alcé la mirada.
               -¿Qué?-inquirí en voz baja, temiendo hacer demasiado ruido y que los duendes de la habitación que creaban aquella atmósfera tan hermosa se disiparan como el humo.
               -Estoy pensando… me parece increíble que tus padres te hayan dicho una cosa así. Son las últimas personas de las que me esperaría que te dijeran eso. Joder, y yo que pensaba que Noemí y Harry eran tíos legales…
               -Quizá sea la contaminación de Nueva York-reflexioné-. La ciudad es preciosa, pero no hay cosa más sucia en todo el mundo que el aire que respiramos allí.
               -Es imposible que sean tus padres. Dos personas así no podrían tener una hija tan hermosa como tú.
               -Puedes ser guapa y mala persona. Yo era mala persona antes-les defendí, sin saber por qué, sin tener motivos, pero les defendí.
               -No lo digo porque seas guapa. Estoy de acuerdo. Pero no sé cómo puedes tener tanto amor acumulado dentro, y ser tan bonita y tan buena, si te han criado ellos. No me extraña que fueras una chula cuando viniste de Nueva York. Menudas putas influencias tenías en casa-protestó, y yo me incorporé, me apoyé en su pecho, noté el latir de su corazón mientras lo miraba-. Quizá pretendían castigarte mandándote con nosotros, pero de lo que no se dan cuenta es del inmenso favor que te hicieron cuando te alejaron de ellos.
               Me mordí el labio, reprimiendo las lágrimas. Él sonrió, me acarició la mejilla con el pulgar, respirando mi respiración, contemplando mis ojos, saboreando mis labios cuando me incliné a darme un beso.
               -Eres un sol-le dije.
               -Sí, me han contado que lo crees-sonrió en mi boca.
               -Estos días… yo… lo siento mucho, T. Me he comportado como una verdadera gilipollas, y…
               -No pasa nada. Si vieras la fauna con la que me relacionaba antes… parece ser que tengo algo por las gilipollas-me apartó un mechón de pelo detrás de la oreja y yo me eché a reír.
               -Es que… se me viene todo encima, ¿sabes? Me mandaron una invitación al desfile. Los de Victoria’s Secret, digo-aclaré al ver su expresión de no entender-. Ese… recochineo…-me estremecí-. Fue lo que empezó todo. Aparte de que estamos aquí metidos, y… siento que me asfixio…
               -¿Vas a ir?
               -¿Qué?
               -Al desfile. ¿Vas a ir?
               -No tengo pensado-me erguí, orgullosa.
               -Yo creo que deberías.
               -¿Ah, sí?
               -Sí. Y creo que deberías ir con ese top y la falda que llevabas y que tanto me gustan. Vete medio desnuda. Que todo el mundo te haga fotos a ti en lugar de a las modelos. Ya verás cómo, el año que viene, te dan a ti el Wonder Bra.
               Me eché a reír.
               -Se llama Fantasy Bra, Wonder Bra es una marca de sujetadores.
               -Aprecia mi esfuerzo, ¿quieres, americana? Hasta antes de conocerte, creía que un escote palabra de honor era de los que te suben hasta el cuello y no te dejan ver nada y que se había inventado en el siglo XVIII.
               Me eché a reír, me lo comí a besos.
               -Tengo sitio para un acompañante.
               -¿Me estás invitando?
               -Quizás me lleve a Chad. Por eso de que tiene novio, y tal-medité, y él sonrió, acariciándome los muslos cuando me senté sobre mis piernas-. Así no se le irá la vista.
               -¿Crees que se me iría la vista?
               -¿Viendo las mujeres que desfilan en ropa interior? Tommy. Eres un chico, y eres heterosexual. Si te metiera en el desfile, sería porque voy buscando guerra.
               -Sabes que no miraría a ninguna otra; ya tengo a la chica más alucinante de todos los tiempos a mi lado. Ninguna tía, por mucho maquillaje y medidas de 90-60-90 que tenga, podría conseguir que apartar la vista dos segundos de ti.
               ¿Sabes esa sensación de florecimiento y felicidad absoluta que sientes cuando has tomado la decisión correcta? ¿La sensación de estar exactamente donde debes y de no lamentar tus sacrificios para estar con el chico al que amas? Eso fue lo que me embargó viendo el amor en los ojos de Tommy, escuchando sus palabras, sus promesas de amor. Y le creí, creí sinceramente que él sería mi familia, que me querría tanto que me olvidaría de mis padres.
               Me haría feliz, me haría sentir libre dentro de aquella jaula.
               Empecé a besarle.
               -Diana-susurró, intentando detenerme.
               -Te quiero-le dije.
               -Yo también te quiero, pero… hay una cosa que tenemos que tratar.
               Me mordí el labio y esperé.
               -Las drogas-me adelanté, y él asintió-. No estoy enganchada.
               -¿Y por qué no las dejas?
               -Porque no me da la gana.
               Tommy suspiró profundamente, poniendo los ojos en blanco.
               -Puedo dejarlas cuando quiera.
               -¿Y por qué ahora no te da la gana?
               -Porque… me ayudan a seguir.
               -¿A seguir con qué?
               -A seguir trabajando. Me quitan el hambre. Me animan. Apenas me acerco a la dosis necesaria para hacerse drogadicto, Tommy. Lo tengo bajo control.
               -A mí no me lo parece.
               -Pues es así. Confía en mí. ¿Crees que dejaría que una gilipollez como la cocaína me quitara contratos? Las agencias tienen políticas muy estrictas en contra de las drogas.
               -¿Las tomabas antes de venir? ¿Mucho antes?
               Me mordí el labio y asentí despacio.
               -¿Desde cuándo?
               -Hace tiempo.
               -Diana.
               -No me acuerdo.
               -Sí, claro. Sí te acuerdas, pero no quieres decírmelo.
               -Si estás intentando que te diga qué hice para que mis padres me mandaran venir aquí…
               -Hombre, pues estaría bien saberlo, aunque solo fuera por satisfacer mi curiosidad…
               -Te lo diré pronto.
               -¿Cuándo es “pronto”?
               -Hoy no. No quiero que te escandalice pero intentes fingir que no te importa sólo porque, con que me llamen “monstruo” una vez al día, ya voy bien de disgustos.
               -¿Tan gordo es?-me acarició el brazo.
               -Lo suficiente como para que las drogas me ayuden a olvidarlo… y sea el único secreto que tengo contigo.
               Torció la boca, sopesando lo que le acababa de decir. Al poco, asintió con la cabeza.
               -Pero tienes que dejar de tomar tanta.
               -Lo intentaré.
               -Prométemelo, Diana.
               -He dicho que lo intentaré, Tommy.
               -Que me lo prometas.
               Ahora me tocó suspirar a mí. Me senté de nuevo sobre mis piernas cruzadas, levanté la mano derecha.
               -Yo, Diana Styles, te prometo a ti, Thomas Tomlinson, que intentaré reducir el consumo de sustancias estupefacientes…
               -Al mínimo.
               -A la mitad de las que estoy tomando.
               -No me sirve.
               -Una pena, porque no voy a tomar menos.
               Tommy alzó las manos, se frotó los ojos.
               -De acuerdo, pues… a la mitad.
               -… desde hoy y hasta la salida del concurso, con la ayuda de Dios.
               -Amén-respondió él, y me eché a reír.
               -¿Qué tal con Layla?
               -Si estás preguntando si hemos echado un polvo, la respuesta es no.
               Vio el hambre en mis ojos, la manera en que me lo comía con la mirada y cómo me mordía el labio, desenado sentir su cuerpo entre mis muslos. Me bajé la cremallera e la sudadera y me la quité, asegurándome de hacerlo de modo y manera que la camiseta que cubría mis pechos acariciara su torso desnudo. Tommy sonrió.
               -Vamos a tener que aprovechar que estás casi desnudo.
               -¿Quién ha dicho casi?-respondió, destapándose y mostrándose como Dios le había traído al mundo. Me relamí, viendo su excitación, y me acerqué a él.
               -Esto me gusta, pero la próxima vez que estés con Layla, vístete cuando ella se vaya. No me gusta que te desnude otra; eso es trabajo mío.
               Me quité la camiseta y los pantalones. Tommy prácticamente babeaba al tener mis curvas casi liberadas al alcance de la mano.
               -No haces más que pensar en trabajo, ¿mm, americana?
               Me puse encima de él, que se acomodó en la cama que compartía con Layla, su cabeza en la almohada, sus manos en mi cintura, sus pulgares bajándome lentamente las bragas.
               -¿Qué tal si me tomo un tiempo para hacer un viaje por placer?-respondí, ayudándole a desnudarme. Me desabrochó el sujetador y lo lanzó a un lado. Me masajeó los pechos.
               -Disculpa, ¿has dicho algo? Sólo me he quedado con la última palabra por culpa de lo preciosa que eres, aunque he de decir que estoy de acuerdo con ella.
               Me tumbé sobre él, separé las piernas.
               -Follemos despacio-le pedí.
               -¿Follar? Americana, vamos a volver a hacer el amor. Cosa que nunca deberíamos haber dejado apartada.
               Me eché a reír y dejé escapar un gemido cuando entró en mí, mirándome a los ojos. Me dijo que me quería mientras empezaba a moverse.

               Y eso también daba calor, así que tenerlo en mi interior también era estar en casa. 


¡Atención, atención! Si me dejáis 17 comentarios en este capítulo, en el siguiente anunciaré cuántos más quedan ,así como el día en el que subiré el último. ¡Animaos, chicas, que ya no queda nada!

El cuarto capítulo de Sabrae ya está disponible, ¡entra a echarle un vistazo y apúntate para que te avise de cuando suba los siguientes capítulos! A más gente apuntada, antes subiré



Te recuerdo que puedes hacerte con una copia de Chasing the stars en papel (por cada libro que venda, plantaré un árbol, ¡cuidemos al planeta!🌍); si también me dejas una reseña en Goodreads, te estaré súper agradecida.😍       

40 comentarios:

  1. NO ME ACORDABA LO MUCHO QUE ODIABA A NOEMÍ, LA ÚLTIMA VEZ QUE ME DIERON GANAS DE ASESINARLA FUE LEYENDO I1DB

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    1. QUÉ POCO SE NOTA QUE DEJAMOS DE SER AMIGAS MIENTRAS ESCRIBÍA ITS 1D BITCHES, MENUDA INQUINA LE CONSERVO (a su personaje, la relación con la real es bastante cordial)

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  2. ES QUE YO MATO A NOEMÍ Y A HARRY PERO QUÉ HUEVOS TIENE EL CHAVAL DE VERDAD Y LA OTRA?????? PERDONA PERO DIANA ES UN SOL !!!! Ufuf grax eri y louis por cuidar tan bien de diana the Best padres del mundo !!!! Qué dramón con scott y eleanor de verdad i'm!!! lol sigo sin creerme que aguanten en esa habitación de verdad, yo llego a estar ahí y aunque no me hayan eliminado me voy yo JAJAJAJJAJA Ahora, hablemos de un asunto importante, dime por amor a tu novela que quedan más de 5 capítulos nO QUIERO QUE SE ACABE :((((

    --------
    can we apreciar que esta vez no me he equivocado y he comentado en el capítulo correcto????? grax
    --------
    ALA SIGUE ESCRIBIENDO ASÍ DE BIEN ��������������������✨��

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    1. BUF pues ya verás cómo se la devuelve Diana en el capítulo que voy a subir esta tarde, mi hija ahí defendiendo y marcando territorio sí señora!!!!!!!!!
      Louri la mayor otp de la historia mira lo bien que han criado a Tommy que les den un premio o algo
      SI VIERAS LA MOVIDA QUE VA A HABER EN EL SIGUIENTE CAPÍTULO CON SCOTT Y ELEANOR TELA JAJAJAJAJAJAJAJA
      Los tienen metidos en un zulo pobrecitos, esto es un poco en homenaje a que a 1D también los tuvieron encerrados en la habitación más pequeña xddddddddd qué odio le tiene el mundo a esta gente dios mío
      SÍ, quedan más de 5 capítulos, no te preocupes ☺ hoy tendréis toda la información sobre el final de Chasing the stars ☺

      Estoy orgullosa de ti June la verdad es que no me esperaba menos

      AY QUÉ MONA ERES TE COMO LA CARA DE VERDAD VEN QUE TE BESE❤

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  3. YO TE JURO QUE ME COMO A LAYLA A BESOS. Es que de verdad que quiero achucharla con todas mis fuerzas y morderle las mejillas y peinar su pelo lentamente hasta que nada nada le pudiera hacer daño. NO SE MERECE NADA NALO DE ESTE MUNDO..
    Estuve a nada, a muy poco de soltarle una buena hostia a Diana por su actitud de gilipollas integral y de volver a ser la zorra frívola de Nueva York. Pero al final se le acaba entendiendo todo porque ha renunciado a lo que quiere para seguir a Tommy que quiere ayudar a Scott que a veces demuestra que le faltó oxígeno en el cerebro el dia que nació.
    Hubiera pagado oro y diamantes porque Louis le diera una dura paliza a Harry, que dejara en alto el nombre de los Tomlinson y que nadie se metía con Tommy si no eres de los Tomlinson o Scott Malik. ES QUE ESOS DOS SON TONTOS O QUE? Menos mal que tenemos a Eri para cereales la boca, sobretodo a Noemí. Se dedican a mandar a a Diana al otro lado del mundo como si fuera porquería y ahora que entre todos los Tomlinson han conseguido limpiar y pulir el diamante que Es,¿se la quiere llevar? Una mierda!! Ojalá que encuentren una solución para que se quede..
    ¿QUÉ HA HECHO DIANA POR DIOS?
    ¿CÓMO HARÁN LAYLA-TOMMY-DIANA PARA SER FELICES Y COMER PERDICES SIN QUE HAYA ENVIDIAS E INSEGURIDADES?
    PD: no estoy preparada para conocer la fecha del final. No quiero.

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    1. Layla es tan bizcocha de verdad me va a dar diabetes escribiendo sobre ella :(((( qué dulce es porfa se merece todo lo bueno del mundo
      Diana casi casi vuelve a ser la de NY, menos mal que al final Tommy la ha puesto en su sitio con sus mimos y sus atenciones AY ES QUE TODO BIEN LO TIENE QUE HACER MI HIJO, TODO TODO TODO.
      Uf, no quieres que Louis le pegue a Harry, créeme, con lo pequeñín que es (en comparación con Harry) terminaría espachurrado contra el suelo JAJAJAJAJAJA
      "menos mal que tenemos a Eri para cereales la boca" por favor no dejes nunca de usar el móvil para comentar

      ENSEGUIDA OS ENTERARÉIS DE LO QUE HA HECHO DIANA UF QUÉ TENSIÓN MÁS GRANDE
      Y EL TRIÁNGULO AMOROSO VA A SER UNO DE LOS DOS FOCOS DE SALSEO DEL FINAL DE LA NOVELA AAAAAAAAAAAH ME MUERO POR PODER SUBÍROSLA Y HACER TODOS LOS DESENLACES UF
      PD: la fecha que he elegido es super especial y relevante, puede que alguna ya la sospeche pero :((( me da mucha pena no quiero que CTS se acabe :(((

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  4. HARRY Y NOEMÍ ME VAN A COMER EL SANTÍSIMO COÑO, COMO SE ATREVE A LLAMARLA MONSTRUO? EN SERIO QUE SE MUERA YA

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    1. QUÉ MALOS SON, CÓMO SE LA VA A DEVOLVER DIANA, NO TENÉIS IDEA

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  5. Mentiría si dijese que cuando he leído que Harry y Louis estaban en la misma sala he empezado a chillar "Larry"

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    1. No has sido la primera ni serás la última, tranquila

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  6. Duele ver lo duro que está siendo el concurso para todos, nuestros pobres tesoritos ❤
    CÓMO SE ATREVEN A LLAMAR MONSTRUO A DIANA CUANDO ES LO MÁS BONITO Y DULCE QUE HAY PROTECT OUR GODDESS DIANA AT ALL COSTS
    Tengo muchísima curiosidad por saber qué hizo Diana, espero que quede poco para descubrirlo

    "Seguía siendo el sol más cálido y hermoso que pudieras encontrarte jamás, a pesar de que hacía frío y él no tenía nada que le hiciera producir calor. Pero lo hacía, porque él era mi hogar, y los hogares están siempre calentitos: de hecho, los hogares son el propio fuego que enciendes en invierno, la fogata en medio del bosque que te impide morirte congelado en plena noche." ❤

    - Ana

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    1. Se pensaban que iba a ser un paseo pero estoy haciéndolo un auténtico infierno (si te soy sincera, lo estoy haciendo incluso más duro de lo que yo misma pensé en un principio).
      Los padres de Diana no han tenido nada de tacto pobrecita mi niña, pero es que lo que hizo es muy gordo y están bajo mucha presión, y ahora el colmo ha sido que la metieran en un concurso, así que hasta cierto punto yo les entiendo (lo cual no quita de que se hayan pasado tres pueblos).

      AY PORFA DE VERDAD ANA TÚ SIEMPRE ME COPIAS ALGUNA FRASE ES QUE TE COMO LA CARA ❤❤❤❤❤❤

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  7. QUIERO VER A ERI SACARLE LOS OJOS A NOEMÍ POR DEFENDER A DIANA. CÓMO COÑO SE ATREVE A LLAMAR A MI NIÑA MONSTRUO?
    Cada vez tengo más claro que lo que hizo Diana fue pegarle una paliza o algo por el estilo al que la violó y que me expliquen QUE TIENE DE MALO, DE VERDAD QUE SOPOR

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    1. TE IMAGINAS QUE ERI SE MARCA UN SHEREZADE JAJAJAJAJAJAJA ME ESTOY DESPOLLANDO
      No andas desencaminada, Nuria, me gusta cómo piensas ☺

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  8. ME ACABO DE LEER LOS TRES CAPITULOS DE GOLPE Y ESTOY LLORANDO VALE.
    TE COMENTO PORQUE NECESITO SABER CUANTOS CAPITULOS QUEDAN AUN QUE ME DA MUCHISIMO MIEDO SABERLO. NO QUIEOR QUE ACABE.
    POR CIERTO NOEMI Y HARRY, ME DAIS ASCO :)))))))))) DIANA VEN A MIS BRAZOS MI AMOR.
    PROMETO QUE CUANTO TENGA WIFI TE DEJO UN COMENTARIO EN CONDICIONES EN TODOS LOS CAPÍTULOS, AUN QUE SEA EN SEPTIEMBRE, PORQUE AL FINAL EL PUTO AYUNTAMIENTO ME ECHA POR CANSINA.
    IGUALMENTE NO TE CANSES NUNCA DE ESCRIBIR ARTE VALE.
    -Patricia

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    1. AY DIOS PATRI POBRECITA, QUE CON QUE DEJARAS UN COMENTARIO DICIENDO QUE COMENTABAS PARA SUMAR YA TE CONTABA, NO HACÍA FALTA QUE TE PASARAS TRES HORAS LEYENDO JO :( disfruta de tu pueblo, que la novela se va a quedar aquí, no la voy a borrar ☺
      Me encanta cómo todas estáis cuidando y protegiendo a Diana cuando hace casi dos años la detestábamos ayyyy mi niña cómo se ha ganado los corazones de la gente
      Sí porfa, echo de menos leerte, pero tranquila, puedo esperar ☺
      Uf no me voy a cansar tranquila, esto va para largo ❤

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  9. ES QUE COJONES ES ESTO POR DIOS
    QUE LES ESTÁS HACIENDO A MIS NIÑOS ERIKA.
    Desde que leí lo del programa supe que acabaría todo mal, la presión seguirá fuera del programa y no podrán con ella. Chad tendrá que estar alejado de Aiden, Eleanor y Scott por mucho que al salir descubran lo suyo la prensa los atosigara allá dónde vagan y el triángulo lo pasará peor aún, no podrán expresarse como quieran en público porque la gente no entenderá su relación de a tres. En resumen lo del programa ha sido la peor decisión que han tomado.

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    1. LOS ESTOY TORTURANDO DEMASIADO YUMLIS
      Uf, confieso que me estoy pasando un poco con ellos pero es que me los imagino así de tensos, les estoy siguiendo a lo largo del as semanas y es que es ACOJONANTE la tensión que hay. Aunque, claro, están como están: medio explotados, enclaustrados, sin poder salir ni ver a sus familias... es normal que les duela y les pese, y lo peor está aún por llegar, tanto para Sceleanor como para el triángulo.
      Luego está Chad, súper chill el muchacho

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  10. Se acerca la ruptura Sceleanor y no estoy preparada ni para ella ni para hatear a Eleanor.

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  11. MI NIÑITA DIANA QUE ME LA VAN A SEPARAR DE TODO LO QUE LA HACE FELIZ. PRESIENTO QUE VA A SER LA QUE PEOR FINAL TENGA Y DIOS TE ODIO MUCHO ERIKA.

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    1. Diana va a sufrir, pero va a estar con Tommy; no la van a echar del programa, tranquila ☺

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  12. Estoy puto enfadada contigo por hacer sufrir tanto a mis niños, van a acabar todos como la mierda por culpa del maldito programa. No quiero darle la razón a Harry pero los están explotando y lo peor es que al salir seguirá así. Ojalá nunca hubieran entrado.

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    1. Ay cuqui, el enfado se incrementará a medida que pasen los capítulos, pero cuando lleguemos al final, seguro que me perdonas ☺ ❤

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  13. HE VUEEEEEEELTO!!!! MADRE MÍA ERIKA ME VOY UNAS SEMANAS Y CUANDO VUELVO SE HA ARMADO LA TERCERA GUERRA MUNDIAL, NO SÉ NI POR DONDE EMPEZAR, LOS ÚLTIMOS CAPÍTULOS HAN SIDO IM PRE SIO NAN TES O SE SIN PALABRAS, LA DESPEDIDA DE TODAS SUS FAMILIAS, SCOTT Y TOMMY CON LOS PEQUES, SCELEANOR, ALEC (DIOS MÍO DE MI VIDA ALEC) EN FIN QUE ME HA DADO MUCHA RABIA NO ESTAR CUANDO LOS PUBLICASTE PORQUE OLE TÚ TÍA!
    Y BUENO EN EL DE HOY CASI ME DA UN PARRAQUE PORQUE NUNCA PENSÉ QUE HARRY PODRÍA CAERME MAL HASTA QUE HE LEÍDO EL CAPÍTULO DE HOY PFFFFFF A NOEMÍ YA LA DI POR PERDIDA EN I1DB PERO AQUÍ VAMOS... QUIERO TIRARLA DE LOS PELOS, ESPERO QUE AL FINAL TODO CAMBIE PORQUE A DIDI NO LA PUEDEN SEPARAR DE TOMMY O SEA MI OTP TIENE QUE SER ENDGAME SÍ O SÍ
    CADA VEZ ESTÁ MÁS INTERESANTE EL TRIÁNGULO DE TOMMY, LAYLA Y DIANA MIRA YO YA NO SÉ EN QUÉ BANDO PONERME PORQUE TOMMY ES LO PUTO MEJOR CON LAS DOS ME VOY A MORIR... (aunque aun así creo que tiro más por Tiana)
    Y BUENO PODEMOS SABER YA QUÉ ES LO QUE HIZO DIANA, POR FAVOR NO PUEDO CON LA CURIOSIDAD MI POBRE CHICA SI ES BUENÍSIMA NO PUEDE HABER HECHO NADA TAN MALO MIRA YO VOY A EXPLOSIONAR CON LA INTRIGA
    NO QUIERO QUE ESTO ACABE ME DA TANTA PENA PENSAR QUE ESTÁ LLEGANDO AL FINAL QUE QUIERO LLORAR, PARECE QUE FUE AYER CUANDO EMPECÉ A LEERLA Y DIANA AUN NO HABÍA LLEGADO EXILIADA DE NUEVA YORK Y AHORA YA VA A ACABAR PFFFF
    EN FIN QUE NO PUEDO DEJAR LAS MAYÚSCULAS PORQUE ESTOY EXTASIADA CON ESTA NOVELA, UN BESO GIGAAAAAANTE (ECHABA MUCHÍSIMO DE MENOS LEERTE Y COMENTARTE) 💜💜💜

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    1. AAAAAAAAAAAAAAH MARIA TE ECHABA DE MENOS BIENVENIDA DE VUELTA!!!!! Todo se descontrola cuando tú no estás, ya me estás comentando en cada capítulo, jum!!! >:L
      Me alegro muchísimo de que te hayan gustado los anteriores capítulos, sinceramente no sé qué va a ser de mí cuando Chasing the Stars se acabe, le tengo tantísimo cariño a esta novela que ay :( MENOS MAL QUE TENEMOS SABRAE Y ALEC PARA RATO
      Cómo se nota el odio que le tengo a Harry, en dos días consigo que le detestéis vosotras también xd a la pobre Noemí la convertí en la mala de la película en I1DB, menos mal que ya no me lee y no se entera de las cosas que hace su personaje, porque igual me venía a llamar la atención JAJAJAJAJA
      No temáis, Diana no se va a ir a ningún sitio



      otra cosa es que sea endgame con Tommy pero BUENO JEJEJEJEJEJEJEJEJE
      Me encanta que os llame la atención el triángulo de L+T+D porque sinceramente son los que más salseo van a aportar después de Sceleanor, ay dios mío qué movidas se vienen, no estáis preparadas para ello.
      Enseguida lo diré, no os preocupéis, ya no queda nada para que os enteréis de lo que sucedió con Diana ☺ VAIS A FLIPAR O SEA YO TODAVÍA NO LO TENGO DEL TODO CLARO PORQUE SE ME OCURRIÓ OTRA COSA Y UF

      YO ME MORIRÉ DE PENA EL DÍA QUE SUBA EL ÚLTIMO CAPÍTULO DE VERDAD RIP MI ESTABILIDAD EMOCIONAL ESTOY MEDIO LLORANDO YA PENSANDO EN LO POCO QUE QUEDA :(((((((( ha pasado tan rápido el tiempo, estoy igual que tú, parece que fue ayer cuando Diana se marchó de Nueva york y ahora mírala, instalada cambiada y totalmente enamorada , no puedo más.

      USA MAYÚSCULAS HIJA, ÚSALAS QUE A MÍ ME ENCANTAN ❤❤❤TE ECHABA DE MENOS YO A TI TAMBIÉN AY, ESPERO QUE TE LO HAYAS PASADO BIEN Y QUE TODO TE HAYA IDO COMO LA SEDA EN ESTA AUSENCIA ☺

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  14. "-Seguro que se lo pasa genial escuchando a la gente. Esto parece un concurso de a ver quién folla más. Tenemos que contárselo a Alec; seguro que quiere apuntarse el año que viene."
    Me he descojonado.
    No puedo creer que Eleanor vaya a romper, ahora que ya no está Scommy por el medio, los cuales eran mi prioridad,ahora que ya solo son scott y eleanor mi corazón sufre imaginando la escena de la ruptura.

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    1. Alec 2k35 no pedimos más; en realidad lo único que me impide meterlo en el programa es que el año que viene él estará de viaje así que nada JAJAJAJAJA
      Pues Lopuri mi vida, cuando veas lo que va a pasar se te va a romper el corazón del todo... se avecinan tiempos oscuros para Sceleanor </3

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  15. Quiero llorar, Sceleanor se va a la mierda, Tiana se va a la mierda, hasta Larry se va a la mierda. Que novela del mal.

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  16. Pues nada, id cogiendo los pañuelos para la despedida Tiana y la ruptura Sceleanor.
    Ningún ship me sale bien, me cago en la puta.

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    1. No pierdas la esperanza, Lilith, quizás las cosas vayan bien después de todo ☺

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  17. tía pero todo este sufrimiento qué es????????

    pobre Lay en serio espero que se recupere pronto porque pf me dan mucha pena los dos

    y Diana hola???? necesito saber ya porqué está en Inglaterra porque la curiosidad está pudiendo conmigo
    y lo de Harry y Noemí en shock, de ella me lo esperaba porque lleva siendo una zorra desde I1DB, pero mira Harry no y me he cabreado (y que no se note el odio que le tienes jajaja)
    Y Eri ahí defendiendo a Diana ojalá se quede con ella para siempre

    y veo que se avecina MUCHO drama y no me gusta nada

    María

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    1. Maria porfa perdoname Y PERDONA A BLOGGER POR NO DEJARTE COMENTAR ME CAGO EN SUS MUERTOS YA

      A Layla ya le va quedando menos, no os preocupéis por ella, que cuando encuentre el camino será inmensamente feliz ☺
      En breves os cuento lo de Diana uf es que de verdad no puedo con la vida, es que es fuerte y es normal que sus padres se pongan como se ponen pero también se han pasado Y BUENO SÍ, LO RECONOZCO, LES TENGO ODIO XD
      Diana va a hacer una cosa fortísima en el siguiente capítulo ya veréis, se van a quedar todos en shock
      Va a haber MUCHÍSIMAS MOVIDAS a partir de ahora, lloremos

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  18. Falta súper poco para el final, no estoy preparada cojones. Me da todo tanta pena, fueron al programa para buscar un futuro y ser felices y todos lo están pasando fatal, fijo que al final acaban compitiendo eleanor contra chasing the stars en la final y yo me voy a querer pegar un tiro...pufff
    Los quiero tantos, mi niños...

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    1. A mí me va a dar una depresión a este paso, menos mal que voy a estar escribiendo como loca porque si no...
      Tened fe, yo quiero a estos personajes, en el fondo sabéis que no se lo voy a hacer pasar mal ❤

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  19. Que hacen louis y harry en la misma habitación HABLANDO cuando pueden estar COMIENDOSE LA BOCA????????
    Layla pobrecita que supere toda la mierda ya por dios sufro mucho :(
    Entiendo que diana se cabree con Scott pero es que ella con esa actitud tampoco iba a conseguir nada y drogandose mucho menos uf
    Tio menudo calzonazos Harry muy mal y la Noemi que asco pa tener madres asi mejor no tenerlas que los Malik adopten a Diana, Diana Malik y Tommy Tomlinson y ole
    Oye me parece muy mal que chasing the stars se acabe yo quiero más spin offs no me vale solo con el de sabrae exijo uno de jordan y otro de astrid y dan como minimo

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    1. 1. DE ACUERDO EN TODO HIJA DE MI VIDA
      2. Layla sufre tanto ay dios mío con lo bizcocha que es no entiendo por qué le hago esto
      3. ES QUE DIANA CON EL CARÁCTER QUE TIENE Y SCOTT SACANDO LA LENGUA A PASEAR COMO LA SACA DE VERDAD DÉMOSLE UN BOFETÓN.
      4. Me he descojonado con que hayas llamado calzonazos a Harry porque soy un bebé de tres años xdddddddDDDdDddDDdddddddd
      "diana malik y Tommy tomlinson" qué bien suena mis muertos, me lo apunto eh
      5. MADRE MÍA UN SPINOFF DE JORDAN MENUDA IDEA ME ACABAS DE DAR y no te voy a mentir, sí que he contemplado varias veces la posibilidad de escribir también sobre Astrid y Dan ;)

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  20. HELLUUUU :) Umm...he estado fuera de esta historia mucho tiempo (as in me he leído 7 u 8 capítulos ayer de madrugada de un tiro para poder llegar a este y ponerme al día) PERO HE VUELTO! Dio, han pasado taaaantas cosas que no se ni por donde empezar... (me voy a limitar a comentar lo sucedido en este capitulo xk si me enrollo a comentar todo lo que he leído en las ultimas 24h te voy a recitar la Biblia en verso y tampoco es plan).

    NO NO Y NO! Mira, Diana no me cae muy bien (lo dije el primer día y lo sigo pensando), pero esta visto qu tiene algún tipo de trauma y nadie con semejante carga emocional se merece que llamen monstruo, NOP. Voy a empezar a odiar a sus padres definitivamente, y no quiero odiar a Harry.. :(

    Segundo, y esto apoya mi 'dislike' hacia Diana... sigo sin ver como la relación entre Layla-Tommy-Diana es de ninguna manera justa para Layla. Osea, despues de TODO lo malo que ha pasau la pobre chiquilla que es un trozo de pan recién sacado del horno, va y tiene que conformarse con sentirse como el segundo plato de alguien que se pasa el 90% de su tiempo follandose a otra... Definitely not fair at all!!!!

    Sceleanor. Son muuuucho amor en general, yo quiero mucho amor en general... pero quiero que tengan amor en el programa, que mas que un concurso parece que se han alistado en la milicia rusa con como lo están pasando los pobres (todos) :(((( (Bueno, todos excepto Chad que parece que suda de la vida en general HAHAHAHAAH y no me meto en el tema de Aiden xk... mehhh.. tengo mucho que decir y no quiero aburrir *emoji cara sonriente bocabajo).

    PEERRRO mis momentos favs de los últimos caps son, TIENEN QUE SER la despedida de los enanos *sniff sniff* y EL ROLLITO CHULO QUE LLEVA SCOTT CON JESY PORQUE ME ENCANTA QUE UNA DIOSA COMO ELLA PONGA A SCOT EN SU LUGAR EN PLAN VENDETTA TARDIA SABES? me emociono hahahahahah

    Bueno, pues eso... jo, no quiero que se acabe :( de verdad que no... y siento haber estado desaparecida taaaanto tiempo. Intentare que no vuelva a pasar :)

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    1. OLATZ CÓMO TE HE ECHADO DE MENOS, creía que te pasaba como a Maria y Barbara que Blogger ya no les deja comentar no sé por qué y me mandan los comentarios por md y yo los pego aquí ☺
      Me hago fan de lo de la biblia en verso JAJAJAJAJAJAJAJA tú comenta todo lo que quieras mujer, si a mí me encanta leeros, por eso os pido que, si podéis, dejéis comentaros, no sabes qué ilusión me hace ☺
      DIOS MIRA ES QUE VOY A HACERLE UNA FOTO AL COMENTARIO PORQUE TIENES TODA LA RAZÓN, DIANA NO ESTÁ BIEN, ESTÁ TRAUMATIZADA POR ALGO Y NADIE LA AYUDA SALVO ZOE, sus padres se han pasado a pesar de que entiendo que están en una situación límite, pero vaya...

      Si te soy sincera, nunca había pensado en eso que dices en tu comentario respecto del triángulo, y tienes toda la razón del mundo, aunque también entiende a Tommy, el pobre lo pasa mal cuando están a punto de hacerlo y ella se vuelve loca, se siente como una mierda porque piensa que no puede curarla :(

      ME HE REÍDO CON LO DE LA MILICIA RUSA ES QUE LOS TIENEN EXPLOTADÍSIMOS, DICES TÚ DE MILI, PARA MILI LA QUE HICE YO EN CÁCERES. Creo que tus deseos se cumplirán, pero antes va a haber que sufrir muchísimo (Chad también lo pasa mal, pero por estar lejos de Aiden, es el único que no tiene movidas sentimentales así que eso se refleja en que no tiene tanta tensión).

      Ay dios porfa las despedidas fueron tan cuquis de verdad, quería hacerlas más elaboradas pero al final por cuestiones de espacio y tiempo lo dejé como estaba y :(
      A MÍ TAMBIÉN ME ENCANTACÓMOSE PUTEAN SCOTT Y JESY ES QUE HASTA LOS SHIPPEO SCESY SON OTP SCELEANOR QUIÉN????????
      Muchísimas gracias por tu comentario jo, te echaba de menos aunque entiendo que tienes tu vida y no puedes estar aquí siempre. Espero que te vaya todo bien y verte por aquí de vez en cuando ❤

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