¡Hola, delicia! He decidido empezar bien el año
rescatando una sección del blog que tengo abandonadísima. Hoy te traigo no una,
sino dos reseñas, de las películas que
he visto en el cine en este 2018 (por Dios, ojalá todos los años pintaran así
de bien, cinematográficamente hablando).
La primera
de ellas es:
¡El Gran Showman, dirigida por Michael
Gracey y protagonizada por mi querido, queridísimo, Hugh Jackman! Con fecha de
estreno en 2017, cumple los requisitos para acudir a los Oscar, ¡crucemos los
dedos!
El Gran Showman narra la historia del
creador del espectáculo tal y como lo conocemos ahora, convirtiéndolo en un
negocio rentable y capaz de atraer a las masas: P.T. Barnum, a quien da vida
Hugh Jackman en una interpretación brillante, como todas a las que nos tiene
acostumbrados. En la película veremos cómo Barnum decide, después de la quiebra
de su compañía de navegación, montar un museo de rarezas con el que pretende
ganarse la vida, aunque, poco a poco, se va dando cuenta de que la gente no
quiere ver figuras disecadas, sino de carne y hueso, que respiren y se muevan
e, incluso, canten.
La
película es el musical del año; sí, del
año, a pesar de que, en España, se haya estrenado en 2017, igual que La La Land. En mi opinión, le sobra todo lo que a la primera le
faltaba. Tiene las coreografías de Mamma
Mia (con permiso de Meryl Streep), la dificultad vocal de Los Miserables (con permiso de Anne
Hathaway), y a los compositores de La La
Land, literalmente lo único bueno que pudimos extraer de ésta (Emma Stone,
devuelve tu Oscar). ¿Y lo mejor de todo? Que podemos disfrutar de un Hugh
Jackman comodísimo en un musical que es totalmente su elemento, en un registro
mucho más alegre al que nos tiene acostumbrados, que ya no sangra ni lo pasa
tan mal como antes (aunque preferiría que hiciera, no sé, un remake de El lobo de Wall Street, que no lo pasara mal en ningún momento de
la película y si quiere incluir un desnudo integral pues oye, que una no se
va a quejar, ¿sabes?). Desde los inicios del personaje a los números
musicales, pasando por los momentos más bajos emocionalmente hablando de la
película, Hugh no hace más que enamorarte, no hace más que conseguir que
sientas simpatía e, incluso, amor, por un personaje que, si lo piensas, no es
tan perfecto como lo pintan: al fin y al cabo, Barnum fue un hombre que se
aprovechó de los prejuicios de la sociedad, de lo marginados que estaban los “bichos
raros” en ésta, para hacer negocio.
Pero
la trama y el protagonista no es lo único que brilla en esta película. El
elenco está correctísimo, muy cómodo, con mucha química y una compenetración
absoluta que hace que realmente te creas que los miembros del Circo se pasaban
día y noche ensayando sus números y actuando cada día para un público entusiasmado
con ellos. Incluso Zac Efron, que no es santo de mi devoción, consigue
cautivarte en esta historia; hasta Zendaya, que apenas aparece en la película,
brilla con luz propia y te deja huella con sus canciones.
Y es
que, si hay algo incluso mejor que los actores, es la banda sonora y los números
musicales. La película empieza fortísimo (no quiero desvelar mucho para mantener
el efecto sorpresa), con un número que, probablemente, sea el mejor de toda la
película, sin desmerecer a todos los demás, desde This Is Me (merecidísimo su Globo de Oro) a Never Enough (que pone lo pelos de punta a pesar de lo sencillo de
su puesta en escena), pasando por la conocidísma Rewrite the stars, que aparece en el tráiler de la película. Cada
canción en esta película es única, una joya, una experiencia que hará que se te
detenga el corazón, y, ¿lo mejor de todo? Que es un musical, que hay un montón de canciones, así que prepárate para
sufrir de lo mucho que la vas a disfrutar.
Así que, si tienes una hora y
40 minutos libres, te sugiero que corras al cine a ver este regalo que nos han
hecho desde Fox. Te aseguro que cada céntimo que pagues por la entrada merecerá
la pena.
Lo mejor: Hugh
Jackman, triunfando en musicales, cuando al principio de su carrera le dijeron
que su voz era pasable pero jamás podría estar en la élite de los actores de
musicales.
Lo peor: el
personaje de Michelle Williams, la esposa de Barnum, aparece pintada como si
fuera tonta, cuando más bien lo que tiene es una confianza ciega en su marido
(y no la culpo, o sea, está casada con Hugh Jackman, por dios).
La molécula
efervescente: el baile en la azotea de Michelle y Hugh. Historia del cine
hecha hace apenas un mes.
Grado cósmico: Estrella
{5/5}
¿¡Os podéis creer que Hugh Jackman nos haya regalado la
película de 2018 en 2017!? Qué será vivir.
Y, la segunda película de la que voy a hablar hoy es:
Molly’s Game, de
Aaron Sorkin, y protagonizada por Jessica Chastain.
En Molly’s Game, Jessica Chastain recupera
ese personaje de mujer fuerte que se mueve como pez en el agua en un mundo
gobernado por hombres y por sus inmensos egos al que ya nos presentó en El caso
Sloane, del que hablé en esta entrada. En esta ocasión, Jessica interpreta a
Molly Bloom, apodada la Princesa del
Póquer, una mujer que, después de un fatídico accidente que acaba con su
carrera como esquiadora olímpica, comienza a organizar partidas de póquer
clandestinas en las que se manejan cantidades ingentes de dinero.
Quizás
es por el cariño que les tengo a los actores protagonistas de estas dos
películas, pero no puedo dejar de sorprenderme, e incluso enorgullecerme, de
cómo pueden empujar sus límites interpretativos hasta dar vida a personajes
radicalmente opuestos a sí mismos. Jessica Chastain es básicamente un
bizcochito de almendra demasiado puro para este mundo, pero Molly Bloom es la
perra más cabrona que puedas encontrarte en 10 kilómetros a la redonda, que no
dudará en joderte si tú la jodes primero… pero con unos principios muy claros y
firmes y una integridad exquisita, que hace de ella un personaje complejo y con
el que te es muy fácil empatizar.
Esta
película narra también una historia real, lo cual la hace, quizá, incluso más
interesante. La forma en que se explica el negocio del póquer y los movimientos
de Molly para burlar la ley te atrapa al segundo, a pesar de que la película
empieza con una narración que incluso te agobia un poco, pues te hace llegar a
pensar que te has equivocado de película o que te la han vendido mal… hasta que
empieza la verdadera acción, que no consiste en tiros ni en persecuciones de deportivos
por calles abarrotadas, sino en buenas y malas manos y en apuestas de incluso
seis ceros que te ponen más nervioso incluso que un tiroteo.
La
actuación de Jessica increíble, como ya nos tiene acostumbrados, con muchísima
verdad y sentimiento en una película que le ha dado la oportunidad de lucirse. Oportunidad
que ella ha sabido aprovechar bien. Del elenco merecen mención especial Kevin
Costner, con apariciones brevísimas, e Idris Elba, que interpreta al abogado de
Molly en la causa que hace de hilo conductor de la película.
El
guión también es destacable, con varios giros interesantes e inesperados y
también mucha humanidad, bien estructurado y con un par de frases que pasan el
test de Bechdel, lo cual es de agradecer.
En definitiva,
un reconocimiento a una mujer que se hizo un hueco en un mundo de hombres con
la calidad que merecemos y exigimos de
las películas estrenadas en Diciembre en Estados Unidos.
Donde
estén las vacaciones de Navidad, que se quiten las de verano.
Academia,
os estamos vigilando.
Lo mejor: la
actitud luchadora de Molly, que no deja que nada la sobrepase. Como ella misma
dice “la educaron para ser una campeona, en qué es irrelevante”.
Lo peor: no se
explican determinadas manos o conceptos del póquer que aparecen varias veces en
la película, y que hacen que los que no tenemos ni idea nos quedemos un poco (????)
cuando empiezan a mencionarse combinaciones de cartas o jugadas.
La molécula
efervescente: Molly revolviéndose el despacho de su abogado, explicándole
por qué no quiere revelar la identidad de sus jugadores.
Grado cósmico: Estrella
galáctica {4.5/5}. Qué puedo decir, ponme a Jessica Chastain destrozando a una
panda de hombres, y yo gustosa, le pediré que me pise la cara.
¿Y
tú? ¿Has visto alguna de estas películas, o tienes ganas de hacerlo? Si es así,
¡házmelo saber en los comentarios! ❤
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