¡Hola, delicia! Hoy vengo a hablarte del último libro que
leí, se trata de:
En el país que
amamos: Mi familia dividida, escrito por Diane Guerrero y Michelle Burford.
En el país que
amamos es una autobiografía de la actriz estadounidense Diane Guerrero, a
la que conocerás por sus papeles en Orange
is the new black y Jane the virgin. En
ella, Diane no sólo narra su historia personal, sino también que pone el foco
de atención en los problemas migratorios que hay con Estados Unidos.
Me interesé por este libro porque tenía relación con mi
trabajo de fin de grado: mientras leía los diferentes documentos para basar el
contenido de mi trabajo, vi que un autor hacía mención a que la figura que yo
estaba estudiando era la respuesta que España daba a su manera de entender la
situación de padres e hijos que tienen distinta nacionalidad como entrelazada.
A modo de contraposición, ese mismo autor (cuyo nombre, sinceramente, no recuerdo)
hacía mención a que la existencia de la figura que yo estaba analizando no se
daba en otros países en que cada cual tiene su propia situación y derechos
basados exclusivamente en su nacionalidad, con independencia de las relaciones
que haya entre las personas de diferentes nacionales. A modo de ejemplo, se
mencionaba el ordenamiento estadounidense, en que un niño puede ser americano y
sus padres extranjeros irregulares que no tienen ningún tipo de derecho
reconocido en el país.
Y, cuando el autor hizo mención a Estados Unidos, a mí se
me encendió la bombilla. Recordé haber visto una entrevista de Diane hacía tiempo
en la que contaba cómo había sido su situación, creciendo como ciudadana
americana que convivía con indocumentados, a los que podían expulsar en
cualquier momento. En el país que amamos es
la historia de Diane, pero también de miles de niños que viven en la misma
situación que ella: debido a que es americano todo aquel que nace en territorio
estadounidense, miles de niños se encuentran con una nacionalidad que no es la
misma que la de sus padres. Y, en el caso de que esos padres carezcan de un
permiso de residencia en vigor, su situación va a ser muy, muy complicada.
En las páginas
de En el país que amamos, Diane
explica su situación antes, durante y después de la extradición de su familia:
a los 14 años, la aspirante a actriz se queda sola, totalmente desamparada en
un país que le da la espalda en el momento en que llaman a la puerta de su casa
y se llevan a sus padres por la fuerza. A los 14 años, Diane se ve obligada a convertirse
en una adulta que cuida de sí misma y que tiene que salir adelante a toda
costa, sorteando todo tipo de obstáculos hasta llegar a convertirse en la mujer
que hoy es: una actriz realizada que usa su poder para hablar de los problemas
que hay en su país, especialmente los relativos a la inmigración, que
tristemente hemos visto tanto en las noticias a lo largo de estos días.
He de confesar que el libro no es una lectura fácil y que
puede echarte para atrás, a pesar de lo interesante de la situación
(especialmente si lo estás leyendo para logar tener una idea más a fondo de lo
que sucede en Estados Unidos), debido a que, por lo menos la versión española,
no está del todo perfeccionada. Hay errores tanto ortográficos como
gramaticales, anglicismos que tardas un poco en comprender (especialmente si no
tienes relación con la cultura latina), y la prosa de la actriz tampoco es que
sea la mejor del mundo. Sin embargo, si pasamos por encima estos errores, que
entorpecen en cierta medida la lectura pero en absoluto la impiden, el libro se
vuelve muy interesante. A la hora de leerlo, he aprendido muchísimo, que me ha
servido tanto para mi trabajo como para tener una visión crítica del
tratamiento que se les da a los extranjeros en los distintos sistemas jurídicos
del mundo y el proceso de deshumanización al que se ven sometidos. Como dice
Diane, los inmigrantes renuncian a un futuro que puede ser incluso más generoso
en su país por otro en el que esperan prosperar, o por lo menos, darles más
oportunidades a sus hijos. Con la lectura de este libro puedes entender mejor
las motivaciones que pueden llevar a una persona a dejar toda su vida atrás y
mudarse a un lugar nuevo, en muchas ocasiones hostil, y a tener más empatía con
ellos.
A pesar del impacto de la inmigración en el libro, lo que
más protagonismo cobra es precisamente la situación de los niños que no son inmigrantes: los niños que, como
Diane, se quedan en su país mientras a sus padres los devuelven a su estado de
origen. Los padres de Diane fueron deportados, sí, pero ella se mantuvo en
Estados Unidos y decidió luchar por su futuro. En el país que amamos es una historia de superación y dolor, en ocasiones
no a partes iguales. El libro consigue darle humanidad a las estadísticas, “tantos
inmigrantes han sido deportados”, haciendo que los problemas migratorios sean
más importantes para ti, porque ya no estás tratando de números, sino de
personas. No se separan “unidades familiares”, se separan a hijos de padres, a
hermanos de hermanas, a personas que se quieren pero a las que el sistema
decide dar la espalda. Leyendo este libro, he podido entender un poco mejor lo
que supone ser inmigrante en un país particularmente xenófobo, y pertenecer a
una minoría en un lugar en que la discriminación está a la orden del día. Me ha
ayudado a darme cuenta de lo tremendamente afortunada que soy por haber podido
crecer con mis padres a mi lado, con mi familia unida, sin tener que
preocuparme de los ruidos fuera de mi casa. Es horrible que haya niños que
tengan que vivir con esas preocupaciones. Es por eso que este libro me ha
parecido tan necesario.
Además, el final es esperanzador. Siendo una historia
dura, te envía un mensaje positivo en el sentido de que, si bien la situación
deja mucho que desear, Diane comprueba que hay cambios: tanto políticos como
sociales. El libro en sí es un toque de atención, casi un folleto informador
para quienes no tienen ni idea de lo que ocurre en Estados Unidos; pero también
es una hoja de ruta, el mapa de una tragedia que no debería repetirse y que
asociaciones de inmigrantes están luchando por cambiar.
Puede que no sea el libro que más me haya impactado en el
sentido de que me haya gustado, pero te aseguro que me ha abierto los ojos como
ninguno que haya leído hasta ahora.
Lo mejor: el
mensaje que transmite de esperanza, incluso en los peores momentos.
Lo peor: la
escritura, bastante mejorable en ocasiones.
La molécula efervescente:
“No crecemos completamente entre el momento de nuestro nacimiento y la
adolescencia, o incluso en nuestra veintena. Si somos afortunados, nunca
dejamos de crecer”.
Grado cósmico: Planeta estelar {3.5/5}.
Puedes consultar más frases que me han gustado haciendo clic en este enlace.
Grado cósmico: Planeta estelar {3.5/5}.
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