Hace como dos millones de años que no escribo una reseña
sobre un libro, pero lo cierto es que tengo una excusa: llevaba varios meses
leyendo una saga que este fin de semana por fin conseguí terminar. Se trata de:
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Fuente de la imagen: Bookstagram |
Bajo el cielo
púrpura de Roma (o Mírame y dispara, según
su título original). Se trata de una saga ambientada Roma escrita por
Alessandra Neymar, en la que mezcla las intrigas de poder de la mafia italiana,
dominada por la familia Gabbana, y una historia de amor entre el heredero del
imperio, Cristianno, y la hija de una familia aliada que pronto se convertirá en
rival, Kathia. A lo largo de los libros podemos ver tanto cómo se desarrolla la
historia de amor mientras dos familias líderes, los Gabbana y los Carusso,
luchan por preservar o conseguir el trono como reyes de la mafia del país.
He de decir que tengo sentimientos encontrados con la
saga, y que probablemente no hubiera seguido leyendo más allá del primer libro
de no ser porque mis amigas me lo recomendaron y me hablaron muy bien de ella. El
primer tomo, Mírame y dispara, es el
más corto de todos, pero en el que más cosas suceden (sin contar el último,
claro está). Además, como es la presentación de la historia, la escasa
extensión de la novela hace que muchas cosas se queden en el tintero y gran
parte de la trama se sostenga sobre alfileres. Da la sensación de que la autora
no sabía a cuál de las dos líneas argumentales dar más relevancia, y al final,
el primer libro es poco más que un batiburrillo de tiroteos y besos que no
tienen conexión entre sí. La mafia es escenario para la historia de amor, y la
historia de amor es un escenario para la mafia, y como escenarios están bien,
el problema es que ninguna de las dos tramas consigue tener una estructura
suficiente como para tener protagonismo por sí misma.
Sin embargo, a pesar de que el principio va a tirones,
con las siguientes entregas la cosa mejora bastante. Aparecen nuevos personajes
y los que ya había adquieren más profundidad (pues apenas conoces su forma de
ser en el primer libro, simplemente te queda más o menos claro su físico), la
historia se vuelve más interesante y consigue atraerte de manera que tengas
ganas de seguir leyendo (o, como es mi caso, de que llegue el fin de semana y
tengas un poco más de tiempo libre para poder continuar con la historia). A
partir del segundo libro, Traición, la
trama ya no está tan diluida y puedes disfrutar más de los libros, porque
aunque las dos tramas siguen presentes, sí que es verdad que están más
construidas y ya no te da la sensación de que estás leyendo algo que no sabe lo
que es, ni mucho menos a dónde va.
En general, la lectura está bien y puede llegar a ser
sorprendente en determinados momentos, aunque también es cierto que hay cosas
tremendamente predecibles (muertes de personajes, o no muertes, y
enamoramientos en el último minuto con personajes que sabes que su único papel
en la historia ha sido impedir que nadie se quede sin pareja) que pueden llegar
a decepcionarte cuando llegas a confirmar tus teorías, porque quizás esperabas
un poco más.
La escritura es bastante sencilla, sin demasiadas
florituras y un poco repetitiva en ocasiones (si tuviera que tomar un chupito por cada capítulo en el que no se
menciona “colapso”, seguiría siendo abstemia)
(y va en serio), pero la intensidad de los sentimientos de algunos
personajes y las situaciones al límite en la que se encuentran terminan por
salvarla.
Sin duda, lo más trascendental de la novela son sus
personajes y las relaciones entre ellos. Aunque sí que es cierto que los
personajes femeninos están bastante bien construidos e incluso se les dota de
una fuerza que no sueles ver en este tipo de literatura, en ocasiones quedan
empequeñecidos al lado de la valentía y fuerza de los hombres, más
acostumbrados a la acción que ellas, a las que incluso mandan al exilio para
que no les ocurra nada (pero aquí no digo
nada, que no sé cómo funciona la mafia y puede que eso sea algo común).
Mención especial se merecen Kathia y Sarah, las protagonistas femeninas; la
primera, por una evolución a marchas forzadas que en ocasiones se estanca. La
segunda, por ser un personaje con el que enseguida te encariñas, por lo sincera
que es y lo duro de su historia. Otra que se merece una mención especial es
Giovanna, un personaje al que odias en la primera novela y terminas queriendo
incluso más que a Kathia al final de la saga. Aunque, definitivamente, mis
preferidos han tenido que ser Cristianno y Mauro (la principal razón de que me
recomendaran la saga). Me recuerdan tanto a Scott y Tommy que se me hacía
imposible leer sus escenas juntos sin cambiarles la cara y darles la voz de mis
personajes, su relación es tan parecida
a la de Scommy que incluso parece que Alessandra o yo nos hemos robado la una a
la otra la idea, o estamos escribiendo de la misma gente pero con nombres y
residencias diferentes. Su forma de hablar, de interactuar y necesitarse es la misma, la relación que tienen, tan
íntima que roza lo enfermizo, es la
misma.
Pero, y que me perdone quien me lea, creo que Mauro le da
mil vueltas a Cristianno. Me dio la sensación de que en la saga se quedó
muchísimo potencial sin explotar. Realmente me pareció un personaje con un
carisma tal que le roba el protagonismo a cualquiera con la sola mención de su
nombre, sin necesidad de hacer nada más que estar en la misma sala que el que
tiene el foco de atención sobre él. Entre eso, lo larga que tiene la lengua, y
su forma de querer (aunque haya visto poco), consiguió eclipsar a Cristianno
para mí de una forma muy parecida a como otro personaje de mis novelas eclipsó
(Alec) al que hasta entonces era el rey (Scott).
En resumen, la historia está bien para pasar el rato, y
la disfrutarás si te gustan las tramas sobre mafiosos y ese tipo de acción.
Creo que disfruté más de eso que de cualquier otra cosa (aunque yo soy muy de
leer escenas de sexo, y aquí me estafaron, me dijeron que se follaba un montón
y yo he echado casi los mismos polvos en mi vida y mira que soy virgen-).
Así que, si te animas a leerla, sólo te recomiendo que lo
hagas con una libreta al lado y vayas haciendo un árbol genealógico con las
familias, porque en el primer libro hay tantos personajes, y se mencionan sus
relaciones tan poco, que tardas como 200 páginas en enterarte con quién se ha
liado Kathia.
Lo mejor: el
epílogo de Mafia. Llegar allí puede
costarte, e incluso puedes detestar a los personajes 30 páginas antes del
final, pero esas 30 últimas páginas te hacen sentir tanto cariño que incluso te
sientes vacío cuando terminas de leerlas.
Lo peor: el
primer libro. Demasiado caótico, y demasiado inestable. Si no me hubieran
insistido en la saga, probablemente me habría detenido allí y no habría querido
continuar con la historia.
La molécula
efervescente: Mauro Gabbana siendo, básicamente, Alec Whitelaw.
Grado cósmico: planeta
{3/5}.
Terminé disfrutando leyendo los libros, pero dudo
bastante que los recuerde dentro de un par de años (aunque, eso sí, la fobia a
la palabra colapso la voy a arrastrar
durante toda la vida).
precisamente lo que me comentas del arbol genealogico es lo que me ha traído hasta tu blog. Llevo días buscandolo porque me sentía un poco perdida, aun así, despues del 50% del libro leído, me da la sensación de que no termino de encajar a todos los personajes con sus parentescos.
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