¡Hola, flor! Como siempre y en todos los mejores días del año, como ya
llevo haciendo la friolera de ¡siete años!, quería desearte ¡un muy feliz Día
del Libro ᵔᵕᵔ! Además, sabes que
estos días llevan siendo particularmente especiales para mí desde el año 2017,
el año que terminaba en mi número favorito por aquel entonces. No obstante,
debo decir que el número 23 ha ido escalando puestos en mi ránking numérico
hasta situarse en un reñido primer lugar, y todo es, en parte, gracias a Sabrae. No mentiré y diré que ha sido un
camino de rosas, ya que ahora más que nunca, la novela requiere sacrificio por
mi parte, ya que me estoy volviendo más perezosa y tengo mucho menos tiempo del
que tenía hace, por ejemplo, un año. Y, aun así, la verdad es que sigo sintiéndome
igual de honrada y agradecida que el día que publiqué el primer capítulo de
esta novela, hoy hace siete añazos, para
festejar también el día en que nacía Scott.
Cada capítulo que pasa sigue superando mis expectativas no sólo por ser capaz de mantener un hábito durante tanto tiempo sin fallar, salvo en contadísimas ocasiones, ni al compromiso que tengo conmigo misma ni al que te tengo. Y tú haces, precisamente, que ese esfuerzo merezca la pena, que ponga determinados guiños y que me anime a seguir mis brujuladas a pesar de que adoro mis notas porque proceden de mis mejores momentos de inspiración (fundamentalmente, cuando estoy tranquila y dejo que me asalten las musas); pero es una brujulada lo que nos ha traído hasta aquí.
Toca, de nuevo, darte las gracias por tu apoyo a lo largo de estos años. Especialmente si sigues estando ahí, si te dejas ver de vez en cuando (o con la infalibilidad con lo que lo haces tú, Paula ♡), y si me demuestras que no llevo siete años gritándole al vacío, ya sea con un mensaje directo, con un voto, o con audios disculpándote porque a veces la vida te supera y echas de menos leerme. Que lo que hago importa, y que Sabrae y Alec y todos sus amigos viven más allá de ese tiempo que yo dedico cada fin de semana a ponerme en su piel y escribir con sus palabras. Gracias, gracias, gracias, por acompañarme durante casi 300 capítulos en una novela que supuestamente como mucho tendría 20. Aunque el camino es cansado en ocasiones y es un esfuerzo y unas notas en la agenda cuando ahora ya no me apetece mirar la agenda… debo decir que merece la pena, y me alegro muchísimo de haberlo emprendido hace hoy siete años. Mi cifra de la suerte.
Pues eso, ¡muchísimas
gracias por todo! Siento que he crecido escribiendo esta novela, y que no sólo
lo han hecho Alec y Sabrae. Que tú hayas crecido conmigo es un privilegio que
no voy a dar por sentado, te lo puedo asegurar.
Una vez más… ¡feliz Día del Libro, feliz cumpleaños a mi queridísimo Scott, y feliz aniversario de Sabrae! Gracias, gracias, gracias por estar ahí. ❤
Cada capítulo que pasa sigue superando mis expectativas no sólo por ser capaz de mantener un hábito durante tanto tiempo sin fallar, salvo en contadísimas ocasiones, ni al compromiso que tengo conmigo misma ni al que te tengo. Y tú haces, precisamente, que ese esfuerzo merezca la pena, que ponga determinados guiños y que me anime a seguir mis brujuladas a pesar de que adoro mis notas porque proceden de mis mejores momentos de inspiración (fundamentalmente, cuando estoy tranquila y dejo que me asalten las musas); pero es una brujulada lo que nos ha traído hasta aquí.
Toca, de nuevo, darte las gracias por tu apoyo a lo largo de estos años. Especialmente si sigues estando ahí, si te dejas ver de vez en cuando (o con la infalibilidad con lo que lo haces tú, Paula ♡), y si me demuestras que no llevo siete años gritándole al vacío, ya sea con un mensaje directo, con un voto, o con audios disculpándote porque a veces la vida te supera y echas de menos leerme. Que lo que hago importa, y que Sabrae y Alec y todos sus amigos viven más allá de ese tiempo que yo dedico cada fin de semana a ponerme en su piel y escribir con sus palabras. Gracias, gracias, gracias, por acompañarme durante casi 300 capítulos en una novela que supuestamente como mucho tendría 20. Aunque el camino es cansado en ocasiones y es un esfuerzo y unas notas en la agenda cuando ahora ya no me apetece mirar la agenda… debo decir que merece la pena, y me alegro muchísimo de haberlo emprendido hace hoy siete años. Mi cifra de la suerte.
Una vez más… ¡feliz Día del Libro, feliz cumpleaños a mi queridísimo Scott, y feliz aniversario de Sabrae! Gracias, gracias, gracias por estar ahí. ❤