Hay idiomas que tienen palabras específicas para esa
sensación que te embarga cuando tienes que cerrar tu libro (porque ya has
llegado a tu parada, porque ya se hace de noche, porque no puedes seguir
leyendo sin que se te cierren los ojos, o porque ya se han terminado los
anuncios) y, de repente, todo lo que hay a tu alrededor parece ser lo irreal. Lo
que estaba dentro de las páginas era el mundo real, y lo que estás viviendo
ahora es la fantasía.
Quizá sea porque hay pocas cosas que nos despierten
tantos sentimientos como construir nuestro propio mundo, uno al que nadie puede
acceder ni modificar, a través de las palabras que alguien ha escrito para
nosotros.
Llevo un tiempo pensando en lo que es tener un buen
personaje entre manos, posar los ojos en él y darte cuenta de que no puede
serte indiferente. Incluso, si su demiurgo es bastante hábil, no serás capaz de
odiarlo, porque no hay nada que te haga sentir más empatía por alguien que ver
un paisaje a través de sus ojos, sentir unas caricias a través de su piel, que
te cuente cómo su corazón golpetea en sus tímpanos cuando le mira la persona
que más le importa en el mundo, o la rabia que lo inunda cual lava una caldera
al ver que le hacen daño a alguien.
No te equivoques: los personajes son eternos. No te
necesitan. Eres desechable para ellos. No distinguen un lector de otro,
simplemente se dejan leer. Existen bajo tus ojos, viven bajo tu escrutinio, y
no les puede importar menos que los observen dos ojos, o dos millones.
Eres tú el que los necesita. Eres tú el que no eres
eterno. Son ellos los que no son desechables. Porque siempre hay un personaje
que te marca más que los demás, uno al que deseas entender como no has
entendido a ningún otro, como probablemente no entenderás nunca a tus amigos, a
tu familia, a tu pareja. Su mundo es más brillante que el tuyo, sus emociones
son más intensas, sus sueños son más vívidos y sus miedos más aterradores,
aunque no los compartas. Aunque en la vida real te encanten los perros, se te
va a retorcer el estómago cuando el personaje doble una esquina y se encuentre
con uno más grande que él.
Yo ya he encontrado a la mía. Y he tenido la suerte de
que me elija para que la escriba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤