sábado, 23 de abril de 2022

Ser joven, ser libre, y no perderse en la oscuridad.

Antes de empezar el cap, y porque hoy es un día tremendamente especial, y no sólo por ser el día del libro, permíteme darte las gracias por haber llegado hasta aquí. Ya seas de las que votaron en aquella encuesta que hice hablando de hacer un spin off sobre Sabrae, o entraras el año pasado, o acabes de llegar y aún no sepa de tu existencia (por favor, sal de las sombras si así es); me leas en mi blog o en Wattpad, quiero que sepas que te estoy profundamente agradecida porque tú me has ayudado a que, cinco años después de ese mágico 23 de abril de 2017, el día que nacía Scott y a las 17:10 salía el primer capítulo de esta novela, todavía estemos las dos aquí. Escribir me apasiona, y esta novela es una parte tan esencial mía como lo son mis pulmones, mi cerebro o mi corazón. No concibo mi vida sin ella, y confieso que también me da un poco de vértigo el qué pasará una vez que escriba ese último punto de esa última frase en ese último párrafo de ese último cap (para el que, por suerte o por desgracia, todavía queda bastante). Pero que me dé vértigo no significa que no haya veces en que seguir aquí sea muy, muy difícil: tengo que renunciar a planes, organizarme más que la gente de mi edad, compatibilizar estudios y trabajo, y hay momentos en los que simplemente pienso que no me apetece escribir, pero tengo que hacerlo porque tengo un compromiso con la historia, sí, pero también contigo. Si no fuera por ti, es muy posible que no estuviéramos donde estamos. Que no le pusiera tanta pasión, que no hubiera tantos detalles o que yo no hubiera crecido tanto como escritora.
Así que muchas, muchas, muchísimas gracias por haberme permitido celebrar el quinto aniversario de esta novela que, supuestamente, iba a tener 20 capítulos. Soy consciente de que sin mi trabajo esto no sería posible, pero de poco sirve batir las alas si no hay aire que volar. Y tú eres ese aire.
Feliz cumpleaños de Scott, feliz quinto aniversario de Sabrae… y feliz día del libro para ti y para mí. Gracias por haberme dado la oportunidad de celebrarlo conmigo. Puede que mis historias no tengan páginas (o no todas), pero sí corazón. Y un ventrículo, por fuerza, eres tú.

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-I’m gonna…-continuó ella sola, y entonces, se sumó su padre-, get ya, get ya, get ya, get ya-cantaron los dos, avanzando hacia la base del escenario mientras daban saltitos al ritmo de la canción-. One way or another I’m gonna win ya-se miraron y se sonrieron, poniendo cara de angelitos y guiñándose el ojo-, I’m gonna get ya, get ya, get ya, get ya.
               Se abrieron rápidamente, y Zayn y Scott dieron un paso al frente, ocupando el centro de la pantalla mientras los demás, motitas de polvo incandescente en un mundo hecho de sombras, continuaban la ruta hacia la base de la pasarela del escenario, en lo que parecía un cuadrilátero ahora que comenzaban a subir unas barandillas rojas a juego con la decoración del estadio, el logo de la banda… y la ropa que llevaban los Malik.
               Conocía lo suficiente a Sabrae como para saber que no era casualidad que llevara una blusa y una bandana del tono exacto de rojo que las barandillas que acababan de surgir de los bordes de esa protuberancia.
               ­-One way or another I’m gonna see ya, I’m gonna meet ya, meet ya, meet ya-cantaron padre e hijo, agitando las manos frente a sus rostros, con el dedo pulgar e índice extendidos. Luego, Zayn miró a Scott-. One day, maybe next week, I’m gonna meet ya.
               -I’m gonna meet ya-dijo Zayn solo, y le guiñó el ojo a S.
               -I’ll meet ya-prácticamente jadeó Scott, devolviéndole la mirada a su padre y relamiéndose los labios. Su piercing bailó un poco.
               ¿Me puse un poco cachondo?
               … puede.
               No se lo dirás a Sabrae, ¿verdad?
 
No necesitaba que me lo dijeran. Ya lo sabía.
 
               -I will drive past our house-cantaron Niall y Chad, mientras todos los demás daban palmas en el escenario, acompañando el titileo rítmico de los focos. Dieron una, dos, tres patadas en el suelo que nadie en el estadio necesitó que le pidieran, ya que era instintivo…
               JO.
               DER.
               LA PARTE FINAL DE LA PASARELA NO ERA UNA PASARELA. ERA UNA PUTA PLATAFORMA.
               Había empezado a levantarse con el solo de Niall, y las luces de sus paredes se acababan de encender cuando los demás gritaron:
               -Hey!
               -¡ME VOY A DESMAYAR, OFICIALMENTE!-gritó Karlie, agitando con violencia un palito luminoso con el nombre de la banda que no sé de dónde había sacado. Pero yo quería cincuenta.
               -And if the lights are all down…
               Vale, Alec, céntrate. Has estado en mogollón de conciertos. Puedes dejar que esto te supere o puedes participar de esta puta hecatombe colectiva que…
               -¿LA PLATAFORMA TIENE PANTALLAS?-grité cuando vi que unas figuritas pixeladas, la versión en 8 bits de las personas que estaban subidas al escenario (todas, y no sólo One Direction: también Chasing the Stars y Eleanor tenían su propia réplica) se ponían a corretear por el borde que ya estaba sobresaliendo, saltando hacia abajo como en unas escaleras a medida que la plataforma subía y subía.
               -¡Te puse vídeos del tour de Take me home en el que ya usaron la plataforma!-protestó Sabrae, y yo le hice pucheros.
               -Pero estabas acurrucada a mi lado cuando me los enseñabas y yo me ponía nervioso…
               -I’ll see who’s around…-Niall agitó la cabeza en el aire mientras Chad levantaba la mano lentamente, el brazo estirado, acompañando la forma en que su voz subía hacia la estratosfera.
               La cámara que los estaba enfocando se cayó al suelo, haciendo un plano contrapicado bestial de los dos irlandeses torturando las cuerdas de sus guitarras para obtener música celestial. Chad tenía un gesto concentrado que…
               -¡¿Sabrae?!
               -¿¡Qué!?
               -¿¡Es normal que quiera follarme a Chad!?

domingo, 17 de abril de 2022

El puto nuevo Harry Styles.


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-Absolutamente nadie se lo esperaba-ironicé mientras veía la cara de Scott… no, del puto Scott Malik en primer plano en las cinco pantallas, paseándose con chulería en dirección al centro del escenario, como si todo aquel estadio estuviera a su nombre.
               Puede que lo hubieran construido con la idea de hacer que albergara a un equipo de fútbol nacional, pero después de esa entrada, Scott había conseguido que cada ladrillo pasara a estar a su nombre. Ni la selección inglesa sería capaz de recuperar eso que Scott acababa de quitarles.
               -EVERY CORNER, CALLING OUT YOUR NAME-proclamó, levantando una mano y saludando mientras pasaban, Diana y Tommy conteniendo a duras penas una sonrisa, cada uno a un costado de él; Layla y Chad directamente riéndose mientras avanzaban-. TRYNA FIND YOU-Scott se detuvo, acercando la mano que tenía libre al micro, como si estuviera tratando de contener su voz mientras los demás seguían en dirección hacia One Direction, que los miraban sonrientes-, BUT I JUST DON’T KNOW…
               La cámara pasó a enfocar a Tommy, Diana, Chad y Layla, un poco más adelantados que Scott, que levantaron las manos, o se inclinaron hacia delante, o flexionaron las rodillas al unirse a él:
               -WHERE DO BROKEN HEARTS GO?
               -WHERE DO BROKEN HEARTS GO?-contestaron One Direction, ignorando completamente que la gente estaba muriendo en la pista. Estábamos cayendo como moscas. Y levantándonos como putos zombies.
               -Yeah, the taste of your lips at the tip of my tongue-sonrió Layla, contoneándose en dirección a su padre, la primera de Chasing the Stars que iba a entrar en contacto con la banda original y que había sido la causante de que ellos estuvieran hoy allí-, is at the top of the list of the things I want.
               -Mind is running in circles of you and me-intervino Tommy, acercándose a ella e interceptándola antes de que alcanzara a Liam. La agarró de la cintura y la pegó a él.
               Poco hablamos del puto galán que es Tommy.
               Poco.
               Hablamos.
               El pobre vivía a la sombra de Scott, pero en cuanto se alejaba un poco de él y tenía ocasión de demostrar lo que valía… era capaz de hacer que la gente se desmayara también-, anyone in between is the enemy.
               -Shadows come with the pain that you’re running from-cantó Diana, llevándose una mano al vientre mientras giraba sobre sí misma, observándolo todo a su alrededor y arrancando destellos dorados de los focos con su pelo rubio-, love was something you never heard enough.
               -Yeah, it took me some time, but I figured out-entró Chad, y Scott, Diana, Tommy y Layla se unieron a él-, HOW TO FIX UP A HEART THAT I LET DOWN.
               -NOW I’M SEARCHING EVERY LONELY PLACE-Zayn recuperó la canción; parecía dispuesto a compartirlo todo con su hijo, excepto a su público-, EVERY CORNER CALLING OUT YOUR NAME.
               One Direction fue al encuentro de Chasing the Stars en medio de la pasarela, y padres e hijos se mezclaron unos con otros mientras la gente continuaba muriendo en la pista.
               ¿Estábamos en un concierto de reunión de One Direction con la colaboración especial de Chasing the Stars o asistiendo a delitos de lesa humanidad? Era difícil saberlo.
               -¡ME VOY A MORIR!-proclamó Taïssa, y yo, por una vez, no podría decir que estaba exagerando ni aunque quisiera. A mí me estaba costando bastante respirar, y Sabrae me había enseñado a enorgullecerme de mis emociones lo suficiente como para reconocer que no era, precisamente, porque me faltara un pedazo de pulmón.
               -TRYNA FIND YOU, BUT I JUST DON’T KNOW…-Zayn llegó a un par de metros de Scott, que salvó la distancia que los separaba, se puso delante de su padre y se llevó el micro a la boca para gritar con él, y con el resto de la banda…
               -WHERE DO BROKEN HEARTS GO?
               -ARE YOU SLEEPING, BABY, BY YOURSELF?-le preguntó Harry a Diana, y ella se rió. Porque, básicamente, la había mandado a Inglaterra para que reflexionara sobre su comportamiento de niña caprichosa y había terminado encamándose con Tommy en cosa de dos segundos-. OR ARE YOU GIVING IT-padre e hija chocaron las caderas, y Diana se apartó el pelo de la cara mientras se reía con más fuerza-TO SOMEONE ELSE?
               -TRYNA FIND YOU, BUT I JUST DON’T KNOW-se le sumó ella, y todos volvieron a repetir el nombre de la canción. La infraestructura del estadio tembló, y amenazó con derrumbarse.
               -Tell me now, tell me now-Diana le hizo gestos a su padre para que se acercara, retrocediendo por el escenario mientras le guiñaba el ojo, como invitándolo a que se sumara a ella, pero Harry estaba decidido a dejar que brillara en ese momento que, había decidido, le pertenecía más a su hija que a él-, tell me where you go when you feel afraid.
               -WHERE DO BROKEN HEARTS GO?

martes, 12 de abril de 2022

Siempre directioner, nunca indirectioner.


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 -Bueno… ¡gracias por lo que habéis hecho esta noche, Londres!-sonrió Louis, paseándose por el escenario con chulería, igual que un león eligiendo la hembra de la manada con la que aparearse primero-. Nos hace mucha ilusión ver lo que estáis dispuestos a hacer aún por nosotros, después de todo el tiempo que ha pasado. ¡No cualquier banda agota el estadio de Wembley en cuestión de horas cuando sólo va a cantar una canción!-se rió, y el público empezó a chillar más fuerte, de forma que casi se enmudeció su voz en el micrófono-. Así que, ¡en nombre de Harry, Liam, Zayn y Niall, os doy las gracias por vuestro dinero! Lo necesitábamos desesperadamente, dado que Niall va a ser padre otra vez, y Zayn y yo estamos intentando mandar a nuestros críos a la universidad. Y, viendo sus currículos, creo que nos va a costar bastante enchufarlos en algún sitio en el que consigan labrarse un futuro. ¡Conducid con cuidado de vuelta a casa!-agitó la mano en el aire mientras los demás tiraban besos al aire, hacían reverencias y guiñaban ojos a diestro y siniestro, como políticos en un patio de colegio.
               -¿CÓMO? ¡UNA CANCIÓN NADA MÁS! ¡ESTAFADORES!-aullé-. ¡DEVOLVEDNOS EL DINERO!
               -Alec, has venido por la gorra, encima no tengas morro-se rió Sabrae.
               -¡Me da igual! ¡Soy de clase trabajadora! ¡Estoy en el paro y ellos podrían esnifar polvo de billete de quinientas libras para enconcarse si quisiera, niña rica!
               Louis se encogió de hombros, esquivó con maestría un osito de peluche que le tiraron al escenario (debería haber sido un tomate podre, o, siguiendo con los peluches, el de un atracador de bancos) y siguió a Liam, Niall y Zayn en dirección al centro del escenario. Harry, sin embargo, permaneció en el centro de la pasarela, con los brazos en jarras y negando con la cabeza mientras miraba a sus compañeros.
               -Me parece que no quieren que nos vayamos aún, chicos.
               -¡NO!-respondió todo el estadio, Sabrae, Shasha, Duna, Scott, Tommy, Diana, Layla, Rob, Chad, Eleanor, Dan y Astrid incluidos, como si no estuvieran metidos en el ajo. Por supuesto que estos cinco cabrones nos iban a estafar, pero a ellos les daba igual: su herencia había crecido considerablemente desde que las entradas habían salido a la venta.
               -Pero lo tenemos en el contrato, Harry-trató de razonar Liam con él-. Una canción y nos vamos. Hay que vaciar el estadio antes de las nueve. Podríamos meternos en problemas.
               -¡YO TE PAGO LA DEMANDA, HARRY!-chilló alguien en el público, lo suficientemente cerca como para que el micrófono captara su grito. Sabrae se rió, y yo descubrí en ese momento que estaba saliendo con una sociópata.
               -¡Haremos otro cuando cumplamos 50 años, no os preocupéis!-prometió Louis, acercándose peligrosamente a la boca el escenario. Zayn subió las escaleras, y entonces, justo cuando parecía que iba a desaparecer, en medio de los gritos, se dio la vuelta lentamente, con una mano en la barandilla de las escaleras, y sonrió.
               -¿Está imitando el meme de Britney Spears?-preguntó Tam, y Sabrae asintió, girándose para mirarla.
               -Lo hace siempre en casa.
               -Tu padre es genial.
               -¡HABÉIS PICADO!-gritó Zayn, corriendo de nuevo hacia el centro del escenario.
               -Ya te vale, Harry. Casi nos fastidias la broma-le recriminó Niall.
               -Es que me sentía mal.
               -Que sepáis que ninguno de nosotros queríamos hacer esto-comentó Louis-. Ha sido todo idea de Zayn. Ya sabéis que tiene tendencia a dejar las cosas a medias.
               -Eso dijo ella-se burló Liam.
               -Eres graciosísimo, chaval-escupió Zayn con odio, fulminando a Louis con la mirada. Louis, a modo de respuesta, le agarró la cara y le saltó encima para plantarle un sonoro beso en la mejilla-. ¡Quita, bicho!-protestó mientras todo el estadio enloquecía. Al menos ya sabíamos de dónde habían sacado Scott y Tommy esas tendencias.
               -¿Lo estáis pasando bien, Londres?-preguntó Niall, y un rugido abrumador fue su respuesta. Se rió en los altavoces-. Ah, bueno, menos mal. Me alegro de que haya gente capaz de pasárselo bien cuando se cumplen 25 años desde cierto individuo obligó a cinco chavales a juntarse en una banda para explotarlos laboralmente durante gran parte de su adolescencia. Que sepáis que lo pasamos muy mal-comentó, tirando un poco de las cuerdas de su guitarra-. Louis aún va a terapia por eso; nunca en su vida había visto a gente guapa, y le provocó un shock encontrarse conmigo.
               Nos reímos de nuevo.
               -Me parto de risa contigo, Niall. Siempre has sido el verdadero gracioso de la banda-replicó Louis-. Te robé el título inmerecidamente, cuando tú has protagonizado siempre los episodios más cómicos de One Direction. Por ejemplo, aquella vez que te caíste jugando al golf en la televisión nacional. ¿Te acuerdas de eso? Porque yo sí. ¿Tenemos las imágenes?-preguntó al control, con los ojos brillantes de diversión maligna. Niall le hizo un corte de manga-. ¿Podríamos ponerlas? ¿Sí? ¿No? Las tengo en mi móvil. ¿Las pantallas van por Bluetooth? ¿Sí, verdad? Que alguien me traiga mi teléfono. ¿Eri, mi amor, me podrías traer el móvil?-se giró, mirando hacia el centro del escenario. Más gritos se elevaron al cielo cuando una figura pequeña apareció por la boca de este, trotando hacia la pasarela-. Gracias, mi amor.
               -¡UN APLAUSO PARA LA MUJER CON MÁS PACIENCIA DEL UNIVERSO, ERI TOMLINSON, DAMAS Y CABALLEROS!-bramó Zayn, poniéndose a aplaudir como loco. Eri se rió, hizo una reverencia como si estuviera en la corte, y negó con la cabeza cuando Harry le ofreció su micro.
               -Sí, Eri, diles algo-la animó Liam.
               -Tenéis muchos críos, puede que necesitéis dinero otra vez-la pinchó Harry, y ella puso los ojos en blanco pero aceptó el micro.
               -Gracias por venir. Y por favor, perdonadlos si desafinan. Nunca se les dio bien moverse por el escenario, así que ahora que son viejos, el espectáculo tendrá menos calidad-sonrió. Harry le quitó el micro.
               -Bueno, ¿es esto un concierto de One Direction o una sesión de comedia de la familia Tomlinson?
               -Yo nunca logré distinguirlos-aportó Zayn.
               -¿Por eso te fuiste?-se burló Louis. Zayn no dudó en darle una sonora palmada en el culo.

domingo, 3 de abril de 2022

Realeza.


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Puede que Al estuviera acostumbrado a la gloria de un cuadrilátero, y que pensara que ya lo había visto todo en la vida, pero aquella tarde acababa de recibir una lección de humildad. Se había quedado parado en la puerta del backstage, mirando con la boca abierta cómo por los vomitorios fluía una corriente de personas cada vez más intensa.
               Debo decir que no podía culparlo. A pesar de que ya había terminado acostumbrándome a la locura que solía desatarse en torno a papá, los momentos posteriores a la apertura de puertas de los recintos en que él iba a actuar siempre tenían un cierto deje vertiginoso. Había tenido que lidiar con las mareas de gente ya desde pequeñita, y eso que papá siempre nos había protegido con la ferocidad de un león. Recuerdo que la primera vez que nos habían rodeado yo me había asustado de verdad, y eso que apenas era un par de docenas de personas y mamá me sostenía en brazos, presta a protegerme incluso si papá fallaba.
               Tampoco es que él fuera a darles mucho más margen a las fans para asustarse.
               -¡Quietas, quietas, QUIETAS!-había aullado él, dando unos pasos hacia ellas, que habían jadeado y habían dejado de gritar en el momento en que abrió la boca, porque perderse aunque fuera una sola de sus palabras sería algo que no podían tolerar-. Sabéis que nunca me ha gustado que os abalancéis sobre mí, pero nunca os he parado los pies. Ahora que soy padre pienso hacerlo, y no me voy a arrepentir de ello, ¿está claro?
               Había tenido que repetir eso en un par de ocasiones más, pero en cuanto se había negado a hacer fotos cuando vio que no había manera de que le hicieran caso, todo había fluido hacia un comportamiento un poco más contenido. Siendo yo fan también, entendía perfectamente que había veces en que el entusiasmo tomaba el control de tu cuerpo, pero había que hacer un esfuerzo por recordar que el objeto de tu admiración también era una persona, con sus sentimientos, sus preocupaciones, y sus fragilidades.
               Era relativamente fácil olvidarme del peso que tenía mi apellido en la sociedad ahora que las fans de papá habían entendido, por fin, cuáles eran sus límites y lo serios que eran para nosotros.
               Pero también era una bofetada de realidad y una demostración de hasta qué punto nos respetaban a mí, a mis hermanos y a mis padres, cuando las veía entrando en un concierto. Allí no había lógica ni respeto que valiera: era la jungla, y la más fuerte y más rápida conseguiría el preciado trofeo que suponía poder ver a Zayn por separado, o a One Direction en conjunto, sin ninguna cabeza entorpeciendo la vista.
               Para mí, los conciertos eran un recordatorio de quién era yo en realidad, de todo lo que había conseguido mi padre, de la inmensa suerte que tenía de que mi nombre estuviera grabado en la placa dorada de un gramófono que no sonaba; la mayoría de nombres no tenían ese privilegio, y tenían que conformarse con baberos o chupetes. Yo era una excepción, no la regla.
               Ser una Malik era un privilegio no sólo por los padres que me habían dado ese apellido y todo lo que éste implicaba (cuidados, comprensión, educación…), sino por quién era mi padre. Qué era mi padre. Qué podía hacer mi padre: conseguir que la gente acampara por él, corriera por él, se desmayara por él. No todos los hombres tenían aquello.
               Puede que Alec tuviera ese efecto en mí, pero ese poder era relativo, venía enlazado con mi enamoramiento. Papá simplemente lo tenía, pura y simplemente.
               Y Alec se estaba dando cuenta de aquello con lo que yo había crecido normalizándolo hasta cierto punto. Las cosas que me decía sobre la canción que me habían escrito cuando me adoptaron, por muy poéticas que fueran, eran una anomalía. Los padres no les escriben canciones a sus hijas ni ganan Grammys por ellas, al igual que los suegros normales tampoco pueden amenazarte con escribirte una canción que pondrá a todo el mundo en tu contra y hacerlo totalmente en serio.
               No es que papá fuera a hacerlo de verdad, claro.  A pesar de que siempre había un ligero deje de fastidio en su mirada cuando Alec y yo les dábamos las buenas noches y subíamos a mi habitación (un deje que intentaba controlar y por el que se llevaba miradas asesinas de mamá, que hasta hacía unos meses había creído que no tendría que trabajar sobre eso con él), ese fastidio era siempre infinitamente menor que la sonrisa que le asaltaba la boca cuando Alec y yo bajábamos a desayunar juntos a la mañana siguiente, y todo porque veía lo feliz que me había hecho mi novio la noche anterior con independencia de a qué nos hubiéramos dedicado por la noche; por eso, Al podía estar tranquilo. Papá no le haría nada que le dañara, porque eso significaba hacerme daño también a mí.
               Y Alec le gustaba. A pesar de que el patriarcado le decía que debía verme como su propiedad, y a Alec, como un ladrón, papá no podía dejar de sentir cariño por él. Lo había visto crecer, y veía lo feliz que me hacía. Así que le quería.
               -¿Qué?-preguntó papá, dándole una palmada a Alec en la espalda y dejándole el brazo sobre los hombros-. Impresiona, ¿eh?
               -¿Siempre es así?-replicó mi novio, todavía con los ojos fijos en la puerta. Papá arrugó la nariz.
               -Nah. Bueno, depende. En realidad, la verdad es que sí. Más o menos. Depende del concierto, un poco. Y del sitio en el que estés.
               -Y si actuamos juntos o separados-añadió Liam.
               -Sí, Liam nota la diferencia especialmente-se burló Niall-. La única que corre hacia el escenario es Alba. También es la única que va a sus conciertos, de hecho.
               -¿Liam hace conciertos?-preguntó Louis, llevándose las manos a la boca. Liam los fulminó con la mirada.
               -No os merecéis que esté aquí. Y vuestros hijos tampoco se merecen a Layla.
               -Que no nos merecemos a Layla ya lo sabemos, Liam-ronroneó Tommy, poniéndole ojitos a Layla, que se puso colorada y agitó la mano en el aire.
               -No me hagas la pelota.
               -No te hago la pelota. Soy sincero.
               -Bueno-Scott puso los ojos en blanco-. El novio amantísimo entra en escena.
               -¿Celoso, S?-se rió Chad.
               -Muchísimo. Espero que seáis conscientes de que yo llevo durmiendo con Tommy mucho más tiempo que las dos juntas-escupió, señalando a Diana y a Layla-. Así que cuando estemos de tour y nos toque compartir cama, os arregláis entre vosotras, que yo duermo con él.
               Diana arrugó la nariz e inclinó la cabeza a un lado.
               -Lay, a mí no me importa compartir a Tommy contigo, pero si tenemos que añadir a Scott a la ecuación, creo que voy a querer renegociar los términos de nuestro acuerdo.
               -No seas mala, Didi-se rió Layla.
               -Aguafiestas-Diana puso los ojos en blanco.
               -Estás en minoría, Lady Di-soltó mi hermano, haciendo una reverencia-. Sois dos contra tres.
               -¿Me estás contando en tu equipo, S?-preguntó Chad, y cuando mi hermano asintió, añadió-: ¿Puedo saber por qué? Porque yo estoy del lado de las chicas.
               -¡Ajá!-se chuleó Diana, agitando la melena en el aire-. ¿Sabes, Scott? En realidad, les pedí a todos mis seguidores en Instagram que votaran masivamente a Eleanor porque simplemente adoro verte perder. Ni siquiera me importa perder contigo, si tú la cagas.