Cada cosa que vives es una parte de ti; cada cosa que
absorbes entra a formar parte de tu alma y no la abandona jamás.
Por ejemplo: ¿el mundo de Harry Potter no es real?
El patronus es
lo que invocas cuando defiendes a alguien que lo está pasando mal de la persona
que se aprovecha de ella.
Gryffindor es eso que te hace defenderla.
Hufflepuff es lo que te hace querer defenderla.
Ravenclaw es lo que te hace abrir un libro, o coger una
peli, y empezarla.
Slytherin es lo que te hace estudiar para conseguir lo
que deseas.
Hufflepuff es lo que te hace abrazar muy, muy fuerte a un
amigo después de mucho tiempo sin verlo.
Gryffindor es lo que te hace ser lo suficientemente
cabezota como para no dejar de hacer algo hasta que te salga bien.
Slytherin es lo que te hace ponerte una meta y no parar
hasta conseguirla.
Ravenclaw es lo que te hace pinchar en un enlace para
descubrir qué esconde.
Ravenclaw es lo que te hace levantar la vista por las
noches y preguntarte qué nombre tendrán las constelaciones que, seguro, están
ahí, sólo que tú no puedes verlas.
Hufflepuff es lo que te empuja a sonreírle a una persona
que está sola e invitarla a entrar en tu grupo.
Gryffindor es lo que hace que enloquezcas cuando alguien
se mete con alguien a quien quieres.
Slytherin es esa vocecita en tu cabeza que te obliga a
esforzarte por ser la mejor versión de ti mismo.
Hufflepuff es esa vocecita que habla a través de tu boca
cuando alguien es demasiado exigente.
El felix felicis
es reírte por la calle sin importar que el resto de la gente te mire, porque
estás con tus amigos, o con ese alguien especial.
Ejecutas bien el wingardium
leviosa cada vez que lanzas tus calcetines al aire para recogerlos con la
mano con los pies.
El pensadero no tiene agua, propiamente dicha, sino
palabras: la fuente más inagotable de magia; es el diario que escondes en el
último cajón, por miedo a que alguien lo encuentre.
La recordadora son los post its en la puerta, intentando
decirte que no te olvides de coger el paraguas.
El espejo de Oesed son esas imágenes que tu cerebro
imprime detrás de tus párpados cuando vas a soplar las velas de tu cumpleaños,
o una pestaña, o cuando simplemente cierras los ojos ante las 11:11.
Los dementores son esos días negros en los que no te
apetece hacer nada más que meterte en la cama y olvidarte del mundo y que él se
olvide de ti, que siga su curso y te deje allí.
Puede que las fotos no se muevan, pero sí cobran vida
cuando las miras: en tu cabeza, los sonidos y los olores de aquel lugar y de
aquellas personas resuenan como si volvieras a estar allí.
Y tu cama va a estar ahí siempre, para darte la
bienvenida a tu casa.
Puede que nadie de más de dos metros haya echado abajo la
puerta de tu casa y te haya dicho que eres un mago, o que no te haya llegado
ninguna carta convocándote a tu educación mágica, pero, ¿por qué tiene que
significar eso que no tengas magia en las venas? ¿Por qué no puedes hacer magia
con sólo cerrar los ojos?
Por supuesto que tenemos alma, y es probable que ésta
nunca vaya al cielo, pero, ¿qué tiene de malo que muchas cosas pasen dentro de
ella? Por supuesto que tienen que pasar dentro de ella, pero, ¿por qué demonios
no debería significar eso, que no son reales?
Me ha encantado, me ha puesto de buen humor y todo
ResponderEliminarMe alegro de oírlo, corazón :D
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