miércoles, 7 de agosto de 2019

Terivision: A todos los chicos de los que me enamoré.


¡Hola, delicia! Vuelvo de mi retiro de blog con una nueva reseña, y otra vez es de un libro… o, más bien, de una trilogía. Es…


¡A todos los chicos de los que me enamoré! A todos los chicos de los que me enamoré (tatbilb en adelante, por sus siglas en inglés) es una trilogía compuesta por otros dos libros con los títulos PD: Todavía te quiero y Para siempre, Lara Jean, de la autora Jenny Han. Si no vives debajo de una piedra, estoy segura de que ya conoces la historia, aunque sólo sea porque en agosto del año pasado Twitter literalmente se revolucionó cuando Netflix estrenó la película que adaptaba el primer libro, y de la que ya se ha rodado la segunda parte, protagonizada por Lana Condor y Noah Centineo. Pues bien, si no sólo no vives debajo de una piedra sino que además me sigues, seguramente conozcas la obsesión que tengo con esta película, y puede que te sorprenda lo mucho que he tardado en leer los libros, pero, por fin, esta primavera conseguí despejar mi lista de espera y ponerme con ellos.
Y debo decir que el tiempo que ha pasado desde que se estrenó la película hasta que yo me hice con los libros ha merecido muchísimo la pena. Aunque hay bastantes cosas que en la película son diferentes (mismamente la presentación de Peter), tengo que decir que las cosas esenciales, las que perfilan lo que la hicieron especial, son en realidad préstamos tomados de las palabras de Jenny Han. No voy a hablar de la trama de cada libro para no hacer spoiler de la película (o las películas, espero) que nos esperan, pero sólo diré que la historia de Lara Jean y Peter es tan preciosa como en la película, e incluso está mejor trabajada y tratada con más cariño.
No te voy a engañar: la historia de amor de los dos personajes es lo que prima, pero a partir del segundo libro, con todos ya presentados y la trama fundamental puesta en marcha, sí que cobran importancia otros personajes que, si bien tampoco eran desconocidos en el primero, pasan a estar más iluminados entre el segundo y tercer libro. Así, no sólo seguimos teniendo a Kitty y el padre de Lara Jean, sino que también aparece el último destinatario de las cartas enviadas, John Ambrose, que SPOILER ya sale al final de la película, pero en los libros no hace acto de presencia hasta el segundo, y bastante avanzada la historia, he de añadir, FIN DEL SPOILER, y se va ahondando más en la personalidad de Lara Jean y en su relación con su grupo de  amigos, que crece a raíz de su relación con Peter.
Sin embargo, a pesar de que el tema principal de la novela es el amor, también hay una influencia muy poderosa de la esencia del young adult propiamente dicho: la llegada de la edad adulta y cómo afrontarla, el cambio del instituto a la universidad, que es incluso más trascendental en Estados Unidos que en España. Cosas en las que apenas nos parábamos en el primer libro de tatbilb como el futuro académico de Lara Jean pasan a tener más peso a medida que va avanzando la historia y ella creciendo, y con ella los libros adquieren un cariz más maduro a medida que vas pasando las páginas y vas viviendo con Lara Jean esas experiencias tan aterradoras.
Y lo mejor de todo esto es que no importa que ya hayas pasado por esa etapa de despedidas y ya sepas (o intuyas con más criterio que la protagonista) qué significa ser adulto, o que tu paso por el instituto no fuera algo tan memorable como lo es el de Lara Jean o, sin duda, el de Peter, sino que Jenny Han consigue hacerte sentir nostalgia de una época que afrontas(te) con miedo y a la vez ilusión. Leyendo tatbilb he vuelto a sentir los nervios de los exámenes de Bachiller, la preocupación ante la carrera que iba a escoger (o más bien la que iba a empezar), lo agridulce de las despedidas y la tristeza de saber que hay personas a las que probablemente no vuelvas a ver en mucho, mucho tiempo… puede que jamás, en la vida. Y, por supuesto, esa preocupación por si las cosas seguirán siendo como antes con tus amigos, o con una pareja que en mi caso no he tenido pero por la que he terminado angustiándome igual. Personalmente, incluso, llegué a sentir envidia de Lara Jean, por cómo estaba sintiéndolo todo, con cuánta intensidad, y con cuánta valentía estaba aceptando todos esos sentimientos, y hablando de las cosas que le iban sucediendo y sus reacciones ante ellas con tanta naturalidad.
Sí, si tuviera que definir tatbilb, la palabra que usaría sería naturalidad. Naturalidad con MAYÚSCULAS. Naturalidad y dulzura, muchísima dulzura. No en vano, Lara Jean es una gran aficionada de los pasteles. Quizá la autora lo hiciera a propósito, como una especie de guiño a su personalidad tan dulce e inocente, pero el caso es que me encanta lo bien que encaja la afición de Lara Jean con los postres con su manera de narrar: tan inocente, tan limpia, tan pura, que no puedes más que sentir ternura a medida que vas pasando páginas. Una vez que empiezas a leerla, la percepción del mundo que tienes a tu alrededor cambia inevitablemente. Ves belleza en casi todas las cosas, porque Lara Jean la ve, y ves lo bueno de aceptar cada sentimiento, sea bueno o malo, todo porque Lara Jean los acepta sin temor. Se regodea en su tristeza y también en su felicidad, siente miedo cuando es feliz de que ese sentimiento termine y se aterroriza cuando las cosas le van mal porque piensa que la racha que atraviesa no va a terminar nunca. En resumen, Lara Jean es tremendamente natural, tremendamente humana, de los personajes con más humanidad que he leído en mucho tiempo, gracias a su dulzura. Y todo esto es obra de Jenny Han, que no usa un lenguaje demasiado cargado pero tampoco vago (no en vano, Lara Jean es protagonista y narradora, y lee muchísimo en su tiempo libre), que ha sabido crear un personaje tremendamente sincero, que no se hace la dura ni siquiera cuando lo intenta con todas sus fuerzas, que comete errores y aprende de  ellos. Y tú sólo puedes darle las gracias.
Si hay algo malo que deba decir de los libros, es que han hecho que me enganche tantísimo a ellos que me daba miedo llevármelos de vacaciones por si el final no me gustaba y terminaban arruinándomelas. Pero, sinceramente, me alegro de haber esperado a estar libre de nuevo para poder sentarme a leer tranquilamente (o no tanto) al sol en el jardín de mi casa. Así podría disfrutar mejor de lo que sé a ciencia cierta que no es “la lectura”, sino la “primera lectura”. Es por eso precisamente por lo que no les pedí a amigas que habían leído los libros que me dijeran si Peter y Lara Jean terminaban juntos, o no lo busqué por internet. Sólo lees un libro por primera vez una vez, y yo no quería estropearme esa sensación. A medida que pasaba páginas, sabía que volvería a visitar la casa de Lara Jean en un futuro, no sé cómo de lejano.
Porque lo mejor de todo de tatbilb no es que me hayan dado una película que me encanta y que veo casi en bucle, que me anima cuando estoy triste y que me ha hecho conocer a Lana Condor y Noah Centineo, actores que me encantan y a los cuales sigo, ni que me haya dado unos libros que me hayan hecho echar de menos la vida del instituto y sentir que no la aproveché todo lo que debería… no. Lo mejor de estos libros es que, una vez llegas a la última página, quieres tanto a los personajes que consideras seriamente de volver a empezar la trilogía ipso facto.
Y no hay ningún autor que me haya hecho sentir eso. Así que gracias, Jenny Han.
Lo mejor: la dulzura de Lara Jean y lo coherente que es la historia con su personaje. Trama y protagonista están tan bien hiladas que es imposible separar a una de otra.
Lo peor: que son tres libros, en lugar de cinco, seis, o cincuenta.
La molécula efervescente: «Quizá sea el tipo de chica que se enamora mil veces. Me viene a la mente la imagen de una abeja sorbiendo néctar de una margarita, después a una rosa y luego a un lirio. Cada chico es dulce a su manera.»
Grado cósmico: Galaxia {5/5}. Es probable que no esté siendo objetiva, pero cuando me tocan el corazón, no se merecen que sea objetiva. Se merecen que sea sincera.
¿Y tú? ¿Estás de acuerdo conmigo?😍

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