La única vez en que no subí capítulo el día 23 en siete años y medio que llevo escribiendo la novela fue el día del décimo aniversario de 1D. Nada, aparte de eso, me hizo fallar un solo día; ni siquiera cuando tuve el primer examen de la oposición al que me presentaba con preocupación por si no lo aprobaba; ni siquiera en junio de 2019, cuando tuve que organizarme en un mes demencial en el que se me juntó un viaje de fin de universidad con dos amigas y luego un circuito por Alemania. No ha habido nada que fuera prioritario a publicar el día 23. Ni siquiera tener un examen un día 23.
Nada,
salvo el décimo aniversario de One Direction. Por eso, me parece un buen
homenaje hacia Liam y todo lo que nos dio no subir tampoco hoy; no hacer como
si no pasara nada y no dedicarle simplemente un parrafito antes de un capítulo
en el que, como ya veréis, los ánimos son bastante distintos a como están ahora
mismo.
De modo
que, Liam… esto va por ti.
Sabrae, Alec
y compañía os esperan el domingo que viene, ansiosos por hacer que, si lo
estáis pasando mal, podáis pasar página un poco mejor. Yo todavía estoy
tratando de adaptarme a la pérdida, esperando con cautela y una pizca de
preocupación creciente a que me asalte la inmensidad de lo que ha pasado y
pueda reaccionar por fin como lo están haciendo mis compañeras de fandom, mis
hermanas. Pero mientras ese momento no llega estará Sabrae.
Espero que ésta sea la última
excepción que tenga que hacer. Gracias por vuestra comprensión.
Nos vemos el domingo en la región de las estrellas estivales.
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