domingo, 26 de julio de 2015

Sí, talla grande, ¿y?






Os echáis las manos a la cabeza en cuanto veis a una modelo llevando una 44 porque la catalogan como talla grande, pero luego bien que insistís en que el peso no importa, que lo que cuenta es el interior, que una mujer con curvas puede ser más guapa que una cuyos muslos no se toquen. Entonces, ¿por qué coño os escandalizan las tallas grandes? ¿Se han comido a alguien? ¿O es que una 44 en realidad no es mayor que una 36, sino más pequeña, y son las tiendas las que están equivocadas? Decís que “gorda” no es sinónimo de fea, ni “delgada” de guapa, pero luego bien que os alegráis cuando alguien dice que habéis adelgazado, os parece mal que os digan que habéis cogido preso, preferís que os llamen feas a gordas, y gilipollas a que os llamen feas.
Pero oye, lo que cuenta es el interior, y luchar porque las tiendas representen a las “mujeres reales”. Como si Cara Delevingne y todas estas fueran putos robots. Sí, usan Photoshop para “perfeccionarlas”, ¿y? ¿Acaso las tiendas de ropa no están llenas de prendas con las tallas que ellas usan? Dudo mucho que los empresarios que están al mando de dichas tiendas pongan las prendas porque sí; no les va tirar el dinero. Lo hacen, más bien, porque hay gente que usa esas tallas, gente que, photoshoppeada o no, puede meterse en esos pantalones tan pequeños. Y, sorprendentemente, existe otra gente que lleva una 40, o una 42, o una 44 con orgullo, porque por muchas camisetas o pantalones que saquen de tallas cada vez menores (cosa por la que protestó todo el mundo cuando se anunció que se sacaría una 34, porque “fomentaba la anorexia”), ellos y ellas están a gusto llevando eso. No ven nada de censurable en llevar una “talla grande”, les alegra que tengan por fin representación y que no todas las modelos del mundo se metan en pantalones más o menos minúsculos, y ni sueñen con ponerse la tela que ellos compran porque les quedaría como un saco, más que como una camiseta, o como un vestido que tiene un gemelo siamés, y no como un pantalón. Entonces, ¿por qué tú sí? ¿Qué hay de vergonzoso, o censurable, o criticable, en que haya tallas grandes? ¿Tanto te molesta que se catalogue a las modelos por sus cuerpos, porque ya no todas son ese arquetipo de mujer con piernas como palitos y brazos como alambres, sino que ahora la representación es más amplia, más GRANDE? ¿Por qué te ofende el enterarte de que Marilyn Monroe ahora sería una "talla grande"? ¿Acaso la estamos insultando? ¿La estamos denigrando? ¿Tan horroroso es pensar que ella, icono de la belleza durante décadas, ahora estaría "rellenita", o "gorda", o como lo quieras llamar?
Ya no estamos en los tiempos de Cleopatra; ahora la belleza debería sudártela, porque ni se van a empezar guerras por lo guapa que seas, ni van a escribirse historias hablando de tu belleza legendaria. Ahora de quienes se escriben libros son de gente como Marie Curie o Margaret Keane: mujeres a las que nadie le importa si fueron guapas o feas, si llevaban tallas grandes” o tallas “pequeñas”, porque dejan un legado un poco más importante que quejas porque una modelo que usa una talla mayor de lo que se suele mostrar sea calificada de “talla grande”. Un legado de inteligencia y creatividad, de arte; eso que proclamáis por encima de todo pero que pocos adoráis en público.



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