viernes, 19 de febrero de 2016

Sólo la mitad de un cielo, que está un poco ahí, pero no demasiado.

Es el primer 19 de febrero en el que echo de menos a alguien hasta el punto de no poder dejar de pensar en él. El primer 19 de febrero en el que sólo recuerdo lo que es escuchar unas patitas correteando por el pasillo. El primer 19 de febrero en el que estoy segura de que las canciones tristes se han escrito para nosotros. El primer 19 de febrero en el que pienso que Zayn y Louis tienen los mejores solos en Half a heart, pero la esencia de la canción somos tú y yo. El primer 19 de febrero en el que digo “hoy es el cumpleaños de Noble”, y mamá me corrige: “era el cumpleaños de Noble”. El primer 19 de febrero en el que no ladra nadie cuando llego a casa en mucho tiempo. El primer 19 de febrero cuya celebración carece de sentido. El primer 19 de febrero en el que no me debato entre ir a comprar un pastelito y dártelo, o simplemente rascarte la barriga. El primer 19 de febrero en el que nadie viene corriendo a saludarme, lloriqueando de felicidad, para asegurarse de ser el primero en saludarme ese día. El primer 19 de febrero en el que me doy cuenta de todo el tiempo que perdí adorando a otros, cuando lo más precioso que había visto nunca ya lo tenía en casa. El primer 19 de febrero en el que me martirizo por no haberte imaginado lo suficiente. El primer 19 de febrero en el que ya sólo me queda imaginarte.
Es el primer 19 de febrero que ya no es mágico.
Espero que estés bien, siendo polvo de estrellas cruzando el cosmos a toda velocidad. Te echo de menos. Siempre lo hago. Cuando voy en el bus, cuando estoy sentada en el sofá y miro el espacio al lado, cuando me ducho, abro la puerta y no intenta entrar nadie a lamerme las piernas, cuando se me cae la botella de agua y no tengo que correr a agacharme antes de que la cojas, cuando  puedo dejar las zapatillas sin vigilancia en cualquier sitio, porque nadie las va a secuestrar. Cuando nadie interrumpe lo que hago, metiendo el hocico entre mis piernas y meneando la cola.
Es el primer 19 de febrero en el que no tengo a quién hacerle un álbum de fotos en un momento. El primer 19 de febrero en el que lamento no haber hecho todas las fotos y vídeos que pudiera.
Nuestro hogar se autodestruye, mi amor. Tú eras lo que nos mantenía unidos. Sé la estrella que nos vigila y nos cuida en el camino.
A partir de ahora, intentaré sobrevivir a los 19 de febrero. Felices 7 años, Noblesín. Dicen que nadie está muerto mientras haya alguien que le eche de menos, que su espíritu puede vivir, que en nuestras manos está que se mantenga vivo.
Ojalá algún día mis manos hagan grandes hechizos pero, de momento, me conformo con sentir la magia que tú eres en la punta de los dedos.

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