martes, 8 de marzo de 2016

#OneDayIWill

Algún día, dejaremos de ser “la primera dama”, para pasar a ser la Presidenta o la Primera Ministra.
Algún día, no seremos “la primera mujer en pisar Marte”. Seremos la primera persona en pisar Marte.
Algún día, los muñecos de los semáforos dejarán de necesitar faldas para poder representarnos, porque nosotras también llevamos pantalones.
Algún día, nos preguntaremos si queremos tener hijos, no cuántos hijos queremos tener.
Algún día, podremos elegir si preferimos tener el cuerpo depilado, o si por el contrario lo queremos tener natural.
Algún día, podremos elegir entre pintarnos la raya del ojo y no hacerlo, en lugar de elegir entre que nos digan que parecemos enfermas o levantarnos cinco minutos antes para “adecentarnos”.
Algún día, dejarán de intentar matarnos por exigir una educación para nuestras hermanas de diferente madre.
Algún día, se terminará la primera ola en todos los países, porque todas habremos podido votar.
Algún día, podremos elegir qué hacer con nuestro cuerpo, en lugar de ser esclavas de una legislación que va de la mano con una religión que nos criminaliza por el simple hecho de haber tenido curiosidad.
Algún día, Lilith será un nombre que llevemos con orgullo.
Algún día, todas dejaremos de ser competidoras, para empezar a ser compañeras.
Algún día, dejarán de valorarnos por lo que una hipotética pareja, que casualmente siempre será hombre, vea atractivo de nosotras, para empezar a valorar lo que nosotras consideramos atractivo.
Algún día, nos enorgulleceremos de nuestros logros, no de la envidia que depositen los demás.
Algún día, las que estén en posiciones más altas dejarán de ser “mujeres en un mundo de hombres”, para pasar a ser, simplemente, mujeres en su propio mundo.
Algún día, dejarán de decir que lo que hemos conseguido ha sido porque nos hemos abierto de piernas, en lugar de porque nos hemos roto los cuernos.
Algún día, no dejaremos que una divinidad masculina nos imponga todo lo que está mal en nosotras, y tenemos que ocultar.
Algún día, nos reiremos y gesticularemos tanto como queramos, o nos pida el cuerpo, sin preocuparnos de las arrugas que estamos precipitando con nuestros movimientos.
Algún día, nos sentaremos con las piernas cruzadas cuando nos apetezca, de la misma manera que lo haremos con ellas separadas.
Algún día, silbaremos nuestras canciones favoritas, porque eso habrá dejado de ser “cosas que no hacen las señoritas”.
Algún día, diremos todos los tacos que nos den la gana, porque tal vez una princesa no diga “joder”, pero una guerrera, ya lo creo que sí.
Algún día, nuestras madres dejarán de ser el último recurso de arma dialéctica.
Algún día, dejarán de mirarnos a nosotras cuando expliquen una receta, y nos mirarán cuando nos digan qué le ha pasado a nuestro coche.
Algún día, recibiremos el salario que nos merecemos, no la caridad que la empresa esté dispuesta a darnos.
Algún día, se valorará nuestro trabajo con independencia del tamaño del pene que, sorprendentemente, no tenemos.
Algún día, descubriremos la cura contra esa enfermedad que tanto se resiste.
Algún día, la mutilación genital no será más que un mal recuerdo.
Algún día, la frase “esclava sexual” será simplemente eso: una frase.
Algún día, dejaremos de ser el sexo que es violado.
Algún día, dejaremos de ser el sexo que tiene miedo de que aquella cita por internet nos mate, en lugar de ser el sexo que teme que la cita por internet simplemente esté gorda en la vida real.
Algún día, dejará de criminalizársenos por hacernos fotos desnudas y querer compartirlas con una persona, y protestar cuando esa persona decide vulnerar nuestra privacidad.
Algún día, podremos celebrar nuestro cuerpo sin que nadie diga que estamos pidiendo a gritos ser violadas.
Algún día, no tendremos que preocuparnos por pasar por callejones oscuros, nada más que por si hay un bache que no recordamos que nos pueda hacer tropezar.
Algún día, dejaremos de ser las guardianas de nuestra bebida, porque nadie intentará echarnos nada en ella.
Algún día, podremos vivir nuestra sexualidad como se nos antoje, y hablar de ella en público, sin recibir malas miradas.
Algún día, dejaremos de ser "la ex de", y la prensa pasará a mencionarnos por nuestro nombre y apellidos.
Algún día, dejaremos de ser mártires, giros argumentales, y pasaremos a ser las líderes, la historia en sí.
Algún día, dejará de matársenos por ser culpables del horrible pecado de haber nacido niñas.
Algún día, dejaremos de valorar el continente, y empezaremos a entrar en el contenido.
Algún día, “correr/andar/bailar/gritar/hablar como una chica” no será un insulto.
Algún día, no nos dirigirán; dirigiremos nosotras, películas que nos den Oscars.
Algún día, todas las salas de los cines proyectarán una película con dos personajes femeninos, con nombre, que tengan una conversación entre ellas que no verse sobre hombres.
Algún día, podremos preocuparnos por nuestro vestuario o no preocuparnos nada sin hacer que eso le dé permiso a nadie para bromear con nuestro género, o sexo, o lo que sea.
Algún día, no tendremos que elegir entre destrozarnos los pies con unos tacones para causar buena impresión, o estar cómodas: las dos cosas irán de la mano.
Algún día, dejará de recluírsenos de los libros de historia.
Algún día, se reconocerá los avances que la raza humana haga gracias a nosotras.
Algún día, tendremos las mismas oportunidades que un hombre simplemente por el hecho de ser personas.
Algún día, se nos valorará porque somos personas, no hermanas, hijas, madres, abuelas o nietas de tal hombre relevante.
Algún día, conquistaremos los otros 364 que nos quedan. No va a ser fácil, pero ya hemos pasado cosas peores.
De la misma forma que un pequeño paso para el hombre es un gran salto para la humanidad, algún día, un pequeño paso para la mujer será un gran salto para la humanidad.
 Feliz Día Internacional de la Mujer. Y que el 8 de marzo esté siempre, siempre, de nuestra parte.

2 comentarios:

  1. Simplemente precioso. Y realmente espero que, como bien dices, en un futuro no tenga que tomarse el día de la mujer como algo especial, ya que los demás 364 días también lo serán. Quizás sea demasiado soñadora, pero luchando todas juntas, creo que por muy difícil que parezca, lo lograremos.

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    1. Estamos dando pasos ahora que no pensé que fueran a darse cuando era más pequeña (aunque sinceramente tampoco pensaba mucho en ello), pero, si te digo la verdad, no creo que llegue a ver el momento en que los otros 364 días también sean nuestros.
      Ojalá me equivoque, pero todavía nos queda un trecho inmenso por recorrer.

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