Hace aproximadamente dos millones de años que no subo una
reseña, y, como mi opinión es la más importante del mundo, sé que estabas
sufriendo. Pero, ¡no te preocupes! He vuelto para hablarte de una película de
la que seguramente ya sepas algo. Se trata de…
¡El renacido! Como
seguramente ya sepas, El renacido es
la última película de Leonardo DiCaprio, que interpreta a Hugh Glass, un
vendedor de pieles que viaja por las regiones más remotas de Estados Unidos con
su hijo y otro grupo de cazadores, y al que abandonan más o menos a su suerte
cuando es atacado por un oso y queda convaleciente, más muerto que vivo. Hugh
sacará fuerzas de donde no las tiene para regresar al poblado en el que tenían
pensado reunirse los cazadores después de que John Fitzgerald, interpretado por
Tom Hardy, asesine a su hijo.
El motor de la película es, básicamente, la venganza y
cómo puede convertirse ésta en un motor para nuestra vida, llevándonos a poner
nuestro empeño en conseguir resarcir un daño que nos han hecho. El mensaje de
la película, sin embargo, intenta finalmente ir un poco más allá: ¿realmente
merece la pena vengarse? ¿Qué hay después de la venganza? Pero, debido a que se
queda en los escasos últimos minutos antes del final, tampoco me parece que
Iñárritu haya querido ahondar demasiado en el perdón. Al fin y al cabo, ya hay
suficientes películas que hablan sobre esto, ¿o no?
La parte técnica de la película es sencillamente
espectacular. El guión no consta de demasiadas frases, siendo más visual que
otra cosa: el renacido se asienta en
gestos, gemidos y todo tipo de expresiones corporales, y hace de algunas frases
aquí y allá su punto de apoyo cuando es necesario, sin abusar de la palabra.
Pero es precisamente este guión tan “modesto” en cuanto a
lenguaje lo que te permite observar con más atención a los actores, y te das
cuenta de las actuaciones tan espectaculares que te regalan. DiCaprio está
inmenso en este papel, uno de los más pulidos de su carrera (aunque sigo
prefiriendo a su Jordan Belfort de El
lobo de Wall Street), y Tom Hardy es el típico malo al que le tienes asco
desde el primer minuto, pero que sabes que es pieza imprescindible de la
película y que sin él no habría historia. Tiene carisma dentro de lo repulsivo
del personaje.
La dirección de Iñárritu tampoco se queda atrás. De hecho,
el rodaje fue uno de los más largos al que se ha sometido DiCaprio: 8 meses en
plena naturaleza, grabando entre una y dos horas al día porque el director
mexicano no quería depender de luz artificial, sino natural, de tal manera que
el momento de producción “real” de la película se llevó a cabo de forma muy
lenta, cociéndose al baño maría entre dos continentes (dado que tuvieron que
abandonar América del Norte y viajar hasta la Patagonia argentina, al
desaparecer la nieve necesaria). La naturaleza es un personaje más, y como tal
lo trata Iñárritu: deja que se prepare, espera a que esté en su mejor momento,
y la filma tal y como es, convirtiendo la película en una odisea por un
infierno helado en la que hasta tú llegas a pasar frío… y pena de DiCaprio. Hay
gente que resume la peli en “Leonardo DiCaprio pasándolas putas para conseguir
el Oscar durante 2 horas y media”.
A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Lo mejor: la
fotografía. Por razones que saltan a la vista.
Lo peor: no sé
cómo explicarlo, pero la película se hace larga a pesar de que la disfrutas. A
mí, particularmente, me pareció que llevábamos hora y pico cuando en realidad
sólo nos habíamos sentado hacía media hora.
La molécula
efervescente: el ataque del oso. Es la piedra angular de la película. Y te
hace preguntarte si Hugh Glass no será gilipollas, pegándole tiros al animal
después de que éste lo vapulee precisamente porque la vez anterior no consiguió
darle bien.
¿Y tú? ¿La has visto? ¿Algo que objetar? ¿O pasas de
verla, y te unes a mi círculo de protesta porque el Oscar tenía que haber sido
con El lobo de Wall Street? Si es
así, te siento, hermano/a. Te siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤