Acabo de ver una película, y no debería publicar una crítica
tan seguida, porque nunca consigo ser objetiva nada más verlas
(suelo tardar varios días en darme cuenta de si he exagerado la nota o si, por
el contrario, la he puesto escasa), pero, ¿qué demonios? Se lo merece. Se trata
de:
Ex Machina es
una película del año pasado (2015) protagonizada por Alicia Vikander (alias la
criatura más hermosa de este planeta y probablemente de los colindantes
también) y Domhan Gleeson (ugh, aquí otro
Weasley, tengo muy claro lo que voy a hacer contigo) y trata, una vez más,
el tema de los robots y la inteligencia artificial. El apocalipsis particular
de la raza humana.
Y, sin embargo, es muy diferente de otras películas que
he visto hasta ahora que tratan la misma temática: lejos del ser frío al que
nos tienen acostumbrados, Ava es una máquina que saca partido a sus emociones y
las de los demás, que se involucra con su ambiente hasta camuflarse con él para
conseguir su objetivo: sobrevivir. Y, al fin y al cabo, ¿qué caracteriza a la
vida, sino su lucha por sobrevivir?
El reparto es extremadamente modesto, con un trío
completado por Oscar Isaac (de Star Wars)
y, sin embargo, no echas en falta a nadie más. Los personajes se comen la
pantalla y los actores llenan la película con interpretaciones reales, de
personas tridimensionales perfectamente moldeadas y estructuradas como requiere
su soledad. Mención especial merece ella (otra vez), que da vida a una máquina más humana que su creador como si tuviera, en realidad, engranajes por entrañas. Habrá que comprobar eso.
El guión de la película es ambicioso y a la vez amable
con el espectador; lejos de sumirse continuamente en charlas informáticas (como
bien podrían intentar hacer), las conversaciones de los personajes se centran
más en temas de filosofía que te dejan reflexionando a ti también.
Una de las cosas que más me ha impactado de la película
es su escenografía. Como si quisiera contrarrestar lo complejo de la situación
de Ava, su creador y su probador, las habitaciones son sencillas, minimalistas,
de manera que no te dan lugar a distracción. Es como si el decorado futurista y
altamente tecnológico quisiera darte una sensación de tranquilidad. Oye, espectador,
no pasa nada; esto es sólo una película, no están pasando para nada
cosas como esta en la actualidad, ni se está desarrollando esta tecnología ni
se cree posible llegar a este nivel, y nos aseguraremos de que te quede claro
poniendo sistemas altamente informatizados para que no te olvides de que tu
mundo es, en realidad, el Pentágono.
Lo mejor: el
guión en sí; un soplo de aire fresco en un tema tan explotado.
Lo peor: cosas
que (a mi entender) se quieren mantener en secreto hasta el final, se adivinan
en el primer momento, por ejemplo SPOILER que la ayudante asiática de Nathan
es, en realidad, otro robot.
La molécula
efervescente: Ava, totalmente caracterizada como humana. Alicia en estado
puro. Lloraría un poco si no tuviera la capacidad emocional de un ladrillo.
Grado cósmico: Estrella
galáctica {4.5/5}.
¿Y tú? ¿Ya has sucumbido a los encantos de Alicia
Vikander, ACTRIZ PRINCIPAL EN LA CHICA DANESA, GANADORA DE UN INEXPLICABLE
OSCAR A SECUNDARIA? ¿No? ¿Estás bien? Corre a verla. Corre a la luz. Sálvate tú
también.
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