miércoles, 12 de octubre de 2016

Terivision: La chica del tren.

Rescato esta sección del blog que tengo tan abandonada (al fin y al cabo, últimamente vivo para escribir Chasing the stars) para darte mi opinión sobre:

¡La chica del tren! Se trata de una novela escrita por Paula Hawkings que narra la historia de Rachel, una alcohólica que toma todos los días los mismos trenes, y que siempre se queda mirando una pareja que vive en una casa de su antiguo vecindario. Rachel les imagina una vida perfecta; pero se da con un palmo de narices cuando la mujer que habita esa casa desaparece sin dejar rastro, y Rachel siente que es en parte culpa suya, pues tiene vagos recuerdos de haber visto a la mujer la misma noche en que desapareció…
Ya me habían hablado de este libro el año pasado, pero por un motivo u otro no terminaba de animarme a leerlo: tengo un montón de libros pendientes, y la verdad es que no ayudó mi decisión de volver a leer Memorias de Idhún (aunque no me arrepiento, en absoluto). No fue hasta que fui al cine para ver Nerve (hola, Dave Franco) cuando me entraron ganas de leerlo de verdad, después de que me pusieran el tráiler de la película basada en el libro. No sé qué fue más gracioso: el hecho de que yo no supiera que se había rodado esa película, a pesar de que Emily Blunt, actriz que me encanta, trabaja en ella, o que me pusieran el tráiler en catalán. Aunque no lo entendí todo, me quedé con la copla de lo que iba más o menos el asunto, y creo que tengo que dar las gracias de no haber terminado pillando todo lo que decían los personajes, porque, al parecer, el tráiler te cuenta todo el libro sin dejarte casi margen a la imaginación.
En fin, el caso es que me animé a leerlo justo después de terminar Memorias de Idhún, todavía arrastrando un poco la depresión de haber vuelto a mi infancia a través de las páginas de esa trilogía, y lo cierto es que, si bien me chocó un poco la estructura del libro (narrador en primera persona, alternando entre tres narradoras y dando diversos saltos en el tiempo) y me costó en ocasiones seguir el hilo de la historia debido a los saltos temporales que se dan entre las narradoras, terminé por cogerlo con ganas. La chica que me lo había recomendado hablaba maravillas de él el año pasado, pero cuando le dije que lo estaba leyendo me dijo que “estuvo bien”, pero era previsible. Sinceramente, a mí no me lo pareció. Sí que es verdad que hay un punto que sabes de sobra qué va a suceder, SPOILER (más o menos), selecciona el texto si quieres seguir leyendo, y es que Rachel no mató a Megan, como la autora intenta hacerte creer en un movimiento bastante absurdo con respecto al sábado en que se emborrachó, pero la identidad del asesino permanece en el aire hasta el último momento.
Lo que más me ha gustado de la novela ha sido el trasfondo psicológico que le da la adicción de Rachel a la propia protagonista: se avergüenza de su vicio y trata por todos los medios de dejarlo, pero siempre termina cayendo en la tentación. Eso sí, la obsesión que tiene con la pareja de sus sueños llega a ser un poco preocupante, pues no le importa meterse en todo tipo de líos y que le hagan daño de varias formas diferentes con tal de ayudar a desentrañar qué le pasó a la chica que veía todas las mañanas, cuya vida perfecta había imaginado hasta el más mínimo detalle.
Es un libro que se deja leer muy bien, aunque debo reconocer que no le pude dedicar todo el tiempo que querría y no sabría decir si engancha lo suficiente como para querer leértelo de una sentada: ya no tenía tiempo para pasarme la tarde leyéndolo, y lo cogía en los momentos que tenía libres entre pasar apuntes, escribir, y hacer las tareas de casa. Eso sí, los fines de semana por la mañana eran para la lectura, así que puedo decir que me enganchó todo lo que mi horario le permitió.
En resumen: estuvo bastante bien; tampoco es que me esperara demasiado de él después de los comentarios de mi amiga. En ese sentido, no me decepcionó. Ahora, sin contar la manera en que la autora te hace cambiar de sospechas a medida vas avanzando (algo también muy típico en este género), por lo demás el libro avanza con bastante monotonía, excepto en los momentos puntuales en el que Hawkings quiere sorprenderte… y lo consigue.
Lo mejor: cómo Rachel endereza su vida a medida que va avanzando la trama.
Lo peor: Rachel es la típica exmujer patética que no es capaz de rehacer su vida ni dejar atrás su pasado; es un estereotipo andante de la divorciada de 30 años que, en teoría, se encuentra en los últimos momentos de atractivo de su vida y que debe correr contrarreloj para encontrar pareja. No me ha gustado su comportamiento obsesivo con su exmarido; me dio la impresión de que, en ese aspecto, se mantenía el cliché de que la mujer no es nada sin el hombre. Por mucho que el final intenta corregir esta idea, no me parece suficiente darle la vuelta a una situación cuando quedan apenas 4 o 5 páginas para acabar.
La molécula efervescente: en este caso, hay dos: “La vida no es un párrafo, y la muerte no es un paréntesis”… y la presencia de un Scott, de pelo también negro y al que, para más inri, le ponen los cuernos.
Ni descansando de mi novela ésta me deja vivir. Y lo que me encanta ᵔᵕᵔ
Grado cósmico: Planeta estelar {3.5/5}
¿Y tú? ¿Lo has leído? ¿Coincidimos o discrepamos en algo? Déjame un comentario con tu opinión; sabes que me encanta leerte

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