¡Hola, delicia! Vuelvo, una semana más, a traerte mi
opinión sobre uno de los últimos libros que he leído. Siguiendo con el tema de
la reseña
anterior, hoy me toca hablar de:
![]() |
créditos de imagen: kingdom.starbooks (instagram) |
¡La boda de Rachel
Chu! Sí, lo has adivinado: se trata de la segunda parte de la trilogía de Locos, ricos y asiáticos de la que te
hablé la semana pasada. He de decir que este verano estuve bastante animada con
los libros, a pesar de que he leído más bien poco (sólo tres en el “verano
estricto”, por así decirlo), y es que las historias que cayeron en mis manos
conectaron conmigo de una forma que hacía mucho tiempo que no me pasaba.
ATENCIÓN, LA SIGUIENTE RESEÑA CONTIENE SPOILERS (más o menos) de la trama de locos, ricos y asiáticos.
¡lee bajo tu responsabilidad!
En esta segunda entrega, Kevin Kwan vuelve a sumergirnos
en el mundo de la élite económica y social de Asia, aunque el escenario cambia
ligeramente: de Singapur, pasamos a Hong Kong y la China “continental” (me hace
muchísima gracia cómo lo llaman los personajes, perdón). La novela arranca con
un accidente misterioso y con Eleanor Young, la madre de Nick, angustiada ante
la noticia de que su único hijo va a casarse con Rachel. Nick y su madre llevan
dos años sin hablarse, y la falta de contacto desgasta a la mujer hasta el
punto de que parece dispuesta a “perdonar” la baja condición social de Rachel
con tal de recuperar a su primogénito, pero debido a ese accidente misterioso descubre que quizá no haya mucho que
perdonar… y terminan organizándose unas vacaciones a lo largo del verano para
la pareja de recién casados.
Debo decir que la novela me ha sorprendido mucho en tanto
que reinterpreta su estilo: lo que mencionaba que me había llamado la atención
de Kevin Kwan en lo relativo a sus notas al pie (o al final; no sé cómo estará
en el libro físico) es el hecho de que les da la misma importancia que a la
escritura principal, con lo que el primer tomo tiene, por así decirlo, dos
formas marcadas. Aquí, va un paso más allá: no sólo tenemos la narración en sí,
sino también cartas que se envían los personajes, publicaciones en periódicos o
blogs de moda, e incluso una especie de cronología de Twitter que una influencer orquesta en colaboración con una
marca para cubrir un importantísimo evento. Todas estas variaciones le dan a la
novela un toque de realismo increíble, porque se te puede olvidar que estás
leyendo una historia ficticia en lugar de algo real, que aparece por todas
partes, como cualquier drama entre famosos o un problema/salseo que haya en tu
grupo de amigos.
A esa variación en el estilo tenemos que añadir la
aparición de nuevos personajes, unos que se hacen querer más que otros, que le
quitan el protagonismo a Rachel y Nick hasta el punto de que ya no puedas
considerarlos los únicos protagonistas. Astrid, por ejemplo, que también tiene
mucha relevancia en la primera novela, da un paso al frente; Kitty Pong, que en
la primera novela sólo es una secundaria más, se convierte en protagonista y
toma parte en algunas de las escenas más cómicas y a la vez desesperadas de la
historia. En cierto sentido, La boda de
Rachel Chu es una ampliación del universo de Locos, ricos y asiáticos más allá de lo que las segundas partes
suelen serlo: en lugar de ahondar en personajes que ya conocemos y seguirlos
muy de cerca, porque funcionaron por algo,
la trama se diversifica y se bifurca como un relámpago visto a cámara muy
lenta. Y, de la misma forma que un rayo, también te puede iluminar los momentos
oscuros y sacarte una sonrisa (especialmente si se hace mención a alguna
religión que venere a Meryl Streep, que definitivamente conseguiría que
fuera religiosamente –¿lo pillas? –a misa). Devoré este libro como devoré el primero;
quizá más, incluso, porque aquí no tenía nada
a lo que agarrarme ni con lo que compararlo. Hay muchos cambios en la
película con respecto al primer libro, cambios que, visto en retrospectiva, no
sé cómo harán casar con cosas que pasan en esta historia. Sólo sé que tengo
tantas ganas de ver la película como de que alguien,
el que sea, traduzca y publique la tercera y última entrega de la saga: Rich People Problems.
Lo mejor: la
novela consigue mantener el tono fresco que tanto caracteriza a la primera,
mezclando romance, drama y comedia en su justa medida.
Lo peor: El título lleva a pensar que la boda tiene mucha más importancia de la que tiene realmente, y la
familia de Nick y Peik Lin, que tan importantes fueron en la primera novela,
prácticamente desaparecen con el final de la primera parte.
La molécula
efervescente: «¿Sabes de lo que me he dado cuenta hoy? De que Chu fue el apellido
que me dio mi madre, pero resulta que no es el mío. Y a pesar de que mi padre
se apellida Bao, tampoco es su auténtico apellido. El único apellido realmente
mío es Young, y esa es mi elección. »
Grado cósmico: Galaxia
{5/5}. Estar tirada a la bartola leyendo a toda velocidad mientras me aso en la
terraza de mi casa en el pueblo no se merece menos puntuación.
¿Y tú? ¿Has leído el libro? ¡Hazme saber qué opinas de él
escribiéndome aquí!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤