jueves, 5 de septiembre de 2019

Terivision: La boda de Rachel Chu.


¡Hola, delicia! Vuelvo, una semana más, a traerte mi opinión sobre uno de los últimos libros que he leído. Siguiendo con el tema de la reseña anterior, hoy me toca hablar de:
 
créditos de imagen: kingdom.starbooks (instagram)


¡La boda de Rachel Chu! Sí, lo has adivinado: se trata de la segunda parte de la trilogía de Locos, ricos y asiáticos de la que te hablé la semana pasada. He de decir que este verano estuve bastante animada con los libros, a pesar de que he leído más bien poco (sólo tres en el “verano estricto”, por así decirlo), y es que las historias que cayeron en mis manos conectaron conmigo de una forma que hacía mucho tiempo que no me pasaba.
ATENCIÓN, LA SIGUIENTE RESEÑA CONTIENE SPOILERS (más o menos) de la trama de locos, ricos y asiáticos. ¡lee bajo tu responsabilidad!
En esta segunda entrega, Kevin Kwan vuelve a sumergirnos en el mundo de la élite económica y social de Asia, aunque el escenario cambia ligeramente: de Singapur, pasamos a Hong Kong y la China “continental” (me hace muchísima gracia cómo lo llaman los personajes, perdón). La novela arranca con un accidente misterioso y con Eleanor Young, la madre de Nick, angustiada ante la noticia de que su único hijo va a casarse con Rachel. Nick y su madre llevan dos años sin hablarse, y la falta de contacto desgasta a la mujer hasta el punto de que parece dispuesta a “perdonar” la baja condición social de Rachel con tal de recuperar a su primogénito, pero debido a ese accidente misterioso descubre que quizá no haya mucho que perdonar… y terminan organizándose unas vacaciones a lo largo del verano para la pareja de recién casados.
Debo decir que la novela me ha sorprendido mucho en tanto que reinterpreta su estilo: lo que mencionaba que me había llamado la atención de Kevin Kwan en lo relativo a sus notas al pie (o al final; no sé cómo estará en el libro físico) es el hecho de que les da la misma importancia que a la escritura principal, con lo que el primer tomo tiene, por así decirlo, dos formas marcadas. Aquí, va un paso más allá: no sólo tenemos la narración en sí, sino también cartas que se envían los personajes, publicaciones en periódicos o blogs de moda, e incluso una especie de cronología de Twitter que una influencer orquesta en colaboración con una marca para cubrir un importantísimo evento. Todas estas variaciones le dan a la novela un toque de realismo increíble, porque se te puede olvidar que estás leyendo una historia ficticia en lugar de algo real, que aparece por todas partes, como cualquier drama entre famosos o un problema/salseo que haya en tu grupo de amigos.
A esa variación en el estilo tenemos que añadir la aparición de nuevos personajes, unos que se hacen querer más que otros, que le quitan el protagonismo a Rachel y Nick hasta el punto de que ya no puedas considerarlos los únicos protagonistas. Astrid, por ejemplo, que también tiene mucha relevancia en la primera novela, da un paso al frente; Kitty Pong, que en la primera novela sólo es una secundaria más, se convierte en protagonista y toma parte en algunas de las escenas más cómicas y a la vez desesperadas de la historia. En cierto sentido, La boda de Rachel Chu es una ampliación del universo de Locos, ricos y asiáticos más allá de lo que las segundas partes suelen serlo: en lugar de ahondar en personajes que ya conocemos y seguirlos muy de cerca, porque funcionaron por algo, la trama se diversifica y se bifurca como un relámpago visto a cámara muy lenta. Y, de la misma forma que un rayo, también te puede iluminar los momentos oscuros y sacarte una sonrisa (especialmente si se hace mención a alguna religión que venere a Meryl Streep, que definitivamente conseguiría que fuera religiosamente –¿lo pillas? –a misa). Devoré este libro como devoré el primero; quizá más, incluso, porque aquí no tenía nada a lo que agarrarme ni con lo que compararlo. Hay muchos cambios en la película con respecto al primer libro, cambios que, visto en retrospectiva, no sé cómo harán casar con cosas que pasan en esta historia. Sólo sé que tengo tantas ganas de ver la película como de que alguien, el que sea, traduzca y publique la tercera y última entrega de la saga: Rich People Problems.
Lo mejor: la novela consigue mantener el tono fresco que tanto caracteriza a la primera, mezclando romance, drama y comedia en su justa medida.
Lo peor: El título lleva a pensar que la boda tiene mucha más importancia de la que tiene realmente, y la familia de Nick y Peik Lin, que tan importantes fueron en la primera novela, prácticamente desaparecen con el final de la primera parte.
La molécula efervescente: «¿Sabes de lo que me he dado cuenta hoy? De que Chu fue el apellido que me dio mi madre, pero resulta que no es el mío. Y a pesar de que mi padre se apellida Bao, tampoco es su auténtico apellido. El único apellido realmente mío es Young, y esa es mi elección. »
Grado cósmico: Galaxia {5/5}. Estar tirada a la bartola leyendo a toda velocidad mientras me aso en la terraza de mi casa en el pueblo no se merece menos puntuación.
¿Y tú? ¿Has leído el libro? ¡Hazme saber qué opinas de él escribiéndome aquí!

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