martes, 18 de noviembre de 2014

Somos los hijos del cambio de milenio.

Es a nosotros a quien nos ha tocado ver cómo nuestro propio avance nos lleva a nuestra destrucción. En nuestros ojos hemos visto las típicas situaciones en las que los nervios revuelven el estómago y hacen que te cueste respirar, pero no lo hemos podido sentir en nuestra piel. Porque cuando aquellas cosas pasaban, nosotros aún éramos jóvenes para experimentarlas; los pocos que lo consiguieron, fue a base de correr y, casi siempre, sufrir más de la cuenta. Y, justo ahora, cuando llegaba nuestro turno de poder convertirnos en humanos, nos arrebatan las esperanzas que teníamos y nos envían a un futuro que desconocemos, que vamos a experimentar, del que seremos guías para que los demás nos sigan.
Ya nunca vamos a saber qué es tener un "amigo por correspondencia", estar semanas esperando que llegue una carta y retorcer mil papeles intentando encontrar la expresión adecuada y la letra más legible y bonita posible; no sabremos jamás qué es abrir el buzón y desesperarte un poco más, por si el otro no quiere contestar, por si tu carta anterior no ha llegado a su destino. Ahora son "internet friends", y lo único que te preocupa es que se atrevan a humillarte con un doble tick azul.
Ya no vamos a caminar por la calle y apartar la mirada rápidamente cuando un desconocido nos pille mirándonos; ahora es más importante juntar las tres gominolas idénticas para pasar ese nivel en el que llevamos atascados tres meses.
Ha desaparecido eso de torturarse por qué te pones en una primera cita, o ni siquiera eso, sino simplemente que te pidan una cita. Ahora eso ya no se hace. Ya no tienes que escoger un vestido que te siente bien, ni vas a pasear despacio mientras decidís que vais a hacer, y tanteáis el terreno para saber si os gustáis: ahora os vais a intercambiar emails (si estáis espabilados, con 10 o incluso menos ya sabréis hasta dónde podéis empujar vuestros límites, si sois tímidos, os podrán llevar más de 1.000).
Incluso inscribirse en la universidad ya no es lo que era. Antes, necesitabas mil papeles, entregarlos tal día, a tal hora, en tal lugar, con la debida documentación. Ahora te dan una clave, tienes todo el verano para matricularte, y puedes pagar la matrícula, todo, sin cambiarte el pijama por unos vaqueros.
Ni siquiera lo es el buscar información. Antes, acudías a libros que trasnochaban en bibliotecas, acompañados de sus congéneres, nunca abandonados ni solos, siempre respetados. Y, ahora, con una simple frase en la barra correcta, te puedes convertir en un experto en la materia. Nada de hundirse entre montañas de papel; ahora navegas.
Y eso me aterra. Porque siento que nosotros éramos los últimos en tener una vida como nos venden las películas, los libros que leímos cuando éramos pequeños. No merecemos menos. No merecemos que nos lo quiten.
Pero, ¿cómo no van a quitárnoslo, si los demás no lo entienden? Algunos son demasiado viejos para atravesar el desierto, y se quedan a un lado. Y otros han nacido directamente en él, no saben cómo son los oasis.
Y las dunas nos resultan insoportables a los que una vez disfrutamos de las palmeras dándonos sombra, y sabemos cuánto arde la garganta con la sed, porque una vez tuvimos la boca llena de agua.

Tal vez sea gracioso que esté escribiendo esto en un blog. Pero, al menos, lo admito. Admito que tengo miedo. Exactamente lo que no haces tú.


4 comentarios:

  1. @myskyisniall


    No podría estar más de acuerdo contigo, el otro día nos enseñaron un vídeo en el que se veía como iba a ser el mundo dentro de 30 años (creo), y era todo tecnología, los niños que nazcan en esa época no sabrán lo asombroso que es tener un libro, porque lo tendrán en las tablets, no sabrán lo que es dibujar, porque lo harán en las tablets, y ya ni siquiera jugar con los muñecos, no había muñecos, todo eran juegos en x aparato de tecnológico.
    Ya no se iba a ver a tu abuela, amiga, tía... te llamabas por skype o por facetime, o por lo que vaya a ser, y les bastaba, le restaban importancia a lo que es un abrazo, estaban felices desde sus casas, no se miraban cara a cara, se miraban por las pantallas.
    Y si, tengo miedo, el vídeo me dio miedo, porque parecíamos robots, seremos robots, no había vida, era como si nosotros estuviéramos metidos en un juego. Porque al final, es lo que va a pasar, que las tecnologías nos consumirán, y nos convertirán en su juego.
    Me acuerdo cuando era pequeña, la ilusión que me hacía llegar a la edad que tengo ahora para salir a pasear con el que me gustaba. Se ha perdido la magia, porque ya si te manda un whatsapp, es algo importante, ya no se dan besos en personas, se mandan emoticonos dando besos.
    Y todo esto (y muchas cosas más que no he puesto) me da pena, mucha pena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es horrible, porque las máquinas nos quitan nuestra humanidad, lo único que nos hace seres vivos y no inertes. Y encima nadie intenta detenerlo o encontrar un punto de equilibrio, con la excusa de que "es que la tecnología mejora nuestras vidas". No, no mejora nuestras vidas. Mejora nuestra supervivencia.
      Lo que me estás contando que va a pasar ya no es vida.

      Eliminar
  2. Me ha encantado esta entrada, más de una vez he pensado en esto, y estoy totalmente de acuerdo. Yo soy la primera en reconocer que he dejado que este mundo tecnológico me absorba en ciertos aspectos, pero también siento la nostalgia de lo que ya parece pertenecer a otra época. Hay cosas que no he podido vivir, como los amigos por correspondencia que mencionas, y que me habría encantado experimentar. Y no hay más remedio que aceptar que ya nada de eso tiene lugar en este mundo, que todo aquello que nos parece tan perfecto se ha convertido en algo utópico. Y sé que lo poco que queda desaparecerá en pocos años, que ni tan siquiera los libros serán como son ahora, (de hecho ya hay mucha gente que lee mediante pdf). Y es un asco saber que el mundo acabará siendo tan superficial, incluso más tecnológico de lo que ya es. Pero personalmente, intentaré mantener las pocas antiguas costumbres que se me han enseñado.

    @horanscuddly

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Confieso que yo leo en pdf, porque es más barato (detesto los libros de la biblioteca), y me permite tener libros que de otra manera no estarían a mi alcance. Pero una cosa es que la gente lea en pdf cuando no tiene un libro a su disposición, y otra que se pase directamente a leerlo todo en una tablet (con lo bueno que eso es para la vista).
      Me da muchísima rabia que todo lo que hemos tenido desaparezca porque es "más fácil" o "más útil". ¿Nadie se da cuenta de que no es, ni de lejos, tan bonito?

      Eliminar

Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤