martes, 31 de marzo de 2015

Intentando encontrarte, pero simplemente no sé dónde van los corazones rotos.

Antes de que te embarques en esta lectura, debes saber algo:
1. Mi presencia en la historia se debe, básicamente, a que soy una puta egocéntrica que no puede alejarse de su imaginación. Oh, y a esto. De hecho, puede que más a lo segundo que a lo primero.
2. No es necesario que conozcas esa historia para entender esta. Ni de lejos. Aunque, si quieres, puedes leerla. El país desde el que lo lees es libre (me consta que no tengo coreanas leyéndome, así que...).
3. Sigo siendo larry shipper.
4. Creo que ya está. No, no, espera. Si quieres, puedes dejarme un comentario en relación a este asunto de Zayn o la historia. Te lo agradecería. Me encantan los comentarios.
5. Louis es el puto amo.
6. No sé si voy a escribir la segunda parte y la voy a publicar o si la escribo o me la quedo para mí o si directamente no hago nada porque lo que tengo planeado es un pelín de mal gusto y puede que hasta ilegal. Aunque me quedaría muy a gusto escribiendo un capítulo en el que básicamente los chicos se carguen al Traviesote. Toma spoiler rico rico.
7. Ahora sí que está. ¡Disfruta!

Sabías que las cosas no iban bien cuando solíais ser cinco pero, un día, sólo salíais cuatro al escenario. O cuando acababais llorando un concierto porque sabíais que el puzzle no iba a estar completo por un tiempo. O cuando os despedíais con un “hemos sido One Direction”, cuando lo que hacíais siempre era recalcar lo bueno que había sido el público, lo poco que lo merecías, lo mucho que lo querías y cómo era literalmente imposible para ti comprender qué habías hecho para tener semejante ejército apoyándote.
Pero, claro, nunca te ibas a imaginar que las cosas podrían volverse aún más oscuras,que el pozo en el que te hallabas atrapado no era negro, sino gris, y el negro se cernía sobre ti como la noche mientras caía el sol y lo teñía todo de un crepúsculo sangriento.
Como si el mundo quisiera que no recibiésemos esas noticias, el ordenador nos dio problemas desde el minuto uno. Acostumbrado a conectarse rápidamente al wifi del hotel, esta vez se negaba en redondo, y se revolvía y peleaba como pocas veces lo habíamos visto hacer.
-Me estoy cabreando-escuché decir a mis labios, sorprendido de lo cierto que era. Una mano se posó en mi hombro y me lo apretó cariñosamente, pero ella llevaba varios días sin poder hacer mucho por mejorar mi mal humor. Ni siquiera sus abrazos y sus besos conseguían tranquilizar del todo la bestia enjaulada en mi interior, sólo la calmaban un poco.
Esta vez, el tigre dejó de intentar sacar las garras por entre los barrotes de la jaula, pero siguió paseándose detrás de ellos con la impaciencia de un dios a quien confinan en un cuerpo humano y cuya único camino para recuperar su antigua inmortalidad es, precisamente, muriendo.
-Tal vez si apagamos el wifi y volvemos a encenderlo...-sugirió Liam, y todos los ojos en la habitación se volvieron para mirarlo. Ya lo habíamos hecho. Tres veces. No era cosa del wifi.
-O podemos llamar a recepción y decirles que... no sé... nos traigan un router.
La pregunta disfrazada de sugerencia flotó en el aire un momento. Que la hubiera formulado Harry no ayudaba mucho, especialmente teniendo en cuenta sus vacilaciones a la hora de hablar.
-Esto es el universo.
-No empieces con el Universo, Eri-amenacé, y sentí cómo ella bajaba los hombros detrás de mí, pero no importaba. No sabíamos qué hora era en Inglaterra, apenas sabíamos qué hora era en Inglaterra. Apenas sabía en qué día estaba viviendo.
Nadie la defendió como solíamos hacer cuando alguien se pasaba tres pueblos con otro, y una parte de mí se sintió mal por ella. Una parte mínima, todo hay que decirlo: estaba demasiado ocupado sintiendo cómo una marea se desataba en mi interior, más fuerte que nunca, y arrasaba incontables villas costeras.
Todos los móviles vibraron al unísono, como si de cierta serie que veían las chicas se tratara. Fue Niall el que anunció que Zayn se estaba empezando a poner nervioso también.
-Zayn lleva nervioso un tiempo-espetó Eri con una lengua bífida que raras veces sacaba a pasear. Me giré para mirarla. Ella me devolvió la mirada, y sentí como si nuestras voluntades salieran de nuestros cuerpos y empezaran a empujarse mutuamente, como en aquella escena de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte en la que Voldemort y Harry alzaban las varitas y un rayo verde, y otro rojo, chocaban en un intento de matar al otro.
-Se ha conectado-anunció Niall, a quien poco le faltó para dar brincos.
Fui yo quien rompió la conexión de muerte con ella girándome y contemplando la pantalla del ordenador que, donde antes mostraba unas rayas grises con una cruz, ahora lucía orgulloso unas barras blancas.
-¿Con qué cuenta de Skype nos conectamos?
-Con la tuya, ¿no? Para algo te has dado tanta prisa en coger tu ordenador.
-Vete a la puta mierda, niña.
-Vale ya. Los dos-bufó Liam,negando con la cabeza. Tecleé la contraseña y esperamos a que el programa se conectara.
Evidentemente, le llevó varios minutos. Las mejores películas de miedo y suspense eran, precisamente, las que más tiempo mantenían la tensión en el aire.
-Me apetece suicidarme cosa mala-gruñó ella de repente, y mi rabia se aplacó de nuevo otra vez. La lava había encontrado un canal por el que no había ido nunca, y estaba decidida a aprovecharlo.
-Amén, hermana-musitamos los cuatro que quedábamos al unísono y, como si estuviera esperando esa señal divina para ponerse a trabajar, por fin se oyó el sonido de algo escurriéndose por un túnel y una burbuja explotando.
Zayn no tardó ni dos segundos en mandar una petición de videollamada,que aceptamos con la misma rapidez.
-Internet aquí es mierda-anunció Liam a un pixeladísimo Zayn. El hecho de que no hubiera encendido la luz de su habitación tampoco ayudaba mucho, es decir, tío, no eres blanco nuclear, ¿sabes? Te camuflas un poco con el fondo, haz el favor de poner a trabajar alguna lámpara.
-Casi prefiero no veros la cara-replicó una voz tan distante como su dueño. Parecía que Skype quería jodernos todavía más y no nos dejaba completar a la banda.
-¿Por qué?-había un deje de pánico en la voz de Niall. Me apeteció estrangularlo.
-No son buenas noticias lo que os voy a dar.
-¿Has roto con Perrie?-sugirió alguien. La pantalla de Zayn vibró; estaba negando con la cabeza.
-No, yo... dejo la banda.
Un silencio atronador llenó la habitación del hotel de Manila.
-¿Qué... acabas... de... decir?-vacilé, y esbocé una sonrisa-. ¿Sabes, tío? Creo que no te hemos oído.
-Dejo la banda.
-No-repliqué a la velocidad de la luz.
-Pero...
-No puedes...
-O sea...
-Somos cinco-ladré-. Cinco. Tíos. Eri no cuenta. No puedes irte.
-¿Esto es por lo de las fotos?
-N...
-Porque si es por las fotos, deberías calmarte. Dos años. Ya sabes cómo somos las fans. Nos ponemos nerviosas a veces, pero...
-No es por las fotos.
Y nos volvimos a callar como los cinco (bueno, seis) subnormales que éramos.
-Oíd-dijo por fin-, voy a volver, ¿vale? Es sólo que... necesito un tiempo para pensar. Todo ha ido demasiado rápido este año, apenas hemos descansado, y sabéis que yo no puedo seguir el ritmo de esa manera. No estoy tan cómodo en el escenario como antes, y no... no creo que sea justo que siga fingiendo que me lo paso bien.
-Eres buen actor-gruñó Eri. A quien quise estrangular en ese momento fue a ella.
-No debería poner la felicidad de los demás por delante de la mía.
Sus palabras calaron como la lluvia en el suelo de un bosque. No se lo pasaba bien. Tenía derecho a irse, nadie podía impedírselo, habíamos entrado en esto porque queríamos y de la misma manera deberíamos tener la posibilidad de salir.
Entonces, si eso era así,¿por qué siempre habíamos dado por hecho que seguiríamos juntos muchos más años? Cinco era una mierda, cinco no eran nada, era literalmente un cuarto de mi vida, y los otros tres había estado solo, no había tenido hermanos, sólo a Stan, y...
… y FOUR iba a ser sólo el nombre de nuestro disco.
-Tengo que parar. No es por vosotros. De hecho habéis sido vosotros los que habéis hecho que llegue hasta aquí, pero... no puedo más. Estoy agotado. Sólo me apetece echarme en mi casa y dormir tres meses seguidos, ¿entendéis lo que os quiero decir?
-Llevas queriendo hacer eso desde que te conocimos, Zayn-comentó Liam, y tuve que sonreír.
-Sí, pero...-la sonrisa de su boca se volvió triste-... ahora... es necesario. Antes sólo me apetecía. Ahora lo necesito.
-¿Es Modest?
Y el que calla otorga.
-¿Cuándo se convirtió en un trabajo y dejó de ser una banda?-preguntó la única voz femenina de la habitación, y todos la miramos, y por primera vez aquella noche quise besarla, darle un abrazo,agradecerle de alguna manera que no hubiera conseguido lo que se propuso en su baño hacía tiempo y que estuviera allí, conmigo y con los demás, poniendo voz a las palabras que nosotros tardábamos tanto tiempo en formular.
Juraría que sentí en mi corazón que Zayn tenía un nudo en la garganta que le impedía respirar.
-Os voy a echar de menos, tíos. Sois mi familia. Sois mis hermanos. Sois mi sangre. Pero...
-... a veces hay que donar sangre para ayudar a más gente-murmuró mi pequeña. Estaba llorando. Cuando habló, Zayn también.
-Os quiero. Muchísimo. A los cinco. No va a haber día en que no piense en vosotros.
Asentí con la cabeza; de repente las luces brillaban más, pero todos estaban llorando, y yo no podía permitirme el romperme también.
-No es justo que nos hagas esto así. Te tendríamos que haber dado un abrazo más largo antes de irte.
-No habría podido irme si os lo hubiera dicho en persona.
-No-sonreí-, no habrías podido. No te habríamos dejado. Te habríamos puesto una correa y te sacaríamos a pasear cada 6 horas como el perro que eres.
Una mancha blanca apareció en la parte baja de su pantalla. A pesar de todo, estaba sonriendo. Gracias a dios, yo seguía siendo yo.
-Tenéis que seguir juntos-dijo por fin, después de mucho tiempo de vibración en su imagen. Lo achaqué a un movimiento de hombros dado por unos sollozos que detesté con toda mi alma, y que me recordaron a nuestro último concierto con él en nuestras filas, a nuestro último abrazo de grupo enfrente de nuestro público, al abrazo que nos dimos en el hotel antes de que él se fuera, solo, al aeropuerto en una furgoneta que solíamos compartir los dos. Todo estaba tan mal de repente, y yo estaba tan dispuesto a hacer lo que quisiera con tal de que nos dijera que esto era una broma-. Hace tiempo yo hice una promesa. Tenéis que cumplirla por mí.
El silencio armado de dolor envió una avanzadilla, decidido a no perder la batalla, fuera como fuera. No se iba a rendir; sentía su determinación tomando forma una y otra vez, por mucho que nos esforzáramos en destruirlo. Simplemente no iba a ser así.
-Pero... One Direction no es One Direction si no sois cinco.
-Y hay cinco personas escuchándome.
Todos nos volvimos hacia Eri. No. Aunque habíamos trabajado con ella, aunque nos acompañase y apoyase durante todo el tour, en las promociones, hiciéramos lo que hiciéramos... no podía sustituir a Zayn. No estaba dentro de la banda. One Direction era un planeta, nosotros los continentes, y ella era la Luna. Era necesaria para que el mar se moviera, pero había planetas que no tenían lunas y se las arreglaban bien sin ella.
El pánico floreció en sus ojos marrones como los cerezos japoneses a la llegada de la primavera.
-No. No voy a hacerlo. No voy a ocupar tu sitio. No quiero que todo el mundo me odie. No.
-¿Desde cuánto te importa lo que haga el resto de la gente respecto de ti, nena?-pregunté yo, alzando una ceja.
-Desde que yo cuento en “todo el mundo”-negó con la cabeza y alzó las manos, echándose el pelo a un lado y llevándose la mano a la boca. Siempre hacía eso cuando necesitaba pensar: nunca se mordía las uñas, pero siempre se quedaba un rato con la mano en la boca, deteniendo todas las palabras que se agolpaban en su garganta (cosa que, tal vez, debería hacer yo la mayoría de las veces).
-Por favor, Eri...-suplicó un chico al que de repente dejé de conocer, desde el otro lado del mundo. Seguía siendo Zayn pero, a la vez, ya no era Zayn. Había desaparecido en un punto del Océano Índico, muy por encima de la superficie del mar, y ya no era el chico que nos había dejado para salvarse de sí mismo en pleno tour.
Ella volvió a negar con la cabeza.
-No puedo sustituirte. No es justo.
-Lo que no es justo es que compraran las entradas con la esperanza de ver a cinco personas en el escenario y que al final sólo haya cuatro-replicó él en tono cortante. Ella entrecerró los ojos.
-Entonces, si tanto te agobia esta situación, te sugiero que vuelvas. Al fin y al cabo, no parecías tan estresado cuando estabas aquí con nosotros. Y Louis puede tranquilizar hasta a un toro-hizo un gesto con la cabeza hacia mí, alzó las cejas, se levantó y se fue. Harry, Liam y yo la contemplamos estupefactos.
Niall había decidido imitarla y se estaba mordiendo las uñas, con la mirada clavada en algún punto entre la pared y el ordenador, un poco más arriba de la cámara de éste, pero no lo suficiente como para contemplar los cuadros que había colgados en la habitación.
¿Las pesadillas siempre parecían tan reales? Hacía tiempo que no tenía ninguna, era como si estuvieran reservándose y reuniendo todo el poder que consiguieran para, finalmente, desatar su furia cuando menos me lo esperase y más débil fuera.
-Tíos... yo... lo siento-balbuceó Zayn. Se estaba tapando los ojos.
-No te disculpes. Tu salud va antes que los escenarios-intenté sonreír, a pesar de todo. Yo era la roca, yo era el sol, no podía fallarles, ahora no.
-Te esperaremos con los brazos abiertos-aseguró Niall.
Zayn estaba llorando. Todos estaban llorando, todos menos yo. Me odié a mí mismo por haber representado siempre el papel de fuerte, porque también me apetecía llorar, pero no me podía hundir. No nos lo podíamos permitir, y mucho menos ahora.
-Os quiero mucho, tíos. Sois mis hermanos. Sois mi sangre. Y la sangre siempre se lleva dentro-nos aseguró el de Bradford, recuperando un acento que hacía casi un año que no le escuchábamos. Sí, definitivamente quería echarme a llorar otra vez, como habíamos hecho en el último concierto juntos, que ahora resultaba ser el último concierto de la banda en sí.
Me levanté del sofá con movimientos mecánicos, sin una voluntad concreta de ir a ninguna parte, más que el deseo de, simplemente, alejarme de allí. El tiempo parecía arrastrarse desde el momento en que se acabó aquella llamada, y yo no podía dejar de pensar en lo injusto que era que todo se hubiera terminado con un simple programa informático cuando nos habían juntado personas de verdad, en un programa de verdad, y que nos habíamos abrazado de verdad, sin saber cuántos abrazos nos quedaban...
Y todavía teníamos premios por recoger, canciones que grabar, letras a las que poner voz y ritmo y estadios en los que actuar, así como públicos a los que dar las gracias sin poder creerte que estuvieran allí.
Si no habíamos sido suficientes cinco, ¿cómo íbamos a conseguirlo cuatro?
¿Cuántas se quedarían con nosotras después de esto?
¿Cuántas seguirían el camino de Zayn?
¿Cuántas se marcharían para siempre porque no habíamos mantenido la única promesa que les habíamos hecho?
Me dejé caer en la cama y cerré los ojos con una idea rebotado en mi mente:
La persona que había dicho que, definitivamente, íbamos a seguir juntos, y había prometido que la final de The X Factor no era lo último de One Direction había sido la primera en irse... y la que había hecho que el último concierto que habíamos dado fuera de verdad lo último de One Direction.

Sólo me enteré de que me había quedado dormido cuando un flamenco gigante me golpeó con la violencia de un elefante con su culo emplumado. Y me llegó su voz asqueada:
-¿Cómo puedes dormir con todo lo que está pasando?
Después de despertar con un brinco en una habitación en la que no había recordado entrar, conseguí centrarme girando la cabeza y contemplando a Eri, sentada en la cama, encima de las mantas debajo de las cuales yo me había escondido, con ríos de tinta corriéndole por las mejillas.
Me di cuenta de que no sólo no se había quitado el maquillaje para venir a la cama, sino que lo había incrementado, rodeándose los ojos como hacía Lou antes de que saliera al escenario. Se había puesto la cadena (la cadena literal, como todos la llamábamos, pues era un collar que constaba de unos eslabones demasiado parecidos a los de un perro como para poder pasarlo por alto) dorada, la chaqueta vaquera, la camiseta blanca que le llegaba hasta el ombligo y la falda de cuero rosa pálido que tanto le gustaba.
Me di cuenta tarde de lo que pasaba, porque ya había preguntado lo único que no debía preguntar:
-¿Por qué te has vestido como cuando sales al escenario?
De sus ojos chocolate rodeado de ceniza se disparó tal odio que me sorprendió no acabar frito en aquella cama. Una parte minúscula de mi mente, a la que estaba demasiado atontado como para hacer caso aún, susurró: “dentro de poco habrá tres en la banda como sigas tocándole los huevos así”.
-¿Cómo te atreves a dormir con todo lo que está pasando, Louis?
Porque cuando duermo Zayn todavía no nos ha dejado, quise decirle, pero me contuve justo a tiempo, dándome cuenta de que no sólo se había pintado los ojos, sino una de sus mejillas con el pintalabios que usaba de vez en cuando, cuando le apetecía pintarse todavía más, echarse años encima, fingir que ella era la mayor de los dos y no yo. Por el contrario, su boca tenía prácticamente el mismo color de siempre, tal vez un pequeño rubor: el rojo se había desplazado por su rostro para terminar desembocando en su mejilla, difuminándose poco a poco, igual que el Nilo al llegar al Mar Mediterráneo.
Y, a pesar de todo, seguía siendo bonita.
Me acerqué a ella. Lo que necesitaba eran unos brazos calentitos que me comprendieran, una boca que susurrara palabras de consuelo, un cuerpo que combatiera el frío de mi alma...
-Zayn fuera de la banda, y tú roncando como una jodidísima moto.
Vale, nada de combatir el frío del alma con un cuerpo. Puse los ojos en blanco y me aparté, en parte enfadado conmigo mismo por ocurrírseme eso, en parte enfadado con ella por no querer darse cuenta de que no estaba el horno para bollos.
-Zayn estará durmiendo, como todo el mundo.
-En Inglaterra es de día.
Puta listilla de mierda. La odiaba. La tiraría al mar si pudiera.
Buscando no meterme en más líos, me di la vuelta para darle la espalda y cerré los ojos.
-Le gusta dormir la siesta. Me pregunto quién se lo habrá enseñado.
Me volvió a pegar un almohadazo.

-Vuelve a darme-amenacé, girándome para mirarla-. Y te la comes. Te juro por dios que te comes la almohada. Y como me sigas tocando los huevos, igual también el colchón.
-Zayn no está durmiendo.
-¿Cómo lo sabes?
-Lo sé, simplemente.
-Entonces estará jugando al Call of Duty.
-O al Pro Evolution Soccer.
-No. Le recordará a mí.
Se quedó en silencio un momento.
-No va a volver-susurró por fin. Mis ojos escalaron su cuerpo hasta encontrarse con los suyos.
-¿Cómo lo sabes?
Se volvió para mirarme, con las manos todavía atadas para impedir que las piernas se relajasen demasiado. Se encogió de hombros, perdiendo la mirada en la habitación, con la esperanza de que una explicación apareciera escrita en una de las paredes.
-Ha estado escribiendo con ese tío... y ahora lo tiene más cerca que a nosotros.
-Eso no significa nada. Harry sacó una canción. Niall trabajó varias veces con Olly Murs, o con McFly. No significa nada.
-A Zayn le gusta demasiado la literatura como para creer ya que tus actos, por pequeños que sean, no significa nada-sus manos se movieron durante la explicación, intentando captar una palabra en el aire que se resistió y se escurrió entre sus dedos-. Y tengo miedo, Louis.
Ahí ya tuve que incorporarme. No, una cosa era que estuvieran tristes, eso podía entenderlo, y hasta cierto punto había que dejar que fuese así. La vida era un piano, y los momentos felices se componían de las teclas blancas, así como los tristes de las negras. Y, en ocasiones, había que utilizar las teclas negras para componer las más hermosas canciones.
-¿Por qué, pequeña?
Ya no era sólo ella la que estaba frente a mí, sino miles y miles de rostros, tanto femeninos como masculinos, que se mezclaban entre sí y que apenas conseguían una forma nítida, caras que veías siempre que estabas trabajando, que hacían la magia de gritar a coro las palabras que habían sonado por primera vez en tu mente... y ahora todas estaban rotas por culpa de la incertidumbre.
-Piensa en la mayoría de las bandas. Cuando uno se iba, se perdieron en el vacío, y ya nada volvió a ser igual.
-Con nosotros no va a ser así, pequeña.
-Seguro que todos dijeron lo mismo.
-Pero yo lo digo en serio-le aparté un mechón de pelo de la cara y se lo coloqué detrás de la oreja; ella me sonrió con la tristeza de un millón de plantas cuya lluvia no llega.
-Robbie Williams o Justin Timberlake son la prueba viviente de que lo que yo te digo es verdad.
-Puede, pero... los Backstreet Boys siguen juntos.
-¿A qué precio?
-Al de la paciencia. Esperar por las cosas tampoco es tan malo. No hay más que pensar en el tiempo que nos tuvo esperando, primero Rowling y luego el cine, por Harry Potter.
-Por las cosas aseguradas no pasa el tiempo.
-Y la promesa de Zayn era un seguro.
-La gente se hace seguros de vida constantemente; esto no quita de que no terminen muriendo.
Se levantó de la cama y se acercó a la ventana. Habíamos pasado de ser dioses a recuperar nuestra mortalidad, y entendía que sus ojos bajaran en caída libre hacia la ciudad que se extendía más abajo: no podías ser feliz con la limitación de un cuerpo mortal cuando habías pisado y habitado el Olimpo, pero debías intentarlo con todas tus fuerzas. Dolía no tener al alcance de tus dedos mil y un rayos, pero tenías que acostumbrarte con los simples enchufes.
-¿Tú también quieres irte?-pregunté cuando una minúscula bombilla se encendió dentro de mí. Lo entendería... si decidía marcharse... si le dolían los recuerdos... si mirarme era mirar a un pasado glorioso cuya sombra era demasiado oscura como para permitirte disfrutar de la luz.
Se rió despacio entre los dientes, negando con la cabeza.
-Si tú fueses Voldemort, yo sería tu Bellatrix, Louis.
Recuperé un poco de mi inmortalidad con esa frase.
-¿Así que...?
-Me preocupa el futuro.
-Es mejor vivir en el presente.
-¿En la montaña rusa que es la vida?-puso los ojos en blanco-. No, esto... es peor. Preferiría mil montañas rusas. Preferiría ver mil películas de miedo yo sola a ver cómo todo se desmorona.
-No se está desmoronando.
-Habéis dejado sitios vacíos en el escenario, esperando por alguien que ya no va a volver. Y no se puede construir un edificio sin suficientes ladrillos. Se caerá, y te matará.
-Pues dormiremos en tiendas de campaña.
-¿Y si hace demasiado viento?
-Entonces al raso, y que nos vigilen las estrellas.
Sonrió, y la sonrisa, gracias a Dios, escaló por aquellos ojos que daban a millones de almas.
-Prométeme algo, Louis.
-Lo que quieras, nena.
-Si Zayn escoge a otro, prométeme que tú nos escogerás a nosotros. Siempre. Por encima de quien sea. Por encima incluso de Zayn.
-¿A los cuatro que me quedáis?
-A los 19 millones que no nos queremos ir.
-¿Tengo yo cara de ir a dejaros?-susurré, abriendo los brazos. Se me acercó despacio, como temiendo que cambiara de opinión y me echase a reír en su cara antes de decir que, efectivamente, iba a seguir el sendero abierto por Zayn y me iba a dar un descanso. Pero no lo hice, sino que la recibí con todo el amor que había cosechado durante aquellos cuatro años en los que fuimos cinco y éramos como una flecha, y la estreché entre mis brazos para hacerle comprender que todo estaba lejos de acabarse, que Zayn no nos había abandonado, y que trabajaríamos para que se siguieran sintiendo orgullosos de nosotros, siempre.
Dormimos dos cuerpos en aquella cama esa noche, pero millones y millones de almas asustadas se congregaron debajo de las sábanas hasta ver salir el sol.


-¿Cómo que “en solitario”?-espetó Niall, abriendo mucho los ojos, dejando la guitarra a medio afinar. De repente, los micrófonos que teníamos en las manos dejaron de tener cuerpo, y las fans cantando al ritmo de nuestra telonera se desvaneció. Lou asintió con la cabeza.
-Sí,bueno, ya han anunciado que se ha ido, así que no sabemos cómo se comportarán las fans en este concierto, pero... Simon ha comprado los derechos de su próximo disco.
-¿Cómo que “próximo disco”?-repitió Niall. Me apeteció estamparle la guitarra en la cabeza.
-Ha estado grabando algunas cosas con Naughty Boy, y...
-Lo sabemos-dijimos a coro. Zayn no era imbécil y sabía que no podía mantener eso en secreto, al menos no para nosotros. Sorprendentemente, había conseguido que aquel gilipollas mantuviera la bocaza cerrada todo ese tiempo, y nadie tenía más que sospechas lo que se avecinaba.
-Pues esta mañana... bueno, en la mañana de Inglaterra, se le ha visto entrando en un estudio. He preguntado y resultaba ser de ese tío. Y he juntado las piezas.
-Sí, pero, ¿lo del disco?-preguntó Harry, haciendo que si micrófono bailase entre sus manos.
-Al parecer tienen muchísimo material, y a Simon le ha gustado. Cree que es de muy buena calidad, y...
-Nos ha jodido; lo ha escrito Zayn, claro que es bueno-gruñí yo. Lou puso los ojos en blanco.
-Ya le han fichado para Syco. Tiene vía libre. Evidentemente, publicará en momentos diferentes, para no interferir en las listas. No veo por qué deberían peligrar vuestros números 1, ni los de él. Creo que la diferencia de tiempo es lo bastante grande como para que no os influyáis prácticamente nada mutuamente.
Se encogió de hombros, murmuró un apresurado “lo siento, chicos” y se alejó al trote. Hicimos un círculo con la determinación de aclarar las cosas.
-Nos ha dejado. De verdad. Eri tenía razón.
-Me siento pisoteado.
-Esto es un asco, tíos.
-Tenemos que conseguir hacer el mejor show posible.
-¿Cómo? No tenemos tiempo para repartirnos los solos de Zayn, y tampoco los podemos dejar en blanco.
-Y no podemos depender de lo que las fans canten o no. Terminarán cansándose.
-Y tampoco podemos callarnos, simplemente. Ni cantarlo juntos. Dependiendo del solo, algunos no llegamos a la nota.
-Pero seguimos siendo cinco-murmuró Harry.
-Harry, tío, mira...
-No, seguimos siendo cinco. Eri llega a las notas de Zayn. Podemos hacer que cante ella. Al menos hasta que encontremos una solución.
-Ha dicho que no quería hacerlo.
-Bueno, no sabía que, oficialmente, íbamos a decirle adiós a Zayn con una publicación en Facebook para que él se fuera por ahí con el gilipollas ése-insistió Liam-. No será tan chocante si seguimos siendo cinco en el escenario, aunque tengamos ahora a una chica.
-Ya, ¿y cómo la convencemos? Es terca como una mula-la idea era buena, sí... pero, a la vez, una locura. No iba a acceder. Ni de coña. Seguramente pusiera la excusa de que debíamos empezar siendo fuertes desde el minuto 1.
-Convéncela. Para algo te la tiras.
El público chilló una última vez; era ahora o nunca. Entraba para ponerse unos pantalones y coger unas bolsas de polvo de colores (siempre, pasara lo que pasase, terminaba su presentación con Blow, de Ke$ha, lanzando polvo arcoíris al aire porque todo el estadio estaba a punto de venirse abajo, ya que nos tocaba salir a nosotros), para finalmente regresar detrás del escenario y vigilar nuestras espaldas.
Una pequeña figura bajó casi corriendo la rampa por la que ascenderíamos nosotros en menos de 4 minutos.
-¡Los vaqueros! ¡Los vaqueros! ¡Ya!-gritó como hacía siempre. Alguien se los tendió, y le dedicó una sonrisa apresurada mientras se quitaba la falda (sí, delante de todo el equipo, éramos una familia) lo más rápido que podía. Nos acercamos a ella, que se puso los vaqueros dando brincos. Nos miró un segundo.
-¿Estáis listos?
-Zayn va a sacar un disco en solitario-espeté sin más preámbulos. Se quedó quieta, con el botón de los vaqueros a medio abrochar y la cremallera sin subir.
-¿Te ruego que me disculpes?
-Con Naughty Boy.
Su expresión lo dijo todo.
-¿¿Disculpa??
Asentí con la cabeza.
Se abrochó los pantalones y se subió la cremallera en un gesto que denotaba más poder que el lanzar una bomba atómica.
-Me estás vacilando, ¿con el Traviesote? ¿Después de vosotros? Por mis putos cojones.
-Necesitamos que ocupes su puesto.
-¿Que ocupe su puesto? Voy a destruir a ese chaval. Mañana no contéis conmigo. Habré cogido un vuelo y le estaré dando dos hostias a Zayn.
Se intentó escabullir, pero fui más rápido y la agarré del brazo.
-¿Lo harás?
-Buscaré en lugares vacíos, por cada esquina, gritando su nombre.
-¿Eh?
Pero Liam lo entendió.
-Es su primer solo.
Ella sonrió y se zafó de mi brazo.
-Si me disculpas, Tomlinson, tengo al fandom más fuerte del mundo ahí fuera, esperando que le dirija por un éxodo.
Me eché a reír.
-Eres Dios, Eri.
-Sólo soy tú. En versión chica.
Hizo una reverencia y salió a la luz. El público gritó más fuerte.
Claro que no tanto como cuando salimos nosotros, con ella sentada al final de la plataforma, mirándonos con el mismo gesto que la gente del público. Juraría que, incluso, el público de Johannesburgo fue más ruidoso por el hecho de ser cinco, como si quisieran demostrarnos que no nos iban a abandonar. Recibieron a Eri con los brazos abiertos, quien no hizo menos y las invitó a ser todo lo escandalosas que pudieran.
-Falta y sobra alguien aquí, Johannesburgo, pero, ¿sabéis qué os digo? Que me dais pena, porque las fans españolas conseguíamos hacer que no se oyera a los chicos. Literalmente-su sonrisa divertida se reflejó en las cinco pantallas, y las fans se picaban, y ella seguía picándolas, en un trabajo que se apoyaba tanto en sus esfuerzos como en las miles y miles de personas que estaban allí.
Y las fans se lo tomaban a pecho, alzaban la voz hasta conseguir que no oyéramos nuestros pensamientos, y se estaba bien. Estaba bien tener a mis hermanos, aunque fuesen cuatro, conmigo, y a mi pequeña, y a miles y miles de personas que te iban a acompañar por un camino más difícil de lo que había parecido en un principio.
-No tenemos un fandom-les dije, y ellas gritaron, enfurecidas y entusiasmadas a la vez-. Tenemos un ejército-ahí ya los gritos se hicieron incontrolables-. ¡Y un mundo por conquistar!
Empezaron a moverse al unísono, haciéndonos reverencias coordinadas por Eri. Sí, realmente estaba en el fandom, y sabía cómo manejar al público, y cómo animarlo. Nos estaban haciendo reverencias, a nosotros, por estar ahí.
A nosotros, a quienes habían salvado.
-Son héroes-susurró Niall cuando atravesábamos la pasarela por última vez, encabezados por la chica.
-Son diosas-asintió Harry, saludando de la que pasaba a unas cuantas fans.
-Y son nuestras-puntualizó Liam, alucinado.
-¡BUENAS NOCHES, JOHANNESBURGO! ¡SON ONE DIRECTION! ¡Y ESTO ESTÁ LEJOS DE ACABARSE!-bramó Eri, y nos inclinamos una última vez.
El estadio por poco se vino abajo, pero yo no temí por mi vida. Nunca lo hacía cuando ellas hacían esto.
Antes de regresar al backstage y poner así punto y final al primer concierto sin Zayn, antes de acercarme al móvil y ver que había puesto decenas de mensajes apoyándonos y alentándonos, y consiguiendo así que dejara de sentirme traicionado, antes de que el equipo se abalanzase sobre nosotros y nos felicitase por “el mejor concierto que habíamos dado en mucho tiempo”, eché la vista atrás.
Miles y miles de personas despidiéndote era una sensación indescriptible.
Miles de personas recibiéndote era una sensación inimaginable.
Y miles de personas que te aseguraban con sus voces que no iban a dejar que te cayeras mientras le dabas la mano a una de las personas más importantes de tu vida era inigualable. Volvía a ser un dios.
Le di un toque en el brazo a Harry, que se volvió y detuvo también a Niall y Liam. Los cinco contemplamos un momento el escenario, nuestro Olimpo particular, y alzamos las manos a modo de despedida.
-¿Cómo puede Zayn querer perderse esto? También son suyas.
-Le han convencido bien. Pero tranquilo, tengo gente ocupándose de ello.
-¿Eri?
-No hagas nada estúpido.
-Oh, y no voy a hacerlo. Sólo voy a recuperar a uno de los sargentos de este ejército. Es mi deber con la patria-aseguró ella, poniéndose recta.
-Y, ¿cómo lo harás?
-Lo siento, la misión es alto secreta. Pero podéis ayudarme... a base de seguir siendo fuertes.
Y lo sería.
Nadie les haría daño.

No mientras Louis Tomlinson existiese, y ese Louis Tomlinson fuese yo.
De modo que entré a Twitter. Y el resto, más o menos, ya sabes cómo resultó.

15 comentarios:

  1. Es la primera vez que leo algo tuyo, aparte de tus paridas en Twitter que me alegran la vida, y te tengo que decir que se me ha hecho cortísimo.
    Me ha encantado la forma que tienes de expresarte y lo que me transmites, he podido imaginarme todo de manera muy intensa y yo qué sé nena, que a veces te gusta algo mucho y no puedes expresar exactamente por qué, pues eso me pasa a mí ahora mismo; y ya puedes ir tecleando la siguiente parte de la historia porque no puedes dejarla así, yo NECESITO ver al traviesote sufrir y sé que tu quieres hacerle sufrir.
    Anywayyyyyy, me voy a buscar tu otra historia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes lo que me alegra que se te haya hecho corto, Nora. Cuando estaba escribiéndolo no podía parar, y flipé, literalmente, al ver que había escrito 10 folios. D i e z f o l i o s. Tenía la intención de que fuese corto, pero, claro, yo no sé ir al grano.
      Puf, no sé si escribir la segunda, de verdad. Por una parte sé que hay gente que quiere leerla (un puñado de personas ya me lo han dicho), pero por otra... me tengo miedo. Puedo ser muy sádica si me lo propongo.
      Por favor, no me juzgues por Its 1D bitches, ten en cuenta que tiene casi tres años y que todos cambiamos en ese intervalo de tiempo.
      ¡Muchas gracias por tu comentario!

      Eliminar
    2. Pues nada un poco de Kill Bill no viene mal. Eri Bill.
      He estado mirando tu blog y te tengo que decir que me encaaaaanta, el diseño, las entradas, las fotos...me vas a tener comentando bastante por aquí.
      Y Its 1D bitches aunque empezaras hace tiempo también tiene su encanto ver la evolución de la manera de escribir y seguro que me gusta, no worries.

      Eliminar
    3. AY SÍ. POR FAVOR. ME ENCANTAN LOS COMENTARIOS.
      Bueno, espero que perdones las gilipolleces que vas a leer en Its 1D bitches, aunque en mi defensa diré que me lo pasé genial escribiéndola ü

      Eliminar
  2. Increíble de verdad, siempre acabo llorando con tus entradas o riéndome más bien jajaja... la verdad es que hubiese hecho lo que sea por que no se hubiese ido, ojalá el tiempo haga que eche de menos todo esto y lo tengamos aquí en nada xx

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aw, muchas gracias, Carmen, me encanta ser capaz de hacer reír (o llorar) a alguien.
      Te entiendo, esperemos que vuelva pronto. O que si se va para siempre, por lo menos que tenga la decencia de decir adiós como Dios manda, porque no nos merecemos esto. Y si vuelve después de todas estas movidas, espero que por lo menos se digne a pedir perdón, y que el primero con el que se disculpe sea Louis.

      Eliminar
  3. ¡Vaya! Es la primera vez que leo algo tuyo y tengo que felicitarte. Eres la única persona que puede hacer referencia a dos de mis sagas favoritas en menos de dos párrafos, y que además, hacía tiempo que no se me ponían los pelos de punta al leer algo.
    Personalmente, esto de Zayn me molesta hasta el punto de que no fue sincero con nosotras, creo que llevamos bastante en el fandom como para merecernos una buena explicación, aunque duela.
    Pero volviendo al texto, eres buena. ¡Sigue escribiendo que me encanta!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cova, ¡muchas gracias! Me alegro mucho de que se te hayan erizado los pelos, así como de que te hayan gustado el texto en general y las referencias en particular.
      Respecto a lo de Zayn, bueno, lo mismo que le he puesto en el comentario anterior a Carmen. Sinceramente no creo que nos merezcamos su comportamiento,vale que somos un fandom bastante puñetero en el sentido de que estamos todos los días discutiendo, pero en realidad nunca hemos ido a por ellos hasta hoy, y sólo ha sido porque nos han dado una muy buena razón: no te piras de algo que te hacía feliz hasta hacía dos días echándole la culpa a las fans. Lo siento, pero por ahí no paso, chato. O te disculpas o te va a esperar tu madre.
      Pero en fin, las cosas son como son y poco podemos hacer para cambiarlas, más que esperar.
      Un beso y muchas gracias por tu comentario ♥

      Eliminar
  4. Cómo no hagas una continuación me lo tomare a mal Erika. No me puedes dejar con la intriga de saber que coño va a hacer Eri. ¡síguela porfa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay, no sé, no sé, Coquito, es que lo que tengo pensado es bastante fuerte, y teniendo en cuenta que versa sobre personas reales, no sé hasta qué punto sería justo (y legal, en fin, estudiando Derecho ahora tengo las fronteras de mi comportamiento más claras, y sé cuándo me puedo buscar una movida gorda)... Pero bueno, no te preocupes, decida lo que decida lo terminaré anunciando por Twitter :)

      Eliminar
  5. Es la primera vez que leo una de tus historias (he leido varias cosas de tu blog, que me han encantado, pero tus historias aun no he tenido tiempo) y me ha encantado!!! Es mejor versión de la historia que la que tenemos en la realidad (mas bién ninguna porque Zayn parece una tumba, que no dice nada de nada...)

    Sobre todo he amado lo profundo que es todo y las referencias al espacio o la mitología (muy tú jajaja). La verdad es que esto ha aliviado la tormenta de pensamientos que tengo hacia Zayn, no sé si sentirme triste, decepcionada, enfadada... Pero a los otros 4 idiotas hay que apoyarles más que nunca ;)

    Te sigo en Twitter desde hace mucho y te adoro, eres una de mis cuentas favoritas. Me río mucho con tus tweets y cuando hablas del espacio o mitología me siento muy identificada porque amo esas dos cosas.

    Eres, tal y como tú dices, Louis pero versión chica, aka la puta ama ;)

    Atte: @Nialls_Wishes

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si no pongo algo referente a la mitología o al espacio en un texto, no lo he escrito yo. Bueno, puede que lo haya hecho, pero no habré estado muy fina.
      Muchísimas gracias por tu comentario, jo, eres más tierna que un caramelito de frambuesa ♥ Y respecto a lo de Louis, bueno, pues te COMO LA CARA.

      Eliminar
  6. Te llevo siguiendo desde 'It's Eri bitches' y he de decir que cada vez que subes algo al blog me emociono, pero con este te has lucido!! Has reflejado, literalmente, lo que la gran mayoria del fandom (aquel que nos e ha pasado el bando de vamos-a-odiar-al-moro-traidor) desea: recuperar a Zayn.

    Me encanta el uso que haces de la personalidad de Louis y la combinación con la que, supongo, será la tuya para contar la historia y que resulte entretenida. Ya estoy deseando leer la segunda parte (si es que la hay).

    Gracias por joyas como esta y por favor, no dejes nunca de escribir :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. PERO QUÉ RICA ERES, OLATZ, DIOS MÍO DE MI VIDA, TE COMÍA CON PATATINAS.
      Muchísimas gracias por tu comentario, me ha enternecido y hecho gracia a partes iguales (lo del moro traidor es la hostia). Creo que al final voy a escribir una segunda parte, dado que literalmente no paro de darle vueltas a lo que podría pasar, pero todavía no he decidido si la llevaré al final que tenía pensado (el que es lo suficientemente sádico como para preocuparme por publicarlo) o uno más... triste, por no decir "realista" dados los últimos acontecimientos.
      No dejaré de escribir, te lo prometo ♥

      Eliminar
    2. Yo, desde mi humilde opinion, apoyo el sadismo. No se por que me da, y hablo sin conocerte, que va más contigo(?). En fin, que como veo no soy la única deseando leer la continuación soo... avisa cuando lo tengas.
      (Por cierto, thanks por responder, eres de las pocas escritoras que sigo que lo hace)

      Eliminar

Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤