sábado, 19 de septiembre de 2015

Go hard or go home, y si no mueres luchando es que eres un cobarde.

Hay una inmensa diferencia entre ser fan de algo y ser fanático de algo. Pero, por desgracia, parece que mucha gente no hace la distinción, o bien se niega a reconocerla y baila en la frontera de una y otra con una felicidad pasmosa, que da para pensar, y que también da miedo.
Puede que sea porque acabo de ver la película Carrie y me he encontrado con un ejemplo claro de fanatismo, en este caso, religioso, por lo que veo hasta qué punto la gente quiere confundir las cosas. Autolesionarse, herir a otra persona, encerrarte o encerrar a otra persona, o incluso matar y torturar en nombre de algo no es defender esa causa, sino hacer de esa causa algo reprobable, y que una tercera persona querrá esconder. El Estado Islámico no defiende el Islam, sino que impone una visión distorsionada que tiene de él.
Pues lo mismo parece que empieza a pasar en los fandoms, o más bien, con algunos sectores de los fandoms, en el que los fans se convierten en fanáticos entendidos al extremo.
Está totalmente bien ser fan de algo, pero el fanatismo debería tener unos límites. Sí, “fan” proviene de la palabra “fanático”, pero ya se han distanciado tanto que, para mí, tienen sentidos diferentes. Mientras que un fan simplemente se alegra de que el disco que le gusta, o el cantante, o el actor, o la película, haya recibido un premio o batido un récord, el fanático se lo restriega a los demás, como si el hecho de recaudar más en taquilla menospreciara a la otra película, o el tener un Oscar un actor y otro no hiciera del segundo peor que el primero, o el batir un récord significara que una canción es mejor que otra, de más calidad.
Mientras que un fan verá el vídeo musical de una canción que le gusta nada más salir porque siente curiosidad y quiere ver si el artista ha cumplido con sus expectativas, y lo repite un par de veces si le apetece para fijarse en los detalles, un fanático se obligará a ver el vídeo seguido durante horas, porque quiere romper el récord de más visitas en Youtube, llegando a abrir incluso varias pestañas para conseguir más reproducciones e instalando complementos que ayuden a actualizar la página y, con ello, acercarse más al récord.
Y ése es es exactamente el comportamiento el fandom de One Direction, y que algunos sectores se niegan a abandonar. Es el caso, por ejemplo, de la persona que escribió esto:

En el caso de que no se te dé muy bien el inglés, te comentaré un poco por encima a lo que invita la muchachita que ha llevado a cabo esas parrafadas: básicamente, deja de comer por comprar el próximo disco de 1D. “Ahorra el dinero de tu almuerzo para comprar el disco”, palabras textuales. Regálale el disco a cualquiera que conozcas, con independencia de si les gusta este tipo de música o no. No dejes que nadie te regale el disco, o, (mi parte favorita), compra varias copias del disco, y luego haz lo que quieras con ellas.
Sí, tía, puedes intentar comerte los 7 discos que vas a comprar, ¿quién sabe? Igual son ricos en fibra.
“Pero, ¿por qué coño querrán hacer esto?” te estarás preguntando. Muy sencillo: porque Justin Bieber, alias “la competencia”, vuelve de su retiro el mismo día (en teoría) que One Direction sacarán su último disco “antes del descanso”. Y, claro, no podemos dejar que un fandom que está despertándose de su letargo haga que nuestros chicos pierdan sus números uno, sus récords, su todo, por dejar que las Beliebers le den la bienvenida de vuelta a Justin. Antes que eso, morir de inanición, literalmente. Go hard or go home, I’m Madonna, this hoes know, básicamente.
Y yo te digo: ¿a ti esto te parece normal? ¿A ti esto te parece lógico? ¿Realmente tienes que llevar hasta el extremo tus gustos por algo que llegues incluso a sugerir al colectivo que comparte tus gustos que no coma, que compre varias copias de un disco, sólo para que otro artista no te gane? Esto no es una competición, querida. Twitter no son las Olimpiadas, y si Justin Bieber, o Nicki Minaj, o Taylor Swift, o quien sea, se lleva el premio y los otros no, nadie va a morirse por ello. Hay unas prioridades en la vida, y está claro que “dejar mal” a “la competencia” por dejarla simplemente no deberían estar entre las tuyas.
Entiendo que quieras despedirte como es debido, que pueden significar mucho para ti (o no, y sólo quieres hacerles saber que esperas que vuelvan pronto), pero, joder, tía, no vayas imponiendo un comportamiento que tú, en el fondo, sabes que no es normal. Claro que puedes decir adiós por todo lo alto, y si tus fuegos artificiales al final no son tan brillantes como los que saludan a quien vuelve, tampoco va a pasar nada. Puedo entender que te dé un poco de pena quedarte en el número 2, pero también piensa en la cantidad de gente que ni siquiera ha llegado al podio.
Y, desde luego, dejando de comer no ha sido.
Disfruta del camino, en serio, porque luego, cuando crezcas y mires atrás, querrás recordar con nostalgia y una sonrisa cómo ahorrabas un poco de aquí y un poco de allá para comprar una copia de ese disco que te gustaba… y no cómo no comiste aquellos días sólo para impedir la llegada al número 1 de otra persona.

Céntrate más en disfrutar del camino, y menos en la meta, porque lo bueno de viajar en tren, es que ves el paisaje antes de llegar a tu destino.



PD: los fans no filtran álbumes, estúpida. Si tan poderosas fueran las "Directioners", ¿por qué no circulan por ahí los teléfonos de los chicos? La cabeza está para usarla, no para hacerse trencitas cuando te vas a disfrazar de un personaje de Frozen.

2 comentarios:

  1. Tengo muchas cosas que decir pero lo voy a resumir todo en un solo punto.

    Erika, eres maravillosa. Gracias por esta entrada.

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    Respuestas
    1. Gracias a ti por ser mi amiga, Inés, y por abrirme los ojos ♥

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