martes, 22 de diciembre de 2015

Terivision: Star Wars.

¡Hola, startie! Fiel a mi espíritu democrático, y después de hacer una encuesta en Twitter, vengo a hablarte de una película que vi ayer. Sí, por favor, no te enfades conmigo. Ya sé que es “otra crítica más”. Pero es probable que no hayas visto muchas como la mía sobre…


Star Wars, episodio VII: el despertar de la fuerza. ¿Que qué tiene de diferente la opinión que yo pueda tener con respecto de las de que pueblan internet? Seguramente el hecho de que yo no he visto la saga entera. Es más, cuando me enteré de que iban a estrenar esta película (y, para colmo, el mismo año que Jurassic World, con lo que ni el récord de taquilla del año vamos a conservar, lloro fuertote) me animé a intentar ver la saga. Estaba yo tan tranquila, esperando para ver Hotel Transilvania 2, cuando  apareció el droide mítico que impulsa la trama. Y yo me giré y les dije a mis amigas: “tiene una pinta de la hostia, pero no me veo con fuerzas para ver las anteriores”.
No las tuve.
Vi sólo la primera película (el episodio IV, ¿a quién coño se le ocurre empezar una saga con EPISODIO IV? ¿LA GENTE EN EL CINE NO FLIPÓ UN POCO O QUÉ?), aunque decir que “la vi” sería reírse en la cara de lo que hice con mi ordenador esa noche. Tan pronto estaba el protagonista subiendo a la nave de Harrison Ford como PUM, reventaban una nave.
Vamos, que la Fuerza ni me acompañó, ni se me acercó siquiera, ni me pasó rozando. Pero yo me arrastré hasta el cine porque a) los efectos especiales pintaban muy bien (y, si me vas conociendo un poco, ya adivinarás lo mucho que me seducen un par de explosiones bien hechas y creíbles) y b) porque la protagonista me parecía una bizcocha, tanto personal como artísticamente hablando.
Me vas a permitir que no te cuente la trama, porque hasta los fans más veteranos iban al cine sin tener ni zorra idea de lo que les esperaba, más que un Harrison Ford diciéndole a Chewbacca (Dios, por favor, dime que lo he escrito bien) que “estaban en casa”. Si quieres ver la película, que sea por el continente y no por el contenido, aunque el contenido promete. Si eres nostálgico, no sé qué coño haces que no vas corriendo al portal de turno a intentar verla de inmediato, porque, sí, aparecen personajes míticos. Personajes que hasta yo conozco.
Y si no lo eres, bueno… nunca está de más tener un poco más de cultura cinematográfica.
Tengo que destacar las actuaciones de la protagonista, Rey, Daisy Ridley, que parece haber nacido para interpretar su personaje. Es la heroína que mi generación lleva tiempo esperando: paciente pero a la vez lanzada, sacrificada y a la vez tenaz, no dispuesta a ceder cuando las cosas no lo requieren. Con El despertar de la fuerza he descubierto a una actriz a la que tengo ganas de continuar siguiendo en un futuro.
También están, evidentemente, los guiños a las otras, que puedes sacar (aunque no en su totalidad, evidentemente) incluso sin haberlas visto: apariciones de personajes míticos, persecuciones que te suenan aunque nunca las hayas tenido delante, la mítica banda sonora, y símbolos que trascienden grupos sociales (vamos, la máscara de Darth Vader, como representante máxima). Y son precisamente estos guiños los que hacen que te entren ganas de ver las demás, si no lo has hecho aún, cosa que me ha pasado a mí.
En cuanto al desarrollo de los medios, cómo se nota que han pasado casi 40 años desde el estreno de la primera. La fotografía es genial, pero, claro, con las cámaras que hay en 2015 no es para menos, y los efectos especiales te hacen sentir que eso existe realmente, que no tienes que poner tanto de tu parte como para creértelo, cosa que me sucedió con la primera, y posiblemente la razón por la que no terminara de cuajarme.
Con todo, hay una serie de cosas que no terminan de cuadrarte. Bastantes sucesos son previsibles, por ejemplo, SPOILER A PARTIR DE AQUÍ (selecciona el texto para leerlo), la muerte de Han Solo a manos de su hijo Sith/Jedi malo/como cojones se llame a lo que es ese individuo. Si ya al principio te lo dice, por el amor de dios. Otra cosa que no me gustó nada, y que a los fans parece ser que tampoco, a juzgar por los comentarios de Series.ly, es el carisma del malo. O, mejor, la falta de éste. Infunde respeto cuando lleva la máscara, pero una vez se la quita te quedas en plan ¿???????? Ponte a estudiar anda “wapo”. La caída del personaje es en picado; al principio le tienes respeto, porque, joder, va enmascarado y te recuerda a quien te recuerda, pero en cuanto conoces su identidad, el muchacho sufre una “involución” hasta llegar el punto de ser pésimo peleando con otra persona (¿en serio la gente pensaba que el soldado iba a ser el Jedi? Yo nunca dudé de que fuera a serlo la chica) que acaba de coger una espada láser POR PRIMERA VEZ EN SU PUTA VIDA. EXPLÍCAME ESO, JOTA JOTA ABRAMS.
Lo mejor: el culebrón mexicano que te meten entre pecho y espalda sin que tú te des cuenta. Tú quítale a Star Wars las espadas láser. ¿Qué te queda?
Ricardo Raimundo Montoya Ramírez de todos los santos, yo soy tu padre. Tal cual. Acojonante.
Lo peor: que, si has visto las demás, la trama no tiene nada de nuevo.
La molécula efervescente: “¿qué haces [repitiendo el gesto de Han Solo]? ¿Qué quieres? ¿A qué viene ese gesto?” de Finn (alias, el soldado negro –de piel negra, vaya, su armadura es blanca, como viene siendo natural-) a Han Solo.
Grado cósmico: Estrella DE LA MUERTE PUAHJAJAJAJAJ qué graciosa soy {4/5}.
¿Y tú? ¿Ya has visto El despertar de la fuerza? ¿O perteneces a ese grupo de personas que consigue mantenerse al margen?
Déjame un comentario contándome qué te ha parecido. O si eres de la resistencia. O si vas a ver las demás (por primera vez o de nuevo). Y, si no es mucha molestia, también puedes decirme qué película te gustó más (y, ¿por qué no? menos) de todas. Pero eso es si quieres. No es obligatorio.
Aunque puede que C3PO llore si no lo haces. Que te cargue en la conciencia.

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