lunes, 5 de noviembre de 2012

Supernova.

NOTA: venga, puestos a flipar, ¡flipemos en colores y 3D! Voy a poner canciones en la historia, si las buscáis en Internet y las escucháis mientras explico los bailes y esas cosas, quedará más verídico... Pero tampoco va a ser como en Avatar, que ibas a verlo y parecía que los bichos estaban allí.
Había sacado algo productivo de aquel momento absoluto de histeria.
Las pestañas de Naya Rivera cuando daba vida a Santana López en Glee eran falsas. ¿Que por qué lo sabía? Porque me habían puesto a mí unas (después de estar discutiendo con Louis durante casi diez minutos a grito pelado en casa porque se lo había insinuado y él había dicho que me dejara de gilipolleces) para darle más profundidad a mi mirada, y tenían esa densidad y grosor que en todos los anuncios de cosméticos tal actriz, modelo, cantante o bailarina te prometía, pero luego te lo echabas y descubrías que aquello era un festival de grumos que nada tenía que ver con lo que juraban y perjuraban en la tele.
Me hacían cosquillas cuando parpadeaba.
Aunque, en mi defensa, diría que no me habían puesto unas pestañas postizas muy grandes, no parecía tener un par de mariposas en los ojos, sino que simplemente se me notaban... más pestañas.
Me contemplé en el espejo, los ojos brillando a causa de la luz que desprendían las bombillas del camerino, que rebotaban en mis retinas; el pelo suelto y mucho más rizado que de costumbre, no mi rizado en ocasiones salvaje, sino un rizado domado, unos rizos monos; los labios con un suave toque de maquillaje, un poco más sonrosados de lo habitual...
Y ese suave temblor de aficionada que miles de toneladas no iban a conseguir tapar.
Llamaron a la puerta, ni me molesté en preguntar quién era. Habría abierto al mismísimo demonio, no estaba particularmente selectiva esa noche.
Porque me llegaba el ruido del público, un ruido que nada tenía que envidiar al sonido del público de las obras de teatro, mucho más escandaloso, pero que siempre estaba allí, porque lo tenías mucho más cerca.
No, aquel ruido asustaba más.
Porque sonaba igual de fuerte, pero yo no estaba a la misma distancia. Pondríamos que yo estaba cien veces la distancia original.
Los chicos entraron en el camerino y se me quedaron mirando. Les sonreí sin separar los labios, alcé las cejas y seguí mirándome.
Qué guapa me habían dejado, joder. Quería quedarme así para siempre.
-¿Cómo estás?-preguntó uno de ellos, uno al que no pude identificar. Sus caras se mezclaban, no estaban quietos, sus voces eran las mismas.
Todo por culpa de los putos nervios.
-Estoy bien-mentí, mentí descaradamente, mentí mal por primera vez en mi vida, porque tartamudeé.
-¿Te traemos algo?
Louis. ¿Louis? Había sonado a Louis.
Sí, creo que había sido Louis.
Me giré a mirarlos, eran tan guapos, eran dioses. Mis chicos.
Tragué saliva, estudié sus semblantes, todos preocupados, mezclados con un brillo que yo no logré identificar.
Orgullo.
Estaban orgullosos de mí, y todavía no había salido al escenario.
Claro, por eso estaban orgullosos. Ya se avergonzarían cuando saliera, tendrían tiempo de sobra.
Miré a Zayn, que parecía el más relajado de todos. Seguro que había estado...
Pude ver que ya entendieron lo que les iba a pedir incluso antes de formular yo la pregunta en mi propia mente, ni siquiera abrí los labios, y ellos ya estaban negando con la cabeza, todos a la vez, como clones, como autómatas.
-Dame un cigarro, Zayn.
He de decir, en defensa del moreno, que se palpó el bolsillo donde llevaba la cajetilla, pero se negó en redondo a sacarla por si yo misma me apropiaba de ella.
-No.
Hice pucheros.
-Pídenos algo normal, Eri-ordenó Harry. Asentí, pensativa, estudié el camerino, con un montón de productos de maquillaje por todas partes, ropa y más ropa.
Ropa que se abalanzaría hacia el backstage al mismo tiempo que yo, así lo había hablado con Simon. No había contado cuántas veces me cambiaría de ropa esa noche; sabía que si lo hacía seguramente me deprimiría.
Torcí el gesto.
-Metanfetaminas.
-No-gruñeron todos.
-Cristal.
-No.
-¿No es lo mismo?-preguntó Niall, inclinándose hacia delante y girando la cabeza para verlos a todos. Algunos se encogieron de hombros.
-¿Un porro?
-¡NO!
-Vale. Vodka.
-No me jodas, Eri, ¿quieres?-Louis se apoyó en la pared y bostezó. Sonreí.
-¿Seguro?
Sonrió.
-No.
-Antes de que os pongáis a tontear como hacéis siempre, centrémonos, ¿eh?-llamó a la calma Liam. Lo miré y asentí-. ¿Seguro que no quieres nada?
Me quedé pensativa un momento, cavilando las posibilidades.
-Un poco de chocolate estaría bien.
-¡QUE NO TE VAMOS A DAR DROGAS, JODER!-gritó Louis. Le enseñé mi dedo corazón, la uña pintada de negro mate, el mismo negro que había llevado en la Ceremonia de Apertura, hacía unos meses... que me parecieron años.
-Del de comer.
Un coro de ¡Ahs! llenó la habitación.
Harry se ofreció a ir a por mi aperitivo, y estaba saliendo por la puerta cuando lo llamé.
-¿Hazza?
-¿Sí, niña?
-¿Me traes kikos?
-Claro.
-¿Y palomitas?
-Si encuentro, sí.
-Y... y... ¿taquitos de manzana, me los cortas en cuadraditos, como tú lo haces?
Se echó a reír.
-Eso se lo decía yo a Carly, y no al revés.
Sonreí.
-Ya lo sé. Vi el capítulo. En versión original y en inglés.
-Fascinante.
-Delicioso.
-Sublime.
-Maquiavélico.
-Supercalifragilisticoespialidoso-replicó Louis, con la mirada ausente.
Nos echamos a reír como locos, Harry se apoyó en la puerta y una chica se quedó mirando al rizoso cañón que no paraba de gritar y reírse como si no hubiera mañana.
Diez minutos después, me hinchaba a frutos secos y chocolate. Les ofrecía a ellos, y ellos cogían, pero yo devoraba en toda regla.
Seguramente me había comido una tableta de chocolate yo sola de una sentada, sin enterarme casi.
Charlábamos de cosas insustanciales, ellos habían empezado a hablar, seguramente para tapar el ruido de fondo de la gente. Les agradecí ese gesto, supe que se lo agradecería hasta el día en que me muriera.
Liam excusó a los demás diciendo que seguramente tendrían que ir ya a prepararse, ya que ellos también saldrían al principio para presentarme, dejándonos un momento de intimidad a Louis y a mí.
Louis cogió una silla que yo no había visto y se colocó a mi lado. Se sentó al revés en ella, con el respaldo entre las piernas, apoyó la cabeza en él y me miró.
Las comisuras de su boca se alzaron en una media sonrisa que en Taylor Lautner me enamoraba.
En él... en él me arrastraba irremediablemente a una perdición que a mí me encantaba, a un círculo de amor y más amor tan incendiario que podía consumirme.
-Estás preciosa.
Agaché la mirada, azorada.
-Gracias.
Se encogió de hombros.
-Aunque lo de las pestañas no hacía falta.
-Tenía curiosidad por ver cómo me quedaban, y, como me las iban a poner, pues...-volví a alzar los hombros, y él sonrió de nuevo.
-Estoy muy orgulloso de ti, pequeña.
Me giré, ya no contemplábamos el reflejo del otro. Él observó un rato el reflejo de mi clavícula en el espejo, le encantaba esa visión, le encantaba pasar los dedos por ese hueso... y más me encantaba a mí cuando lo hacía.
Posó su oreja sobre sus brazos y me miró.
-Aún no he hecho nada.
-No tenía uñas cuando audicioné para The X Factor. Me las comí. Literalmente-me confesó. Me coloqué un mechón de pelo detrás de la oreja, entrecerré los ojos y negué con la cabeza, divertida-. El simple hecho de que estés aquí, tan tranquila, y no estés histérica, ya hace que esté orgulloso.
-Van a comerme viva.
Se encogió de hombros.
-Puede ser.
Le di un suave puñetazo en los hombros, haciendo que sonriera ante mi gesto.
-Gracias por los ánimos.
-En tu defensa diré que sabes bien.
Noté cómo se me subía el color a las mejillas.
-¡Louis!
Se echó a reír.
-¿Qué? Estamos solos.
-Da igual.
Se inclinó hacia mí y me acarició el cuello. Lo miré mientras lo hacía.
-Estoy nerviosa.
-Serías estúpida si no lo estuvieras. Pero tengo que preguntar, ¿por qué ahora y no en la clausura?
-Porque ahora me juego la vida.
-Oh, joder, no sabía que ibas a ir al Coliseo a un combate de gladiadores. Me habría vestido para la ocasión.
Se colocó la corbata y yo me eché a reír.
-Estás muy guapo.
-Bitch, please, yo siempre estoy guapo.
Mis risas volvieron a inundar la habitación, como era costumbre cada vez que estábamos juntos.
Me giré en la silla y me coloqué de forma que mis rodillas rozaran la suya. Contempló la cercanía de nuestras piernas y sonrió.
-Me encanta.
-¿El qué?
-Que sea tan fácil-se encogió de hombros y colocó su mano sobre mi rodilla desnuda. Suspiré por su contacto.
-¿Como las multiplicaciones de tus hermanas?
-Más bien como respirar.
Alcé la vista y me encontré con aquellos ojos azules que te invitaban a soñar, tenías que mirarlos, tenías que adorarlos, tenías que dejarte arrastrar por ellos a tierras desconocidas, no podías hacer otra cosa.
-Te quiero. Muchísimo.
Sonrió.
-Más te vale. Mira todas las molestias que me estoy tomando por ti.
Me incliné hacia él y posé mis labios fugazmente en los suyos.
Me acarició el cuello, despertando las típicas corrientes eléctricas que eran usuales pero a las que yo nunca sería capaz de acostumbrarme. Nos besamos un rato, su boca hizo que olvidara todo lo que estaba pasando, todo lo que iba a pasar, me tranquilizó, me dejó echarme sobre una nube esponjosa y contemplar el cielo estrellado, plagado de galaxias, de mundos por descubrir, de asteroides, cometas y...
...estrellas.
-Wow, mira cómo ensayan en la jet set, Fizzy-se carcajeó Lottie, dándole un codazo a su hermana. Fizzy se echó a reír.
Louis se separó de mala gana de mí y se las quedó mirando.
-¿Qué?-gruñó. Lottie alzó una ceja.
-Hemos venido a desearle suerte a Eri. Y nos han dicho que tienes que ir con los demás a prepararte.
Louis suspiró.
-¿Ahora?
-Si quieres entrar en medio de sus actuaciones, es problema tuyo.
Louis asintió, distraído, se levantó, me acarició la mejilla y se dirigió a la puerta. Pasó entre sus hermanas, les dedicó una sonrisa cansada que ellas le devolvieron, y justo cuando iba a desaparecer, se apoyó en el marco  y se giró para mirarme.
-¿Preparada, estrellita?
Negué con la cabeza.
-¿Puede prepararse alguien?
Se encogió de hombros.
-Yo no lo hice.
Se giró y se escabulló por los pasillos. Me abalancé a la puerta y miré cómo se alejaba, sorteando como podía a la marabunta histérica que no hacía otra cosa que corretear de un lado para otro, asegurándose de que todo estaba en orden.
-¡Deséame suerte!
Se giró en redondo y me dedicó tal sonrisa que se me detuvo el corazón un par de segundos. Podría haberme muerto allí.
-No la necesitas.
Volvió a girarse y continuó caminando.
-¡LOUIS!-bramé. Necesitaba que me deseara suerte, no podría hacerlo sin él, sin los chicos...
Alzó el dedo corazón sobre su cabeza sin tan siquiera girarse.
¡Hijo de!
-¡MÉTELO DONDE TE QUEPA!
-¡No es un corte de manga!
Presté más atención cuando desvié la vista de su culo para volver a clavarla en su mano.
La izquierda.
El anular.
Mi pulgar voló automáticamente a ese dedo, tocando la superficie fría del anillo de plata que me había regalado el día de mi cumpleaños.
Se giró en la esquina, me guiñó un ojo y desapareció por ella.
Lottie y Fizzy esperaron con paciencia a que despegara los dedos de la puerta, cuyos nudillos se habían vuelto blancos.
-Perdonad, chicas-les dije, sentándome en la silla e invitándolas a hacerlo. Me imitaron sin tardar.
-No importa-Fizzy se encogió de hombros y me miró-. Estás guapísima.
-Gracias-sonreí.
-Solo hemos venido a desearte suerte. Ya que Louis no quiere, lo haremos por él, ¿qué te parece?-Lottie miró la puerta, su pelo rubio se deslizó suavemente por sus hombros.
Fizzy se colocó la falda que su hermana le había prestado, se cercioró de que estaba en correcta posición, y se puso a revolver en su bolso.
-Te hemos... comprado una cosa.
Alcé una ceja y las miré a ambas.
Dios, ¿por qué tenían que ser tan idénticas a su hermano?
Lottie se echó a  reír ante mi expresión de fastidio.
-Antes de que empieces a protestar, que sepas que es como un pequeño amuleto. ¿O es que solo Lou puede darte regalos?
Todas bajamos la vista hasta mi anillo, la pulsera...
-¿Qué te ha dado por los tres meses?-preguntó Fizzy, todavía escarbando en su pequeño clutch.
Me coloqué un mechón de pelo detrás de la oreja y murmuré, gesticulando muchísimo, como si estuviera explicando todas y cada una de las cosas que poblaban la habitación:
-Esto. Esto es mi regalo. Y es el mejor de todos.
Lottie asintió, se llevó los dedos a su escote y recogió el pequeño colgante con una llave que llevaba colgado al cuello. Comenzó a arrastrar la llave por la cadena, distraída, mirando con el ceño fruncido la búsqueda infructuosa de su hermana.
Le tendió una mano imperiosa y harta a Fizzy.
-Dios, Fiz, me estás poniendo histérica a mí. Ya lo busco yo.
Fizzy se apartó un poco, cruzó las piernas y continuó revolviendo.
-¿Lo has metido?
-¡Es tu puñetero bolso, tía! ¡¿Por qué debería haber metido yo nada en tu bolso?!
Lottie frunció los labios en una fina línea, estudió la posición de su blusa y su falda, muchísimo más corta y ajustada que la de su hermana, intentando tranquilizarse; terminó arrebatándole el bolso a la pequeña y abriéndolo ella misma a una velocidad bestial.
-¡Vas a romperlo!
-¿A ti qué mas te da, si te lo he prestado?
Tardó diez segundos en localizar lo que querían darme, sonrió, lo sacó con aire triunfal y me tendió un pequeño paquete rectangular envuelto en papel de periódico.
Se sonrojó cuando cogí el paquete y me puse a leer la noticia que había escrita en él.
-Es que no teníamos papel de regalo-se excusó. Hice un gesto con la mano, restándole importancia.
-No pasa nada. Me parece interesante que Victoria Beckham haya tenido un desfile con Karl Lagerfield. Ha sido un detalle que cojáis la sección de sociedad.
Quité el celo cuidadosamente, como siempre hacía yo con mis regalos; me encantaba la sensación de impaciencia de los que me habían comprado algo por ver mi reacción, disfrutaba saboreando el momento mientras pensaba ¡bien, un regalo, un regalo! , y por eso procuraba estirar esos segundos en lo posible.
Dejé escapar una exclamación de admiración cuando una cajita con el símbolo de Chanel encima surgió de aquel papel de periódico.
Negué con la cabeza.
-Chicas, es muy caro, no puedo...
-Cállate la boca, anda-replicó Fizzy, dándome un manotazo. Aparté la mano automáticamente, se pondría roja enseguida.
-Pero...
-Eh, dijiste que querías ese pintalabios cuando pasamos por una tienda, y nos acordamos. Así te acordarás siempre de nosotras-Lottie se encogió de hombros, descruzó las piernas y volvió a cruzarlas, en posición inversa.
-Pero es carísimo, chicas, no puedo aceptarlo, de verdad.
Lottie se encogió de hombros.
-O lo coges, o te empezamos a criticar con mi hermano. Ya sabes que lo que nosotras le digamos va a misa.
Entrecerré los ojos.
-No seréis capaces.
Sonrieron, me recordaron tanto a Louis que casi me sonó con su voz su siguiente frase, que pronunciaron al unísono:
-Pruébanos.
Nos echamos a reír, saqué la barra de labios de la caja y me la apliqué. Sonrieron.
-Chica lista.
Negué con la cabeza, nos echamos a reír y se aseguraron de que me llevaría el pintalabios. Se lo metieron en el bolso porque yo no tenía nada en aquel camerino en el que guardarlo, y no me lo iba a meter en el bolsillo de aquellos shorts que llevaba bajo la falda de tul, gracias. ¿Y si se me caía durante la actuación, resbalaba y me daba un tortazo? Ni de coña.
Una chica se asomó a la puerta y me dijo que fuera yendo para el backstage.
Nos levantamos a la vez, y nos abrazamos.
-Muchísima suerte, hermanita-me susurró Lottie. Fizzy asintió, mostrándose de acuerdo con lo que me había dicho la mayor.
-Gracias, chicas.
-Te estaremos animando con el resto por el público.
-Por cierto, tu hermano es muy majo-me confió Fizzy. Le sonreí.
-Cómo se nota que no lo conoces.
-Cómo se nota que tú no conoces a Louis. Es insoportable-Lottie negó con la cabeza y empujó a su hermana lejos de la sala.
Tea, la maquilladora de los chicos que había sido la mía también, se acercó a mí a la carrera.
-Dos minutos para que salgan, princesa.
Dios, me encantaba aquella mujer. En cuanto me había conocido había empezado a llamarme princesa, era la típica tía cariñosa con todo el mundo a la que le podías contar todo.
Me quedé quieta mientras ella hacía eficientemente su labor de comprobación, cerciorándose de que todo estaba en orden en mí. Asintió y me condujo hasta detrás del escenario; los chicos estaban en la otra punta, recibiendo instrucciones de uno de los organizadores.
Zayn estaba haciendo girar su micrófono en el aire, cogiéndolo siempre en la posición adecuada, cuando llegué. Me coloqué entre Niall y Harry, que me hicieron un hueco, mientras un pensamiento llegaba a mi cabeza:
Mi profesora de piano también me llamaba princesa.
-Eri-me llamó Liam. Sacudí la cabeza, saliendo de mi ensoñación, y los miré, asustada.
Me faltaba el aire.
¡ME ESTABA AHOGANDO!
¡SOCORRO!
-¿Qué? ¿Qué?-jadeé, dando un paso atrás. Harry y Niall me cogieron de los brazos, evitando que me cayera de espaldas.
-Estamos listos-susurró Harry, acariciándome la palma de la mano-¿Tú lo estás?
Negué con la cabeza, desesperada.
-No. No. Nonononononono-me sonrieron, divertidos-. No puedo, enserio. Cantad por mí. Haced algo.
Louis negó con la cabeza.
-Pero si lo vas a petar, nena.
Todos los ojos se clavaron en mí. Paseé la vista por aquel festival de todos lo colores: azul celeste, azul agua, azul grisáceo, verde, marrón.
-¿Vosotros creéis?
Me miraron como si estuviera loca. Probablemente así fuera, por dejarme arrastrar hasta ese preciso momento.
-Por favor. Eres Eri.
-Te ríes en la cara del miedo.
-Le haces cosquillas a los nervios.
-¡Mírate, pequeña! Lo que no puedas hacer tú, no puede hacerlo nadie.
-Además-coincidió Zayn, asintiendo con la cabeza y mirando a los demás. Todos esperaron-, estamos contigo. Estaremos en la primera fila animándote, ¿verdad, chicos?
Estallaron en gritos de contento, reiterando lo que acababa de decirme Zayn.
-¡PIÑA BRITÁNICA!-bramó Louis, y nos apretujamos los unos contra los otros, empezamos a saltar y dar brincos.
No dejé de toquetear el anillo mientras ellos me presentaban, ni tampoco me detuve cuando Tea me empujó al escenario en la más absoluta oscuridad.


Eleanor.

Sentía excitación por todas partes: por parte del público, por parte de los chicos, por parte de Eri, por parte de Danielle, que al final se las había arreglado para colarse y bailar...
Floté hasta mi asiento aéreo, justo en el centro de la sala y en las primeras filas, para tener una vista privilegiada, me senté y crucé las piernas en el momento justo en que las luces se atenuaban y los chicos desfilaban hacia el centro del escenario, saludando tímidamente con la mano que no llevaba micrófono ni chuleta, por si se les olvidaba el discurso.
Mi corazón se detuvo cuando Louis apareció, tan perfecto como siempre.
Tan brillante... tan feliz.
Toda duda de si había hecho lo correcto dándole mi vida a Eri se disipó en aquel momento.
El fantasma de Perrie flotó hasta mí.
-¿Sabes el repertorio, El?
Me encogí de hombros y le tendí la mano. Negó con la cabeza y se apartó.
-Prefiero que sea una sorpresa.
De las cuatro que habíamos desaparecido, Perrie era la única que no se dedicaba a inspeccionar el futuro. Prefería pasearse por el mundo material, asegurándose de que su yo corpóreo continuaba con las tareas de su vida, del estilo seguir en la banda, y esas cosas.
Yo no me había cruzado en ningún momento conmigo misma, pero Dani y Caroline a veces se fusionaban con su persona para disfrutar de una vida que nunca llegaría a ser la que conocieron hasta entonces... Y todo por culpa de que aquella mujer no me había dicho que mi sustituta tendría opciones de saltar acompañada.
-¡Buenas noches!-saludaron los cinco a la vez. Esperé a escuchar su típico Somos One Direction, pero esperé en vano.
-Hi-Harry.
-We-Liam.
-Are-Zayn.
-One-Niall.
-Direction-Louis.
Vaya, parece que no esperé en vano. Gritos histéricos de las fans que habían conseguido colarse en el evento, vi la sonrisa de Simon y cómo negaba con la cabeza, sentado en su eterno asiento de juez, listo para juzgar a la chica.
-Hace un poco más de dos años-empezó Liam, los demás se mantuvieron serios, escuchando a su amigo-, en este mismo escenario-señaló a su alrededor-, en esta misma sala, cinco chicos se unieron para formar una  banda, una banda con la que cumplirían su sueño.
-Esos chicos han vuelto a ese escenario y todavía están soñando-terció Harry, sonriente. Creo que alguna chica se desmayó entre el público.
-Este escenario tiene poderes mágicos. Cumple sueños, permite que la gente siga soñando. Nosotros ahora estamos intentando que una buena amiga nuestra consiga cumplir su sueño y viva soñando-no pude evitar reprimir una sonrisa cuando Louis sonrió al mencionar Zayn a su "amiga". Niall le sonrió.
-Confiamos en todos ustedes-Niall  señaló al público, que empezó a aplaudir como loco ante ese gesto del irlandés-, para que nuestra amiga se convierta en la super estrella que ya es.
Louis negó con la cabeza, sonrió y se llevó el micrófono a los labios.
Sentí sus labios contra los míos cuando deseé ser aquel micrófono.
-Juzguen por ustedes mismos, todas y cada una de sus voces. Porque les garantizamos, nosotros cinco somos la garantía, que nunca han visto nada igual. Metan a Michael Jackson, Whitney Houston, Taylor Swift y demás cantantes que se les ocurran en una batidora, y tendrán a esta chica. 
-Damas y caballeros-terció Liam, pasándole un brazo por los hombros a Zayn. Este sonrió.
-Con todos ustedes-imitó a Zayn, abrazando a Harry.
-Nuestra gran amiga.
-Nuestra adorada.
-Nuestra única...
-¡ERI!-bramaron los cinco, haciendo un gesto por el sitio por donde saldría la chica.
Se apagaron las luces y bajaron a todo correr del escenario, situándose en los asientos reservados para ellos.
-Jo-der-murmuró Perrie, cuando los primeros acordes de Fame, la película del musical del mismo nombre, la versión de 2009, comenzaron a sonar.
Montones de bailarines brincaron por el escenario en la más absoluta oscuridad, tan solo iluminados los más importantes por unos focos que apenas los dejaban entrever.
Perrie persiguió al coro.
-Remember, remember, remember...
Sonreí.
Y contuve el aliento cuando en la gigantesca pantalla detrás del escenario y en las dos situadas a ambos lados, justo con el golpe de música seguido por el silencio. los ojos de Eri se abrieron, ocupándolo todo.
Como los ojos de Bella en Amanecer, justo al final de la película. Cómo no se notaba el amor de la chiquilla por aquella saga.
 Sonrió a la cámara, abrió la boca y empezó a cantar.
-Baby, look at me...
Tuve que reconocer que sabía moverse, gesticulaba como si llevara toda la vida sobre aquel escenario, esperando su oportunidad de brillar con luz propia.
Los chicos se pusieron en pie y comenzaron a brincar al ritmo de la música cuando ella llegó al estribillo. Rápidamente la mitad del público los imitó.
-Remember my name, fame, I'm gonna live forever. I'm gonna learn how to fly-con el high del coro alzó el índice hacia el cielo y todo el mundo comenzó a chillar, ella soltó el micrófono de su pie y comenzó a desplazarse por el escenario, acercándose al público en los momentos justos, cuando más conveniente era.
Yo también me levanté y comencé a aplaudir como una loca cuando llegó a la nota exacta, varias octavas por encima, y el escenario reventó. Había flexionado las rodillas, se había inclinado hacia delante, lo estaba viviendo...
Dio un salto tan grande que no me lo pude creer cuando no solo su coro, sino también su público, gritaron FAME!.
Terminó la canción girando varias veces sobre sí misma y sentándose en una silla que hacía dos segundos no estaba allí, colocándose una corona en la cabeza, cruzando las piernas y guiñando un ojo a su cámara. 
Oí la cuenta atrás de los chicos.
-Tres, dos, uno-y la gente comenzó a aplaudir como loca.
Eri se levantó, lanzó un beso a su público y corrió al backstage.
Había que cambiarse de ropa.
La pantalla se iluminó para entretener al público mientras ella se cambiaba; un vídeo grabado por el equipo. 
Una pelirroja se paseó por la pantalla y saludó a Eri. Eri le dedicó una dulce sonrisa de no haber roto un plato en su vida.
-A ver, Eri, tienes que presentarte.
Ella asintió, se encogió de hombros y empezó a hablar, un poco azorada.
¡Venga, criatura, si eres actriz! quise gritarle.
Aficionada me recordó Perrie sin abrir la boca.
Actriz al fin y al cabo, repliqué.
-Pues, me llamo Erika, pero prefiero que me llamen Eri. Tengo 16 años y soy de una pequeña ciudad del norte de España.
La pelirroja asintió.
-¿Cómo empezaste con esto de cantar?
-Todo el mundo canta, creo yo-frunció el ceño y se encogió de hombros-. Si no cantas, no tienes infancia-las dos chicas se echaron a reír-. Venga, ahora en serio. No sé, toda la vida he cantado, y los chicos un día me oyeron, y me dijeron que cantaba bien... y cuando quise darme cuenta me habían arrastrado hasta la apertura de los Juegos Olímpicos.
-¿Los chicos?
La pequeña sonrió, se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y asintió.
-Sí, Zayn, Liam, Niall, Harry y Louis.
-Ah, claro.
-Soy un poco enchufada en ese sentido-se rió ella.
-¿Qué deseas?
Eri se quedó pensativa unos segundos, frunció el ceño, asintió lentamente y sonrió:
-Vivir para siempre.
-Todos queremos eso, la cuestión es, ¿cómo vas a hacerlo tú?
-Bueno, creo-se encogió de hombros-, que si haces algo bien... ese algo durará para siempre. Y tendrá un poco de ti dentro, así que será como si tú vivieras para siempre.
-Y ese es el tema de la canción.
Eri asintió, sonriendo de oreja a oreja.
-Sí, exacto, incluso lo dice claramente. Voy a vivir para siempre, voy a aprender a volar.
-¿Y lo de volar?
-Oh, si vivo para siempre tendré tiempo de sobra-hizo un gesto con la mano y las dos chicas se echaron a reír.
Y otra vez oscuridad.
La gente se volvió loca cuando Eri apareció por el escenario, caminando con una seguridad en sí misma digna de una diosa, se llevó el micrófono a los labios y murmuró:
-Vale, para esto necesito ayuda de un amigo muy especial para mí. ¿Zayn?
Zayn levantó la mano como si estuviera en clase, dio un brinco y esperó a que los demás le dejaran pasar. Subió al escenario por las pequeñas pasarelas en cuyo centro estaban las mesas de los jueces, y chocaron los cinco cuando él la alcanzó.
-¿Cuál va a ser?-preguntó él. Ella sonrió.
-La que pediste.
Zayn asintió, y la gente comenzó a quejarse.
-Señoras y señores-empezó él, ella sacó la lengua y se echó a reír.
-Esto es... Dance again.
Las luces empezaron a parpadear con la música... había que reconocer que habían hecho un trabajo genial en la organización. Zayn se encargó de la parte de Pitbull, haciendo un hincapié especial en la parte de español, que ejecutó con un acento perfecto.
Eri, bueno, ¿qué decir de ella? No defraudó. Ni siquiera a la misma JLo, que estaba delante, en la mesa de los jueces, acompañada por Simon, Lady Gaga, Britney y Bruno Mars.
-So many ways wanna touch you tonight-canturreó ella, bajando hasta apoyarse solo en las puntas de sus pies-.  If this would be a perfect world, we'd be together-se levantó y comenzó a pasearse bajo la atenta mirada de Zayn, que no se perdía un movimiento de la chica mientras seguía con su papel.-I wanna dance, se unió a la fila de sus bailarinas y movió el brazo libre de un lado a otro-.
Se retiró a un lado y dejó a Zayn.
-Mr Worlwide, and the world's most beautiful woman-la miró, pero ella apenas le hacía ya caso, demasiado ocupada en sus movimientos al ritmo de la música.
-If this would be a perfect world, we'd be together-regresó a su sitio, le pasó un brazo a Zayn por los hombros y los dos brincaron como locos, bailaron compenetrados, sabedores de los pasos que debían seguir.
Mientras los dos se retiraron, un nuevo vídeo apareció.
-Así que, ELo, ¿eh?-se cachondeaba la chica, esta vez siempre detrás de la cámara. Ya nunca volvería a salir.
Eri se echó a reír, aplaudió varias veces, como lo hacían sus amigas, y negó con la cabeza.
-Mis disculpas a Jennifer López por copiarle tan descaradamente el nombre. Es que no hay creatividad.
-¿Por qué esta canción?
Eri se encogió de hombros.
-Ya la canté en las Olimpiadas, y quería cantar una de ella, tenía preparada otra diferente-se echó el pelo hacia atrás y sonrió-... pero Zayn me la pidió.
-¿Zayn? ¿Te la han pedido?
Eri sacó la lengua, divertida.
-Es que acepto peticiones.
Zayn apareció por detrás del sofá, ella dio un brinco y se echó a reír.
Vas happenin!-se saludaron. Ella dio unas palmadas a su lado y él rápidamente saltó el sofá y se sentó con ella.
-Así que, Zayn, ¿por qué esta canción?
Zayn se encogió de hombros, ambos se miraron y Eri le instó a hablar.
-Supongo que porque le tengo mucho cariño a esta canción, como es la primera que cantamos... y, no sé-meneó los hombros y las manos, mostrando las palmas-, me apetecía cantar con ella, o que por lo menos la cantara.
Eri cruzó las piernas y asintió, pensativa, concentrada en las palabras de su amigo.
Nuestro amigo, pensé, mirando el semblante serio de Perrie. De las dos Perries.
-¿Va a haber más peticiones?
-Va a haber seis en total-dijo Eri. Se encogió de hombros-. Es lo menos que puedo hacer por mis chicos, ¿no?-le revolvió el pelo a Zayn, que puso morritos.
-Venga, Zayn, como queréis que la conozcan, tienes que hacerle una pregunta.
Zayn se echó hacia atrás, le devolvió la mirada a Eri, que esperaba impaciente y curiosa a un mismo tiempo.
-Ah, ¿qué te puedo preguntar?
-Lo que quieras.
Zayn pensó un rato más.
-¿Cuál es tu canción favorita?
Eri sonrió.
-No puedo creer que me hayas preguntado eso.
-Contesta.
-¡No puedo elegir una canción favorita!-se quejó ella. Zayn negó con la cabeza.
-Di una.
-No sé... Back to December... Born this Way...
-¿Todas con B?
-También me gusta More Than This-protestó ella. Zayn sonrió.
-¿De quién es esa?
-Oh, de unos británicos. No les conocen ni en casa.
-¿Quiénes?
-One Direction.
-No me suenan.
-Te he dicho que no los conocen ni en casa.
Zayn sonrió, asintió y se encogió de hombros.
-Como vuelvas a meterte con la banda...
-Me autocrucifico, no te preocupes-espetó ella, dándole un sonoro beso en la mejilla y saliendo corriendo.
Primer plano de Zayn.
-No puedo con ella, es superior a mí.
Se levantó y se fue difuminando en la oscuridad.
Los acordes de una canción que yo conocía bien.
-Mamma told me not to waste my life, she said spread your wings, my little butterfly-ella con los mismos shorts morados, la misma camiseta de tirantes plateada, pero acompañada de Cher Lloyd y ¿Ariana Grande?
-¿Qué coño es esto? ¿Una convención de famosos?-protestó Perrie, mostrándose molesta cuando su yo corpóreo se levantó para aplaudir a las chicas.
Ariana se encargó del solo de Jesy, Eri se hizo con el de Jade y Perrie, y Cher del de Leigh-Anne.
Pero la verdad es que le hizo gracia cuando las chicas menearon las caderas al ritmo de I don't hear no one saying hey, hey, hey, hey. Perrie se echó a reír como loca cuando ellas dieron un brinco en el boy del final del verso I don't wanna hear you talking boy, alzaron una mano como deteniendo el tráfico y saltaron hacia atrás.
En el último estribillo, donde cada una decía una frase, como si cada una tuviera solos encima de la otra, una cámara se les acercó, y ellas se pelearon por conseguir el plano, empujándose continuamente, echando a la anterior y tratando de que la siguiente no las echara.
Tenían al público en pie cuando caminaron hasta el borde del escenario, se pusieron de lado, musitaron que aquellas alas estaban hechas para volar, cuando en las grandes pantallas les salieron alas de mariposa.
-Jo-murmuró Perrie.
-Der-terminé yo.
Primer plano de Cher.
-Vale, estamos en los ensayos de la canción de Little Mix, Wings, y ahora es Ariana la que canta.
Enfocaron a Ariana, que cogía su micrófono y se afanaba en su solo mientras Eri se movía despacio, escuchando a su compañera.
-¡QUÉ BUENA ERES, ARI, JODER!-bramó Cher, desconcentrando a la chica. Eri se echó a reír como loca, se dobló sobre sí misma y vomitó sus carcajadas.
-Te toca, Cher.
-Es mentira-protestó la británica, pero se subió al escenario.
Eri cogió a Ariana, le pasó un brazo por la cintura y esta otra la besó en la cabeza.
-¿Habéis visto qué mona? ¿No es muy mona, tan pequeña?-preguntó la americana, besando en la mejilla a la más pequeña de las tres. Eri se echó a reír.
-Qué cosas me dices. Me sonrojo.
-A ver si me va a venir a pegar tu novio.
Carcajadas entre el público, sobre todo Louis. He de reconocer que me sentó un poco mal, pero Eri supo salir del atolladero.
-Eso mejor lo arreglas con él, ¿eh?
Niall le dio un codazo a Louis, y Liam le tiró de la oreja, picándolo. Louis se zafó de ellos y negó con la  cabeza, murmuró un insulto cariñoso y volvió la vista a la pantalla.
-¿Por qué esta canción, chicas?-preguntó alguien detrás de la cámara a un trío de muchachas sentadas en el sofá. Cher y Ariana miraron a Eri.
-Porque es muy inspiradora, ¿no?
Cher asintió.
-Sí, va en contra de la sociedad, es como, ¡me importa una mierda lo que pienses de mí, soy feliz tal y como soy, así que no me podrás cambiar!
-Sobre todo ahora en estos tiempos que corren, y esas cosas-Ariana se encogió de hombros, movió las manos en un fluido movimiento a su alrededor-, especialmente con el bullying y los suicidios que hay...
Las tres chicas asintieron, tristes.
-No debería haber bullying ni nada de esto.
Negaron con la cabeza al unísono.
-Nosotras somos las únicas que podemos hacer algo, y lo haremos, haremos todo lo que esté en nuestra mano.
Ariana colocó su mano en el aire, tendida hacia las otras dos con la palma hacia abajo, las demás no tardaron en unírsele.
-¡Por nuestras alas!
-¡Por nuestras alas!
-¡Vivan nuestras alas!
Niall se echó a reír, se apoyó en Harry y le murmuró algo al oído cuando Eri salió con sus rizos, una gorra de béisbol donde se leía LA, tirantes, deportivas y una pequeña corbata.
No necesitó que dijera de quién iba a ser la siguiente canción para que yo pensara, automáticamente, Nicki Minaj.
Sostuvo su micrófono a la altura de la boca mientras se paseaba por el escenario, vomitando las palabras a una velocidad infernal. This song is for the boys in the booming system, top town, AC with the coolin' system...
Como en la segunda canción, se unió a las bailarinas, entre las que se contaba Danielle, para moverse en el escenario, sacudiendo las caderas como solo una mujer con años de entrenamiento (o una latina) podía hacerlo.
Tiró su gorra y alguien del público se levantó para recogerla cuando ella se giró para hacer la parte menos marchosa de la canción.
Alzó la mano al aire y agachó la cabeza en el momento en que la música se perdía y la luz se apagaba.
Los chicos ya ni siquiera contaban los segundos que faltaban para que el público comenzara a chillar como loco, ya que estos empezaron incluso antes de que ella acabara.
Los dos rizosos del grupo sentados en el sofá.
-Superbass.
-Superbass-asintió él, ella alzó las cejas y comenzó a canturrear el estribillo.
-¿Por qué?-preguntó la pelirroja invisible. Harry abrió los ojos.
-¿Me estás vacilando?-señaló a su amiga, que se quedó quieta-. ¿La has visto rapear?
-Es que él no puede, entonces alucina cuando alguien rapea.
-No es mi estilo.
Eri hundió su mano en los rizos de él.
-Ya lo sé, Hazza.
Harry se echó a reír.
-Pero, va en serio, tenéis que  verla.
-Iba a cantar Starships, pero a Harry le parecía que no había suficiente rap en la canción, así que...Superbass-se encogió de hombros.
Harry se echó a reír, chocó los cinco con ella y empezaron a chincharse mutuamente.
-Harry, tienes que hacerle una pregunta.
Harry no lo dudó.
-¿Café solo o con leche?
Eri tampoco dudó.
-Chocolate caliente.
Harry miró a la pelirroja y señaló a Eri con el pulgar.
-No sabe vivir la vida.
Eri le dio un manotazo en el hombro y los dos se echaron a reír.
Ahora, lo único que llevaba la chica era la camiseta plateada. Vestía unos pantalones negros, un gorro del mismo color, y llevaba el pelo recogido bajo el negro.
Se acercó al micrófono, apoyado en el pie, y esperó a su parte mientras la música hacía de las suyas.
-There's only two types of people in the world. Ones that entertain, and ones that observe. Well baby I'm a put-on-a-show kind of girl, don't like the backseat-pasó de la casi rigidez extrema a dar una sola sacudida con su cintura-, gotta be first. Ah, I'm like the ringleader, I call the shots-miró hacia el cielo y sonrió-, I'm like a firecracker, I make it hot, when I put on a show.
Quitó el micro y se inclinó hacia delante,
-Feel the adrenaline movin' through my veins, spot light on me and I'm ready to break, I'm like a performer the dance floor is my stage-levantó la cabeza y señaló a su público-, better be ready, hope that you feel the same.
Otro batallón de bailes, de movimientos que no podían llevar ensayados solo dos días, otra vez se volvió loco el público.
-¡BRITNEY SPEARS!-gritó Eri, dando brincos en el sofá y alzando las manos.
-Pareces contenta.
-Por favor, voy a cantar a Britney. ¿Cómo no voy a estar contenta?-ladró-. Es la puñetera princesa del pop.
-Fan incondicional, ¿eh?
-Si no te gusta Brit no tienes corazón-gruñó ella, pero luego se echó a reír.
No pareció nerviosa cuando salió, enfundada en una camisa blanca y pantalones cortos negros, con unas tiras elásticas que bajaban hasta sus botas, a cantar con su diva del pop Me against the music. Britney incluso la abrazó.
Siguió cantando a Bruno Mars con ese mismo vestuario, Runaway baby, por lo que no hizo falta ningún vídeo. Se lo pasó bien, se volvió casi tan loca como el público, brincó por todos lados sin faltarle el aire...
Esa vez los codazos fueron para Niall.
Aparecieron en la pantalla sonriéndose mutuamente, ella con las piernas sobre las de él y él con un brazo en la cintura de ella.
-Quedáis bien juntos-les dijo la chica, y los dos se sonrojaron.
-Encajamos bien. Yo digo tonterías y Niall se ríe de ellas.
-¿Qué harías sin mí?-preguntó el rubio, mirándola. Eri sonrió.
-Nada, mi pequeño.
-¿Por qué Bruno Mars, Niall?-preguntó la chica.
-¿Porque es un dios, tal vez? Será que sus canciones no molan.
Eri asintió.
-Totalmente de acuerdo con el irlandés.
-Como para no estar de acuerdo conmigo-espetó él, señalándose y asintiendo con la cabeza, los ojos cerrados y una sonrisa divertida en los labios.
-Chulo-espetó Eri. Él le sacó la lengua.
-¿Tengo que hacerle una pregunta, no?-inquirió Niall. La chica murmuró un suave sí. Niall miró a Eri, sonriendo, y ella se encogió sobre sí misma.
-¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes sobre un escenario?
Eri le acarició la cara.
-La vez que cantaste Boyfriend en las Olimpiadas, mi amor-le susurró. Niall se rió como loco.
-No vale. Tú eras la que tenía que hacer algo.
Eri frunció el ceño.
-En tu cumple... cuando cantamos los ocho juntos con las fans. ¿Te acuerdas?
-Sí-sonrió Niall.
-Yo no-protestó la chica. Niall y Eri la miraron.
-Haber estado allí-espetaron al unísono. Estallaron en sonoras carcajadas.
Frank Sinatra.
Frank S-I-N-A-T-R-A.
Let it snow.
Del techo del escenario caía suave algodón que fingía ser nieve, mientras ella se balanceaba dulcemente, pertrechada con un jersey con capucha llena de pelos blancos como la nieve que se precipitaba hacia ella, remolona. Miles de móviles con las pantallas encendidas sobre las cabezas, acompañando la música.
Juro por Dios que me enamoré de ella por cómo cantó aquella puñetera canción.
Una imagen de Liam abriendo los brazos y ella precipitándose hacia ellos.
-Gracias por cantar a Frank, Eri.
-¡Si me lo has pedido tú!
La imagen no era en directo, sino del ensayo.
-Le he pedido que cante a Frank básicamente porque es una de las mejores voces de todos los tiempos.
-No lo digas muy alto que Zayn se pica-le aconsejó Eri en susurros. Un peluche voló hacia ellos.
-¡Os estoy oyendo!
Los dos se echaron a reír.
Liam se encogió de hombros.
-Quiero decir, ¡venga! ¿Habéis escuchado qué voz? No debería estar  muerto.
-Hay que resucitarlo. Como en Frankenstein.
Liam la señaló.
-Esa es buena.
-Todas las mías son buenas-replicó ella, deslizándose en el sofá y sonriéndole. Liam le devolvió la sonrisa.
-Una pregunta. Que sea fácil-le pidió su amiga. Liam se lo pensó un momento.
-¿Qué opinas de las cucharas?
Eri sonrió.
-Que llegarán a la presidencia de mi país muy pronto.
Liam se la quedó mirando.
-Ojalá te hundas en la miseria, criatura.
Eri se puso roja de las carcajadas que salían de su boca.
Cantó Torn, lo que hizo que los chicos se pusieran de pie y comenzaran a movilizar al público para que todo el mundo sacara su teléfono y la iluminara, en recordatorio de la canción que les unió.
Cantó Marry the Night, de Gaga.
Cantó Payphone (se metió al público en el bolsillo cuando después del rap de Whiz Kalifa apareció subida en la cabina de teléfono donde había empezado su actuación, iluminada por fuegos artificiales)...
Cantó Someone Like You, Rolling in the Deep y Set Fire to the Rain en una misma canción.
Skyscraper, de Demi Lovato.
Y aquella canción que había visto en Glee, America, cantándola con el mismo falso acento español, brincando de un lado a otro con un vestido rojo como la sangre, abultado, que dejaba entrever la falda negra de debajo...
En un descanso que ella misma anunció que sería más largo, el público comenzó a moverse.
Vi que tres personas se acercaban a los chicos, así que me acerqué hacia ellos.
Llegué justo en el momento en que Robert Pattinson se inclinaba a decirle algo a Harry, y este se echaba a reír.
Los demás se giraron y miraron a Taylor y a Kristen, de pie a su lado. Liam saludó a los dos, contento... pero vi la batalla que se formaba en los ojos de Louis.
Taylor contra Louis.
Louis contra Taylor.
Eternos rivales por Eri, aunque Taylor no la reclamara para sí.
Louis le dedicó una sonrisa cuando Taylor le dijo que su novia era buena.
-Me las busco buenas, tío, ¿qué quieres?
Taylor se echó a reír.
-¿Es mi fan?
Louis asintió.
-No le he preguntado nunca, pero seguro que se sabe hasta tu matrícula.
Taylor volvió a reírse.
-A ver si te la levanto.
-¿Te crees que no voy a luchar por ella? Ponte a la cola, chaval, la vi yo primero.
-Soy campeón del mundo de kárate, ¿no te lo ha dicho ella?
Louis le sonrió.
-¿Le harías daño al novio de una fan?
Taylor se encogió de hombros.
-Depende de cómo me caiga ese tío.
-No me tragas.
-Sí que lo hago.
-No tienes por qué, no es tu culpa. Yo a ti no te trago-le confió Louis-, pero no es nada personal. Es que mi novia está demasiado obsesionada contigo.
Taylor le palmeó el hombro.
-Mi hermana sí que está obsesionada contigo, colega.
-¿Makena?-sonrió Louis. Taylor asintió.
-Qué bien te informa, ¿eh?
-Sí, cuando tiene la boca vacía.
Taylor y Louis se miraron un momento, decidiendo quién era más fuerte de los dos. Nadie se dio cuenta de eso, estaban todos demasiado ocupados debatiendo con Robert y Kristen qué canción había sido la mejor de la noche.
Eran igual de altos.
Taylor era más musculoso.
Pero a Louis no le importaba jugar sucio por su chica, lo cual era una ventaja importante. Louis tenía más que perder, por lo que defendería todo lo que tenía con más ferocidad.
Me pregunté si se darían de tortas en ese momento o esperarían a pegarse detrás del escenario.
-No te voy a quitar a tu novia, Louis-le dijo Taylor. Louis sonrió.
-Como si pudieras.
-¿Quieres apostar?
-¿Cuánto apuestas?
-¿Cuánto tienes?
-La tengo a ella, y ella no está en venta.
-Qué bonito-replicó el americano, irónico.
Oh, Eri, si Louis es más guapo, ¿cómo te puede gustar este?
Louis alzó una ceja.
-Taylor, Taylor, Taylor. Seamos amigos, ¿eh?-le pasó un brazo por los hombros-. En el fondo nos caemos bien. No tenemos que competir por una mujer.
-Cierto-coincidió él.
-Tienes a todas las que te da la gana-le colocó el índice en el pecho-, ¿por qué intentar quitarle la novia a un colega de profesión?
-¿Eres actor?
-Salí en una película de pequeño. No soy capaz de quitarla de Internet.
Taylor se echó a reír.
-¿Cuánto lleváis?
-Tres meses.
-Oh, qué bonito. Eso es lo que yo duré con mi última novia famosa. Con las novias famosas que tuve, en realidad.
-Cuando lleguemos al año, te llamo, ¿eh?-se burló Louis.
Taylor le devolvió la sonrisa.
-Y os regalo una semana en California.
-No se lo digas a ella, porque se enamora de ti... aún más.
Los dos chicos se echaron a reír, se abrazaron y se palmearon la espalda.
-Mantenla cerca, ¿vale, inglés? Es una bomba de relojería.
-Americano, por favor. Es la bomba atómica-replicó Louis. Los dos se echaron a reír, las luces comenzaron a atenuarse y ellos volvieron a sus asientos, presurosos.
Un rapidísimo vídeo de apenas unos segundos. Eri, maquillada de forma que sus ojos fueran mucho más grandes y expresivos, pregonó:
-Solo diré tres palabras: Michael Fucking Jackson.
Pero antes de afanarse con Thriller, cantó Don't stop the music, de Rihanna.
Su actuación  en la canción del rey del pop fue perfecta, se había aprendido el baile de memoria, llegaba a las mismas notas que Michael...
Me descubrí levantándome con Perrie del asiento flotante a aplaudir de pie a aquella chica que hasta hacía poco no valía nada y ahora era un diamante, el más grande de todos.
Otro vídeo, ella con un vestido rojo, de tirantes finos, zapatos de tacón negros recubiertos de terciopelo.
-¿La última petición, Eri?
Eri sonrió.
-Valerie.
-¿Por quién?
-Por el que nos falta.
Louis se teletransportó desde un sitio desconocido hasta el sofá. Se quedó sentado al revés, con la cabeza rozando el suelo y los pies en alto y un cuenco de palomitas en el regazo. Frunció el ceño mientras Eri se inclinaba a mirarlo, divertida.
-¿Dónde coño está mi tele?-espetó él. Eri le sonrió.
-Te hemos teletransportado, Lou.
-¿A quién le has pedido permiso? ¿Y por qué estás al revés?
-Siéntate bien.
-Siéntate bien tú.
Oscuro. Los dos dados la vuelta.
-Esto no funciona-replicó él, negando con la cabeza. Eri se inclinó un poco, su pelo acariciaba el suelo, se posaba en él, ocioso.
Oscuro.
Ahora solo Louis normal.
-¿Qué. Estás. Haciendo?-se inclinó a mirar a Eri, que le sacó la lengua y le ordenó que se muriera.
Por fin, los dos sentados normal.
-¿Por qué Valerie?-le preguntó Louis a Eri. Eri arrugó la nariz, sonriente.
-Pero si me lo has pedido tú.
-Ah, es verdad.
-¿Por qué Valerie?-se rió ella. Louis se encogió de hombros.
-¿Por qué no? ¿No es genial?
-Es especial para vosotros, ¿eh?-sugirió la chica. Eri sonrió, asintió y agachó la cabeza. Había vuelto a sonrojarse.
-A ella le gusta la versión de Naya Rivera. A mí la de Amy.
-Naya le da mil vueltas.
Louis se quedó quieto, se giró hacia su novia despacio y la miró.
-Como vuelvas a decir que alguien es mejor que Amy te juro por Dios que no sé qué te hago.
-La versión de Naya es mejor.
Louis la miró, asintió, se levantó del sofá y se fue a una mesa.
-¿Puedo coger esto?
Una  mujer le dijo que sí.
Llegó extendiendo un fular. Miró a la pelirroja.
-Apaga la cámara, como tengamos pruebas del asesinato me paso el resto de mi vida entre rejas.
Eri se lo quedó mirando.
-Naya. Le da. Mil vueltas.
-¡¿PERO POR QUÉ ME PROVOCAS?!-ladró él. Ella se echó a reír.
-Porque es divertido.
-Vete a la mierda. En serio. Vete a la mierda.
-Venga, Louis, ¿por qué Valerie?
Louis se encogió de hombros.
-Porque es una canción genial. Porque yo también hago una pequeña versión de Valerie en los conciertos. Y porque tienes una voz perfecta para cantar esa canción.
Eri sonrió.
-Qué bonito.
-Ya lo sé-el otro se encogió de hombros, cogió el cuenco de palomitas y se lo pasó a ella-. ¿Quieres?
Ella asintió y se metió una en la boca.
-Puedes hacerle una pregunta, Louis.
Louis la miró. Eri dejó de masticar, preocupada por esa mirada.
-¿Cuál es la mejor versión de la canción; la de Amy, la de Naya... o la mía?
Eri tragó despacio.
-La de Naya.
Louis se quedó helado, mirándola.
-Corre.
-Pero...
-Que corras, te digo.
Eri se descalzó a toda velocidad, se levantó y salió disparada. Louis miró a la pelirroja, se encogió de hombros y se abalanzó en la persecución de la chica.
-¡RETIRA ESO!
-¡NO!
-¡ERES UNA MENTIROSA!
-¡NO ES VERDAD! ¡VEN AQUÍ!
-¡NO!
-¡ERI!
-¡NO!
Cuando se apagaron las luces y un foco la iluminó, ella sonreía. Miró en dirección a los chicos, les guiñó un ojo y pude ver como ellos le tiraban un beso.
Sacudió todo su cuerpo al ritmo de la canción. Bueno, a veces salgo sola, y miro a través del agua...
Cuando acabó la canción, los chicos subieron al escenario, y ella los abrazó uno a uno. Le dijeron algo que nadie llegó a entender, ella se echó a reír. Cogió de la mano a los dos chicos que tenía al lado y los arrastró hacia delante.
-Simon no quiere que canten conmigo porque somos demasiada gente en el escenario, ¿qué pensáis sobre esto?-preguntó ella.
-¡ES LA MAYOR MIERDA QUE HE OÍDO EN MI VIDA!-replicó un anciano. Todo el mundo se echó a reír.
-Esta va por ellos-susurró, dándose la vuelta y encaminándose a un taburete que le habían dejado en el centro del escenario. Se sentó, esperó a que los demás tomaran asiento a su alrededor, y comenzaron a cantar Moments, ella cantando siempre, cada chico acompañándola en su solo correspondiente.
Hasta los jueces se pusieron en pie, los artistas invitados, el público general... todos.
Todos se pusieron en pie para aplaudir aquella chica que lloraba de felicidad al poder cantar una canción tan bonita como Moments con sus cinco mejores amigos.

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