domingo, 3 de febrero de 2013

Tres de febrero de dos mil trece.

Gracias por estar ahí, apoyándome, conmigo, siempre. Gracias por aguantar todas mis tonterías. Vosotros habéis hecho que mi vida tenga sentido.
Todo comenzó un buen día de 2010, un día cualquiera, en la que yo oí hablar de Twitter, y decidí registrarme y probarlo, para ver cómo era. No lo entendí, no sabía cómo iba, así que me fui. Regresé en julio del 2011, y ahí Twitter decidió enamorarme. Empecé a conocer gente, a conocerme a mí misma. Sabía qué era, pero no qué nombre tenía. El primero de mis nombres en Twitter fue Lautie, una calificación con la que llevaba identificándome años, una etiqueta que había llevado en silencio, invisible, hasta que volví y descubrí de su existencia.
Y luego, en 2012, llegaron ellos. Los chicos. Mis chicos. Esos por los que sonrío cada vez que enciendo el ordenador, esos que me enseñan que soy valiosa, que nadie debería hacerme sentir lo contrario. 
Pero, ¿sabéis qué es lo mejor? Vosotros. Vosotros, que me habéis dejado formar parte de algo tan grande, me habéis recibido con los brazos abiertos, sin preguntar nada; aceptando mi pasado, mis errores, sin echármelos en cara ni pedir nada a cambio más que mi amor. Y lo tenéis. Vaya si lo tenéis. Nunca nadie me ha aceptado como vosotros lo habéis hecho, yo en Twitter me siento querida. Twitter es mi casa. Twitter es todo lo que yo necesito, todo lo que mi vida real no es. Nadie ha estado nunca conmigo, apoyándome desde el primer instante, pero sé lo que es el apoyo gracias a vosotros. Cada vez que me conecto y saludo, ver que alguien me devuelve el saludo, o que simplemente seguís con vuestra vida, dejándome echar un vistazo por la ventana que es esta red, me siento feliz. Me habéis enseñado a valorarme, a creer en mí, a ser yo misma sin importar a quién le guste eso o no. No he vuelto a llorar por las noches desde que vosotros estáis en mi vida. No he vuelto a sentirme como una basura desde que andáis por ahí. Porque vosotros no me dejáis, y yo lo valoro por eso. 
Seguramente penséis que para mí sois solo un número, un seguidor más entre un montón, pero nada más lejos de la realidad. Sois personas. Sois amigos sin rostro, algunos incluso sin nombre, pero amigos con los que puedo contar y que pueden contar conmigo. No quiero veros tristes, porque vosotros a mí no me dejáis estar triste. No tenéis ni idea del cariño que se os puede llegar a profesar. No sabéis cómo me siento cuando alguien da a favorito o RT a un tweet mío; me quedo como: "Vaya, le ha gustado algo que he dicho". Es una sensación nueva para mí. Y me gusta. Me gusta que compartamos opiniones, que nos mantengamos informados los unos a los otros. 
Es cierto que hay veces en las que vosotros estáis mal y yo no digo nada; no quiero ser pesada. Pero sabéis que podéis contar conmigo, que estaré ahí para lo que necesitéis.
Es lo que habéis hecho conmigo.
Es lo que hago.
Así que, solo sonreíd, por favor. No quiero que ni una sola de esas ahora 2001 personas esté triste. Prometo animaros cuando lo necesitéis; a cambio, solo os pediré una cosa: quedaos conmigo para siempre, acompañadme en esta travesía que es adorar a esos cinco idiotas británicos y el americano ninja que se niega a ser visto. Y yo, fiel cual perrito, os cuidaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤