El representante de Leonardo DiCaprio le dijo en los
albores de su carrera que probablemente lo mejor fuera que se cambiase el
nombre. A algo más “americano”. Más fácil de recordar. Que sonara menos
extranjero y exótico.
Pero se mantuvo con su nombre, menos americano, más
extranjero y exótico, más difícil de recordar.
Su nombre ahora es inspiración, producto, garantía de
calidad.
Algo parecido me sucede a mí: escribía como por inercia,
manteniendo una historia para obligarme a mí misma a tener una rutina, estar
ocupada y no abandonar algo que me encantaba. Hasta que conseguí algo, a
alguien, que ha hecho que llegue a casa casi corriendo, que me moleste perder
el tiempo que echo esperando el bus cada día, que haga que me acueste más tarde
de lo que lo hacía antes, por el simple hecho de permanecer pegada a su
ordenador, siendo su esclava y dándole vida a la velocidad a que le permiten
mis dedos.
Puede que las musas no lleguen al principio, pero si tu
material te gusta, acabarán llamando a tu puerta y hablándote al oído en
susurros mientras el resto de la gente se dirige a ti a voces, mirándote a los
ojos, vigilando que no te distraigas.
Y harán que, de noche, ya no seas la protagonista de esos
escenarios antes de dormir, sino que tu mente siga trabajando a la velocidad de
la luz, intentando descifrar los enigmas de esta historia.
Me ducho y me dejo el pelo secando al aire porque esos
minutos en los que estoy con el secador, al margen de que me destrocen la
melena, no estoy hablando como lo haría Scott.
Tengo el móvil en la mesilla de noche y le bajo el brillo
al mínimo, para que cuando se me ilumine otra escena, los ojos no me ardan al
transcribirla.
Mantengo siempre cerca un bolígrafo y el archivador, por
si acaso no puedo permitirme encender el ordenador y apuntar las cosas que se
me van viniendo a la cabeza.
La religión que las vio nacer, crió y alimentó puede
haber desaparecido hace mucho tiempo, pero las musas jamás habían estado tan
vivas. Son una bendición, un milagro de aquella época en la que los dioses
caminaban por la tierra, mantenían relaciones con humanos y daban lugar a seres
divinos, a los que no puedes hacer otra cosa que adorar y temer.
Adoro y temo Chasing
the stars. La adoro, porque me ha
devuelto la ilusión de teclear, ir cada vez más rápido hasta que los programas
que utilizo no sean capaces de seguir el cómputo de palabras, los documentos se
vuelvan demasiado largos y cada vez más pesados. Las páginas vuelan como los
chicles en un patio de colegio.
La temo, porque ya no me cabreo cuando no hay internet y
no puedo ver una película. No pasa nada, eso es más tiempo para escribir. Me está
absorbiendo; es una estrella gigantesca que arrastra hacia sí todo lo que
encuentra en su campo gravitacional. Porque no me deja escribir otras cosas,
hace que mi estómago se retuerza incluso por “perder el tiempo” variando un
poco y escribiendo esta entrada.
Hoy, no voy a subrayar apuntes, a pesar de que voy
retrasada con mis planes. Ni siquiera aprovecharé las tres horas que quedan
hasta que salga con mis padres a ver un musical para ver una película y, en
lugar de tener 124 pendientes, tener 123.
Me pelearé con acentos, comas, exclamaciones e
interrogantes hasta que haya terminado de exprimir mi dosis de jugo diario. Escribiré
sobre sexo y drogas sin haber probado ninguna de las dos cosas; hablaré de
gente que no existe en la realidad, pero que en mi cabeza están más vivos que
personas a las que conocí (o, mejor dicho, dejé de conocer) hace mucho tiempo.
Es lo que ellas quieren, y no soy más que una esclava de
las musas. Al igual que DiCaprio es esclavo del exotismo de su nombre.
Ojala esas musas nunca dejen de llegar.Adoro como escribes, como describes las cosas y como te expresas. Espero que nunca dejes de escribir, porque te juro que me tienes enganchidisima. Espero que algún día vaya a una librería y este algun libro tuyo. Te prometo que lo comprare y recordare como empezaste. Alimenta a las musas lo maximo que puedas para que nunca se vayan.
ResponderEliminarAy por Dios, eres CUQUÍSIMA. Intentaré tratarlas bien el mayor tiempo posible, la verdad es que me gusta esta relación que mantenemos ellas y yo. ♥
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