lunes, 8 de septiembre de 2014

Diecisiete más uno.

Hola, Eri del futuro. No voy a preguntarte si ya has conseguido lo que queríamos cuando escribiste esto. Sé que será duro. No quiero meterte más presión, como tampoco quiero que olvides por qué hacemos lo que hacemos: para volver a ser la niñita feliz de ahí abajo. Y para ello necesitamos mucho más, no nos basta con una tarde de juegos. Pero confío en ti, sé que estás trabajando en ello. Nunca hemos sido de las que nos rendimos fácilmente.
Aunque sí te voy a pedir una cosa, la cosa por la que estoy aquí ahora mismo, cuando empezó un nuevo proyecto de vida, cuando se supone que comenzaste a ganar libertad y conseguiste salir de las cenizas para que te bañara la luz natural: me gustaría que volvieras cuando lo consiguieras, para recordar qué se sentía en tu pasado, que es mi presente, con lo que sentirás después, en mi futuro, que es tu presente.
Espero que no hayas cambiado la url del blog. Dios, si ya no es californianraspberry, háztelo mirar, tía. Estoy escribiendo esto con el tema blanco y azul que pusiste hace dos días, y con Bulbasaur dando brincos emocionado en el fondo.
¿Que por qué te digo esto? Porque las dos sabemos que es importante recordar. Recordar y estar agradecida de lo que tienes. Es imposible que llegue a ser tú si alguna vez dejo que lo que me ponga triste sobrepase a lo que me hace feliz. Como, por ejemplo, la cantidad de felicitaciones que hemos recibido hoy. ¿Recuerdas lo que te hicieron sonreír? ¿Cómo no esperabas tantas? ¿Cómo no te diste cuenta hasta ese momento de que gente a la que no conocías de nada se había ganado un huequecito en tu corazón, por pequeño que fuese, y lo maravilloso que te pareció?
O los minutos previos, mientras veías Sexo en Nueva York 2, en los que twitteabas nerviosa que no querías crecer. No querías y no lo hiciste, créeme, en un día no se pierde la mentalidad de una alcachofa cocida que está contenta por vivir. O cómo decidiste ver Aladdín al día siguiente, porque, si fue tu película favorita, ¿qué menos que volver a verla cuando se supone que ya no eres una niña?
Pero no quiero recordarte sólo eso, sino todo lo que te ha pasado este año que acabamos de dejar atrás. Los 17 han sido geniales, ¿no te parece? Ir a Madrid a verlos en directo, constatar que "no son píxeles, son células", que Louis es mucho más pequeño de lo que parece y que tú no dejabas de darle en el brazo a Irene mientras decías "Dios, Dios, qué pequeño es; míralo, es tan pequeño", o cómo bailabas con Mayte en las canciones anteriores a que las luces se apagaran y se encendieran los sueños, o cómo pisaste tu cámara de fotos en el Retiro (eres extremadamente subnormal) cuando estabas en las barcas con Cris e Ire. Cómo os llevó la primera de tour por Madrid, enseñándooslo todo, cómo os abrazasteis cuando os visteis, cómo te enumeraba los famosos que había visto en aquella ciudad.
(Espero que hayas podido trabajar con alguno).
O cómo te embarcaste en una odisea muy diferente al instituto. No era la que tú querías, pero, ¡eh! Somos luchadoras, ¿no es así? Sobreviviste e hiciste lo que querías, a lo que estabas destinada. Espero que así fuera, espero no equivocarme.
Espero que recuerdes todo, en mayor o menor medida. Cómo se empezaron a resquebrajar amistades que llevaban años gastadas y cómo finalmente entre las dos la rompisteis, y cómo supiste dar las gracias cuando las cosas dejaban tu vida. Una de las cosas que conlleva madurar es que aprendes a soltar lastre y a distinguir las corrientes de aire que te harán subir más alto, más rápido, y te transportarán a lugares con mejores vistas.
Tu agobio escribiendo, la primera vez que acabaste una novela, la satisfacción y la tristeza que eso conllevó.
A tus amigas, Laura, Irene, Cristina, Ángela, Rosana, Celia, que te apoyaban tanto, y creían en ti cuando tú no lo hacías.
A tu segunda familia, la mejor de todas: el grupo de teatro, al que tuviste que dejar, porque eras una lechuza anciana en un nido de polluelos, y porque era momento de dejarlos solos en ese precioso y cómodo nido que era el escenario. Todavía duele cuando pienso que ya no voy a subirme a un escenario con ellos otra vez.
A las "Eritioners" (dime que has sonreído con esa palabra, por favor), que tanto te animaban y a las que, estoy segura, algún día dejarás orgullosas. Salomé, Irene, Raquel, Celeste, Clara, Marta, Lu, y Lidia.
A tus amistades de Internet, con las que espero no hayas perdido contacto del todo: Vir, Lara, Kinder, Inés, Sandra, Mirella, Ari...
Los viajes, la fiesta de graduación en la que te lo pasaste mejor de lo que esperabas, las lágrimas cuando trataron de engañarte y te dijeron que tu sueño, el único que tienes, el auténtico sueño, podía ser un hobby. Si lo has conseguido y no te has acordado de poner en su sitio a ese cabrón, lo siento, querida... pero necesitamos otro. Necesitamos venganza.
A Louis. Por favor, por favor, nunca te olvides de Louis, porque sabes todo lo que nos ha enseñado, cosas que tú ya sabes pero yo aún desconozco. A los chicos, la canción que te dieron hoy (i roll and i roll and i roll till i change my luck),a Meryl, a Leo, a Rowling, a Emma, a Logan, a Jennifer. Aquellos a los que admirabas y los que te animaban a parecerte a ellos, los que hacían que te mirases en el espejo y, algunos días, vieras en tus ojos a una chica que se sabía privilegiada por ser la primera en saber de su propia existencia.
Lo que te esforzaste por cambiar, y cómo lo fuiste consiguiendo poco a poco. Cómo te apetecía más sonreír ahora que tus dientes volvían a estar desnudos. Cómo con cada gramo que perdías se doblaba tu confianza, cómo un día subiste una foto de cuerpo entero y te sentiste bien por primera vez en mucho, muchísimo tiempo... eso es algo que no tiene precio.
Pero también recuerda que lloraste y lo pasaste, ¿quieres? Que lloraste al perder a una amiga, que lloraste cuando te engañaron, que llorabas de noche ante lo que se te venía encima, y llorabas de rabia cuando te decían que no te merecías ir al concierto; el fuego en la garganta cuando todos venían a por ti por dar tu opinión (tu opinión por ser artista no valdrá JAMÁS menos que las de unos que están estudiando el "bachiller de los listos", porque, corazón, la medicina será necesaria para sobrevivir, pero sin arte el mundo está jodidísimo), el picor en las manos cuando querías cruzarles la cara a tus padres por destrozarte tanto y todavía exigir que te comportaras como un terrón de azúcar cuando claramente eras un revuelto quemado.
Recuerda todo lo que puedas: tanto las Navidades sin regalos como los cumpleaños con ellos. Recuerda cuando puedas, sea bueno o malo, porque las cosas buenas son nuestro apoyo, pero las cosas malas son lo que nos hacen realmente fuertes. Realmente quienes somos.
No olvides jamás qué fuiste. Hija, hermana, amiga, estudiante, luchadora, fangirl. Ser humano profesional.
Pero, sobre todo, el espermatozoide ganador. Y eso, de las millones de tús que había posibles, sólo lo has conseguido tú. Sabe que eres única como todos lo somos, a nuestra propia manera.
Gracias por volver,
aunque nunca te hayas ido.
"I'm not a queen; I'm a khaleesi" *



6 comentarios:

  1. Esto me ha hecho llorar casi tanto como tfios :')

    Pd: que mona eras de pequeña awww

    ResponderEliminar
  2. Qué bien escribes jodía :')
    (Y que cumplas muchos más<3)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rosi sarvahe, wapa, muxa jrasia
      (Muchas gracias mi amol <3)

      Eliminar
  3. Joder Eri,¿sabes que estoy llorando y no lloro con casi nada no? Que bonito,(aunque lo esté leyendo un par de dias después,se me perdona) y sí,me he emocionado cuando he leido mi nombre bueno,que te tengo mucho cariño vale y me he puesto sentimental por tu culpa te odio <333333333333

    ResponderEliminar

Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤