viernes, 5 de septiembre de 2014

No puede ser "electrónico" si es un "libro".

¿Qué nos está pasando? Hemos cambiado tantas cosas de nuestro modo de vida que casi no nos reconozco. Ya nos nos miramos a los ojos para ver si las cosas que nos decimos son verdad. En lugar de eso, nos dedicamos a fruncir el ceño mientras nuestros ojos tratan de descifrar sarcasmo en un emoticono que ha aparecido en la pantalla de nuestro móvil.
Ya no nos acercamos y pedimos con las mejillas ardiendo y el estómago congelándose el número de esa persona que nos ha llamado la atención. Ahora, estiramos el brazo con la cámara vuelta hacia nosotros, y rezamos porque en la foto grupal de Facebook aparezcan el nombre y los apellidos bajo esa cara tan peculiar, para poder mandarle una petición de amistad, y así saber qué pinta tenía, con quién andaba y qué pensaba cuando tenía 13 años.
No quedamos una tarde para organizar unas vacaciones, sino simplemente hacemos un grupo de WhatsApp y hablamos por allí, cada uno en su casa, y el plan en la de todos.
No llevamos al día un diario, sino que tenemos un blog donde subimos nuestras reflexiones, a veces acompañadas de fotos, y deseamos que alguien nos deje un comentario. (sí, es una indirecta)
Ya no necesitamos la confianza de los demás; ahora basta con dar prueba de que alguien no es lo que parece, y de que de nuestra boca no salen mentiras, a base de enviar capturas de pantalla de una conversación supuestamente privada.
Ya no hay citas en las que se va al cine a acercar un poco más las manos a las del otro al amparo de la oscuridad, porque ahora las citas se reducen a batallas de lacasitos amarillos con mil y una muecas, a veces cariñosas, otras no tanto, que ya no preguntan "¿quieres salir conmigo?", sino que lo dan por sentado.
Los bolígrafos ya no rasgan páginas de cuadernos ansiosos de escuchar lo que nuestra mente les susurra; ahora son los dedos los que desgastan las teclas de un ordenador.
Ahora, nuestros nervios y preocupaciones se reducen a últimas conexiones, oraciones para que no nos nominen al reto de turno, intentos de ser el primer retweet de tal famoso, o ser a quién más celebridades sigan, quién hace más fotos y mejores en sus vacaciones más lejanas, y quién consigue más "me gusta" en una autofoto más retocada que las obras de los profesionales.
Se han extinguido los paseos otoñales con la bufanda en el cuello y las manos en los bolsillos, los pies enfundados en botas que separan las hojas cual quitanieves. Lo que se lleva actualmente es acurrucarte junto a la ventana, abrir Youtube y pasarte media tarde viendo cualquier vídeo.
Las estanterías de las librerías se vacían, y no porque haya más demanda, sino porque las páginas se han convertido en simples píxeles, el papel sigue en alguna fábrica, esperando otro uso, porque los portales de descarga de libros electrónicos (¿por qué les llaman "libros"? Son las historias; el libro de verdad, el auténtico libro, es el continente, no el contenido), donde ya no se dobla la página que contiene esa frase tan interesante, que cambiaría el mundo si pudiésemos recordarla. Y los marcapáginas, los pobres marcapáginas, agonizan en la oscuridad ante el uso de la memoria del aparato en cuestión, que recuerda perfectamente en qué línea dejamos la lectura.
Lejos quedaron las largas esperas a que llegue ese día de la semana en la que echan tu serie predilecta, y ya han pasado a mejor vida aquellos "cuando haya anuncios, voy al baño". ¡Qué cómodo es ver las series online, cuando quieres, en el idioma que elijas, y detener el capítulo cuando necesites algo, no importa si es en los créditos, a dos minutos del final, o precisamente a mitad exacta del capítulo!
Nuestra granja virtual y los animales que en ella habitan son más importantes que sacar a pasear a nuestro perro, jugar con él a lanzarle pelotas, dejar que nos colme con su amor mientras le rascamos detrás de las orejas.
Antes competíamos por ser quienes más sabían, quienes mejores amigos tenían, quienes más secretos ocultaban y quienes más disfrutaban sin que los demás se enterasen. Se lloraba cuando un amigo se mudaba, se prometían cartas y se escribía cada detalle de la vida. Sin embargo, ahora hay gente que espera cinco meses para abrazar a su mejor amigo, aquella persona a la que no había visto en persona hasta entonces, pero con quien tan bien había conectado... sin necesidad de saber cómo era su letra.
¿Cuándo nos hemos vuelto así? ¿Cuándo empezamos a ser nosotros los accesorios de un móvil, y no el móvil nuestro accesorio?
Nos estamos entregando al mundo a cambio de la aceptación virtual de éste, sin darnos cuenta de que, al ser un poquito más del planeta, somos un poquito menos nuestros.

16 comentarios:

  1. Por favor dime que te puedo aplaudir por escribir esto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradecería que no me aplaudieras en la cara, es lo único que te pediría :)

      Eliminar
    2. JAJAJAJA vale eso lo puedo hacer, tengo suficientes neuronas para hacerlo

      Eliminar
    3. Pues muchísimas gracias JAJAJAJJAJAJA ♥

      Eliminar
  2. Deja de escribir así que no quiero estudiar a más filósofos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Awwwwwwwwwwwwwwww todavía no tengo esculturas de mi busto así que no te preocupes, la cosa irá para largo :) ♥

      Eliminar
  3. Bueno pues Eri, te sigo en twitter desde hace bastante tiempo y siempre he pensado que eres una persona genial, que lucha por lo que quiere y tiene sus ideas bastante claras. No se como expresar lo mucho que me ha gustado esta entrada, es increíble como una persona de 17(? 18(? años, no lo sé, puede expresarse tan bien y darse cuenta de estos ''defectos'' del mundo. Solo espero que sigas escribiendo así de bien y que te vaya todo genial porque te lo mereces.

    pd: louis te quiere

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, querido/a anónimo/a, de veras ♥
      De momento tengo 17 años, cambio de edad pasado mañana, pero yo creo que es precisamente por ser joven pero haber vivido cuando nadie sabía lo que era un móvil (correción: cuando los móviles eran juguetitos colgando de la pared) que me doy cuenta de esto. Es la gente de mi edad la que empezó con este vicio obsesivo, y yo creo que todos, en el fondo, se dan cuenta de ello. Unos lo admitimos, otros se niegan a hacerlo, pero es parte del ser humano avanzar en la tecnología. Otra cosa es que ella nos termine controlando a nosotros (que es lo que está pasando, pero no sólo ahora, sino desde la Revolución Industrial, cuando la gente comenzó a perder su trabajo en detrimento de las máquinas que lo hacían mucho más rápido a cambio tan sólo de luz, no de un salario).
      Muchísimas gracias por todo, de verdad, sobre todo por ese "posdata", aunque él no me quiera a mí, sí que sé que me quiere dentro del conjunto de las fans. Al fin y al cabo, les pagamos la luz y el agua cada mes, ¿no? ;)

      Eliminar
  4. Me encanta todo lo que escribes, eres increíble. Tienes una forma de pensar que, no sé, me recuerda a los filósofos, llámame loca. Y, la verdad, tienes mucha razón en lo que dices en esta entrada.
    (La última frase me ha enamorado por completo)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eres el segundo (creo que eres una chica pero, como no estoy segura, hay que utilizar el género masculino porque bibahn los maxos bibah españa!!!1!!) y no sabes cómo me encanta que me digáis estas cosas, de verdad, ¡gracias! Es muy tierno que me penséis así.
      (Y la última frase es mi favorita, creo que es la mejor de la entrada; debería haberla puesto de título pero... el que tengo está también bastante bien, ¿o no? :3)

      Eliminar
    2. Soy chica, sí. (Bibah, bibah!)
      El título de la entrada es perfecto, muchas gracias por contestar mi comentario.

      Eliminar
    3. ¡Bibahn las mujeres!
      No, gracias A TI por comentar. Me encanta que la gente lo haga ♥

      Eliminar
  5. En serio, esto es tan verdad que asusta, hoy en día no somos más que productos de aparatos electrónicos, y en gran parte es estúpido, pero también hay algunas ventajas, por ejemplo, la que has dicho de esperar meses para conocer a tu mejor amigo, en realidad lo bueno se hace esperar. En mi caso, si no hubiera encontrado amigos por twitter ahora estaría sola y hundida. Pero eso es una cosa, hay un par más.
    Aún así, de lo que va esta entrada, que somos los accesorios del móvil.
    Me ha encantado, en serio. Escribes genial.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En mi opinión, en esa parte de la entrada concretamente estaba siendo especialmente crítica. Para mí una amistad no es tan fuerte si no hay contacto físico, si no se pueden hacer cosas juntos, como ir al cine o pasear por el parque mientras compartes una bolsa de golosinas. Es cierto que tus amigos de internet te brindan mucho apoyo (a mí me lo llevan brindando dos desde hace como 4 años, por lo menos, y están muy alto en mi "lista de amistades", por así llamarla), pero no es lo mismo. Te hace ilusión conocerlos, por supuesto (he conocido a una de ellas este verano y awwwwwww ha sido genial, de verdad, nos abrazamos y hablamos como si nos conociéramos de toda la vida), pero siempre tengo ese pensamiento en el fondo de la cabeza que me dice que, como no están conmigo las 24h del día, y sólo hablamos de una u otra manera, que restringe mucho el contacto, no me conocen tanto como mis amigos offline.
      Pero sí, son geniales. Hay cosas buenas y cosas malas, como tú bien dices, en todo :3
      ¡Muchas gracias por tu comentario!

      Eliminar
  6. Totalmente de acuerdo contigo, veo a niños pequeños, jugando con el móviles, consolas... y me da pena, la ilusión que nos hacía antes a nosotros que nuestros padres nos dejaran salir a jugar con nuestros amigos, con la pelota, o sin ella, cualquier cosa con tal de salir fuera y jugar con tus amigos, aprovechábamos todas las oportunidades posibles para no estar dentro de tu casa, y ahora los niños, y no solo los niños, los adolescentes buscan cualquier momento para coger la consola, el portátil o lo que sea. No aprecian lo que es tener una bicicleta, un parque donde jugar...quieren electrónica, y ya, ni jugar junto con los amigos, ya se conectan por internet, y juegan justos pero desde sus casas, cada uno en su habitación aislado, aprecian, y apreciamos más un ordenador que pasar tiempo con nuestro amigo, veo a gente comiendo, en pareja, en grupo y cada uno esta con su móvil, y me da pena, porque nos están están consumiendo las tecnologías en vez de nosotros a ellas. Nos aislamos en nuestra habitación sin apreciar nada que haya fuera de ella, ni de la casa en sí, ni paseos, ni ir al cine, ni siquiera quedar en casa de los otros, nada, y es triste cada vez que lo pienso. Es que veo a niños de 3 4 5 años ya sabiendo utilizar un móvil cuando lo que yo quería y lo que queríamos todos a esa edad era jugar con las muñecas es que, Dios, como has dicho tu, somos los accesorios de un móvil.

    Si, soy myskyisniall, que he copiado y pegado xd

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No puedo creer que te haya hecho copiar y pegar los tweets aquí, de verdad, JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA soy malévola.
      Es muy triste lo de que haya críos de 3/4/5 años usando ya móviles, dándole de comer a Pou o tonterías de ese estilo. Hola, es un NIÑO, debería estar jugando con pelotas, ensuciándose en el parque, cayéndose y haciéndose daño en las rodillas, porque en eso consiste la infancia; así fue mi infancia, y creo que así son todas las infancias como Dios manda.
      Lo único que se consigue realmente conectando a los críos a esta edad es que no regulen bien y sepan separar las relaciones tecnológicas que las interpersonales, que son mil veces mejores a las primeras. Yo sinceramente prefiero un abrazo o un beso a dos millones de "me gusta" en Facebook, Instagram, Youtube, o Twitter (en cuyo caso son favoritos o retweets, pero creo que se pilla bien).
      Es triste, y me da rabia que los padres, que se supone que son mucho más maduros que los pequeños, no se den cuenta de ello, o le resten importancia. Hace que me cuestione si realmente son ellos los "maduros" en el grupo.

      Eliminar

Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤