Le di unos toquecitos a la botella vacía y bufé. Miré a los demás.
Volví a darle toquecitos, y el cristal volvió a emitir el mismo tintineo de
antes.
Estábamos sentados
en mesas, en círculos, de forma que pudiéramos vernos todos la cara. Pero yo
tenía la sensación de que, aunque de vez en cuando algún par de ojos se posaban
en mí, en realidad no había nada interesante.
Todos estaban
demasiado ocupados cantando, riéndose de las tonterías de Eri o Louis (o de
Louis y Eri, también era justo reconocer que eran geniales juntos), o silbando
cuando Harry cogía a Noemí y le comía la boca. Literalmente, además.
Desee ser Noemí. Y
que Harry fuera Liam. O sea, no es que no me gustara Harry Styles (no es feo el
chaval, ni nada), pero Liam es Liam. Me pregunté si le pasaría lo mismo a
Erika, pero al verla canturreando mientras Niall arañaba su guitarra (dios,
pobre guitarra, menudos viajes le estaba pegando), sacando un par de acordes.
La música era bastante buena dada la mangada que tenían todos.
Aunque yo era la
que peor estaba, seguro. Miraba a los chicos y me daba la impresión de que los
veía a través de un charco, porque de repente, Erika se movía y se producían
ondas a su alrededor, Zayn se echaba a reír y la cara le vibraba de un modo
rarísimo...
Ah, espera. Erika
no había bebido. "El alcohol engorda mucho, y nenas" se golpeó los
glúteos "Eri tiene grasa de sobra". Noe y yo nos reímos, claro que
nos reímos. Eri podía llegar a ser muy cómica.
Y Liam, por
supuesto que también estaba sobrio. Su riñón no se lo permitía, aunque llevaba
una temporada pensando que ni aunque pudiera beber lo haría. Era demasiado
maduro.
-Chicas, mirad
esto-nos había dicho Eri hacía un tiempo, sujetando su iPhone, al que le
faltaba el botón de silencio. Nos mostró la pantalla de Twitter, y nos leyó como
si fuéramos bobas-. "Harry es el borracho sexy, Louis es el borracho
gracioso, Zayn es el borracho triste, Niall es el borracho gritón... y Liam se
asegura de que todo el mundo llegue a casa sano y salvo".
Más risas.
Liam se asegura
de que todo el mundo llegue a casa sano y salvo.
No tenía todas mis
facultades para pensar, sentía que me tambaleaba. Pero fue esa frase la que me
llevó a beber como una condenada. Me parecía vagamente que ya me había
cepillado un par de botellas de no sé qué bebida (aunque en realidad esa mierda
era alcohol líquido, puro y duro), solo con la esperanza de que Liam me llevara
a casa sana y salva. Él de
vez en cuando me miraba, y me sonreía. Yo lo intentaba, pero esa parte que no
estaba borrachilla de mí sabía que estaba haciendo una mueca horrible.
Menuda berza
llevas encima, Alba. Pareces tus "amiguitas".
Me eché a reír
ante esa ocurrencia. Me sentía como mis "amiguitas" en ese momento.
Eri se levantó de
su sitio (al lado de Louis, cómo no) y se acercó hasta mí.
-Niall-dijo, mirándome-. Hagamos sufrir un
poco a Alba.
-¿Cómo?-preguntó el irlandés. Entonces, mi
amiga se giró y le dijo algo al oído. Los ojos de Niall chispearon de alegría.
Por un nano
segundo de ingenuidad, pensé que me iban a tocar algo de BTR, pero destrozando
la canción.
-¿Sabes los acordes?
Niall fingió
ofenderse. Le tendió una mano con el ceño fruncido.
-Niall James
Horan, para servirla, milady-Eri echó la cabeza hacia atrás y soltó una
carcajada. Todos sonreímos cuando Niall le cogió una mano y se la besó, muy a
lo caballero británico del Titanic. A continuación, Niall volvió a sentarse,
Eri se colocó a su lado. Empezaron a sonar los primeros acordes, que me
resultaban familiares.
-Skies are
crying, I am watching-empezó Eri, y en seguida todos la corearon. Me reí
más fuerte. Claro. Demi, mi amiguita del alma.
-Te odio, Erika
López. Te odio.
Ella se limitó a
hacerme un corte de manga mientras entonaba: Do
you have to make me feel like there's nothing left of me?
Así me sentí en
ese preciso momento, como si no hubiera nada dentro de mí. Porque mis amigas
tenían a sus chicos para ellas, pero Liam pasaba de mí. Porque ellas lo estaban
pasando bien, una un poco chispa, sí, pero seguramente podría caminar
"colocando el talón delante de la puntera del otro pie", como había
dicho Erika en la escena de su obra del año pasado, pero yo me limitaba a
amargarme con unas botellas vacías de un vino o lo que mierdas fuera eso
barato. Porque Liam, sí, el del tick
que verificaba su cuenta de Twitter, Liam Payne, el de One Direction, el chico
que siempre cantaba los primeros versos y al que yo adoraba, pasaba de mí.
Y, después,
el rasgueo que todos los presentes conocíamos bien. Liam sonrió, y empezó
a cantar.
-You're
insecure, don't know what for-a continuación, aunque no era la parte de los
demás, todos siguieron a Liam con los primeros versos de What Makes You Beautiful.
Todos, claro,
salvo la depresiva de Alba. Vamos, salvo la aguafiestas de mi persona.
Porque en ese
momento me di cuenta de que nadie me echaría de menos si me largara.
La puerta de la
Casa del Pueblo (el edificio en el que estábamos, con una única habitación de
25 metros de largo y 10 de ancho, con una barra en un extremo protegiendo las
bebidas alcohólicas y demás alimentos, y una cocina adosada sin puerta en el
otro), como Eri la llamaba, se abrió. La puerta, al moverse, arrastró un par de
botellas de Coca-Cola (ya estaba lo suficiente cabreada como para seguir
emborrachándome y cabrearme más) que chirriaron. Ni siquiera miré atrás, tal
vez quien fuera quisiera tomar el fresco, a solas.
Ah, espera,
Alba. Eres tú la que está tomando el fresco a solas. Que coja turno.
-Alba-me llamó él.
Ni siquiera me giré.
-Liam.
-¿Por qué no estás
dentro?
Entonces sí que me
giré. Lo miré con ojos vidriosos, deseando, por primera vez en toda mi vida,
darle una bofetada a uno de mis ídolos.
-Hace
calor-respondí, aguantándole la mirada. Pareció dudar un momento si volver a
entrar y dejarme en paz, o quedarse conmigo para averiguar qué pasaba. Se
inclinó por lo segundo. Se sentó en las escaleras, al lado de mí, casi tan
cerca que podíamos tocarnos, pero no lo suficiente para hacerlo
involuntariamente. Bajé la vista hasta la botella que tenía entre mis
manos.
¿Por qué no
eres de ron en vez de Coca-Cola? preguntó Jack Sparrow dentro de mí. Luché
con todas mis fuerzas para no sonreír, pero perdí la batalla. Afortunadamente,
él no se dio cuenta; o fingió no dársela.
-Te lo preguntaré
otra vez, Alba: ¿por qué no estás dentro?
Me lo pensé un
momento. Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Yo estaba
borracha.
Y las tenía todas
conmigo pensando que para él era una niña.
Decidí contarle la
verdad.
-No estoy a gusto
dentro-murmuré, con un hilo de voz. Oh, genial, ahora era una niñita desvalida.
-¿Por qué?-Liam se
inclinó hacia mí, y su hombro tocó el mío. Traté de no volverme loca,
abalanzarme sobre él y violarlo en las escaleras.
-Siento que ahí
está pasando algo de lo que yo no formo parte-dije, alzando la vista y mirando
las estrellas. Lejos se oía la música de la fiesta del pueblo de Eri. Aunque,
si ella estuviera en esas escaleras, con nosotros, oiría ruido "de Manolo
escobar", pero ruido al fin y al cabo.
-Eh-me llamó, y yo
le miré-, somos un grupo, Alba. Todos formamos parte de ese algo que pasa ahí
dentro-hizo un gesto con la cabeza hacia las puertas, donde ahora Harry y Eri
discutían acaloradamente si Harry Potter debería tener su propio musical. Eri
chillaba que Harry tendría que ser Harry (ok, como diría Louis,
weeeeeeeeeeeeeeeeeeeeird), mientras que Harry bramaba que Daniel Radcliffe
debería cantar su papel.
-NO ME JODAS, TÍO,
ES IMPOSIBLE QUE CANTE NADA-gritaba mi amiga-. ¿TE LO IMAGINAS? VOLDY, VOY A
MATARTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE-hizo vibrar sus cuerdas vocales para
darle distintos tonos a tantas "es".
-QUE NO PIENSO ESTAR INVOLUCRADO EN NADA EN LO QUE NO ESTÉ EMMA
WATSON, PORQUE AL FIN Y AL CABO ES COSA DE ELLOS-gritaba él.
-No, Liam-negué
con la cabeza-. Vosotros, los chicos, sois el grupo. Nosotras, las chicas,
somos otro. Tal vez dos de nosotras hayan pasado fácilmente a ser parte de One
Direction, pero conmigo no va a ser tan fácil.
Liam asintió,
enfadado.
-Porque somos One
Direction y no Niall, Harry, Louis, Zayn y Liam, ¿no?
-Sí... o sea, no.
Joder...-enterré mi cara entre las manos; él no se movió.
-Tal vez sea ese
tu problema, Alba.
-¿Cuál es mi
problema, Liam?-dios, Eri, muchas gracias por hacer esas burlas cínicas
delante de mí. Truco útil.
-Que para ti
somos simplemente ese grupo de chicos que canta, y no un grupo de amigos como
otro cualquiera-fue subiendo la voz a medida que hablaba. Fue la primera vez
que lo veía gritar. Y eso que no había visto pocos vídeos.
-¡Para ellas
también lo sois!-bramé yo. ¿Quieres
gritar, Liam Payne? Porque soy la ama gritando.
-Pues qué bien lo
disimulan-espetó.
-¡Porque son
actrices! ¡Van a teatro!-protesté.
-¿Y qué tiene que
ver eso? ¿De verdad me estás diciendo que Eri y Noe son unas falsas, y están
actuando con nosotros, solo para conseguir algo?
-No, pero
Eri...-me mordí la lengua.
-Eri, ¿qué?-gritó
él. Ahora sí que lo había cabreado, por lo que lo estaba llevando era por un
sitio que él no quería pasar: Liam no soportaba que los amigos sacaran los
trapos sucios de los demás.
-Eri... tiene
complejo de diva...-balbuceé-, y...
-Oh, guay. Ahora resulta
que Eri se metió ella sola en aquel bar, se sentó en nuestra mesa, porque tiene
complejo de diva y quiere un condenado Oscar, ¿no? Claro, y One Direction es la
manera de conseguirlo. ¡Espera!-se burló-. ¡Tal vez por eso esté discutiendo
con Harry sobre un musical de Harry Potter! ¿No querrá ser Ginny Weasley,
verdad?
-¡Eri cree que se
merece ser amiga de famosos y codearse con gente como vosotros por ese complejo
de diva que tiene!
Liam se quedó en
silencio, atravesándome con la mirada. Nunca pensé que unos ojos tan bonitos
pudieran doler tanto.
-Tal vez es que
ella realmente se merezca ser amiga de "gente como nosotros". Tal vez
Noe también, y tú no-sentí cómo se me encogía el corazón con sus palabras.
-Soy la mayor, y
creo que soy la que más sé de la vida, porque...
-Alba-alzó las
manos-, mira, tienes... ¿Qué? ¿16? Solo les llevas unos meses. Cuando les
lleves lo que os llevo yo, o sea, 4 años... O incluso dos, como Harry y Niall,
podrás considerarte más "madura" y más "experimentada" que
ellas.
-Pero...
-Porque ahora me
parece que la más infantil de las tres eres tú, emborrachándote porque el tío
que te gusta, según tú, no te hace caso. Y sin embargo, el imbécil de él está
aquí sentado, contigo, consolándote y aguantando tus tonterías cuando podría
estar aguantando otras tonterías, solo que divertidas.
Agaché la cabeza.
-Yo... Liam...
yo...
-¿Quieres saber
algo, Alba? Te quiero. Os quiero a las tres, a ellas de una manera diferente
que a ti.
Lo miré,
esperanzada.
-Pero no sé si
puedo salir con una tía lo suficientemente estúpida como para fastidiar su
salud solo porque me hago el difícil-me cogió las manos, y me las apretó. No
dejé de mirarle cuando subió las escaleras, cerró la puerta y me dejó sola en
la oscuridad.
Pasado un rato, la
abrió otra vez, y asomó la cabeza.
-¿No piensas a
entrar?
-Tengo miedo no
controlarme y ponerme a hacer fangirling
delante de todos, ya sabes-lo miré por encima del hombro-. Como soy una cría,
una inmadura, y esas cosas...
-Cuando empieces a
ser nuestra amiga y dejes de ser más nuestra fan-hizo una pausa dramática-, me
llamas. ¿Tienes mi teléfono, no?
Las primeras
lágrimas empezaron a caerme por las mejillas con su portazo. Entré por la
puerta pequeña, la que daba a la barra, y me hice con provisiones. Que me diera
un coma etílico, ya nada importaba. Liam Payne me odiaba, pero eso no me
mataría.
Aunque ahora mismo
tuviera el mismo agujero que me imaginaba que había tenido Bella cuando Edward
se fue.
Eri y Noe me
vieron, y se acercaron a mí. Me estuvieron consolando hasta que me quedé
dormida.
El último
resquicio de conciencia que me quedaba mientras me caía en ese pozo sin fondo,
susurró:
Todavía te quedan
tus niñas.
-Y Robert Pattinson-musité.
Sonreí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤