Caminamos menos de cinco minutos antes de llegar a la última
bifurcación, la que parecía preguntar: ¿Estás seguro de que quieres bajar hasta
el río? ¿No te habrás perdido y en realidad querrás continuar hacia el pueblo,
verdad?
Nos habíamos ido
apiñando poco a poco, debido a la estrechez del camino y la oscuridad de la
noche, hasta formar una masa cuyos componentes tenían contacto directo con los demás.
Fui yo la primera en detenerme, y, como autómatas, los demás me imitaron. Forcé
la vista, tratando de ver algo en la oscuridad.
-¿Qué...?-dijo una
de las chicas, pero uno de los chicos la hizo callar con un "shh".
-Eri-me dijo Liam,
que seguía dándome la mano para que no me cayera-, no podemos seguir en la
oscuridad.
-Tampoco podemos
volver, Liam.-repliqué-¿Y si nos están esperando? ¿Y si creen que volveremos?
-¿Qué sugieres,
rubita?-me interrumpió Harry. Lo miré.
-Es cierto que no
podemos seguir, al menos, en estas condiciones. Pero podemos hacer algo. Puedo
ir a mi casa, coger un par de linternas, cambiarme el calzado, y bajar hasta el
río. Estaremos allí un ratito, lo suficiente como para que, en el supuesto de
que nos estén esperando, desistan en su empeño.
Oí los murmullos
de Noe traduciéndole la conversación a Alba. A veces, me sentía mal por hablar
en mi inglés americano (o sea, no vocalices, gesticula y habla como si tuvieras
tiempo límite, ese es el espíritu) para hablar con los chicos, pero en cuanto
cambiaba el chip para mi inglés británico (irlandés de academia, y bastante
falso, en mi opinión), comenzaba a trabarme, a meter la pata en la
pronunciación y a chillar: yes,
yes, you know, yes, yes.
Los chicos se
miraron unos a otros.
-¿Tu casa está muy
lejos?
-Aquí hay una
cuesta-señalé hacia la derecha, donde los árboles se unían por encima del
camino que ahora mismo estaba en absoluta oscuridad, pero que yo conocía de
sobra.-Subiendo la cuesta, yendo todo recto por el camino. La primera casa, la
rosa. Al final del todo.
-No vas a ir
sola-espetó Louis, acercándose.
-No lo pensaba,
tranquilo-le sonreí, agradecida por su gesto.
-Yo también voy
con vosotros-se ofreció Zayn, mirando hacia la luna. En ese momento, pensé que
estaba de foto. Tenía que recordarme a mí misma hacérsela más tarde. Su icono
de Twitter molaría mucho.
Un coro de voces
masculinas se ofreció a acompañarnos. Liam protestó.
-No podemos ir
todos.
-Yo no pienso ir,
Liam-protestó Alba, mirándolo con los ojos entrecerrados. Me pareció que
parecía molesta con él por haberse acercado demasiado a mí.
-Solo nos
retrasaríamos. Venga, Harry, Liam, Niall, quedaos con ellas. Louis y Zayn me
acompañarán.
-¿Lleváis los
teléfonos?-preguntó Liam, con un deje desesperante de preocupación en la voz.
-Sí, pero no tengo
Internet. Seguro que a las fans les interesaría mucho esto-se quejó Zayn. Louis
lo miró, pero juraría que en la oscuridad Zayn no lo notó.
Abracé a las
chicas.
-Como
desaprovechéis esta oportunidad-les susurré mientras las apretaba contra mí-,
yo misma os coceré vivas.
Enfilamos el
camino por la empinada cuesta (Louis tuvo la genial idea de activar la linterna
de su teléfono para iluminarnos), y conseguimos llegar arriba en tiempo récord:
10 minutos. La cuesta sería de unos 30 metros, 40 si me apuráis, pero mis
geniales botas de carreras y yo nos empeñamos en ir a velocidad de tortuga. Y
me negué en redondo a que los chicos me cogieran en brazos.
Metí la punta de
los dedos en los bolsillos del pantalón y saqué las llaves. Oí los ladridos de
mi perro detrás de la puerta, y sonreí. Pobre
criatura, con este ruido, los cohetes y los petardos, y él aquí solito.
Abrí la puerta y
mi pastor alemán se abalanzó sobre mí, lloriqueando de alegría. Sin embargo, no
salió más allá del portal, sino que se quedó allí. Louis y Zayn le acariciaron
la cabeza. Entramos y cerré suavemente la puerta.
-Vale,
chicos-encendí las luces y los miré a ambos. Los dos miraban a su alrededor,
reconociendo el terreno, aunque yo sabía lo que estaban haciendo: buscar la
manera más rápida (o más eficaz, discreta, etc.) para salir de allí si los
pillaban. Supuse que era una costumbre entre los famosos, y la verdad es que ya
me había acostumbrado a su comportamiento, al menos, cuando no estaban todos
juntos. Eso podía provocar rumores no muy agradables-. Abrid las puertas, sacad
los cajones-señalé los muebles y suspiré-, haced lo que se os ocurra. Por aquí
tiene que haber linternas-dije, bajándome la cremallera de las botas. Louis
sonrió al ver cómo bajaba mi estatura, y también al sentir que él crecía. Le
saqué la lengua, y subí descalza las escaleras.
Busqué mis
Converse grises, y me las calcé. Tras pensarlo un momento, mirándome en el
espejo del baño, decidí quitarme la camiseta de putilla (ya había tenido
bastante por esa noche), y me enfundé una camisa. Me estaba abrochando los
botones cuando sentí a uno subir las escaleras.
-Vale-suspiré-¿Cuál
eres? ¿El vanidoso o el estúpido?
-El guapo-replicó
Louis, asomando la cabeza-. Hemos encontrado 3, ¿servirán?
-Eso creo-metí un
par de ellas más en una mochila pequeña, y la cerré. Cuando lo miré, estudiaba
la habitación con sincera curiosidad.
-¿Es este tu
cuarto?
-No, duermo en el
de al lado. Nadie duerme en esta cama.
Inspeccionó los
pósters de la habitación (4, uno de Lady Gaga y tres de Taylor Lautner), y
sonrió. Me alegré de no haberme puesto a forrar la habitación con posters, y
mucho menos, de no haber colgado ninguno de su banda. Eso sí que sería raro.
Me miró, y yo le
miré. Juraría que sus ojos eran muchísimo más azules esa noche, no el azul
clarísimo de Niall, claro, pero sí su azul verdoso. Se acercó a mí y me cogió
la cintura.
-No pareces muy
contenta-murmuró, con la voz medio ronca. Sentí cómo se me erizaban los pelos
de la nuca.
-No habría pedido
esto para vosotros.
-¿El qué? ¿Huir de
la Gran Calabaza en medio del bosque?-se echó a reír-. Eres un poco rara,
Eri. Pero al menos no me aburro contigo.
-Touch Down a mi
favor.
Me besó en la
frente, y me apartó un mechón de pelo de la cara, colocándomelo dulcemente
detrás de la oreja.
-Te quedan bien
las camisas-susurró en mi oído, y me guiñó un ojo al separarse de mí.
Bajamos las
escaleras, metimos las linternas que los chicos habían encontrado en mi
mochila, acaricié a mi perro y me acerqué a la puerta. Entonces, se me ocurrió
escribirles una nota a mis padres, para que no se preocuparan (sí, papis,
sigo viva, tranquilos, no me han mangado el móvil).
Hey,
que estoy en la veiga con los chicos (Louis y estos, vaya). No os preocupéis
por mí. Preocupaos por ellos, si consiguen aguantarme.
Cuando llegamos con los demás, estaban aún más apiñados. Niall
temblaba de miedo, y miró los haces de luz de las linternas como si estuviera
viendo ángeles.
-NO VOLVÁIS A HACERME ESTO, MALDITA SEA- me pareció que era la
primera vez que oía a Niall decir un taco, si "maldita sea" puede
considerarse un taco.
Caminando hacia la orilla del río, por los grandes prados que
llegaban hasta la gran curva que hacía el agua, nos habíamos dividido en grupos
de chicos por un lado y chicas por el otro. Ellos iban hablando de algo que no
conseguí escuchar, ya que Noemí y Alba parecían histéricas con nuestro debate.
-No lo entiendo, tías. No lo entiendo. Hay miles de fotos de
Danielle y Liam, y él dice que no la conoce. Le preguntas por ella, y nada-
exponía Alba-. ¿Qué coño intenta ocultar?
-¿Habéis visto fotos de ellos con sus novias desde que los
conocimos?-intercedió Noe- Parece que están desapareciendo.
-Yo me fío de lo que me diga Loue-comenté, más para mí misma que
para ellas. Las dos me miraron exasperadas.
-¿Y eso?
-No lo sé. Simplemente, siento que puedo confiar en él. Que si
Eleanor estuviera por aquí, si Eleanor fuera su novia... no sé, me lo diría. No
me engañaría. Y a los demás tampoco-las miré. Parecieron dudar un momento, solo
un momento.
-¿Y no crees que ellos estén haciendo algo para, ya sabes... hacer
desaparecer eso?
-Cuando le pregunté a Louis por Eleanor, me miró como si estuviera
loca. Y se supone que las actrices somos tú y yo, Noe, no ellos.
-Además-intervino Alba, pensativa-, ahora que lo pienso... tampoco
es tan fácil hacer desaparecer miles de fotos de Internet. Quiero decir, ¿y si
hemos flipado? ¿Y si era una broma? ¿No lo habremos soñado?
-¿Las tres?-espetó Noe, sarcástica.
-¿No sabes que hay gente que tiene los mismos sueños, a la vez? No
sé qué maldito nombre les ponen-ahí volvían los tacos, sinónimo: mozas, no me
toquéis los ovarios, porque os planto un par de bofetadas a cada una-, pero el
caso es que existen. Igual lo ha soñado Alba, ya sabéis la tendencia a soñar
que tiene ella, y nosotras hemos reproducido ese sueño.
-Parecía tan real...
-A mí también me parece real cuando Taylor Lautner se mete en mi
cama, no te jode-protesté. Las dos se rieron. Asunto zanjado.
-En todo caso, tenemos que averiguar qué ha pasado.
Vale, no tan zanjado.
-¿Qué? ¿Piensas que las mataron?-sonreí.
-No... No sé. Simplemente, es raro. Muy raro.
-Nena-me sorprendí cogiéndome y colocándome un sombrero de cowboy
imaginario en la cabeza-, somos amigas de One Direction. De One Direction nada
menos, no de los de la fiesta del pueblo, no. De O-N-E D-I-R-E-C-T-I-O-N. ¿No
es eso raro?- y nos echamos a reír.
Sentí pasos detrás de mí por las piedras del río. A pesar del
murmullo del agua, los oí cuando empezaron. Acerqué un poco más las rodillas al
pecho, bufando. Louis apareció detrás de mí, y se apoyó en mis hombros.
-¿Vas a comerme?
-Voy a darte un bofetón. ¿Te sirve eso?-le espeté. Él sonrió, y se
sentó a mi lado, entre Alba y yo. Noté sus ojos en la espalda, fulminándome con
la mirada. Noemí estaba todavía al lado de la pequeña hoguera, hablando con los
chicos. No se entrometió en la pelea, y eso fue bueno. O al menos, eso pensaba
yo.
Louis se recostó hacia atrás, apoyándose en los codos, y me miró.
-¿Tienes pensado contarme qué ha pasado o tendré que hacerte
cosquillas hasta que hables?
No pude evitar sonreír cuando le miré y comenzó a mover las cejas
arriba y abajo.
-Nos hemos peleado-me encogí de hombros, y esta vez fui yo quien
la miró. Me daba un poco de pena que estuviera sola, pero también me daba rabia
porque estaba confirmando su teoría. Que yo la desplazaba. Sin darme cuenta,
claro.
-Gracias, catedrática de Oxford-puso los ojos en blanco-, nunca lo
habría adivinado. ¿Por qué?
-Tenemos... diferentes puntos de vista.
-Eso tampoco lo habría adivinado, catedrática de Cambridge.
Me reí entre dientes, y me giré para mirarlo. Me devolvió la
mirada.
-¿No era de Oxford?
-Vas subiendo de categoría. Si me dices otra obviedad,
enhorabuena, tendrás plaza en Harvard-se incorporó hasta que su hombro tocó el
mío. Se inclinó hacia mí, y me susurró-: en el fondo sabes que quieres
decírmelo.
-Cree que estoy intentando ligarme a Liam-solté, sin
mirarlo.
Y el imbécil de Louis Tomlinson empezó a reírse a carcajadas.
-¿Qué te pasa, tío?-le grité. Venga,
más broncas, total, qué más da.
-Simplemente me parece absurdo.
-Oh, bienvenido al club. Ya somos dos-suspiré. Miré a Noe,
preguntándome si en realidad seríamos tres, o si Alba tendría su propio grupo.
-¿Y por qué cree eso?
-Porque soy cariñosa con todos, pero claro, ella solo ve cuando me
acerco a Liam.
-Tal vez sea tu favorito-comentó, mirando a todas partes menos a
mí. Mi sonrisa cínica se volvió triste.
-No-confesé-, es el suyo. Y eso es sagrado.
-Muy noble-admitió él.
-Cada una tiene el suyo, ¿sabes?
-Todas tenéis un favorito, Eri-me clavó una mirada a través de la
que vi miles de fans chillando en los conciertos, miles de chicas
intentando hacerse una foto con uno de ellos.
Unas fans querían una foto solo con Liam, y cuando Niall se
disponía a marcharse, Liam lo agarró de la capucha para obligarlo a salir en la
foto.
Liam quería abrazar a una fan, pero la fan quería abrazar a Louis.
Y Louis le contestó: ¿De verdad? ¡Pues yo quiero abrazar a Liam!
-Es una tontería que nos engañemos entre nosotros. Todas las
chicas encajan mejor con uno que con los demás. No sé... mira a Victoria
Beckham-y dale con Victoria Beckham-, pega muy bien conmigo, ¿no crees?
-Eres imbécil,
Louis.
-¿Por eso soy yo
tu favorito?
Me quedé helada, y
lo miré. Noté cómo se me subía el color a las mejillas, y su sonrisa divertida
no hizo más que empeorar las cosas.
-¿C...Cómo...
Cóm... lo has...?-genial, ahora encima tartamudeaba.
-No es muy difícil
de ver. Quiero decir, míranos-y se inclinó hacia delante, intentando llegar al
agua.
-Loue, esto no es
el rey león.
-Sí, aquí hay un
río, no un lago. No tenemos reflejo-suspiró, y se encogió de hombros-. El caso
es que... no sé, pareces distinta cuando estoy yo cerca.
-¿En qué sentido?
-Sonríes más. Te
ríes más. Eres más graciosa. No tanto como yo, claro-cogió el cuello de su
camiseta y lo estiró un poco hacia delante-, porque, nena, nadie puede
compararse conmigo.
Esta vez fui yo la
que puse los ojos en blanco.
-Te brilla una luz
en los ojos cada vez que me ves, te ríes muchísimo con lo que digo, y hago... Y
yo con lo tuyo-me empujó suavemente-. Es... como si nos necesitáramos para
ser...
-¿Dioses?
Me miró y sonrió.
-Sí. Dioses-volvió
a reclinarse y miró al cielo. Yo también miré a las estrellas. Escuché pasos en
dirección a Alba, y me alegré sinceramente de que fuera Liam el que quisiera
hablar con ella. En el fondo, todos sabíamos que Liam era el único capaz de
conseguir que una bronca monumental se convirtiera en un roce insignificante. Y
Noe y yo sabíamos que Alba caminaría sobre el agua si Liam se lo pedía.
Como la
película esa de Will Smith. ¿Hancock, no? Sí, solo que al revés. Cuando estamos
cerca, somos dioses. Cuando estamos lejos, mortales.
-Estás tardando
mucho en negar mi teoría, eso es que he acertado-Louis me sacó de mi
ensimismamiento. Me giré. Ni siquiera me miraba, ahora fruncía el ceño.
-Para qué negártela, bobo, si seguirás
igual.
-Uuuuuuh-silbó, y
se echó a reír-. Ahora me llamas bobo. Alba debería oír esto.
-Cierra la boca,
anda.
Me encogí un poco
más, intentando que mi calor corporal no se me escapara. Él volvió a sentarse a
mi lado, y me pasó un brazo por los hombros. La condensación de su respiración,
y su gesto de resignación, me hicieron darme cuenta de que el resto de los
chicos esperaba eso.
Y de que yo tenía
todas las papeletas para ser su favorita. Se lo pregunté.
-Lou...
-Mmm.
-¿Yo soy tu
favorita?
Su mirada se
encontró con la mía.
-¿Tú qué crees?
-Que sí, pero...
-¿Pero?
-¿Por qué yo?
-¿Por qué yo,
entonces? ¿Por qué Louis Tomlinson, cuando puedes elegir a Liam Payne y su
madurez, Niall Horan y su risa eterna, Zayn Malik y su belleza sin igual, y
Harry Ricitos Styles? ¿Por qué el payaso, pudiendo elegir a los demás?
Me eché a reír.
Louis sacudió la cabeza, sonrió y también se río.
-Nunca falla.
-Eres muy malo.
-Soy mala gente.
Como Octopus-volvió a fruncir el ceño, pensativo-, solo que yo solo tengo dos
brazos.
-¿Me lo
confirmas?-susurré, girándome un poco para poder verlo bien.
-Dime qué te tengo
que confirmar.
-Que soy tu
favorita.
-Oh, sí, milady-me
encantó el acento que puso. Oh, yes. Nos giramos hacia el fuego, donde los
demás se congregaban otra vez. Todos nos miraban. Noemí estaba frente al espejo
de Zayn (Zayn se asomaba por atrás, y se mesaba el pelo), retocándose el gloss. Espera... ¿no tendría gloss por toda la boca, verdad?
Me encontré con la
mirada de Alba. Me sonrió. Gesticuló con los labios "tenías razón", y
yo hice un gesto para quitarle importancia. ¿Cuándo no la tengo?, parecí
decirle. Me giré de nuevo, pero Louis siguió mirando a los demás.
-Boo-lo llamé. No
me hizo caso, así que le cogí suavemente de la mandíbula. Me clavó una
mirada inquisidora-. Tú también eres mi favorito-me incliné hacia él, muy
despacio. Como se hacía en las películas. Y me puse histérica cuando él sonrió.
-Porque soy
jodidamente genial-respondió, antes de acercarse también a mí y hacer que
nuestros labios se encontraran.
Harry silbó, Niall
se echó a reír, Liam, Alba y Noe empezaron a comentarlo mientras Zayn chillaba:
-¡Idos a un hotel!
Louis me miró, yo
lo miré. Nos levantamos a la vez, me cogió de la mano y me arrastró hasta
ellos.
-Venga, Zayn.
Vamos de party hard. No apto para
menores-dijo, mirándonos a las chicas. Y me besó en la frente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dedica un minutito de tu tiempo a dejarme un comentario; son realmente importantes para mí y me ayudarán a mejorar, al margen de la ilusión que me hace saber que hay personas de verdad que entran en mi blog. ¡Muchas gracias!❤