domingo, 29 de julio de 2012

No pueden leer mi cara de poker.

-No voy-gruñó Zayn, tirando las cartas sobre la cama de Harry. Niall, Louis y Harold sonrieron, observándose mutuamente, preguntándose cuál de ellos tendría mejor mano.
Liam había sido el primero en caer; a mí me habían ofrecido jugar, pero me disculpé diciendo que no sabía.
Escudriñé las cartas de Louis por encima de su hombro. Un 7 y un 4 de tréboles , una reina y un rey de diamantes y un as de corazones. Me había dado un cabezazo para no delatar sus cartas a los demás cuando vi esa última carta.
Zayn empujó las fichas que le quedaban al centro de la cama, y le cedió su sitio a Niall. El irlandés recolocó sus cartas y observó a sus compañeros.
-¿Louis?-invitó Harry, tirando dos fichas rojas. Louis frunció el ceño, movió los labios hacia los lados, se encogió de hombros, miró a los ojos a su amigo, cogió tres fichas y murmuró:
-Los veo. Y subo uno.
Niall bufó, se estaba quedando sin fichas rápidamente. Aunque en realidad no se estaban jugando nada, era simplemente por pasar el rato.
Harry sonrió ante el bufido de su amigo. Niall se dio cuenta, sacudió la cabeza y volvió a cambiar las cartas de lugar. Harry toqueteó la botella de agua que había en la mesita, contento, y tiró otras dos fichas. Louis las lanzó sin miramientos.
-No tienes nada, ¿no, rizos?
Harry se rió, estupefacto.
-¿Por eso no paro de tirar fichas?-y se carcajeó más todavía.
-Por eso no paras de sobar la botella.
Harry puso unos ojos como platos, Louis alzó las cejas. El primero apartó las manos de la botella de agua como si, de repente, quemara. Niall se rió entre dientes.
Aquella mirada era la misma que tenía Noemí en los ojos cuando la alcé por el cuello.
-¿Tengo un tic y ni dios me dice nada? Esto es genial, chicos. No pensé que me haríais esto, ¡A MÍ!-gritó, y comenzó a toser. Liam sonrió.
-¿Como lo de la embarazada?
Harry lo fulminó con la mirada.
-Hijos de puta-murmuró, observando a Zayn y a Lou. El resto se echó a reír, todos salvo yo.
-¿Qué pasa?
Louis hizo un gesto para que esperara, me dio sus cartas y estiró la mano para coger las de Harry. Se las enseñó a Niall.
Los montoncitos que Harry había adelantado fueron arrojados con los demás.
-Bueno, irlandesito...-musitó Louis.
-Bueno, inglesito...
-¿Subirás si yo subo?
Niall puso cara de angustia. Se encogió de hombros, resignado, y Louis tiró todo lo que le quedaba: sería más del doble de lo que correspondía a Niall. Este último cogió de mala gana su pila de fichas, y la colocó cuidadosamente en el centro. Todos observábamos pasmados, dando como ganador a Louis.
Niall empezó a reírse, y mostró sus cartas.
A Lou se le cayeron las suyas de la mano, recordándome a Harry cuando perdía con la DS.
Dos ases. Pareja de ases, y un trío de treses. Y encima, todas las cartas del mismo color.
-Un full.
-Y escalera de color.
-¡HAS HECHO TRAMPAS, PUÑETERO!-chilló Louis.
-Uf, alguien no soporta perder-canturreó Niall, alzando las fichas al aire como si de una película de casinos se tratara.
-Enseñadme lo de la embarazada-supliqué. Liam me pasó el ordenador, se sentó a mi lado y se metió en Youtube.
Me dejó un vídeo en el que Zayn y Louis se aliaban con Nickelodeon para tomarles el pelo a Harry, Liam y Niall. Una mujer fingía ponerse de parto delante de ellos, y todos se ponían histéricos... todos salvo Niall, que se quedaba mirando a la mujer como diciendo "me importa una mierda lo que te pase, no es mi bebé, no es mi problema". Al final del vídeo yo estaba en el suelo, revolcándome de la risa. Harry se había puesto rojo como un tomate.
Una enfermera entró, y rápidamente me levanté y me senté en un sillón, como si la cosa no fuera conmigo. Louis se rió por lo bajo, sentado a mi lado, y le di un codazo.
-¿Qué tal vas, Harry?-inquirió la chica, mucho más joven que la anterior. Se acercó a él, le colocó un termómetro en la boca y comprobó una jeringuilla que traía. Harry la miró como si la aguja midiera varios kilómetros.
-Bien, bien, muy bien.... no creo que necesites ponerme eso-susurró, en tono suplicante. La chica le sonrió.
-Es para que te mejores, hombre. Venga, no mires-le tomó el brazo y Harry cerró los ojos con fuerza. La chica introdujo la aguja en su brazo, vaciándola con una rapidez fascinante.
Recogió el termómetro.
-¿Cuánto tiene?-preguntó uno de los chicos, seguramente Liam.
-39 y medio. Parece que se va recuperando rápido.
-¿Mi voz se recuperará rápido también?
-No lo sé, querido. Supongo que lo único que podemos hacer es esperar-y, tal como llegó, la muchacha desapareció.
Zayn esbozó una sonrisa pícara.
-Podría esperar a que se me desnudara, ¿sabes, Harold?
-Oh, te entiendo muy bien, Malik-convino Harry, y se sonrieron. Cogí el ordenador y entré en Twitter.
Se me habían disparado los seguidores, los retweets y las menciones desde por la mañana. Todo el mundo sabía el twitter de la novia de Louis Tomlinson, pero nadie le ponía cara a esa chica, de momento.
-¿Cómo nos conociste, Eri?-preguntó Niall, sentándose a los pies de Harry.
-En un bar-espeté, sin prestarle atención.
-Eso ya lo sabemos, niña-Louis puso los ojos en blanco-. Lo que queremos saber es cuándo supiste por primera vez de nosotros.
Alcé la vista y los miré, uno a uno. Todos tenían los ojso clavados en mí, expectantes. Bajé un poco la tapa del ordenador, pero no la cerré del todo.
-Alba y Noemí me hablaron de vosotros un día de... ¿noviembre? Sí, creo que era noviembre. Me pusieron una canción. Another World. Tenía la sensación de haberla escuchado antes, la verdad... Me hablaron de vosotros, de todos. Me dijeron cuál era su favorito. Me enseñaron fotos, y me dijeron los nombres, pero solo me quedé con el de Zayn.
-¿Porque mi nombre es raro?
-Sí, y porque fuiste el que más me gustó, en un principio-fruncí el ceño, Zayn le dirigió una mirada triunfal a Louis, que me pasó un brazo por los hombros y puso cara de "¿Quién ha ganado la guerra, chaval?"-. Te pareces mucho a Taylor-expliqué.
-Y dale con Taylor-se quejó Louis por lo bajo.
-Calla tú, cosa fea-me eché a reír-. Al principio estaba como loca con Zayn, no es que no dejara de hablar de ti, pero digamos que las únicas fotos que miraba de la banda eran tuyas. Hasta que vi que fumabas.
Zayn esbozó una sonrisa triste.
-Lo sé, sé que es duro, Zayn. Pero, oye, te sigo queriendo igual aunque fumes.
-¿Y por qué me elegiste?-inquirió Louis, atravesándome con sus ojos azules. Cuando nuestras miradas se encontraron, me pareció que de repente estábamos solos.
-Porque soy como tú-musité. Sonrió.
-Pero, entonces, ¿cómo empezaste a ser Directioner, Eri?-ahora era Liam el que preguntaba. Les dediqué una ancha sonrisa, abrí la tapa del ordenador y me metí en youtube. No dejé que Louis mirara el título del vídeo que estaba cargando.
-Hi, we're One Direction, and this is our video diary number three!-clamó Zayn en el ordenador. Ellos sonrieron.
-Las chicas me enseñaron este vídeo un día que estábamos de compras. Aunque yo ya decía Vas Happenin, a veces...  Decían que era el mejor video diario, y supongo que tenían razón.
-En ese Louis se sale-comentó Harry, conteniendo la tos. Lou fingió ofenderse.
-Perdona, pero yo me salgo en todos, chaval.
-Y supongo que ahí empecé a ser medio Directioner, ya sabéis... Había escuchado What Makes You Beautiful varias veces, y me encantaba, pero los video diarios fueron demasiado para resistirse. Y estoy aquí gracias a Vas Happenin Celine y Faisbuk and Twitah-todos nos reímos.
-Osea, que Louis es el que te capturó.
Miré a mi novio, que sonreía satisfecho. Me guiñó un ojo.
-Sí-asentí, sin apartar la vista de él-. Lo más gracioso es que nunca me gustaron los chicos con ojos azules... Quiero confesaros algo, chicos, y espero que no os parezca mal.
Algunos levantaron las manos, invitándome a que continuara. Otros simplemente esperaron.
-Creo...-arrugué la nariz-, creo que la mitad de vuestras fans están con vosotros por cómo sois, más que por la música. Aunque la música ayuda-parecían aturdidos, me encogí de hombros-. No sé, me parece que si cualquier otra banda cantara vuestras canciones igual de bien, pero no fueran como vosotros, no tendrían lo que tenéis.
-Que le gustamos a la gente por ser como hermanos, quieres decir, ¿no?-me ayudó Niall. Asentí.
-Molamos por eso-convino Zayn, asintiendo satisfecho.
-Yo molo siempre-comentó Liam, riéndose.
-Las uñas de mis pies molan más que tú, Liam-soltó Harry, y empezamos a bromear así durante casi una hora.

Se armó un gran revuelo en el pasillo. Harry comprobó su reloj, y me pidió que saliera afuera a recibir a nuestra "invitada". Liam estaba protestando que bien podía ir él, que estaba de pie, cuando Harry lo mandó callar:
-A ella no la conocen todavía, Liam. Todavía puede salir al pasillo sin que las Directioners se pongan histéricas porque estamos en el hospital.
Liam asintió. Louis me dio un suave empujoncito para que saliera afuera, sin dejar de estudiarme.
Abrí la puerta y asomé la cabeza. Una gran multitud se arremolinaba al lado de una mujer joven, la mayoría de los observadores eran personal del hospital. La mujer les hablaba en tono cordial y dulce, y la muchedumbre estaba hipnotizada por ella.
Los ojos azules de Catalina de Cambridge se posaron en los míos. Me reconoció al instante, y se acercó a mí.
-Buenas tardes, Erika-saludó, sonriéndome. Flexioné un poco las rodillas.
-Buenas tardes, alteza.
Le franqueé la entrada a la habitación mientras protestaba por mis modales.
-Oh, querida, llámame Kate, ¿quieres? Por mucho que le fastidie a Elizabeth, soy de cuna "humilde", como dice ella. Nací plebeya y moriré plebeya, ni mi marido puede cambiar eso-sentenció, restándole importancia con la mano. Asentí.
-Y llamadme Eri, Kate.
-Guarda el tratamiento de cortesía para la reina, corazón. Es agotadora, esa mujer. Se cree que la corona es la pedantería que la rodea, Dios...-y se rió. Sonreí, me caía bien la futura reina. Luego se giró hacia los chicos y les hizo un gesto con la mano-. Hola, chicos. Louis, Niall, Zayn, Liam-asintió en sus direcciones mientras todos hacían un gesto de saludo. Se acercó a la cama de Harry, que la observaba con adoración-, y Harry. ¿Qué te ha pasado, querido?
-Me he puesto enfermo, alteza.
-Por favor, lo que le he dicho a vuestra amiga también va para vosotros. Toda mi vida he sido Kate, por mucho que le duela a Elizabeth.
-Es cierto, milady. Perdón.
-Así que has enfermado-Kate asintió, acariciándole la mano-. ¿De qué?
-Tengo una neumonía, pero causada por un mal de amores, alte... Kate.
-¿Mal de amores? ¿Una dama ha conseguido llegar al corazón del rompecorazones de Inglaterra?
Harry asintió, azorado.
-¿Cuál es su nombre?
-Noemí.
-Noemí... ¿extranjera?
-Es española, milady-la informé yo-. Es amiga mía.
-Debe de ser muy guapa.
-No está mal-se burló Louis, haciendo que Harry lo taladrara con la mirada.
-¿Y dónde está esa bella dama, si se puede saber?
-En casa, milady. Ella... se ha enfadado conmigo.
Catalina se sorprendió.
-¡No tiene corazón, pues! ¿Cómo enfadarse contigo, querido, si eres un cielo de criatura?-y le acarició la cara. No me hubiera sorprendido que Harry se pusiera a ronronear.
-Supongo que mi comportamiento le molesta.
-Comprendo-se acercó a una silla, la arrastró, hizo un gesto de negación a Niall, que trató de llevarla a donde ella quisiera, y se sentó al lado de Harry. Cruzó las piernas, elevó la barbilla un segundo, luego recordó que no estaba en ningún acto oficial, y se relajó. Sin embargo, no descruzó las piernas.
Clase inglesa.
-Supongo que no me habéis traído aquí para hablar de tu enamorada, ¿no es así?
-Tenemos un problema, y muy grande, Kate.
-Contadme.
Escuchó atentamente la exposición del asunto de mis amigos. Su sonrisa se volvió triste cuando le contaron que Harry no podría cantar en la ceremonia de los juegos. Asintió cuando Zayn sugirió que hicera playback, pero rápidamente se puso de acuerdo con los demás en que a la reina no le haría gracia.
-¿No hay forma de que Su Majestad no se entere?-inquirí. Kate se rió.
-Por favor, estamos hablando de la mismísima reina de Inglaterra. Todo el país la ama, nadie se atreve a rebatir una orden suya. No es como tu realeza, Eri-comentó, entristecida-. Una verdadera lástima, Letizia es una mujer formidable, una gran persona.
-Era plebeya, como tú.
-Moriría plebeya, no tiene sangre "azul" en sus venas. La sangre no cambia de color con el matrimonio. Jugueteó con su alianza. Me observó un segundo.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro.
-¿Eres... republicana, querida?
Negué con la cabeza.
-Debo de ser de las pocas que apoyan la monarquía en España.
-Comprendo.
Entonces, Harry sugirió algo que me dejó con la boca abierta.
-¿Podría cantar Eri por mí?
Los chicos me observaron, Kate miró a Harry un momento, tratando de dilucidar si estaba bromeando o no, y luego sus ojos pasaron a posarse en mí.
-¿Cantas bien?
-No. No, no no. No, me muero. Que no. No-me negué. Rápidamente los chicos se sentaron alrededor de mí, tratando de convencerme de lo contrario.
-Eri, venga, eres buena. ¿No te acuerdas de la fiesta de tu pueblo? Cantas bien-comentó Zayn, y los demás asintieron.
-Que no, chicos, que no. Me moriré de vergüenza, ¿cuánta gente va a haber?-en realidad, no quería que me respondieran, pero lo hicieron.
-Sobre 60 mil personas, puede que más-comentó la princesa. Lancé un gritito, y continué negándome.

Me estaba metiendo en la cama, pertrechada con mi pijama y un libro, cuando Louis dio un par de toquecitos en la puerta y asomó la cabeza por ella.
-Lou-sonreí. Él entró, y cerró la puerta tras de sí. Se inclinó y me besó en los labios.
-¿No habíamos quedado para que te contara mi vida?-se carcajeó ante mi gesto culpable. Le abrí un hueco bajo las sábanas y dejé el libro en la mesilla.
-Pensé que después de todo lo que ha pasado hoy, no te apetecería...
-¿...estar un rato a solas con mi novia? Tienes razón. Vaya coñazo. Me largo-pero no hizo ademán de moverse. Me reí.
Liam había decidido quedarse a dormir con Harry, aunque este había protestado que bien podía pasar la noche solo, a lo que el primero le replicó que le aterraba la idea de que saliera corriendo del hospital a largarse de fiesta y conquistar a alguna mujer.
Supuse que también el factor del pánico en su propia persona ante encontrarse con Alba había jugado un papel muy fuerte en la toma de esa decisión.
-Me acaba de llamar Harry. Dice que mañana por la mañana le dan el alta, y que no quiere que vayamos a por él, que ya le trae Liam.
-¿Vamos a ir igual, verdad?-inquirí. Asintió.
-Sí, que como tenga energía de sobra, se le escapa a Liam. Hay que controlar a rizos, porque se vuelve loco con mucha facilidad. Y, cuando quiere darse cuenta, está subido a un árbol del que no puede bajar. Y hay que llamar a los bomberos-frunció el ceño.
-¿Tienes algún gato que se llame Harry?
-Lo tenía. Lo atropeyó un coche.
-Oh... lo siento.
-Es mentira-se echó a reír-. Dios, deberías haber visto tu cara.
Hinché las mejillas.
-Bueno, a ver qué te cuento. ¿Fecha de nacimiento y eso, no hará falta, no?
-Me he estado documentando a través de la Wikipedia-informé, orgullosa. Sacudió la cabeza.
-¿Entonces qué quieres que te cuente?
-Todo.
-Pero si ya lo has visto todo-puso los ojos en blanco. Negué con la cabeza.
-Si me lo dices tú, me dirás al verdad. Sabe Dios quién escribe en la Wikipedia.
Y empezó a hablar, haciendo bromas de vez en cuando. Así era él. Nacido con otro nombre, adoptó el de su padrastro, Mark, cuando su madre se casó con él. No recordaba mucho acerca del divorcio de sus padres, pero me contó que los dos le habían tratado bien siempre, y que las hijas de su padre y las de su madre para él eran sus hermanas completas, no medio hermanas. Me contó que siempre le había gustado trabajar en la actuación, que había entrado en una escuela de interpretación después de hacer de extra en un programa en el que salieron sus hermanas...
Confirmó y desminitió cosas de la Wikipedia a uan velocidad abismal, pero yo lo escuché embobada, absorbiendo toda la información que él me proporcionaba, igual que había hecho él la noche anterior.
Cuando acabó, me miró largo rato, mientras yo me mordía el labio inferior.
-¿Si alguien te llamara por Louis Troy Austin, te parecería mal? ¿Contestarías?-le pregunté. Se lo pensó un momento. Frunció el ceño, y sus ojos parecieron muchísimo más azules a la luz de la lámpara.
-No sé si contestaría, lo dudo bastante... Y no creo que me pareciera mal, al fin y al cabo, con ese nombre nací, ¿no?-sonrió, tímido, esperando mi reacción. Yo también sonreí-. Pero, no sé... me siento más Tomlinson que Austin. Quiero a mi padrastro como si fuera mi padre. No sé, mi padre siempre ha estado ahí, pero... en un segundo plano. Y su hija, Georgia, ni te cuento. Casi la veo como a una prima, no la he visto demasiado en toda mi vida. Ni siquiera sé cuántos años tiene, y a veces me siento mal por ella.
Lo estreché entre mis brazos.
-Gracias por contármelo-susurré en su oído. Me apretó contra él.
-Gracias a ti por escucharme así, pequeña.

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